24 de abril de 2025

ORACIÓN: A VECES HAY QUE SABER ESPERAR

 A veces hay que esperar, porque las palabras tardan y la vida suspende su fluir.

A veces hay que callar, porque las lágrimas hablan y no hay más que decir.

A veces hay que anhelar porque la realidad no basta y el presente no trae respuestas.

A veces hay que creer, contra la evidencia y la rendición.

A veces hay que buscar, justo en medio de la niebla, donde parece más ausente la luz.

A veces hay que rezar aunque la única plegaria posible sea una interrogación.

A veces hay que tener paciencia y sentarse junto a las losas, que no han de durar eternamente. Amén.

(José María Rodríguez Olaizola, SJ)

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

23 de abril de 2025

ORACIÓN: PEDID Y SE OS DARÁ

Pidan paz y se les dará ternura. 
Pidan amor y se les darán nombres. 
Pidan misión y se les dará un camino. 
Pidan encuentro y se les darán palabras. 
Pidan escuela y se les dará un Maestro. 
Pidan  justicia y se les darán causas. 
Pidan verdad y se les darán preguntas. 
Pidan poder y se les dará una toalla y un lebrillo. 
Pidan descanso y se les dará un amigo. 
Pidan valor y se les dará una cruz. 
Pidan pasión y se les darán tormentas. 
Pidan alegría y se les dará bienaventuranza. 
Pidan sabiduría y se les dará memoria. 
Pidan fuerza y se les dará esperanza. 
Pidan libertad y se les dará Resurrección.  

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

22 de abril de 2025

ORACIÓN: ¿DE QUÉ SE TRATA?

Señor, enséñame a ver de que no se trata de “cómo moriste” sino de “cómo viviste”.

Que no se trata de “cuánto ganaste” sino de “cuánto diste”.

Enséñame que no se trata de “tener dinero” sino de “ tener corazón” Que sepa preguntarme al final de cada día, si tuve siempre una palabra amable, una sonrisa, si supe enjugar una lágrima de un hermano si estuve al lado de quien me necesitó, si fui fiel a mi corazón.

Enséñame Señor a ver las verdaderas cosas que importan, no permitas que me deje ganar por las preguntas del mundo sino con las preguntas que me llevan a ser una mejor persona, y sobre todo Señor, que sepa preguntarme todos los días, si supe amar como Tú nos enseñaste. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

21 de abril de 2025

ORACIÓN DOMINGO DE PASCUA

La resurrección comienza ya. Gracias, Jesús Resucitado, porque tu vida nueva nos envuelve, nos arrastra.

Gracias por resucitarnos de la tristeza a una alegría que nadie nos puede quitar.

Gracias por resucitarnos del egoísmo a la generosidad de quien entrega la vida.

Gracias por resucitarnos de la búsqueda de placer y conducirnos a la búsqueda del amor más grande.

Gracias por resucitarnos del aislamiento, para abrirnos a la relación con los hermanos.

Gracias por resucitarnos del yo, de "los míos" para que nos ocupemos de los más necesitados.

Gracias por resucitarnos de la desilusión a una esperanza más grande que la muerte. 

Gracias por resucitarnos del sin-sentido a la alegría de saber que Tú eres el camino y la meta.

Sigue envolviéndonos, sigue arrastrándonos, Todavía nos falta tanto... Sigue resucitándonos. AMÉN.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

20 de abril de 2025

ORACIÓN: MARÍA DEL SÁBADO SANTO

María, ha pasado el Viernes Santo. Tus ojos ya no tienen más lágrimas para la cruz, para el dolor por el Hijo muerto, para el silencio, para el frío de la losa, para la piedad y la soledad.

No sabías cómo aparecería, ni cuándo, ni dónde. Pero estabas segura. Pronto Jesús te besaría de nuevo. Y Tú lo tomarías en tus brazos, como en Belén, como al pie de la cruz. Pero ahora más vivo que nunca. Tu esperanza anticipó la alegría de la resurrección.

María, acompáñanos en nuestra espera. Queremos estar seguros, como Tú, de que podemos resucitar, en esta tierra, a una vida nueva, a una vida más entregada y alegre. Queremos estar seguros de que el bien de este mundo vencerá al mal. Queremos estar seguros de que tu Hijo Jesús nos resucitará a una vida más grande y bella que todos nuestros mejores sueños juntos. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

19 de abril de 2025

ORACIÓN VIERNES SANTO

Jesús, tu humanidad me sobrecoge. Tu amor, mezclado en ese misterio de iniquidad, me deja sin palabras. Me postro ante tu cruz. Beso tu cruz. Te adoro. En ella veo a todos los crucificados de este mundo: los que sufren violencia, los que están empobrecidos, deshumanizados, los que padecen enfermedades incurables, soledad, abandono, marginación. Dame valentía y creatividad para trabajar por un mundo más humano. Abre mi vida a la ternura entrañable, a la solidaridad compasiva. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

18 de abril de 2025

ORACIÓN jUEVES SANTO

Jesús... Naciste por mí, porque me amas. Me miras con ternura, porque me amas. Me llamas para ser más feliz, porque me amas. Me das compañeros de camino, porque me amas. Me perdonas y me ayudas a perdonarme, porque me amas. Me revelas tus secretos porque me amas.  

