*Oración continua*
Señor, tanto si me respondes como si no, quiero seguir invocándote sin cesar, bajo las bóvedas de la asidua oración.
Tanto si vienes como si no vienes, quiero seguir confiando en Ti: sabiendo que entras en mi interior a poco que abra el corazón a ti y al hermano.
Tanto si me hablas como si no, no permitas que me canse de invocarte. Aunque no me des la respuesta que espero, que no dude de que, de un modo u otro, discretamente, te dirigirás a mí.
En la oscuridad de mis oraciones más profundas, sé que estás cerca, aunque no te sienta.
En medio de la danza de la vida, de la enfermedad y de la muerte, ayúdame a invocarte sin descanso, sin caer en la desconfianza por tu aparente silencio,
Dame una fe recia para esperar tu palabra, tu presencia, tu paz. Amén.