*V Estación: El cireneo ayuda a llevar a Jesús la cruz.*
Te damos gracias, Señor, porque, dejándote ayudar, es como nos ayudas a nosotros en el camino de nuestra existencia. Te pedimos que todos los cireneos, que no se cansen nunca de arrimar el hombro, de echar una mano, de socorrer en el camino.
Gracias por todos los cireneos que has puesto en el camino, por nuestros padres sencillos, por el cura de nuestro pueblo, por la sonrisa en aquella ocasión, por el consejo cuando caía.
Gracias por todos los cireneos, aquellos que nos hacen la vida un poco más agradables y nuestro planeta un poco más habitable. Señor, ayúdanos y ser nuestro Cireneo en el camino de la cruz, para soportar nuestras noches y caminar hacia ti.
Gracias, Señor, por todos los cireneos que has puesto en nuestro camino. Por aquella sonrisa, por aquel gesto de amor, por todos los que hacen el bien, por los miles de millones de personas anónimas y sencillas que ayudan como cireneos a llevar el peso de la cruz.
Sabemos Señor, que aquel que se acercó a ti y te ayudó, fue él mismo ayudado por tu bondad y tu amor porque tú eres el gran cireneo de la historia. Amén.