Levantas mi esperanza derrumbada, porque me amas. Tu grandeza se muestra en mi debilidad, porque me amas. Me alimentas con tu cuerpo hecho pan, porque me amas. Te arrodillas ante mí y me lavas los pies y el alma, porque me amas. Llamas y envías sacerdotes, para ayudarme a sentir tu amor, tu perdón, tu fuerza y tu alegría, porque me amas. Compartes conmigo tu angustia y tu tristeza en Getsemaní, porque me amas. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

17 de abril de 2025

ORACIÓN MIÉRCOLES SANTO

Pienso en esas veces que, me he visto traicionado por gente que creía quererme y me utilizaba, para sacar provecho. Pienso en gente que, como Judas, eran seguidores de Jesús, sin embargo, como él, también fueron capaces de cometer una traición.

Ahora, pienso en las veces que, he sido yo el que he traicionado. El que he hecho sufrir. El que me creía seguidor de Jesús y, cuando las cosas se han puesto difíciles, no he dudado en traicionarle. Me detengo a ver mis justificaciones para hacerlo.

Pero daremos un paso más. Ahora, pondré cara y nombre a la persona a la que he traicionado. Y observaré ¿puedo mirarle de frente? ¿Me he dado cuenta de que cuando traiciono a una persona estoy traicionando a Jesús, lo mismo que Judas?

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.

16 de abril de 2025

ORACIÓN MARTES SANTO

Señor, amas mi debilidad, me pides que te ofrezca mi debilidad. Me llamas a mí, con mi amor propio, mi orgullo, mi ímpetu dominador, mi corazón dividido, mi ansiedad, mi necesidad de relación, mi sensibilidad que me produce tantos rompimientos de cabeza, mi cansancio, mi perfeccionismo, mi coraje... Me quieres como soy.

Ayúdame a comprender que en mi herida está mi don; en mi pecado, tu misericordia; en mi pobreza, tu riqueza; en mi tentación, tu Espíritu; en mi sufrimiento, la fuente de la sabiduría; en mi dolor, la capacidad de comprender a los demás. Amen.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.

15 de abril de 2025

XIV ESTACIÓN. EL SEPULCRO

Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús. (Juan 19,41-42) ¿La muerte puede retener la vida? ¿La piedra puede detener para siempre el poder del amor victorioso? Terrible silencio de la Palabra eterna, un poder a punto de desprenderse de la Palabra de la nueva creación. En la colina cercana a Jerusalén, el nuevo mundo, como en el vientre de una madre, se prepara para el nacimiento, llevando en la carne del Hijo abandonado la materia del mundo, resucitado en el Resucitado. Contigo, el deseo se convirtió esperanza, y la esperanza anticipaba el futuro prometido. ¡Ven, Señor Jesús!

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

14 de abril de 2025

XIII ESTACIÓN. EL DESCENDIMIENTO

Vino José de Arimatea, miembro noble del Sanedrín, que también aguardaba el reino de Dios; se presentó decidido ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Este compró una sábana y, bajando a Jesús, lo envolvió en la sábana. (Marcos 15,43 y 46)

Yacías abandonado en los brazos de aquella que te había envuelto en pañales recién nacido, y te había custodiado en el silencio del corazón. Ahora te contemplaba para decirte todavía palabras de amor… En su corazón de Madre la espera lacerante era abandono y paz confiada en la fidelidad de la promesa divina. La Madre del sábado santo llenaba de fe la noche de la espera. Con ella cerca, nuestro dolor es alcanzado por la promesa de que la vida vencerá a la muerte y se convertirá en el misterioso amanecer del octavo día. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

13 de abril de 2025

XII ESTACIÓN. LA MUERTE

Era ya como la hora sexta, y vinieron las tinieblas sobre toda la tierra, hasta la hora nona, porque se oscureció el sol. El velo del templo se rasgó por medio. Y Jesús, clamando con voz potente, dijo: «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu». (Lucas 23,44-46) 

