Jesús se quedó solo. Su Madre, algunas mujeres y el
discípulo Juan estuvieron al pie de la cruz. Y, después, el Señor estuvo
apareciéndoseles a lo largo de cincuenta días hasta que se dieran cuenta y
tomaran conciencia de que, verdaderamente Él había Resucitado. Y, fue entonces
cuando, llenos de Espíritu Santo, emprendieron la misión de anunciar la Buena
Noticia. Y no se han cansado, ni tampoco han tirado la toalla. Siguen – la Iglesia
– en la brecha. No hay otra Buena Noticia que la que nos anunció Jesús: gozo y
felicidad plena eternamente junto al Padre. Si hay algo mejor quien lo tenga
que levante la mano y me lo diga. Jesús ha vencido la muerte y, no solo eso,
sino que nos ofrece una vida plena y feliz.
Ahora ¿cuáles son los resultados? Los mismos que hemos
tenido nosotros con nuestra intención de anunciar al Señor en este mundo junto
al Papa. Hablo de “Blogueros con el Papa”. ¿Y qué ha pasado? ¿Acaso esperábamos
que nos aplaudieran? ¿Acaso esperábamos que nos aceptaran y que respondieran a
nuestro anuncio y propuestas? ¿Acaso pensábamos que el mundo bloguero se iba a
rendir a nuestros pies? Nada de eso. Supongo que lo evidente y lógico sería
obtener los mismos resultados que tuvo y tiene Jesús en este mundo. Un mundo
que parece estar de espalda a su anuncio y Amor Misericordioso. Un mundo que se
cierra a escucharle y obedecerle. Pero, eso no es, ni razón ni justificación
para abandonar. Todo lo contrario, para seguir adelante. La blogosfera está llena de personas – de forma virtual –
pero, no dejan de ser personas. Y el anuncio de la Buena Noticia debe estar en
esos lugares, anunciado por los que creen y siguen a Jesús. Es posible que muchos tengan otros
menesteres, pero, la blogosfera necesita de blogueros católicos que mantenga
levantada la cruz de Xto. Jesús. Esa es la razón por la que me mantengo, sencilla
y humildemente, proclamando lo que llevo en mi corazón y lo que el Espíritu
Santo me asiste y suelta por mis dedos en el teclado del ordenador. Sí, es necesario
seguir y seguir proclamando que Dios, nuestro Padre, nos ama
misericordiosamente y que Jesús, el Hijo de Dios, nos lo anuncia cada día por
medio de nosotros.
No nos desanimemos porque, no vamos solos. El Espíritu
de Dios nos acompaña, nos fortalece y nos asiste. Tengamos confianza y fe. La
siembra nos corresponde a nosotros, la recogida y la cosecha es cosa del Padre.
Así también lo hizo el Hijo. Nuestra misión bloguera es proclamar y anunciar, y
si lo hacemos unidos junto al Papa, mejor que mejor. No debemos tener otras
intenciones, sino la de vivir y anunciar lo que creemos y queremos vivir: El
Amor Misericordioso del Padre que Jesús nos anunció.
Un abrazo muy fuerte a todos.