Esta entrada es la primera de una serie
dedicada al intenso legado del Papa Benedicto XVI.
Su Santidad Benedicto XVI ha sido más discípulo que
maestro, habiendo elevado su propio motto –Cooperatores
Veritatis- a un don de cooperación con Dios, que es excepcional aún entre las
almas buenas. Muchos de nosotros transcurrimos nuestras vidas inclinándonos a
la voluntad de Dios y muchas veces lo logramos mediante una violenta sacudida
de su gracia. Quienes poseen este excepcional don de discípulos y maestros a la
vez, se comprometen hasta por instinto, para ser verdaderos instrumentos de la
voluntad del Creador. Para él, ese es el don más necesario.
Siendo uno de los más grandes maestros de la fe, demostró
ser un discípulo ejemplar de Cristo y como maestro, hizo de su Pontificado una
cátedra de educación continua en la fe.
Antes de ser electo Papa, ya era un maestro consumado, con más de 25
obras publicadas, extensa experiencia académica durante más de 40 años. Muchos
estudiantes alemanes lo seguían desde que era el joven Padre Ratzinger, que les
impartía sus conferencias con gran claridad y profundidad en sus análisis. Su testimonio como maestro universitario era
semejante al que habían experimentado en la Universidad de Oxford los
discípulos del hoy Beato John Henry Newman un siglo antes. Trajo a su
pontificado el estilo amistoso y cálido que siempre lo había caracterizado en
los círculos académicos, habiendo captivado con este don desde el púlpito, de
tal manera que logró consolidarse como un maestro universal, con un perfil de
manso y humilde pastor. Su legado precede su pontificado.
Los instrumentos tradicionales del Magisterium no fueron los prioritarios en su pontificado. Antes de
llegar a ser Papa, el Cardenal Ratzinger ya había concluido uno de los
proyectos de mayor prioridad en el pontificado de Juan Pablo II: el Catecismo
de la Iglesia Católica y había colaborado estrechamente con Juan Pablo II.
Desarrolló su catequesis utilizando una amplia variedad de instrumentos:
- Tres encíclicas: Deus Caritas Est (Dios es amor), Spe Salvi (Salvados en la Esperanza) y Caritas in Veritate (Caridad en la Verdad).
- · Sus escritos sobre la Liturgia, especialmente su motu proprio, Summorum Pontificum, el 2007, con su liberación de la misa en latín.
- · Tres sínodos de Obispos: Sobre la Eucaristía (el 2005), la Palabra de Dios (2008) y la Nueva Evangelización (2012).
- · Declaró tres años de significativo crecimiento espiritual para nosotros: El año de San Pablo (2008), el Año de los sacerdotes (2009) y el Año de la Fe (2012), aún en curso.
- · La trilogía ‘Jesús de Nazaret’. Utilizando una metodología de crítica literaria e histórica para estudiar la Biblia. En el período post-conciliar, el método de crítica histórica se convirtió en un factor de deconstrucción de la Biblia. En los prólogos de estas obras, el Papa Benedicto XVI aporta una brillante disertación acerca de cómo este enfoque puede balancearse con la fe. En este orden, también concede con humildad: “No presumo de que esta combinación de las dos hermenéuticas se haya logrado por completo en mi libro. Pero espero, haber dado un paso significativo en esa dirección”. El Santo Padre ha insistido explícitamente en que esta trilogía es un trabajo personal, que no corresponde a su Magisterium papal, pero esta obra ha tenido mayor alcance e impacto que lo que pudiera esperarse de una encíclica ordinaria. Para el Santo Padre, el rigor académico no tiene porqué oponerse a la vida de fe.
- · Sus homilías, cuidadosamente elaboradas y publicadas en varias colecciones, que constituyen un legado para las generaciones futuras, nos brindan un curso en Teología bíblica con un rico contenido de expresiones poéticas, además de su extraordinaria capacidad de explicar las verdades de la fe de una forma accesible y sencilla. George Weigel, biógrafo de Juan Pablo II considera que el Papa Benedicto XVI es el mejor homilista papal desde San Gregorio Magno.
- · Sus audiencias de los Miércoles en el transcurso de los 8 años de su pontificado constituyen cursos sobre los Padres de la Iglesia, comentario bíblico, los santos y el arte de orar. Por eso, no debe sorprendernos que sus audiencias atraían aún más peregrinos que las de su predecesor. La pedagogía del maestro y las enseñanzas en sí pueden ser la razón.
