30 de marzo de 2017

CARTA DEL PAPA FRANCISCO A LAS FAMILIAS



CARTA DEL PAPA PARA EL ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS

Al Venerado Hermano el cardenal KEVIN FARRELL

Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida

Al final del VIII Encuentro Mundial de las Familias, celebrado en Filadelfia en septiembre de 2015, anuncié que el encuentro sucesivo con las familias católicas de todo el mundo tendría lugar en Dublín. Ahora, con el deseo de comenzar su preparación, me complazco en confirmar que se desarrollará del 21 al 26 de agosto de 2018, sobre el tema: "El Evangelio de la familia: alegría para mundo”. Y con respecto a este tema y a su desarrollo quisiera ofrecer algunas indicaciones más precisas. Deseo, efectivamente, que las familias puedan profundizar en la reflexión y la condivisión de los contenidos de la Exhortación Apostólica postsinodal Amoris Laetitia.

Nos podríamos preguntar: ¿El Evangelio sigue siendo alegría para el mundo? Y también: ¿La familia sigue siendo una buena noticia para el mundo de hoy? ¡Yo estoy seguro de que sí! Y este "sí” está firmemente fundado en el plan de Dios. El amor de Dios es su "sí” a toda la creación y al corazón de la misma, que es el hombre. Es el "sí” de Dios a la unión entre el hombre y la mujer, abierta a la vida y al servicio de ella en todas sus fases; es el "sí” y el compromiso de Dios con una humanidad a menudo herida, maltratada y dominada por la falta de amor. La familia, por lo tanto, es el "sí” del Dios Amor. Solamente partiendo del amor la familia puede manifestar, difundir y regenerar el amor de Dios en el mundo. Sin amor no se puede vivir como hijos de Dios, como cónyuges, padres y hermanos.

Quiero hacer hincapié en la importancia de que las familias se pregunten a menudo si viven partiendo del amor, por el amor y en el amor. Esto significa concretamente darse, perdonarse, no perder la paciencia, anticiparse al otro, respetarse. ¡Cómo mejoraría la vida familiar si cada día se vivieran las tres sencillas palabras "permiso”, "gracias”, "lo siento”! Todos los días experimentamos la fragilidad y la debilidad, y por eso todos nosotros, familias y pastores, necesitamos una humildad renovada que plasme el deseo de formarnos, de educarnos y de ser educados, de ayudar y de ser ayudados, de acompañar, discernir e integrar a todos los hombres de buena voluntad. Sueño con una Iglesia en salida, no autorreferente, una Iglesia que no pase lejos de las heridas del hombre, una Iglesia misericordiosa que anuncie el corazón de la revelación de Dios Amor que es la Misericordia. Es la misma misericordia que nos hace nuevos en el amor; y sabemos cuanto las familias cristianas sean lugares de misericordia y testigos de misericordia; después del Jubileo extraordinario lo serán todavía más, y el Encuentro de Dublín podrá dar señales concretas.

Invito, pues, a toda la Iglesia a recordar estas indicaciones en la preparación pastoral para el próximo Encuentro Mundial. Ante Usted, querido Hermano, junto con sus colaboradores, se presenta la tarea de conjugar de una forma especial la enseñanza de Amoris Laetitia, con la cual la Iglesia desea que las familias estén siempre en camino, en esa peregrinación interior que es una manifestación de vida auténtica. Mi pensamiento se dirige de manera especial a la archidiócesis de Dublín y a toda la querida Nación irlandesa, por la generosa hospitalidad y el esfuerzo que implica organizar un evento de esta magnitud. ¡Que el Señor os recompense a partir de ahora, concediéndoos en abundancia favores celestes!

La Sagrada Familia de Nazaret guíe, acompañe y bendiga vuestro servicio y a todas las familias involucradas en la preparación del gran Encuentro Mundial de Dublín.


Desde el Vaticano, 25 de marzo de 2017

29 de marzo de 2017

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

Ayer me asaltó una terrible duda. En un momento del día, creo que fue por la tarde, me vino al pensamiento el misterio de Dios. ¿Cómo pudo hacerse a sí mismo? ¿De dónde viene su poder? Confieso que desde niño, y también, joven, había tenido esos pensamientos en momentos puntuales. Más, inmediatamente, me mente se abandona a la realidad y experimento que estoy, existo y he sido creado. 

Y en mi corazón palpita la huella de Dios, de ese Dios revelado por Jesús, que me ha creado a su imagen y semejanza. Descubro mi ADN espiritual: felicidad, eternidad y amor, que me asemeja a Dios, mi Padre Dios que me revela Jesús, el Hijo de Dios encarnado en naturaleza humana. Y hoy, nuestro querido Papa Francisco, nos habla de la esperanza. Esa esperanza en la que todo hombre anhela alcanzar esa felicidad eterna y gozosa que experimenta en el amor. 

Sí, me decía, Dios está dentro de mí. No sé de dónde ha salido ni de donde viene su Poder, pero sí, Dios está presente en mi vida y llegar a Él mantiene viva todas mis esperanzas. Y, como Abrahán, sostengo mi esperanza en Él confiado que, como dice nuestro Papa Francisco: nuestra vida se iluminará con la certeza de saber que Aquél que ha resucitado a su Hijo de la muerte nos resucitará también a todos nosotros y nos hará ser una sola cosa con Él, junto a todos nuestros hermanos en la fe.






PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 29 de marzo de 2017


Queridos hermanos:

En la catequesis de hoy hemos visto la estrecha relación que hay entre la fe y la esperanza. En la carta a los Romanos, san Pablo nos dice que Abrahán, «apoyado en la esperanza, creyó contra toda esperanza». El patriarca, a pesar de sus muchos años y la esterilidad de su mujer Sara, siguió creyendo en la promesa que Dios le había hecho de darle una gran descendencia. Frente a la evidencia de una realidad contraria a toda esperanza humana, él se fía de Dios con la certeza de que el Señor cumplirá sus promesas. También nosotros estamos llamados a vivir una esperanza como la de Abrahán, que no se apoya en razonamientos, o en previsiones o cálculos humanos, sino que hunde sus raíces en la fe en la Palabra de Dios. Así nuestra vida se iluminará con la certeza de saber que Aquél que ha resucitado a su Hijo de la muerte nos resucitará también a todos nosotros y nos hará ser una sola cosa con Él, junto a todos nuestros hermanos en la fe.

Saludos:

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos a la Virgen María que en este tiempo de cuaresma nos ayude a intensificar nuestra preparación espiritual para que la celebración del misterio pascual de Cristo renueve nuestra fe y nuestra esperanza. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias.

25 de marzo de 2017

EN EL VIENTRE DE SUS MADRES




Hoy, 25 de marzo, día del niño por nacer, queremos arrancar un grito desde lo más profundo de nuestro corazón para clamar que viven en el vientre de sus madres y esperan nacer a la vida, a esa vida que Dios les ha dado y a la que, como hijos, tienen derecho a vivir.

Hoy celebramos el acontecimiento de la anunciación, cuando por obra del Espíritu Santo, María, concibio a su Hijo Jesús. Hoy, también leemos en el Evangelio que Isabel, prima de María, que llevaba ya gestando, de seis meses, a su hijo Juan. Y al ser visitada por María, el ñiño saltó de gozo en su vientre. 

Por eso, defendemos que la vida empieza en el momento de la concepción y ya inician un camino, pero vivos, de gestación hacia el nacimiento a la vida de este mundo. Por eso, uniéndonos a todas las asociaciones y grupos providas, rezamos y reclamamos el derecho a la vida desde el momento que nacemos a la vida, en el vientre de nuestras madres.

MARÍA Y JOSÉ, LOS ELEGIDOS

No resulta fácil comprender la elección de María. Desde el principio fue elegida y preparada para ser la Madre de Jesús. Y eso, desde nuestra limitada mente nos cuesta entenderlo. Nos parece como que limita la colaboración de María. Sin embargo, era libre, como tú y como yo, y podía negarse, porque no era fácil lo que se le venía encima.

¿Te presta tú a eso si Dios te elige? ¿Crees fácil averiguarlo? ¿Y fácil responder? ¿Te imaginas tener que cambiar tus planes y proyectos? ¿Entiendes la huida a Egipto? ¿Y si la entiendes, la asumes sin más? Todas esas preguntas, y más que podemos hacernos, nos responden a la dificultad de la tarea de José y María. y nos dejan claro que su cooperación fue libre y confiada. Una respuesta dura y peligrosa que exigía una madura y confiada fe.

Respuesta como la que tratas de dar tú y también yo. Respuesta cargada de dudas, de incertidumbre, de vacilaciones y de miedos. Respuesta pobre, humilde y confiada. Porque en el fondo nos fiamos del Señor. No sabemos cómo y por qué, pero nos fiamos de su Palabra. Palabra de Vida Eterna. 

