María, Madre que educaste a tu Hijo, Jesús. Tú que supiste darle ejemplo a cada instante de su misteriosa vida. Tú que fuiste, junto a tu esposo José, las lámparas que, no sólo cuidaron al hijo encomendado por el Espíritu Santo, sino al Hijo, hecho Hombre que les fue confiado, alumbrándole el camino. Tú, María, Madre de Dios, que has recibido humildemente esa noble y gloriosa misión de formar la Sagrada Familia de Nazaret teniendo entre tus manos al Mesías enviado a salvar el mundo de la esclavitud del pecado.
Tú, María, edúcanos en la fe y en las virtudes de la humildad y misericordia. Tú, María, ejemplo para tu Hijo, quien, rebajado de su condición Divina se hizo niño, nacido por el Espíritu Santo, en tu seno para, humildemente, y despojado de todo privilegio divino, ser criado y educado en tu amor, intercede por todas nuestras comunidades, especialmente por este grupo de blogueros con el Papa, para que lleven a cabo su misión predicadora de la Palabra de tu Hijo, el elegido y predilecto del Padre, junto al Primado de Pedro que Él mismo fundó.
María, Madre de la Iglesia, tú que eres también Madre de Misericordia, intercede por todos nosotros y educanos en la Misericordia que enseñaste a tu Hijo, por la Gracia de Dios, hasta el punto que en dos ocasiones, Jesús, te puso por ejemplo como criatura que haces la Voluntad del Padre (Lc 8, 21 y 11, 28). Porque todo se reduce a ser misericordioso como lo es el Padre. Y es lo que te pedimos, Madre de todos los hombres, que intercedas para que el Espíritu nos enseñe a cumplir la Voluntad del Padre.
Madre, educanos en la fe, porque tú eres ejemplo de perseverancia, de confianza y de humildad aceptando la sagrada misión de ser la Madre del Redentor y salvador del mundo. Gracias, Madre, por aceptar también ser la Madre de todos nosotros.