- · Sus grandes ‘discursos característicos de Septiembre’, los cuales preparaba durante sus vacaciones de verano, que han dejado una profunda huella: El de la Universidad de Ratisbona (Regensburg) el 2006, Collège des Benardins de Paris el 2007, en el Parlamento de Westminster el 2010 y el de Bundestag de Berlin el 2011. También se publicó un brillante discurso dirigido a la Universidad La Sapienza de Roma, el cual nunca fue pronunciado debido a las protestas de ciertos maestros. Estos discursos tenían una característica común: trataban de la tradición cristiana sobre la fe y la razón, además del rol de la verdad en la vida pública. En Ratisbona, al explicar que la fe no puede demandar algo que es contrario a la razón, sobretodo en cuestión de violencia, se exacerbaron los ataques islamistas y de ciertos medios que manipularon ideológicamente sus pronunciamientos. En Paris, examinó esta misma cuestión partiendo desde la postura opuesta, al señalar que la razón sin fe se cierra en sí misma y es incapaz de dar respuesta a las cuestiones fundamentales de la condición humana. En Westminster, habló de la importancia de la conciencia en la vida política, habiendo pronunciado su discurso en el mismo lugar donde fue condenado a muerte Santo Tomás Moro. En Berlin, hizo eco de San Agustín al mencionar que el ejercicio de la política sin la verdad, convierte al estado en una banda de ladrones.
- · También utilizó el formato conocido como ‘sacar las respuestas bajo la manga’. A veces lo hacía mediante preguntas y respuestas, mientras que otras veces optaba por declaraciones diversas. Lo llegó hacer en reuniones con sacerdotes y con niños que se preparaban para su Primera Comunión. El gran maestro tenía un excelente dominio del arte de conversar.
- · Su participación en retiros se convirtió en una experiencia inolvidable por las enseñanzas y brillantes síntesis que él mismo lograba. En su último retiro, se constató su lucidez cuando reflexionó sobre el tema “el arte de creer, el arte de orar”. Señaló que los teólogos medievales traducían la palabra ‘logos´ no sólo como ‘verbum’, sino también como ‘ars’. “El logos no es sólo una razón matemática, sino que tiene un corazón. El ‘logos’ también es amor. La verdad es hermosa…la belleza es el sello de la verdad”. En pocas palabras, resumió la predicación de una semana a la luz de la gran Tradición.
- · La fidelidad en el campus no podía escapar la atención del discípulo que siempre buscaba llevar a Cristo a los diversos campos del conocimiento humano. No se conformó con pedirles cuentas a los educadores católicos sobre la crisis en la Educación Católica. Más bien se dio a la tarea de re-establecer una visión sobre la educación que comprendiera como misión atraer a los jóvenes hacia Cristo. Su visión comprometió a las universidades católicas a desarrollar una serie de estándares que promovieran su identidad Católica.
- · Su presencia en Twitter también fue efectiva para transmitir sus enseñanzas, sobretodo en @pontifex, donde ya se había unido a los tweeters del mundo, santificando las redes sociales y utilizándolos medios de hoy –iPads y otros instrumentos- para abrir la puerta a la gracia transformadora del amor de Dios y su misericordia. Predicó, dio consejos a las madres de familia, pronunció advertencias y compartió la alegría de la fe.
- · Finalmente, proyectó el símbolo de lo que es un gran maestro, al peregrinar a la beatificación del Beato John Henry Newman en Inglaterra. En base al criterio que nos aporta el Padre Louis Bouyer en sus escritos: “San Agustín fue el gran apóstol de los primeros años de la Iglesia; Santo Tomás Aquino fue el gran apóstol de la Edad Media y el Cardenal Newman es el apóstol de los tiempos modernos”, el Santo Padre vio en Newman al apóstol que le enseña a la Iglesia a manifestarse en esta época. Ambos podrían llegar a ser Doctores de la Iglesia. Quizás tenía en mente al Cardenal Newman cuando escribió en la página editorial del ‘Financial Times’, poco antes de Navidad que ‘los Cristianos no debemos eludir al mundo, más bien, debemos comprometernos con él’.
Como Católicos, nos
encontramos en un extraño limbo emocional con su renuncia. No podemos estar de
duelo porque no ha muerto, el Santo Padre aún vive, mientras esperamos que Dios
nos conceda el regalo de un nuevo Vicario de Cristo…¿Quién puede ocupar en
nuestros corazones el lugar que ya ocupa este manso pastor y humilde maestro?
Nos deja suspirando como los discípulos de Emaús: “¡Quédate con nosotros!”.
-Yvette Camou-
Bibliografía:
· Bouyer,
Louis, Fr. “The Spirituality of the New Testament and the Fathers” I.
Harper-San Francisco. 1982. Pág. 33-34.
·
De
Souza, Raymond J., Fr. “Teacher of Truth”. National Catholic Register. March 4th,
2013 edition.
·
López,
Kathryn Jean. “His Message: Go to Jesus”. National Review magazine. March 1st,
2013.
·
Mancillas Sánchez,
Juan Manuel, Obispo de Texcoco. Comunicado en el portal de la Conferencia del
Episcopado Mexicano sobre la renuncia. Febrero 9, 2013.
·
Ratzinger,
Joseph (Papa Benedicto XVI). “Jesus of Nazareth”. Doubleday. 2007. Págs. xx,
xxi.
·
Ratzinger,
Joseph (Papa Benedicto XVI). “Christians should not shun the world”. London Financial
Times. Op-ed page. December 21st, 2012.
·
Weigel,
George. “A Closer Look”. Radio Show with Sheila Laugminas. February 22nd,
2013. Also published at “The Catholic Voyager”.