No es lo mismo estar dentro o fuera. Dependiendo de donde estés hay una gran diferencia. Dentro puedes estar condenado a muerte, y fuera tienes todos los derechos del mundo. Dentro, cualquier minusvalía o defecto físico puede llevarte a la muerte, y fuera tendrás todos los medios y ayudas para superarlo.
Es un debate absurdo, inmaduro, infantil, contradictorio y sin argumentos que cada segundo es más difícil sostener y defender. Porque, tanto el de dento como el de fuera, desde el punto de vista científico, pertenecen a la especie humana en diferente estados de desarrollo, pero personas que es lo que interesa.
¿Cómo es posible que mientras a uno, el de dentro, se le prepara en quirófano para morir, condenado a muerte, sin derecho a ser defendido, al otro, el de fuera, en el quirófano contiguo, goza de todos los derechos y ayudas a asistirle para que su corazón siga latiendo? ¿No son ambos personas? ¿Y no tienen los mismos derechos?
Estoy convencido que se trata de intereses económicos pero también de soberbia y tozudez a dar el brazo a torcer. Es absurdo pero el ser humano es así. Hay y habrá muchas muertes por falta de humildad. Sólo es cuestión de tiempo, pero me preocupa que mientras muchos niños continúan muriendo.
No hay argumentos para sostener el falso y egoísta derecho al aborto. Pronto la sociedad tendrá que aceptar que la vida de un embrión pertenece a una persona que vive dentro del cuerpo de su madre, pero no es ni le pertenece al cuerpo de su madre.
Salvador Pérez Alayón