1 de octubre de 2023

ORACIÓN: SED DE TI, SEÑOR

Tengo sed, sed de esperanza, sed de fraternidad, sed de vida, sed de amor del bueno...

Pero, tantas veces bebo aguas contaminadas. Casi sin darme cuenta, dejo el camino de la confianza, de la solidaridad, del servicio y la entrega. Te dejo a Ti, Señor, Manantial de aguas vivas.

Pero mi sed despierta una y otra vez. Como busca la cierva corrientes de agua, como busca pan el niño hambriento, así mi alma te busca a Ti, Dios mío. Mi alma tiene sed de Ti, Dios de la vida. Me hiciste el corazón a tu medida y sólo llenarlo puede tu presencia.

Cuando me sienta cansado, cuando me invada la duda, cuando me duelan las ausencias, cuando me falte la esperanza, cuando me paralice el miedo, entonces me volveré a ti: ¡Dios mío!

Envíame tu luz y tu verdad; ellas me guiarán, me llevarán por el camino de la vida y me darán la alegría más profunda, la esperanza más firme, la luz más clara. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.

29 de septiembre de 2023

ORACIÓN SANTOS GABRIEL, MIGUEL Y RAFAEL

Señor, en la fiesta de los santos ángeles, dame un corazón y una mirada de niño, que sepa sorprenderse y acoger a tantos ángeles que me acompañan, me protegen, me guían y me cuidan, desde el cielo y desde la tierra, sin hacer ruido, sin dejarse notar.

Y que yo también sea también un ángel para las personas con las que me encuentre; que sea, como Rafael, medicina de Dios, para los que sufren en su cuerpo y su alma; que sea, como Gabriel, fuerza de Dios, para los que están a punto de caer; que sea, como Miguel, guerrero de Dios, para defender a Dios y a sus preferidos: a los más pequeños, pobres y necesitados.

Señor, gracias por los ángeles que cuidan y ayúdame a ser un ángel bueno para mis hermanos. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.

ORACIÓN: PACIENCIA

Tú tienes paciencia con nosotros, Tú sabes esperar, Tú aceptas nuestros ritmos, Tú nos conoces del todo...

En cambio, nosotros nos agitamos, no soportamos ritmos distintos, nos cuesta trabajar con el diferente, discutimos en la familia con impaciencia, nos agita lo que el otro hace de otra forma.

Nos invitas, Señor, a tener paciencia, a esperar el día en que todo se calme, a deshacernos de la ansiedad, a dejar que lo que pasa, pase; dejar que lo que ocurre no nos dañe.

Tú nos prometes un cielo nuevo y una tierra nueva, pero nos pides que la construyamos, que no nos quedemos con los brazos cruzados.

Lánzanos al mundo, Señor, sácanos del lamento y de la queja, ponnos en acción constructiva para trabajar juntos en tu misión. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.

28 de septiembre de 2023

ORACIÓN: DIOS EN MI VIDA

Necesito ejemplos en mi vida concreta para ver actuar a Dios. Él está en lo más profundo de mi ser. Y está en la aparente superficialidad de mis días. En lo que hago, en lo que digo, en lo que sufro. Tal vez solo tengo que mirar mi vida hoy para aceptar que Dios me habla en la parábola de mis días. Eso sucede cuando escucho el alma de un hombre. Trato de ver a Dios oculto en los pliegues de su carne. En la hondura de sus lágrimas. En la brisa suave de su sonrisa. Y puedo entonces percibir las manos de Dios actuando y su amor haciéndose vida. Se me hace más fácil entonces describir cómo actúa Dios al verlo actuar en lo más concreto de la vida humana. Al verlo actuar en la mía misma. Donde la Palabra que escucho tiene una fuerza nueva. Y puedo entender su misericordia en las lágrimas de dolor de quien sufre. Y puedo apreciar la fuerza del Reino en un corazón arrepentido.

(sermonje.eu)

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.

27 de septiembre de 2023

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

En la audiencia de hoy, el Papa Francisco nos habla de los "Encuentros del Mediterráneo" y de sus esperanzas en lograr un clima de verdad, de justicia, de paz y amor entre todos aquellas personas que de alguna manera tienen sus vidas vinculadas a este espacio del Mediterráneo donde la vida corre peligro y las confrontaciones entre personas la amenazan.




 PAPA FRANCISCO

AUDIENCIA GENERAL

Plaza de San Pedro 
Miércoles, 27 de septiembre de 2023

[Multimedia]

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Catequesis. Viaje apostólico del Santo Padre a Marsella con ocasión de los "Encuentros del Mediterráneo"

¡Queridos hermanos y hermanas!

A finales de la semana pasada fui a Marsella para participar en la conclusión de los Rencontres Méditerranéennes, que han involucrado a obispos y alcaldes de la zona mediterránea, junto con numerosos jóvenes, para que la mirada se abriera al futuro. En efecto, el evento de Marsella se titulaba “Mosaico de esperanza”. Este es el sueño, este es el desafío: que el Mediterráneo recupere su vocación, de ser laboratorio de civilización y de paz. 

