Buenos días, Señor. Aquí estoy. Empiezo el día contigo. Quiero que seas el primero en subirte a la barca de mi vida para hacerme bogar seguro por este mar tempestuoso. Vengo a llenarme de tu gracia para vivir este día sin miedo y así poder ser testigo de tu amor, de tu misericordia y de tu cuidado. Haz que reciba tu Palabra como Palabra viva que me habla hoy a mí. Apaciguo mi alma, acallo el ruido, y te escucho.
Señor, hoy te pido que calmes la tormenta de mi alma. O si prefieres, cálmame a mí. Que sepa esperar, que sepa confiar. Que la seguridad de saber que siempre estás conmigo me haga perder el miedo y vivir confiando. Tú no nos dejas nunca. Hoy tampoco nos vas a dejar. Quiero empezar el día contigo, quiero que seas el primero en entrar en mi barca. Amén.