Los caminos del Señor no son los nuestros. Eso seguro, y más cuando experimentamos tanta rebeldía orgullosa y suficiente que nos atrevemos a rebatir incluso al Espíritu Santo. Porque el Papa, Francisco, es directo sucesor de Pedro, a quien Jesús dio el timón de su Iglesia.
Hoy, el Papa Francisco, nos habla de Jonás, enviado a Nínive, ciudad enemiga de Israel. Es curioso experimentar que el Papa es criticado por sus comentarios, capítulo VIII, de "Amoris Laetitia", precisamente porque habla de acoger y acompañar a los pecadores, a los que están en situaciones irregulares, a los necesitados, en resumen a aquellos que desean incorporarse y ser redimidos. Esto es muy importante. ¿Es que se puede negar la misericordia de Dios a aquel que la pide y la busca? Luego, ¿qué contradicción hay en lo que dice el Papa? Quien busca el perdón hará lo que necesite para alcanzarlo, y la Iglesia debe ser catalizadora para que esa circunstancia se dé.
Hoy el Papa nos describe, al menos yo la veo así, una situación muy parecida. Nínive, ciudad pagana, enemiga y en pecado. Por tanto indigna de la Misericordia de Dios. Y Jonás es enviado a ella para predicar su conversión. Él no lo entiende y huye. Me pregunto, ¿No nos está ocurriendo a nosotros algo igual con respecto a nuestro Papa? Leamos detenidamente lo que el Papa nos dice y reflexionemos abiertos a la Luz del Espíritu Santo.
Hoy el Papa nos describe, al menos yo la veo así, una situación muy parecida. Nínive, ciudad pagana, enemiga y en pecado. Por tanto indigna de la Misericordia de Dios. Y Jonás es enviado a ella para predicar su conversión. Él no lo entiende y huye. Me pregunto, ¿No nos está ocurriendo a nosotros algo igual con respecto a nuestro Papa? Leamos detenidamente lo que el Papa nos dice y reflexionemos abiertos a la Luz del Espíritu Santo.
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 18 de enero de 2017
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy el profeta Jonás nos invita a reflexionar sobre el vínculo entre esperanza y oración. Jonás es enviado a Nínive, ciudad enemiga de Israel y por tanto indigna de la misericordia de Dios, para predicar su conversión. Jonás no lo entiende y huye.
En el barco encontrará a unos paganos que al verse en peligro por una tempestad se ponen a rezar e invitan al profeta a unirse a ellos. Ante la muerte, el hombre reconoce su fragilidad y se abre a Dios con una oración llena de esperanza. Jonás asume su responsabilidad y se sacrifica para que los paganos se salven. En ellos se opera un milagro aún más grande: gracias a esta experiencia de muerte logran encontrar al Dios de la vida, transformándose su oración en una acción de gracias.
Más tarde, el rey de Nínive tras oír las predicaciones de Jonás, se confía a la misericordia y llama a todos a la oración y a la penitencia, salvando así la ciudad.
Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. En la oración, nuestra esperanza no se ve defraudada. En esta Semana de oración que hoy iniciamos pidamos insistentemente al Padre por la unidad de todos los cristianos. Que Dios los bendiga.