12 de agosto de 2010

La nueva evangelización y la oración


Desde hace unos días estoy trabajando sobre el concepto de la nueva evangelización. Estoy convencido de que que los blogueros tenemos nuestra pequeña parcela, el campo en el que debemos evangelizar. En realidad, la evangelización siempre es nueva porque se trata de llegar a todos los rincones del mundo y a todas las generaciones.

Había comenzado este post para abrir un diálogo con otros blogueros acerca de los métodos de la nueva evangelización, cuando he arribado en la conferencia que el cardenal Ratzinger pronunció en el Congreso de catequistas y profesores de religión, en Roma, en diciembre de 2000.

De esa conferencia he entresacado estos párrafos, que seguro serán del agrado de Salvador. Porque él ha insistido desde el principio en la necesidad de que este blog sea un "lugar" de oración y que impulse a la oración. Quizá alguno -yo mismo, en el algún momento- ha podido pensar que esta insistencia era algo exagerada, entre otras cosas porque un blog no es un lugar para orar sino un medio de comunicación.

Pero blogueros con el Papa quiere colaborar con el Santo Padre en la nueva evangelización, por lo que realmente es necesario que estemos en sintonía de pensamientos, de afectos, de métodos. Sintonía entre nosotros los blogueros -cada uno hijo de su padre y de su madre, como se suele decir- y entre nosotros con el Papa. Y aquí está entonces el gran fruto de la oración: todo cuanto digamos será útil y fecundo en la medida en que surja de la oración.

Las frases de nuestro Santo Padre pronunciadas en sus tiempos de Cardenal son esclarecedoras, a este respecto.

"De esta ley de renuncia al propio yo se siguen consecuencias muy prácticas. Todos los métodos racionales y moralmente aceptables se deben estudiar; es un deber usar estas posibilidades de comunicación. Pero las palabras y todo el arte de la comunicación no pueden llevar a la persona humana hasta la profundidad a la que debe llegar el Evangelio. Hace pocos años leí la biografía de un óptimo sacerdote de nuestro siglo, don Dídimo, párroco de Bassano del Grappa. En sus apuntes se encuentran palabras de oro, fruto de una vida de oración y meditación. A propósito de lo que estamos tratando, dice don Dídimo, por ejemplo: "Jesús predicaba de día y oraba de noche". Con esta breve noticia quería decir: Jesús debía hablar de Dios a sus discípulos. Eso vale siempre. No podemos ganar nosotros a los hombres. Debemos obtenerlos de Dios para Dios. Todos los métodos son ineficaces si no están fundados en la oración. La palabra del anuncio siempre ha de estar impregnada una intensa vida de oración.

Ya tendremos ocasión de seguir reflexionando juntos sobre la nueva evangelización, de la que realmente debemos sentirnos protagonistas por muchos motivos, con el ánimo y el ardor con que los antiguos misioneros se lanzaban a las misiones por todo el mundo. La blogosfera es también un universo sin orillas o límites, siempre en crecimiento.