Una palabra me ha llevado a otra. El cardenal Bergoglio estuvo predicando unos ejercicios espirituales a los Obispos de la Conferencia Episcopal Española en enero de 2006. Ese texto, que él había entregado a los participantes, se ha publicado ahora en España bajo el título: "En Él solo la esperanza" (1). Ahí es donde he leído esa palabra que es poco usual en España, pero resulta muy elocuente: "expulsivos". El cardenal les pedía a los Obispos españoles que no fueran expulsivos. Y explicaba que los Apóstoles lo fueron con mucha frecuencia mientras acompañaban al Señor por los caminos:
En la multiplicación de los panes, los discípulos le van con un planteo al Señor: 'Estamos en despoblado y ya es muy tarde. Despídelos, que vayan a los cortijos y aldeas de arededor y se compren de comer' (Mc 6, 35-36). Es un planteo razonable, pero el Señor responde de manera inesperada: 'Dadles vosotros de comer'. Esta actitud 'expulsiva' es característica de los discípulos y será corregida una y otra vez por el Señor. También querrán que 'despida' rápido a la sirofenicia (Mt 15, 23) y 'regañaban' a las mujeres que le acercaban a los niños para que los bendijera (Mc 10, 13). Por otro lado, vemos también por dónde iban los intereses de los discípulos al ver que muchas de sus discusiones giraban en torno a quién era el mayor. Con firmeza y paciencia el Señor los va corrigiendo" (2).Está el Papa hablando de las periferias existenciales de la Iglesia. Si las hay es porque los discípulos de Cristo seguimos siendo "expulsivos" con el prójimo. Se suele hablar en estos días de la reforma que el Papa Francisco llevará a cabo en la Iglesia. Pero se olvida muy rápidamente que antes que de las estructuras, el Papa está continuamente aludiendo a un cambio mucho más fundamental: el de los corazones de los fieles y de los pastores. Deben cambiar las personas. El día que la vida de los todos fieles -y los pastores lo son también - sea reflejo de la Fe que profesan, entonces quizá no sería necesario reformar ninguna estructura eclesial.
Me parece que la manera más radical de ser expulsivos es la repulsividad: actuar de tal modo que las personas no tengan siquiera el deseo de acercarse a nosotros. La repulsividad sería algo así como la expulsividad encarnada. El repulsivo llega a tal perfección en sus hábitos, que logra que los demás se aparten de él y ni se le acerquen. Recuerdo algo que me ocurrió una vez en un autobús de Roma. Estaba yo sentado en uno de los asientos laterales y me extrañó ver cómo los ocupantes de los asientos anteriores al mío se iban levantando uno tras otro y moviéndose a posiciones más alejadas. No lo comprendía hasta que al final también a mí me tocó el turno. Un hedor nauseabundo se desprendía de un mendigo y se extendía lentamente por todo el vehículo.
Los fieles no podemos ser así. Nuestra vida no debería ser nunca repulsiva, porque si lo fuera eso significaría que la Fe no ha llegado a transformarla. San Pablo habló del buen olor de Cristo: "Porque nosotros somos para Dios el buen olor de Cristo, tanto entre los que se salvan, como entre los que se pierden: para éstos, olor de muerte que lleva a la muerte, para aquellos, olor de vida que lleva a la vida" (2ª Corintios 2,15-16).
El buen olor de Cristo es atractivo. Las muchedumbres seguían a Jesús y se le acercaban. Sentían la atracción poderosa de su persona y les encendían la esperanza los signos y milagros de que eran testigos. En esos momentos precisamente hay que evitar la "expulsividad". Cuando una persona se acerca a nosotros con una inquietud espiritual o con una necesidad, y lo hace porque intuye que somos discípulos de Cristo o porque somos sus ministros, hay una oportunidad de Evangelización que no puede echarse a perder.
