26 de agosto de 2010

Anecdotario de un amigo (3)


Los padres del Papa se conocieron por un anuncio explícito en la prensa.

Con ocasión del viaje papal, a Alemania en el año 2006, el dominical Bild am Sonntag publicó un anuncio de contactos aparecido en el semanario católico Altoettinger Liebfrauenbote (Correo de Nuestra Señora de Altotting) de 7 de marzo de 1920 , con el que el padre del Papa, "funcionario soltero, católico, de 43 años, con un pasado intachable", buscó "una muchacha buena, católica y limpia que sepa cocinar bien y hacer todas las labores domésticas, versada en la costura y que posea ajuar" para "pronto matrimonio".

Al no lograr el éxito esperado, el anuncio volvió a publicarse cuatro meses después, de nuevo con la petición de remitir ofertas con foto. El gendarme Joseph Ratzinger y la cocinera Maria Peintner se casaron el 9 de noviembre de 1920, cuatro meses después de publicarse el segundo anuncio. Tuvieron tres hijos: Maria, Georg y Joseph Ratzinger.

En aquella época en que no estaba generalizado el teléfono y no existía Internet, es de suponer que los primeros contactos entre los padres de nuestro amigo, se produjeron por carta. Y qué distintas debían ser aquellas cartas de nuestros modernos SMS y cuanto cuidado se pondría en la redacción y en la caligrafía de las mismas. No era para menos, se jugaban el bien casarse.

Benedicto, con medios más modernos, ha seguido los pasos de su padre y, así, con motivo la Jornada Mundial de la Juventud de Sydney, mandó un SMS diario a cada uno de los jóvenes participantes, a los cuales, no conocía. Unos mensajes cortos, pero de cuidada redacción y contenido profundo: “Joven amigo, Dios y su pueblo esperan mucho de ti porque tienes en ti el don supremo del Padre, el Espíritu de Jesús, BXVI”


Esta anécdota nos da pie para hablar de cómo debe comunicarse la Iglesia del Tercer Milenio y de cómo llevar a término una de las prioridades de Su Santidad BXVI, la Nueva Evangelización, de la que nos hablaba en otro post nuestro compañero bloguero DonJoan. En aquel post se hacía hincapié en la actitud orante del evangelizador y en este vamos a poner el énfasis en el anuncio explícito del Evangelio.

Porque la Iglesia no puede andarse con los hombres con insinuaciones y guiños, con un quiero y no quiero, como una adolescente tímida que en realidad no sabe si lo que desea es pasar un rato o llegar a mayores. Necesita un anuncio explícito del Evangelio y eso es lo que atrae a los hombres realmente.

Lo era válido ayer, en Jerusalén, cuando Pedro tomó la palabra para anunciar el Kerigma, sigue siéndolo hoy, en una sociedad parecida a aquella, con multitud de ídolos y la Iglesia en franca minoría. Hoy más que nunca es preciso anunciar que no hay otro nombre sobre el cielo o en la tierra que el Nombre de Nuestro Señor Jesús.

Y así, retomando la anécdota que ha dado pie a este post, un anunció directo, un mensaje de contacto personal, podría quedar así:

“Iglesia Católica, de 2000 años, con un pasado no exento de culpas, busca persona, no importa sea mala y sucia, manirrota y pecadora, para encontrar juntos a Jesucristo, muerto y resucitado y alcanzar la Gloria.”

¿Habrá algún Obispo, responsables directo de la Evangelización, que se atreva a publicar este anunció en un periódico....?... Así nos luce el pelo...