Aquí vengo, Señor, a empezar este día contigo, en oración. Sé que tú tienes siempre la puerta abierta para dejarme entrar en ti por la oración. Quiero empaparme de ti, de tu Palabra, para ser tu discípulo. Quiero que tu savia sea la mía. Por eso te digo: Jesús, ¡cuántas veces me parezco a Tomás!
Dame la fe necesaria para saber decirte en toda ocasión “Señor mío, y Dios mío”. Dame saber creer lo que muchos testigos de tu amor me dicen, para que tu mensaje de amor se pueda seguir transmitiendo por todas partes. Señor mío, y Dios mío, creo en ti, te adoro y te amo. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.