Señor, hazme diligente en la fe. Cura mi pereza y hazme entender que… nadie puede velar en lugar de mí, nadie puede amar en lugar de mí, nadie puede rezar en lugar de mí, nadie puede vivir en lugar de mí.
Despiértanos del sueño de una vida superficial, Que cada día llenemos nuestras lámparas en la oración, en los sacramentos, en la comunidad... para que podamos descubrir tu presencia entre nosotros y encendamos cada día la luz de la esperanza. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.