Señor, hoy no vengo con pensamientos profundos, ni palabras bellas, ni con un poema o una canción. Vengo a pedirte, simplemente, que vengas y te quedes a mi lado, que actúes a pesar de mí.
Sé que me hace falta Tu presencia, sé que necesito de Tu Amistad y todo lo que en ella me regalas: paz, sabiduría, esperanza, fuerza, voluntad, amor.
Por eso, simplemente te traigo esto: mi debilidad para darte el lugar que quiero que tengas en mi vida y mis ganas de que estés aquí y ahora conmigo.
Tú sabes lo que tengo en mi corazón mejor que yo. Hazlo tuyo, tómalo, transfórmalo. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.