Si quieres, Señor, puedes purificarnos... de los prejuicios con que reducimos a los demás por miedo, de la violencia con la que nos tratamos, de la indiferencia incluso con los más cercanos...
Si quieres, Señor, puedes purificarnos... de nuestras hipocresías, de nuestros cansancios y desencantos, de vivir como si no existieras, de buscar sólo tus regalos y olvidarnos de Vos...
Si quieres Señor, puedes purificarnos... de nuestras faltas de confianza, de nuestras inseguridades, de nuestro regateo de amor. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.