Y la Palabra enmudeció, inmersa en el último silencio. Abandonada en los brazos del madero de la cruz, después del último grito, entró en el silencio. ¡El silencio nunca fue tan grande ni la oscuridad tan densa! Se apagó la luz, la que ilumina a todo ser humano que viene a este mundo. La Palabra calló, la que dijo y todo fue creado. Suspendida, la tierra esperaba y el corazón del mundo latía en el anhelo de la noche que prepara el amanecer de tu resurrección: como nuestra esperanza para que la vida resurja en tu vida de Señor resucitado. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

12 de abril de 2025

XI ESTACIÓN. LOS CLAVOS

Era la hora tercia cuando lo crucificaron. Crucificaron con él a dos bandido uno a su derecha y otro a su izquierda. (Marcos 15,25 y 27) 

Los clavos asidos a la carne del Hijo de Dios para detener tu aliento, ¡tú que eres la fuente de la vida! ¡Delirio de la omnipotencia del verdugo! Humildad de Dios que se rinde a la cautividad de la muerte, para vencerla irradiando desde su interior la vida más fuerte que el dolor y la prueba, y que convierte el último silencio en un canto de victoria. ¡Ven a salvarnos, Señor Jesús!

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

11 de abril de 2025

X ESTACIÓN. LAS VESTIDURAS

 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? se reparten mi ropa, echan a suerte mi túnica.

(Salmo 22,2 y 19) 

Nadie se quedó, tampoco se quedó la ropa que cubría tu cuerpo, Dios hecho pobre por el bien de los pobres. Tu carne se preparó así para el último paso: perforada por los clavos, empapada de sangre, fue materia para el nuevo milagro del tercer día, victoria sobre la muerte, fuente de vida nueva y eterna para aquellos que en ti confían. ¡Ven a salvarnos, Señor muy humano, ¡Redentor del mundo! Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.

10 de abril de 2025

IX ESTACIÓN. TERCERA CAÍDA

Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca: como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. (Isaías 53,7) 

Caer una vez más es el más humano de los actos, compañero de la fragilidad de la vida humana. Y tú caíste de nuevo, Dios muy humano, que te has hecho hombre, para habitar incluso las profundidades de su necesidad de vida, de fuerza, de luz… Así, tu victoria es la nuestra, tú das esperanza a nuestras caídas, y tu amor nos ayuda, más allá de cada caída, a superar la prueba y a vencer el silencio de la muerte. ¡Señor, ten piedad!

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

9 de abril de 2025

VIII ESTACIÓN. LAS MUJERES

Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se golpeaban el pecho y lanzaban lamentos por él.  (Lucas 23,27) 

Las mujeres de Jerusalén tenían el don de las lágrimas, te siguieron golpeándose el pecho por el pecado del mundo. Y su llanto fue el de todos los seres humanos, de todos los nacidos de mujer, caminantes desde el grito del nacimiento hasta el de la última agonía. Ellas lloraban por ti, Hijo de Dios, que hecho hombre has venido para llevar el dolor de todos. Lloraron por los hijos de todas las mujeres, para que su cruz se una a la tuya, y para que por tu cruz les llegue la luz de la vida. Mira su dolor y escucha su oración, eco también de nuestro dolor. ¡Ten piedad de todos, Crucificado Amor!

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

8 de abril de 2025

VII ESTACIÓN. SEGUNDA CAÍDA

Dios mío, sálvame, que me llega el agua al cuello: me estoy hundiendo en un cieno profundo y no puedo hacer pie; he entrado en la hondura del agua, me arrastra la corriente.  (Salmo 69,2-3) 

Aplastado, caes bajo el peso de la cruz, impregnado del mal del mundo, del dolor del ser humano. Así es, compañero de nuestra debilidad, cargado con nuestras culpas, silenciosamente nos hablas de tu amor más grande. No nos amas porque te hayamos amado, sino solo para que contigo podamos, amados, aprender a amar bajo el peso del antiguo y siempre nuevo madero de todas las cruces que oprimen la vida y la historia. ¡Señor, ten piedad!

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

6 de abril de 2025

IV ESTACIÓN LA VERÓNICA

Despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultaban los rostros, despreciado y desestimado.

(Isaías 53,3) 

Una mujer, un gesto de manos compasivas para limpiarte el rostro, empapado de sudor y sangre. Un pobre lienzo, manchado por la huella de tu sufrimiento por nosotros, reliquia preciosa de tu amor por los hombres, carta púrpura dirigida a todo nacido de mujer, para decirnos que tú, el Hijo, has venido entre nosotros para habitar y para consolar el dolor que nos oprime, para vencer a la muerte y para darnos la vida ¡Ayúdanos, Señor, ¡con tu misericordia! Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

V ESTACIÓN. EL CIRINEO

Mientras lo conducían, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que volvía del campo, y le cargaron la cruz, para que la llevase detrás de Jesús.