Pero experimentamos miedo y debilidades. Necesitamos la Gracia y la Fuerza del Espíritu Santo que nos de ese impulso que quizás nos paraliza y no nos atrevemos a dar. María y José lo dieron, se fiaron del Señor hasta los últimos momentos de sus vidas. José antes, pero María hasta el último momento al pie de la Cruz. Se mantuvieron firmes, confiados y seguros. Y es que la fe crece y se fortalece.

Eso queremos pedirles hoy, María y José, que intercedan por nosotros y nos ayuden a sostenernos firmemente como ustedes. Que nos ayuden a defender la vida como José hizo con Jesús y con María. Eso queremos rogarles, que seamos fieles y firmes en confiar y esperar la asistencia y el auxilio del Espíritu Santo siguiendo la estela y el mismo camino que siguieron ustedes. Amén.

22 de marzo de 2017

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

El Papa Francisco continua con sus catequesis en sus respectivas audiencias. Hoy nos habla de lo que nos dice San Pablo con el fin de animarnos y ayudarnos en el camino hacia el Señor. Fundamental es la perseverancia o paciencia, para soportar todas las adversidades y obstáculos que nos salen al paso en nuestro camino. Y, no menos, la consolación, capacidad de sabernos consolados, acompañados y auxiliados en todo momento por el Señor, sobre todo en las situaciones más deprimidas y decepcionantes de nuestro camino.

Por eso, nuestra fortaleza no nace de nosotros, débiles y frágiles, sino que nos viene de Dios. En Él nos fortalecemos y superamos los obstáculos que nos asedian y nos amenazan con destruirnos y derrumbarnos. En y por Él avanzamos con paso firme y, en las debilidades, somos fuertes, capaces de, en el Espíritu Santo, vencer todas las dificultades que nos cierran el paso hacia la Casa del Padre.





PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 22 de marzo de 2017


San Pablo continúa ayudándonos a comprender mejor en qué consiste la esperanza cristiana. Hoy señala dos actitudes importantes para nuestra vida y nuestra experiencia de fe. La perseverancia o paciencia es la capacidad de soportar, de permanecer fieles, sobre todo en medio de las situaciones adversas. Por otra parte, la otra actitud, la consolación es la gracia de saber acoger y mostrar en todo momento, especialmente en aquellos momentos marcados por el sufrimiento y la desilusión, la presencia y la acción compasiva de Dios que nunca nos abandona y permanece siempre fiel en su amor por nosotros.

Por eso el Apóstol afirma que somos fuertes, porque en la lógica del Evangelio nuestra fuerza no viene de nosotros sino del Señor, que nos concede experimentar su consolación y su amor fiel, y nos da la capacidad de estar cerca de los hermanos más débiles y de hacernos cargo de su fragilidad.

La Palabra de Dios alimenta en nosotros la esperanza, que se traduce concretamente en servicio recíproco y en el compartir. Esto es posible sólo cuando en el centro está Cristo y su Palabra, porque él es el “hermano fuerte” que nos cuida y nos carga sobre sus hombros de “Buen Pastor”, tierno y solícito.


Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los provenientes de España y Latinoamérica. Agradezcamos al Señor el don de su Palabra y no olvidemos que nuestra esperanza no depende de nuestras capacidades, sino de la ayuda de Dios y de la fidelidad de su amor. Muchas gracias.


18 de marzo de 2017

MARÍA, PRESENTE EN LA OBRA REDENTORA DE SU HIJO

María es consciente de su papel. Es la Madre, a quien Jesús, el Hijo debe obediencia, tal y como ocurre en todas las familias, y más en aquel pueblo de Israel. Honrar a los padres y madres, dirá Jesús más tarde es ganar la salvación. ¿Cómo iba Jesús a desobedecer la invitación de María a actuar en aquella boda a la que habían sido invitados?

Hablamos de Caná, la boda de Caná. María se da cuenta de la necesidad de aquellos esposos. Se pone en su lugar. Y sabe de su Hijo. Conoce su misión y lo hace presente de esa necesidad de aquellos esposos. Están en apuros y María, la Madre, invita a su Hijo a mirar por aquella familia y solucionarles el problema.

Deducimos que María sabe la identidad y divinidad de su Hijo. Había sido anunciada por el Ángel Gabriel, pero habían pasado muchos años, treinta años aproximadamente, y María sabe que ya es la hora de su Hijo. Y le invita a presentarse y a actuar por el bien de los hombres. En ese momento unos esposos conocidos a cuya boda habían sido invitados. Y Jesús parece oponerse, pero accede. Es fiel a la obediencia de su Madre, y, quizás, adelanta su momento. Actúa por mediación de su Madre en favor de aquellos esposos.

