Hermosas, !la verdadera esperanza pasa por el fracaso y el sufrimiento", palabras del Papa Francisco. Y hermosas porque, de alguna manera, resumen la vida de toda persona: "Un camino de alegrías y tristezas que madura en la medida que experimenta la pobreza y el dolor". Ese es el único y verdadero camino de nuestra vida, aprender de nuestros fracasos, de nuestros errores y pecados.
Y de alguna manera, nos dice nuestro Papa, todos somos experiencia de Emaús. ¿Quién no experimenta la tristeza, el fracaso y la desilusión? ¿Y quién no siente y experimenta el impulso de volver al camino, levantarse y continuar la marcha? Es el Señor que nos alienta y nos llena de esperanza, porque detrás de todo dolor y sufrimiento nace la esperanza de un mañana mejor, que en el Señor se hace gozoso y eterno.
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 24 de mayo de 2017
Queridos hermanos y hermanas:
La lectura del Evangelio de san Lucas que hemos escuchado nos narra la experiencia de los dos discípulos que, después de la muerte de Jesús, huyen de Jerusalén sin esperanza, desilusionados y llenos de amargura por la derrota del Maestro, hacia la tranquilidad de Emaús.
En ese caminar hacia su aldea, mientras conversan con paso triste y desesperanzado, se les une un desconocido. Los ojos de ellos, velados aún por el fracaso de sus expectativas humanas, no reconocen que es Jesús. El Señor camina con ellos, y aunque conoce el motivo de su desilusión, no se impone, sino pregunta y escucha. Comienza su «terapia de la esperanza». Les deja el tiempo necesario para que hagan un recorrido interior y lleguen al fondo de su amargura. Y ellos pronuncian aquellas palabras: «Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel»; palabras que trasudan tristeza, decepción, derrota, y que son un retrato de la existencia humana que nos es común.
Jesús camina, de manera discreta, junto a todas las personas desalentadas, y logra darles de nuevo la esperanza. Como a los discípulos de Emaús, él habla a través de las Escrituras, manifestando cómo la verdadera esperanza pasa por el fracaso y el sufrimiento. Y al final del camino cumplido en su compañía, Jesús se hace reconocer en la Fracción del pan, gesto fundamental de la Eucaristía, don de su amor total, de donde brota la vida de la Iglesia y del cristiano.
Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Que Jesús resucitado nos conceda descubrirlo presente y vivo en su Iglesia donde, saliendo a nuestro encuentro y caminando junto a cada uno, nos conduce con su amor infalible y su presencia vivificante por el camino de la esperanza. Que Dios los bendiga.