Rodeado por todas partes, como una isla, como una roca solitaria en la mar.
La marea crece, sube y sube hasta arriba y cubre la roca.
La erosiona por debajo y la traspasa. La rodea y abraza por todas partes, por arriba y por abajo, por los lados.
Siento tu presencia que me envuelve, me empapa y me llena. Estoy metido en Ti. Siento tu amor que me toma en las olas de sus brazos, me cubre de caricias y me ama. Y no me dice nada. Y no sé decirte nada… Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.