 (Lucas 23,26)  

Que te moviera la piedad o bien la orden del soldado romano, nunca lo sabremos, poco importa, Simón de Cirene. Lo que importa es el gesto, aquel momento de proximidad, de camaradería con el Hijo del hombre cargado con la cruz. Cireneo del Calvario, allí donde te hagas presente sea bendito tu nombre desconocido, benditos tus brazos misericordiosos, bendito tu camino bajo el mismo peso. El Señor que ayudaste, nos ayude a ser como tú, cercanos y solidarios para llevar la Cruz de los que sufren. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

5 de abril de 2025

IV ESTACIÓN. LA MADRE

Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción, y a ti misma una espada te traspasará el alma».

(Lucas 2,34-35) 

No hay otro consuelo a tu dolor que el rostro de tu Madre. Su mirada alivia las llagas de tu corazón herido por la falta de amor de los hombres y las mujeres. Su silencio, partícipe del sufrimiento, que solo el amor puede ofrecer y llevar en humilde custodia, es bálsamo para tu alma, fuerza compartida del perdón, caridad mayor que cualquier rechazo ingrato. María, Madre de Jesús y madre nuestra, ¡intercede por nosotros y acompáñanos para vencer la prueba! Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

4 de abril de 2025

lll ESTACIÓN. PRIMERA CAÍDA

Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. (Isaías 53,5)  

Tú te has hecho débil por mí, has sufrido el dolor, la soledad, la incomprensión por mí. Gracias por haberme querido tanto.  Quiero pensar en todas las veces que yo me he caído y tú, de manera tan generosa me has levantado. Te quiero dar las gracias por el amor que me tienes y por el peso que has cargado. Quisiera que mi amor aliviara el peso de la Cruz. Hoy sé que cada día vacilamos y podemos caer, pero Jesús está siempre ahí para tendernos la mano, para hacerse cargo del peso de nuestras cruces y volver a encender en nosotros la esperanza. 

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

3 de abril de 2025

ll ESTACIÓN. CON LA CRUZ A CUESTAS

Los soldados se lo llevaron al interior del palacio –al pretorio– y convocaron a toda la compañía. Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa.  Y lo sacan para crucificarlo. (Marcos 15,16 y 20) El peso de la cruz, hecha de la madera de nuestra tierra, no era ligero, cargado con nuestras historias, nuestros pecados y nuestras esperanzas. Los llevas a cuestas, Señor totalmente hombre, para acercarte a cada corazón con tu amor tan humano, tan divino, y dar sentido a todo, consuelo silencioso y amigo, fuerza de vida que ha vencido y vencerá a la muerte. ¡Señor, ten piedad!

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

2 de abril de 2025

l ESTACIÓN. LA CONDENA

Pilato les preguntó: «¿Y qué hago con Jesús, llamado el Mesías?». Contestaron todos: «Sea crucificado».  Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran. (Mateo 27,22 y 26) Cuantas veces no he sido yo el que he gritado “crucifícalo” con mis pecados. Muchas veces te he olvidado, te he traicionado, he olvidado las cosas maravillosas que has hecho en mi vida y he preferido darte la espalda y te he dejado solo. Pienso en esas veces que he preferido a Barrabás, las muchas veces que antes de hacer el bien he elegido ese mal que no nos hace felices. No quiero recordarlo con tristeza, sino con el propósito de no seguir haciéndolo, o por lo menos de ser cada vez más conscientes de mi debilidad.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

1 de abril de 2025

ORACIÓN: CUARESMA CON MARÍA

María, Madre, cuánto tengo que aprender de Ti, que junto a la Cruz alcanzaste la máxima expresión de tu Amor por Jesús, tu fidelidad a la voluntad del Padre. María, tú me enseñas la importancia de confiar y de creer, de ser firme en la fe, para entregarme en mi vida cristiana. De tu mano, María, me es más fácil aceptarlo todo y estar de acuerdo con todo lo que sucede en mi vida. 

En este tiempo, María, ayúdame a profundizar como hiciste Tú en la Palabra de Dios, a ser más constante y fiel en la oración, a retener y meditar en lo más profundo de mi corazón todo lo que el Padre quiere transmitirme. Concédeme, María, la fuerza para responder cada día a la llamada de Dios con autenticidad y responsabilidad. Ayúdame, María, a seguir los pasos de Jesús, a ser como Él, a crecer en la cosas de Dios, a aumentar mi fe, a esperar en la esperanza y a vivir en el amor. Gracias, María, por caminar junto a mí en el camino de la Cruz. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina