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Hoy en día, en España, no queda ningún partido de izquierda al que se le pueda calificar decentemente. Se han convertido todos en una ralea social, económica y sectaria donde sus prejuicios, cebados lentamente al fuego lento de la hipocresía, campa por sus anchas, convirtiéndose así, en verdaderos laboratorios ideológicos donde cualquier oposición a sus dogmas, son tomados por cismas que alientan al guerracivilismo. A veces, pareciese, que están deseoso de volver al pasado. No creo eso, viven, muy de puta madre esta ganadería lanar, para tan ingente labor. Doy fe de ello. Conozco a unos cuantos, y la humildad y la austeridad no rigen sus vidas.
La ingeniería social socialista que practica el gobierno más totalitario de occidente, con el pasmo de León a la cabeza -verdadero monstruo de siete cabezas malintencionadas y diabólicas, o, diabólicamente malo-, en nuestro país, es desde hace mucho tiempo una terapia cainita que parte de la revisión de la historia (Ley de Memoria Histórica) española, y termina, si termina, por ende, con la difícil tesitura, pero adaptable, de cambiar los hábitos socios/políticos/morales/religiosos etc..., de gran parte de la población española, de común, la más débil, permeable y timorata. Si no podemos cambiar el pasado -que están en ello, vaya si están-, al menos, cambiemos el futuro. Entretanto, el aborto -solo un ejemplo-, por arte de birlibirloque lo han transformado en un Derecho jurídico intrínseco a la mujer. El hombre no pinta nada, ¿y el niño?, el niño que se joda. Ya saben: ¡Nosotras parimos, nosotras decidimos!.
El Pravda, conocido por El País, y antes, diario independiente de la mañana (jijijijj), es referente común y de lectura obligatoria a toda persona autodenominada de progreso (esta gente empieza por falsear dónde se halla el verdadero progreso y concluyen alabando las dictaduras comunistas), representa por si sólo, el paradigma de toda la infamia, bajeza y ataque que cualquier persona con un mínimo común de dignidad personal debe soportar. Una vez desmalazado el mito, la utopía, el triste eslogan -con ello me refiero a que son solo pobres hombres estos periodistas llenos de rencor y odio hacia todo lo que representa el cristianismo en nuestro país- ; uno, comienza a darse verdaderamente cuenta de el daño que viene infringiendo este jodido periodicucho a nuestra nación.
Verdadero panfleto estandarte islamista. Industria pesada subvencionada facturando odio hacia la cruz.
Enemigo declarado de occidente. Inventor de modas que denigra a la persona.
Acabemos con una buena noticia, pues, refrescante: El grupo Prisa cae en picado.
Mucho están tardando.... Todo lo que se funda en la mentira y el odio, acaba por besar el suelo.
Todo.