¿Cómo no va a actuar por todo lo que María le pida en favor de sus hijos? Porque sus hijos somos también nosotros y María, si le rogamos, actuará intercediendo a su Hijo por nosotros, por nuestros problemas, por nuestras situaciones, nuestras dudas, nuestras oscuridades, nuestros errores y pecados. María, nuestra Madre, intercede por los hombres para que se manifieste el poder salvífico de su Hijo en todos ellos y los salve y libere de todas sus miserias y pecados.

Pero, también, María nos interpela y nos invita a hacer lo que Jesús nos dice. María, eco de las Palabras del Padre en el Bautismo del Hijo, y también en la Transfiguración del Tabor, nos invita a escuchar al Hijo y a hacer lo que él nos dice y nos enseña. Meditemos bien estas palabras. María, nuestra Madre, nos cuida, nos acompaña y nos presenta a su Hijo, y nos invita a seguirle, a escucharle y a hacer lo que Él nos enseña y nos testimonia con su Amor. Amén.

17 de marzo de 2017

LA AUTORIDAD DE LA BIBLIA (TEMA 2)

CURSO SOBRE EL MINISTERIO PETRINO
TEMA 2
LA AUTORIDAD EN LA BIBLIA

Ya desde la Catequesis de la Creación, en los primeros capítulos del Libro del Génesis, encontramos señales certeras e inequívocas de cómo Dios se manifiesta respecto de su autoridad.
Es más que evidente que si Dios quisiera, omnipotente como es, hubiera podido hacer uso de su infinito e ilimitado poder, de tal manera que podríamos asegurar, sin lugar a dudas, que le hubiese resultado imposible al ser humano desobedecerle. 

Pero la Biblia no nos enseña que esa sea la manera de actuar de Dios...
Dios, pudiendo hacer uso del poder absoluto, es decir, dicho en palabras bien humanas, pudiéndose mostrar como un caudillo o jerarca absolutista... no lo hace. Pero, ¿por qué? ¿por qué no lo hace?


a) Dios no usa un poder absolutista porque ello sería lo mismo que negar al ser humano el gran regalo de la libertad. Dios nos ha creado libres. Nuestra alma está impregnada de libertad. 
Bien es verdad que esa libertad ha de escoger el bien para ser verdaderamente libre, pero es imprescindible que ese bien se escoja, no que se imponga. Si se nos impone el bien y no lo podemos escoger, entonces dejamos de ser libres e, incluso, un bien que se impone puede parecer que también deja de ser el bien. 
Por eso Dios permite que Adán y Eva, pudiendo escoger el bien, acaben eligiendo el mal, la desobediencia, la rebeldía contra su Creador.

b) Dios tampoco usa su poder de forma absolutista porque no está tratando con esclavos, ni tan siquiera con súbditos. Dios nos trata como hijos, pues lo somos. Y a los hijos se les trata no con normas de obligado cumplimiento sin más, sino con amor, mucho amor. 
Pero el amor sin libertad no es amor. Si se obliga a alguien a “amar”, esa acción deja de ser amor, por mucha apariencia que de ello tenga. El amor requiere de manera imprescindible de libertad.

c) Por todo ello, la manera de actuar de Dios no es haciendo uso de un poder absolutista sino con una decidida autoridad, que presenta sin engaños ni ambigüedades el plan de felicidad para el hombre. Se lo presenta, se lo propone, pero no se lo impone. 
Dios Padre y Creador nos habla con autoridad, con una autoridad generosa, con una autoridad paciente, con una autoridad que perdona. Y es que el verdadero poder, aquel que se ejerce desde la autoridad es siempre generoso porque su poder, su ejercicio legislativo, incluso desde un sentido punitivo, siempre busca nuestro bien, está pensado para rescatarnos y no para hundirnos. La autoridad de Dios no ve fantasmas que menoscaban su poder y, por tanto, no necesita ser “duro” para afianzar su autoridad.

Así pues, Dios no es “autoritario” ni tampoco responde con simplezas como “esto es así porque yo lo mando”. Dios hace el uso más inteligente del poder: aquel que muestra que goza de por sí de una autoridad moral que no necesita vencer a nadie porque pretende convencer a todos.
Para ello nos ilumina con su Espíritu y nos envía a sus profetas. Primero fueron Isaías, Jeremías, Ezequiel... después Juan el Bautista, su mismo Hijo Jesucristo y apóstoles como Pedro y Pablo. Y así hasta nuestros días: Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II... Monseñor Romero, Madre Teresa de Calcuta... y hoy el Papa Francisco.