En una ocasión, un sacerdote visitaba unas parroquias buscando monaguillos que pudiesen participar en un campamento de verano. En una de ellas, el párroco le respondió con toda seguridad: "Lo siento, pero aquí no hay monaguillos. Los acólitos son todos personas mayores". En ese preciso instante se acercó un muchacho de unos diez años y le intentó preguntar algo al señor párroco. Y éste le dijo: "Lárgate de aquí y no seas maleducado, no ves que estamos hablando. Ven más tarde". El otro sacerdote comprendió en ese momento por qué razón en aquella parroquia no había monaguillos.
Esta mañana, mientras maduraba estas ideas en mi cabeza, me ha llegado una de esas fotografías del Papa Francisco a las que les acompaña un texto. En este caso se trata de un email. Lo transcribo tal cual y siento realmente no poder aportar la fuente. Lo hago en la confianza de que no se trate de un bulo. No tendría mucho sentido. Esta historia explica perfectamente cuál debe de ser la actitud pastoral adecuada, en la reforma que nos propone el Papa Francisco:
Buenas tardes, el motivo de mi email es para contarte una historia maravillosa que nos tocó vivir con el -entonces- Cardenal Bergoglio, hoy el PAPA Francisco.
Mi esposa , mi hijo Eduardo, mi hija Emilie y yo vivimos hace 3 años en Canadá por temas laborales. Hace 6 meses decidimos bautizar a nuestra hija en Argentina y queríamos que el padrino sea mi cuñado Federico Abalsamo. Cuando le preguntamos a Federico, nos dijo que a él le encantaría pero que necesitaba bautizarse para ser padrino.
La familia de mi esposa es una familia mixta Judeo-Católica, ya que la madre de mi esposa es judía y el padre es católico… Los padres siempre le dieron a ellos la opción de elegir su religión…Mi esposa eligió la religión católica…la hermana, Carolina, la religión judía y el hermano, Federico, siempre estuvo mas cerca del catolicismo pero nunca se bautizó….Entonces -esa- era una Buena oportunidad para hacerlo.Empezó a averiguar para bautizarse en varia Iglesias y todas le ponían trabas de cursos o tramites burocráticos para hacerlo…Por ese motivo, Federico nos llamó y nos agradeció que lo hayamos elegido como padrino, pero que no se había podido bautizar por las trabas que había encontrado para hacerlo y que, dado el corto tiempo que faltaba para el bautismo, iba a ser imposible.MI esposa -no resignándose- decidió llamar a la Arquidiócecis de Buenos Aires para intentar hablar con Bergoglio, en aquel entonces Cardenal (eso fue aproximadamente el 15 de noviembre de 2012, 3 meses atrás) pudo hablar con la secretaria de Bergoglio quien escuchó atentamente toda la historia y le dijo que se lo iba a trasmitir al Cardenal. 15 minutos mas tarde sonó el teléfono nuestro….era el mismísimo Bergoglio llamando para preguntarnos en qué nos podía ayudar!!!!!!! No lo conocíamos….no nos conocía…y sin embargo nos llamó!!..Mi esposa le contó nuevamente lo que pasaba y la historia familiar…y Bergoglio le dijo que con mucho gusto iba a bautizar a Federico….que vaya ese mismo sabado a la Catedral que él mismo lo iba a bautizar!!! Cuando Bergoglio termino de bautizar a Federico le dijo que jamás se olvide de sus raíces judías!!!.. Increíble persona!! Y como si eso fuera poco Bergoglio se ofrecio a Bautizar a mi hija….nosotros no lo podíamos creer…que el mismísimo Cardenal Bergoglio bautice a nuestra hija!!!El Cardenal se tomo la molestia de venir desde su casa a la iglesia de San Martín de Tours, un sábado a la tarde a bautizar especialmente a nuestra hija sin conocernos y con la humildad de un grande! Tuve la alegría de conocerlo y de hablar con él y es una persona extraordinaria…me gustaría mucho que publiquen esta historia porque habla mucho de su humildad …y de cómo él piensa e interactúa con las religiones hermanas!!!
Realmente un ejemplo increible!!
Joan Carreras del Rincón
___________________(1) Jorge Mario Bergoglio (Papa Francisco), En Él solo la esperanza, BAC, Madrid, 2013.
(2) Jorge Mario Bergoglio (Papa Francisco), En Él solo la esperanza, pp. 24-25.