27 de octubre de 2010

ACCIÓN MISIONERA



El creyente en JESÚS de Nazaret se diferencia del no creyente en que todo lo que hace lo hace desde el amor. Al menos es como debe ser y a eso, los de buena intención, aspiramos. Un buen profesional termina su trabajo y, dejando sus cosas, se dirige a casa o a sus asuntos personales e intereses. Un profesional creyente, terminado también su trabajo, permanece atento a los problemas de los que le rodean y trata de compartirlo y ayudarles. Es la diferencia que marca el amor.

Y esa es la aspiración a la que todos, enamorados de JESÚS de Nazaret, sintiendo que lo que nos dice responde a nuestra propia realidad de felicidad, perseguimos, pues, cuando amamos y nos entregamos sentimos ese gozo interior que nos llena plenamente.

Somos también consientes de nuestra pobreza, nuestras limitaciones, nuestras frustraciones, nuestros pecados, pero sabemos que Nuestro PADRE, como JESÚS nos lo ha dicho, nos quiere, nos perdona y nos ama. Y, por su Infinita Misericordia, nos acepta y nos salva. Por eso, confiando como hijos en su PADRE, seguimos a JESÚS, Nuestro Hermano Mayor que nos enseña el Camino.

Pero ese deseo de amar nos compromete a transmitir. A transmitir lo que JESÚS nos ha dicho, y, sobre todo, a transmitirlo a ÉL. Si no somos capaces de hacerlo es porque no lo hemos encontrado, o creyendo seguirle, seguimos a otros u otras cosas. Porque sin transmitir a JESÚS nada nos vale, y nada tiene sentido. Ni la Iglesia tendría sentido. Mejor cerrarla y dedicarnos a otra cosa.

Ser Misionero lleva implícito 4 pasos:  1º-Estar presentes en el mundo; 2º-Dar nuestro testimonio de creyente, que sepan que soy creyente; 3º-Convivir, dialogar, conocer, compartir; 4º-Anunciar la Buena Noticia.

Sin estas actitudes, para las que debemos orar y dejarnos empapar por el ESPÍRITU, no estaremos evangelizando, y nuestra fe no sería fe. Al hilo de esta reflexión que me ha sugerido la que a continuación les dejo, me parece muy importante que nuestro trabajo bloguero y nuestra unidad debe mirarse en estas actitudes que, al mismo tiempo, nos fortalecerán. 

Misiones: si no sirven para evangelizar, no son misiones
Celebremos el DOMUND leyendo el «Motu Proprio» Ubicunque et Semper de Benedicto XVI
Autor: Lucrecia Rego de Planas | Fuente: Catholic.net
El próximo domingo celebraremos el Domingo Mundial de las misiones (DOMUND) y esto significa una gran fiesta para todos los católicos que nos sentimos misioneros.

Conozco a muchos misioneros (de los de verdad) que desgastan cada hora de su vida en la misión de extender el Reino de Cristo: laicos, sacerdotes y religiosas, que en su vida de todos los días hablan y dan testimonio de Jesucristo como nuestro Señor y Salvador y con su sola presencia transmiten el amor de Dios a todo el que se encuentran. Están llenos de Dios y de la abundancia de su corazón habla su boca.

Conozco también a muchos otros... que se dicen y se sienten misioneros sólo porque salen una semana al año a evangelizar a algún pueblo en la sierra, pero el resto del año viven como si Dios no existiera. Tal vez les podríamos llamar "misioneros al 1/52" y ésos, sin duda, se merecen 1/52 del festejo del DOMUND.

También conozco a otra clase de "misioneros" que dicen hacer misiones porque van un fin de semana al año a dar una consulta médica, a entregar medicinas y ropa o a ayudar en la construcción de una casa para una familia pobre (sin saber nada de construcción ni de medicina). La labor social de estas personas es encomiable, pero lo que hacen no se pueden llamar "misiones", al menos no en el sentido católico de la palabra "Misión", cuyo significado es y será siempre la obediencia al mandato misionero de Jesucristo: "Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura"

Construir casas, regalar medicinas y ropa sin un sentido evangelizador (dar a conocer a Cristo a los demás), no es hacer misiones. Se le puede llamar "acción social", "solidaridad", "altruismo", "filantropía", "obra de beneficencia" o simplemente "diversión en familia", pues así es como describen la actividad los que han ido a las "misiones" de construcción: "¡Fue muy divertido, es como armar un LEGO en familia!"... pero a esto... no se le puede llamar Misión.

Ya Mons. Levada nos lo dejó muy claro en el 2007, cuando publicó, como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe la Nota Doctrinal "Acerca de algunos aspectos en la evangelización".

Ahora el Papa nos lo vuelve a recordar en el «Motu Proprio» Ubicunque et Semper, que escribió hace unos días con motivo de la creación del nuevo Dicasterio para la Nueva Evangelización.

Creo que leerlo y reflexionarlo este domingo (se puede consultar aquí) será una muy buena manera de celebrar el DOMUND para todos los que nos sentimos misioneros y queremos serlo de verdad.

Que Dios les llene de bendiciones