QUIQUE FERNÁNDEZ

15 de marzo de 2017

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

Cada día es una prueba de amor. Una prueba donde experimentamos nuestras dificultades, nuestras tentaciones y bajezas y nuestras caídas. Y, realmente, si no fuera, como nos dice el Papa Francisco en su audiencia de hoy, el amor de Dios, quedaríamos sin esperanzas y vencidos por la muerte. Es la Esperanza del Amor de Dios la que nos levanta, nos vigoriza y nos fortalece para continuar la lucha y para enmendarnos a su Misericordia con la esperanza de ser perdonados.

Nos reconocemos pecadores y desmerecedores del perdón. Sin embargo, el Amor de Dios, nuestro Padre, nos salva y por su Misericordia recuperamos el ánimo para seguir la lucha. Gracias, Santo Padre, por compartir estos criterios que nos animan y fortalecen para el camino.







PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 15 de marzo de 2017


Queridos hermanos y hermanas:

En la Catequesis de hoy, san Pablo nos recuerda que el secreto para mantenernos alegres en la esperanza es reavivar en nuestros corazones el amor de Dios.

Todos somos pecadores, pero el Señor, que es rico en misericordia, abre ante nosotros una vía de libertad y de salvación, que es la posibilidad de vivir el mandamiento del amor, dejándonos guiar por el corazón de Jesús Resucitado.

Vivir y actuar el mandamiento del amor es un don de la gracia de Dios; por eso, cuando amamos, hay que evitar caer en la hipocresía de buscar nuestros propios intereses, y también en la idea falsa de pensar que si amamos es sólo mérito nuestro.

La auténtica caridad nace del encuentro personal con el rostro misericordioso de Jesús, y nos lleva al encuentro sincero con los hermanos. Sólo de esta forma podremos mantenernos alegres en la esperanza, pues sabemos que a pesar de nuestras debilidades y fallos, y hasta en los momentos más difíciles, el amor de Dios nunca nos abandona, y nos impulsa a compartir con nuestros hermanos todo lo que cada día recibimos de él.


Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. En este tiempo de cuaresma, los invito a que, alegres en la esperanza, reaviven en sus corazones el amor que han recibido de Dios y lo compartan con todos los hombres con obras de caridad sincera. Que Dios los bendiga.


11 de marzo de 2017

MARÍA, LA MADRE DEL PERDÓN

El perdón es el caballo de batalla del cristiano. Seguir a Jesús es forjar a fuego en tu corazón la huella y marca del perdón. Sin perdón no trates de seguirlo, pues sería imposible. Pierde sus huellas y su camino y terminas por perderte tú también.

María, su Madre, le sigue desde el mismo momento que lo acepta en su vientre. María, desde ese momento vive en y para Jesús, el Hijo único de Dios Vivo. María, sencilla y humilde desde lo más profundo del dolor de su corazón, ofrece su amor y su perdón a todos lo que clavan en su Hijo la blasfemia, el insulto, el martirio y la condena, condenándolo a morir en la Cruz.

María, constituida, con los apóstoles, en comunidad eclesial, ofrece el perdón a todos aquellos que, junto a su Hijo, lo han crucificado y rechazado. Y, María, continúa hoy acompañando a la Iglesia en ese dolor de padecer los martirios y sufrimientos de todos aquellos que se ensayan en sus hijos, persiguiéndolos hasta darles muerte.

Ella es icono e imagen para todos nosotros, porque ella es la primera en cumplir la Voluntad de Dios y servirnos de ejemplo y testimonio alumbrándonos el camino del perdón y la misericordia. María, que en todo momento nos sostiene unidos, intercede por la Iglesia para que soporte y supere todas las persecuciones y blasfemias a la que es sometida.

Sólo el amor, que ella sabe dar y contagiar es el arma capaz de transformar el odio y la sed de venganza de aquellos que se afanan en perseguir a la Iglesia y amenazar con destruirla. María, Madre del perdón, enséñanos a perdonar como Tú, junto a tu Hijo y al pie de la Cruz, supiste unirte a Él en el Perdón elevado al Padre para todos aquellos que no saben lo que hacen. Amén.

4 de marzo de 2017

NUESTRAS ANSIAS DE ASCENDER

Todos queremos más, así reza la canción conocida por todos, pero también así nos empuja el corazón a querer progresar, tanto materialmente como espiritualmente. Todos queremos ser mejores, y lo descubrimos cuando iniciamos nuevas etapas en nuestras vidas. Experimentamos deseos de perfección y de hacer todas las cosas bien. ¿Quién no se ha propuesto, después de alguna experiencia espiritual ser mejor?

Somos el vivo ejemplo de la parábola del sembrador -Mt 13, 3-9- nos ilusionamos pronto, pero luego la poca profundidad de nuestra fe se seca rápidamente con las dificultades y tentaciones de nuestro mundo.

Nadie está más cerca de Dios que nuestra Madre la Virgen. Dios la ha llenado de Gracia y la ha hecho su Madre, durante su tiempo, bajo la Naturaleza Humana, por este mundo. Es la más alta entre todas las criaturas y también la más humilde y perseverante en vivir según la Voluntad de Dios. 

Vivamos aprendiendo y mirando hacia ella, porque como Madre nos enseña a persevera y sostenernos, siendo grande en el orden espiritual, humilde en el aspecto material. Enterada de tal dignidad, corrió a servir a su prima Isabel - Lc 1, 39-45 -.

Tratemos, aprovechando este camino cuaresmal, de esforzarnos en crecer y progresar en el orden espiritual tanto como hacemos y ponemos en el orden temporal, sabiendo que en lo primero atesoramos tesoros que no se corrompen y son eternos, mientras que los temporales su nombre ya los descubre.

Pidamos a nuestra Madre que nos acompañe e interceda en su Hijo, para que, caminando en torno y unida a ella sepamos distinguir el verdadero Tesoro que merece la pena alcanzar y llenar de él nuestro corazón. Amén.

2 de marzo de 2017

Homenaje P Román

Con nuestro agradecimiento, cariño y admiración al P. Román Llamas OCD, quien ha cooperado en este Blog, poniendo de relieve la gran figura del Patriarca San José y nos ha transmitido su gran espiritualidad. Dios le bendiga y le guarde, le recompense su entrega, generosidad y servicio a la Iglesia, al Carmelo y a la comunidad real y virtual, a lo largo de su vida sacerdotal.

1 de marzo de 2017

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

Hoy, nuestro Papa Francisco, nos recuerda nuestro propio camino cuaresmal. Camino de preparación de nuestra propia pascua, que como el Señor, tendremos que soportar, recorrer y vencer con la resurrección. Esperanza de nuestro camino y de nuestra vida.

La Pascua del Señor, paso de la muerte a la Vida, es el fundamento de nuestra fe. En la Resurrección de nuestro Señor reviven todas nuestras esperanzas, porque nosotros, como Él y en Él, vivimos y caminamos en esa esperanza, la de la Resurrección en Xto. Jesús. Él nos da la Vida y nos acompaña en nuestro camino penitencial revestiéndonos de su Gracia, por la oración y los sacramentos, como nos indica nuestro Papa Francisco. 






PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 1 de marzo de 2017


Queridos hermanos y hermanas:

Hoy, miércoles de ceniza, los invito a reflexionar sobre la cuaresma como tiempo de esperanza. Al igual que el Pueblo de Israel que sufrió la esclavitud en Egipto, cada uno de nosotros está llamado a hacer experiencia de liberación y a caminar por el desierto de la vida para llegar a la tierra prometida.

Jesús nos abre el camino al cielo a través de su pasión, muerte y resurrección. Él ha debido humillarse y hacerse obediente hasta la muerte, vertiendo su sangre para librarnos de la esclavitud del pecado. Es el beneficio que recibimos de él, que debe corresponderse con nuestra acogida libre y sincera.

Estamos llamados a seguir el ejemplo de Nuestro Señor. Él venció al tentador y ahora nosotros debemos también afrontar la tentación y superarla. Él nos dio el agua viva de su Espíritu y nosotros debemos ir a buscarla a la fuente de los sacramentos y la oración. Él es la luz que vence las tinieblas y nos pide a nosotros alimentar la llama que se nos confió el día de nuestro bautismo. De este modo, nuestro camino cuaresmal será signo sacramental de nuestra conversión.

Catequesis completa

Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Los exhorto a caminar en esperanza y con empeño en este camino de amor, que hoy Dios nos propone al inicio de la Cuaresma. Que nuestro esfuerzo forje una esperanza sólida, como la de María, que continuó a creer y a esperar incluso cuando se encontraba junto a la cruz de su Hijo. Que Dios los bendiga a todos.