¡El Mediterráneo, lo sabemos, es cuna de civilización, y una cuna es para la vida! No es tolerable que se convierta en tumba, y tampoco en lugar de conflicto. El Mar Mediterráneo es lo más opuesto que hay al enfrentamiento entre civilizaciones, a la guerra, a la trata de seres humanos. Es exactamente lo contrario, porque el Mediterráneo comunica África, Asia y Europa; el norte y el sur, oriente y occidente; las personas y las culturas, los pueblos y las lenguas, las filosofías y las religiones. Cierto, el mar siempre es de alguna manera un abismo que superar, e incluso puede llegar a ser peligroso. Pero sus aguas custodian tesoros de vida, sus olas y sus vientos llevan embarcaciones de todo tipo. 

Desde su costa oriental, hace dos mil años, partió el Evangelio de Jesucristo. 

Su anuncio, naturalmente, no sucede por arte de magia y no se logra de una vez por todas. Es el fruto de un camino en el que toda generación está llamada a recorrer un tramo, leyendo los signos de los tiempos en los que vive. 

El encuentro de Marsella viene después de otros similares que tuvieron lugar en Bari en 2020 y en Florencia el año pasado. No ha sido un evento aislado, sino el paso adelante de un itinerario, que tuvo sus inicios en los “Coloquios Mediterráneos” organizados por el alcalde Giorgio La Pira, en Florencia, a finales de los ’50 del siglo pasado. Un paso adelante para responder, hoy, al llamamiento lanzado por san Pablo VI en su encíclica Populorum progressio, a promover «un mundo más humano para todos, en donde todos tengan que dar y recibir, sin que el progreso de los unos sea un obstáculo para el desarrollo de los otros» (n. 44).

Del evento de Marsella, ¿qué ha salido? Ha salido una mirada al Mediterráneo que definiría simplemente humano, no ideológico, no estratégico, no políticamente correcto ni instrumental, humano, es decir capaz de referirlo todo al valor primario de la persona humana y de su inviolable dignidad. Al mismo tiempo salió una mirada de esperanza. Esto es hoy muy sorprendente: cuando escuchas los testimonios que han atravesado situaciones deshumanas o que las han compartido, y precisamente de ellos recibes una “profesión de esperanza”. Y también es una mirada de fraternidad. 

Hermanos y hermanas, esta esperanza, esta fraternidad, no debe “volatizarse”, no, al contrario, debe organizarse, concretizarse en acciones a largo, medio y corto plazo. Para que las personas, en plena dignidad, puedan elegir emigrar o no emigrar. El Mediterráneo debe ser un mensaje de esperanza. 

Pero hay otro aspecto complementario: es necesario volver a dar esperanza a nuestras sociedades europeas, especialmente a las nuevas generaciones. De hecho, ¿cómo podemos acoger a los otros, si no tenemos nosotros antes un horizonte abierto al futuro? Los jóvenes pobres de esperanza, cerrados en lo privado, preocupados por gestionar su precariedad, ¿cómo pueden abrirse al encuentro y al compartir? Nuestras sociedades muchas veces enfermas de individualismo, de consumismo y de vacías evasiones necesitan abrirse, oxigenar el alma y el espíritu, y entonces podrán leer la crisis como oportunidad y afrontarla de forma positiva. 

Europa necesita volver a encontrar pasión y entusiasmo, y en Marsella puedo decir que los he encontrado: en su pastor, el cardenal Aveline, en los sacerdotes y en los consagrados, en los fieles laicos comprometidos en la caridad, en la educación, en el pueblo de Dios que ha demostrado gran calor en la misa en el Estadio Vélodrome. Doy las gracias a todos ellos y al presidente de la República, que con su presencia ha testimoniado la atención de toda Francia en el evento de Marsella. Pueda la Virgen, que los marselleses veneran como Notre Dame de la Garde, acompañar el camino de los pueblos del Mediterráneo, para que esta región se convierta en lo que desde siempre ha estado llamada a ser: un mosaico de civilización y de esperanza. 


Saludos:

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos a María, Consuelo de los Migrantes, que acompañe el camino de los pueblos del Mediterráneo, para que entre todos construyamos un mosaico de esperanza y fraternidad. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.


Resumen leído por el Santo Padre en español

Queridos hermanos y hermanas:

La semana pasada estuve en Marsella, donde participé de la conclusión de los “Encuentros del Mediterráneo”. El sueño y el desafío compartido es que el Mediterráneo recupere su vocación de cuna de civilización, de vida y de paz. No podemos permitir que se convierta en una tumba, o que facilite la guerra y la trata de personas. Hace dos mil años, de su costa oriental partió el Evangelio de Jesucristo, para que todos los pueblos conocieran el amor del Padre, que nos llama a vivir en fraternidad. 

Queridos amigos, necesitamos una mirada sobre el Mediterráneo que nos ayude a infundir esperanza en nuestra sociedad, y especialmente a las nuevas generaciones. El evento de Marsella nos ha planteado una mirada humana y esperanzada. Una mirada humana, es decir, capaz de referir todo al valor primario de la persona humana y de su dignidad inviolable. Y una mirada de esperanza, con experiencias y rostros concretos, que nos impulsen a construir relaciones fraternas y de amistad social.