Señor, nos has enseñado que la venganza por los males de los que hemos sido víctimas está en tus manos. Tú has tomado sobre ti todo el mal del mundo y has sufrido sus consecuencias hasta la muerte.
Enséñanos, Señor, a perdonar. Que a pesar de nuestro sufrimiento sepamos tender la mano. El mal siempre es mal, pero las personas que lo realizan, muchas veces no saben lo que hacen.
Señor, ayúdanos a limpiarnos de los sentimientos de rencor. Nos dañan y dañan a los demás.
Hoy, Señor, queremos pedirte por las personas que nos han hecho daño. Tú sabes lo que les movió a actuar de ese modo. Ayúdales a cambiar si obraron mal y a nosotros líbranos de los lazos del rencor. Amén.