26 de febrero de 2015

EL 27 DE FEBRERO CONCLUYE EL PLAZO DE MATRICULACIÓN PARA REALIZAR EL CURSO QUE CAPACITA A LOS PROFESORES IMPARTIR LA ASIGNATURA DE RELIGION

Hasta el próximo 27 de febrero permanecerá abierto el plazo para matricularse en los distintos planes académicos y formativos que oferta el Centro Diocesano de Formación Teológica y Pastoral, ubicado en la “Casa de la Iglesia”, en la calle Florida, 3.

En este centro, que depende de la Diócesis de Santander, se ofrecen tres ramas de formación. La primera es la de Bachillerato, Grado y Licenciatura o Master en Ciencias Religiosas; titulaciones reconocidas, además, con carácter civil y oficial.
La segunda oferta es la que posibilita la realización del Curso que legitima a los profesores poder impartir la asignatura de Religión y de Moral Católica en los centros de enseñanza e institutos.
Este curso es conocido como la “DECA” (Curso de la Declaración Eclesiástica de Competencia Académica) y mediante su superación se obtiene el certificado obligatorio que es necesario para enseñar la asignatura de Religión en Educación secundaria Obligatoria, Bachillerato y Formación Profesional.
En este segundo apartado, el plazo de matrícula permanecerá abierto también hasta el próximo 27 de febrero si se desea tomar parte en los próximos exámenes, si bien el período de matriculación está abierto durante todo el año.
Formación para los Laicos
La tercera rama de estudios que oferta en Centro de Formación Teológica y Pastoral de la Diócesis de Santander es el relacionado con cursos para los laicos que desean mejorar o profundizar en su formación en el ámbito de la fe, de la acción pastoral, de la teología, la litúrgica o de la Biblia.
Además, esta formación destinada a los laicos, oferta también estudios de Doctrina Social de la Iglesia y capacita para ejercer el apostolado y la misión evangelizadora.
Acceso Universidad mayores 25 años
De otro lado, el Centro Diocesano de Formación también posibilita cursar el denominado Plan de Acceso la Universidad para Mayores de 25 años, para lo cual se cuenta con el respaldo de la Sección a Distancia del Instituto Superior de Ciencias Religiosas San Dámaso, entidad colaboradora, que realiza los exámenes a los interesados.
Más Información: www.cformacion.diocesisdesantander.com

24 de febrero de 2015

Lapbook 2015 para Cuaresma para niños de 6 a 9 años aprox.





Este es el nuevo Lapbook de Cuaresma que hice para este año, el cual incluye el logo del Año de la Vida Consagrada para que los niños lo conozcan, así como otros cambios que espero les ayuden a los niños a conocer más de su fe.





Si estás familiarizado con este Lapbook, verás que hay dos cosas nuevas:


Un librito para el Evangelio de cada domingo y
la palabra Aleluya que queda guardada hasta el Domingo de Resurrección.
En el librito para el Evangelio, se les puede pedir a los niños que hagan un dibujo para representarlo. Ahí se marcan los pasajes bíblicos.

Para la palabra Aleluya, hay que doblarla y pegarla con un listón para poder abrirla en Pascua.

Para el Miércoles de Ceniza, los niños pueden escoger qué dibujo quieren para señalar que fueron a tomar ceniza.

Del lado izquierdo están unas coronas de espinas que se van moviendo al cuadro que dice "Yo rezo las estaciones de la Cruz" cada viernes.

Como buenos católicos, debemos orar por las intenciones de nuestro Papa Francisco, así que también las sigo incluyendo, tanto para febrero como para marzo.






En mi experiencia, para niños de esta edad, lo mejor es hablarles de qué hacer más y qué hacer menos, cuando hablamos de propósitos. Por eso puse esta tablita sencilla en donde ellos pueden escribir o dibujar lo que quieran hacer.





¡Ah!, me faltó mencionar algo nuevo, además de las otras dos anteriores, y es que incluí esta bella página de Dibujos para Catequesis, para recordarles a los niños que en Cuaresma, Dios nos llama a orar más, a hacer ayuno y a dar limosna. Este dibujo es para colocarse en la parte de atrás del lapbook.


Aquí está mi hijo armando el suyo:





Lapbook Cuaresma 2015 Niños Pequeños
Espero que este Lapbook te sea de utilidad. Pronto voy a publicar otro Lapbook para niños mayorcitos.

¡Todo con la gracia de Dios,nada sin ella!

Xhonané

19 de febrero de 2015

¿Cuál es el significado de los colores litúrgicos en la Misa?

Por Xhonane Olivas

En el lugar en donde vivimos, hay una gran afición por el equipo de futbol local. En la temporada de juegos, sus colores oficiales (negro y amarillo oro) se ven por todos lados, incluso, muchas personas se visten con esos colores para mostrar su apoyo al equipo. Y así como este ejemplo, podemos mencionar otros, en donde el uso del color nos indica algo importante, nos da un mensaje o nos enfatiza un significado especial.

De igual manera, nuestra Iglesia utiliza diferentes colores para cada uno de los misterios de nuestro Señor Jesús, de María y los santos alrededor del año litúrgico para ayudarnos a comprender algo. El uso de estos colores “litúrgicos” es una ayuda visual magnífica que nos da un mensaje y nos invita a entrar al misterio que se está celebrando en la Santa Misa.

Y ¿cuáles son los colores litúrgicos que utiliza nuestra Iglesia? ¿Cuál es su significado? Los principales colores son el morado, el blanco y el verde, pero también se utiliza el rojo y el rosa, para ciertos días. Este es su significado:

Blanco – “para el tiempo de Pascua y Navidad, para las fiestas del Señor, de María, de los ángeles y de los santos no mártires”, también para el sacramento del Bautismo, Comunión, Matrimonio y el Orden Sacerdotal. Simboliza “luz, lo divino, gozo, pureza, gloria, gracia”.

Rojo – “para el Domingo de Palmas, las fiestas del Espíritu Santo, de los apóstoles (excepto la de San Juan el 27 de diciembre),… de los mártires y evangelistas”, Viernes Santo, y la fiesta de la Santa Cruz. Simboliza “martirio, amor”.

Verde – “para el tiempo [ordinario] durante el año (períodos después de la Epifanía y de Pentecostés)”. Simboliza “esperanza”.

Morado – “para la Cuaresma, el Adviento, días penitenciales y [de] difuntos”, para el sacramento de la Penitencia y la Unción de los Enfermos. Simboliza “penitencia”.

Rosa – “para algunos domingos (Gaudete – tercero del Adviento; Laetare – cuarto de Cuaresma) y algunas fiestas especiales de la Virgen María.”


Por lo tanto, en cada misa, las vestimentas del sacerdote y el mantel del altar, tendrán el color de la celebración del día (santo, mártir, María o ángeles) o del tiempo litúrgico. Antes de ir a Misa, trato de preguntarles a mis hijos si saben de qué color va a estar vestido el sacerdote. Esto me ha parecido una manera muy práctica para introducirlos al ciclo del año litúrgico (Adviento, Navidad, Tiempo Ordinario I, Cuaresma, Pascua y Tiempo Ordinario II), al significado de los colores asignados a cada uno de estos tiempos y a la respuesta que se espera de nosotros en la celebración. Por ejemplo, el color blanco siempre es una fiesta, por lo tanto, nuestra actitud debe ser de alegría y gozo; el morado nos invita a la preparación de la fiesta, por lo que debemos estar en una actitud de oración y recogimiento; el verde se utiliza para continuar lo que se ha vivido en la fiesta, por lo que nos llama a perseverar en nuestra fe.

Por último, también podemos utilizar los colores litúrgicos en nuestro hogar para ayudar a nuestros hijos a conocer mejor nuestra fe, entender lo que se está celebrando y para que se sientan parte de nuestra Iglesia universal.

Bibliografía
Tomás Parra Sánchez, Diccionario Católico.
Alberto Clavell. La Santa Misa, Centro de la Vida del Cristiano. Ed. Hemisferio. 2001

Miguel y Xhonané Olivas. El Año Litúrgico en Familia. 2014

18 de febrero de 2015

SAN JOSÉ, MAESTRO DE ORACIÓN DE SANTA TERESA

         
  Entre las muchas gracias y dones con que Dios enriqueció y agració a san José hay que colocar en primer lugar el don de la oración, Maestro de oración.

            Santa Teresa, para quien la oración es la puerta para entrar en el Castillo interior y para  las grandes mercedes de Dios (V 8,8), y que sabe el demonio que alma que tenga con perseverancia esa oración la tiene perdida (V 10,4), y que muchas veces faltaba al Señor por no ir arrimada a esta fuerte columna de la oración (V 8,1) y que la oración es adonde el Señor da luz para ver verdades F 8,9), sabe que San José es Maestro de oración y esto lo sabe desde su propia experiencia: “no diré cosa que no la haya experimentado mucho” (V18,8). San José no solo le ha enseñado de pasada la oración sino día a día. Ha sido una enseñanza larga. Le ha enseñado su trato de amistad y amor, tratando muchas veces a solas con su Hijo y con su esposa María.

            Sabemos por lo que ella misma nos narra lo trabajosa que fue esta enseñanza (V 4,7-9) “Ahora me parece que procuró el Señor que no hallase quien me enseñase, porque fuera imposible –me parece-  perseverar diez y ocho años que pasé este trabajo, y en estos, grandes sequedades por no poder –como digo-  discurrir. En todos estos, si no era acabando de comulgar, jamás osaba comenzar a tener oración sin un libro, que tanto temía mi alma estar sin él en oración, como si con mucha gente fuera a pelear” (V 4,9).
            En el capítulo 6 de la Vida, el capítulo josefino por excelencia de santa Teresa,  después de recordar que el Santo que ayuda en todas las necesidades de alma y de cuerpo, que no se acuerda haberle pedido cosa que no se la haya concedido, que es cosa que espanta las grandes mercedes que Dios le ha echo por medio de este bienaventurado Santo, y pedir por amor de Dios que lo pruebe quien no le creyere y verá por experiencia el gran bien que es el encomendarse a este glorioso Patriarca y tenerle devoción. Inmediatamente después sigue: “En especial personas de oración le habían de ser aficionadas…Quien no hallare maestro que le enseñe oración tome a este glorioso santo por maestro y no errara en el camino” (V 6,6). Santa Teresa es persona de oración si las ha habido, y aficionadísima a san José, como lo vemos por toda su vida, y no hubiera sido fiel a sus principios al recomendar a tomar a san José por maestro de oración si no hubiera tomado ella, pues habla desde su propia experiencia. Si recomienda con tanto calor la devoción  a san José, es porque ella es una grandísima devota del santo Patriarca y ha experimentado siempre su ayuda cuando ha acudido a él. Y si recomienda a las personas de oración que tomen a san José por maestro para no errar en el camino es porque ella lo ha experimentado como maestro de oración.


Santa Teresa dice: “Quien no hallare maestro que le enseñe oración, tome a san José por maestro y no errará en el camino”. Es ella la que no lo  ha encontrado “porque yo no hallé maestro –digo confesor-  que me entendiese, aunque lo busqué” V 4,7) “ahora me parece que me proveyó el Señor que yo no hallase quien me enseñase” (V 4,9). Y se sirvió de libros como ayuda en la oración, como el libro de El tercer abecedario del franciscano Francisco de Osuna, que le regaló su tío Pedro, cuando estuvo un tiempo con él en Ortigosa (V 4,7), que trata de enseñar la oración de recogimiento, y otros libros. San José es su maestro que le enseña  por los libros y también directamente.

13 de febrero de 2015

Galletas para celebrar a Santa Ágata o Águeda - 5 de febrero 2014

Santa Ágata o Águeda fue virgen y mártir. Según nuestro libro de santos, ella es santa patrona de los joyeros, alpinistas, mineros y enfermeras. Esto fue algo que nos llamó la atención el año pasado y por eso lo quisimos resaltar en nuestra celebración.

A pesar de que no es una santa muy popular, me ha gustado celebrarla porque es una mujer muy jóven (vivió sólo 21 años) que nos da ejemplo de fidelidad, perseverancia y heroísmo.

Te comparto parte de un sermón de San Metodio que habla sobre Santa Águeda:
"Agueda hizo honor a su nombre, que significa <buena>; ella fue en verdad buena por su identificación con el mismo Dios; fue buena para su divino Esposo y lo es también para nosotros, ya que su bondad provenía del mismo Dios, fuente de todo bien...Águeda, cuyo solo nombre es un estímulo para que todos acudan a ella, y que nos enseña también con su ejemplo a que todos pongamos el máximo empeño en llegar sin demora al bien verdadero, que es sólo Dios." Del Oficio de Lectura para el 5 de febrero.







¡Santa Águeda, ruega por nosotros!

¡Todo por amor a Cristo y a su Iglesia!

Xhonané

12 de febrero de 2015

¡Perdón Señor, hemos pecado!

Y al igual que Moisés, antes de acercarse a la zarza ardiente, antes de entrar en la Presencia divina, ha de descalzarse, porque entra en una tierra sagrada (+Ex 3,5). Nosotros los cristianos, antes que nada, «para celebrar dignamente estos sagrados misterios», debemos solicitar de Dios el perdón de nuestras culpas. Hemos de tener clara conciencia de que, cuando vamos a entrar en la Presencia divina, cuando llevamos la ofrenda ante el altar (+Mt 5,23-25), debemos examinar previamente nuestra conciencia ante el Señor (1Cor 11,28), y pedir su perdón. «Los limpios de corazón verán a Dios» (Mt 5,8).

Vamos a presenciar el Misterio de la Eucaristía.

El acto penitencial tiene tres partes y dentro de los ritos iniciales de la Santa Misa.

Se inicia con una invitación para examinarnos y reconocernos pecadores, luego sigue un momento de silencio. Si enseñamos a los niños a hacer un examen de conciencia por la noche, cuando llegue este momento pedirán perdón por algo concreto y lo mismo tenemos que hacer nosotros. 

Cuando ayudemos a los más pequeños es bueno no hacer sugerencias de pecados, sólo preguntas tipo: qué hemos hecho mal, qué podríamos haber hecho mejor…

Jesús nos perdona los pecados veniales si estamos arrepentidos y para estarlo debemos ser conscientes de ellos. También debemos tener en cuenta que el acto penitencial no sustituye nunca a la confesión sacramental. 

A continuación rezamos la oración en la que pedimos perdón: “Yo confieso ante Dios Todopoderoso...” Nos damos un golpe en el pecho, para manifestar nuestro arrepentimiento y nuestro dolor, mientras decimos: "por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa."

Para terminar, el Sacerdote dice "Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna". 

¡Ya estamos preparados!





Por: María del Rayo

11 de febrero de 2015

UNA ALABANZA PRECIOSA PARA SAN JOSÉ


Las alabanzas que se han dado san José a lo largo de los tiempos son infinitas: varón justo, santísimo, santificado en el seno de su madre, matado en él el fomes peccati, gloriosísimo, el singular custodio de Jesús y de María, digno esposo de María y digno padre de Jesús, el Hijo de Dios, purísimo, por carpintero modelo de trabajadores, ideal de las genuinas virtudes evangélicas y de todas las virtudes, modelo de los humildes, estaba tan hecho uno con María, que tener que dejarla le arrancaba las entrañas y le rompía el corazón, profundo contemplativo en su silencio, Maestro de oración, depositario singular del misterio de Dios, coopera en la plenitud de los tiempos en el gran misterio de la redención y es verdaderamente ministro de la salvación, co-rredentor con Cristo, perteneciente al orden hipostático, Patrono de la Iglesia católica, aliento especial de la evangelización y re-evangelización de la Iglesia, subido en cuerpo y alma la cielo, todo lo alcanza de su Hijo, mi padre y Señor san José.

Quiero ahora referirme a una alabanza de que se hace cargo el recientemente beatificado Pablo VI. En su rica y preciosa homilía del 19 de marzo de 1969, escribe así de san José: 

“San José es el tipo del Evangelio que Jesús, dejando la pequeña oficina de Nazaret y comenzando su misión de profeta y de maestro, anunciará como programa para la redención del mundo”. 

Conforme a estas palabras podemos decir que san José es el ideal de las enseñanzas de Jesús, que José es el Evangelio, la Buena Nueva que predica Jesús. Y así podemos decir que José es el tipo, ideal de las Bienaventuranzas, el discurso paradigmático de Jesús. Es el ideal de los pobres de espíritu que ponen su confianza en solo Dios. Solo Dios basta. De la Virgen María, sus esposa, dice el Concilio Vaticano II que sobresale sobre los humildes y pobres de Yahvé (LG 65), lo mismo digamos de san José, su esposo, en fuerza de las palabras del Beato Pablo VI, ya que Dios dio a José como esposo de María “no solo como compañero de vida, testigo e la virginidad, tutor de la honestidad, sino también para que participase por medio del pacto conyugal en la excelsa grandeza de ella” RC 29)..

San José es el tipo e ideal de los misericordiosos. Se compadecía de los necesitados y miserables. Sin duda Jesús de niño y de joven vio ese comportamiento con los pobres y necesitados, como vio otra serie de virtudes que san José vivía y las aprendió de él.

San José tipo e ideal de los que buscan la paz.. San José es un hombre de paz, pacífico y un hombre pacífico y, sobre todo, con la perfección con que lo era san José, es esencialmente pacificador, pega paz, comunica paz y serenidad y alegría a aquellos con quienes convive. San José nunca se enfadó, nunca dijo algo que molestase a los demás y se le presentarían más de una ocasión en su oficio de carpintero. Y Jesús era testigo de todo este comportamiento pacífico. Nunca perdió la paz Todo lo hizo y lo dijo desde la paz que reinaba en su corazón

San José es el tipo e ideal de los que confían y esperan en la misericordia de Dios Padre. San José confió totalmente en la providencia de Dios y el que confía en el Señor, la misericordia de Dios le rodea (Sal 31.10). Si algo destaca el Evangelio de San José que no habló, pero hizo, es precisamente esa plena y total confianza y esperanza en su Dios. Mucho más perfectas que la de Abraham, paradigma de fe y esperanza en Dios en el A. T.. Baste recordar su huida a Egipto. Ante el mandato del Señor, por medio de su ángel en sueños, se pone en camino de varias jornadas hasta llegar a la nación pagana. En todo el trayecto y durante su estancia en la nación de los Faraones con su esposa la Virgen María y su hijo Jesús, se confía plena y totalmente a Dios, porque sabe que ni un solo cabello se cae de nuestra cabeza sin permiso de nuestro Padre del cielo.

San José es el tipo e ideal de las personas orantes. Jesús da una importancia esencial a la oración en la vida del cristiano. Lo vemos especialmente en el evangelio de Lucas al que se le ha llamado el evangelio de la oración. Orad sin desfallecer (Lc 18,1). Pedid y recibiréis, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá (Lc 5,9). Jesús pasaba noches enteras en oración con su Padre del cielo (Lc 6,12) ¿Vio esto en su padre José y su madre María? San José es, sin duda, el tipo de las personas orantes ¿no fue su vida una oración sin desfallecer en su continuo trato con Jesús de niño y de joven y con su esposa María? Porque, ¿qué es la oración sino un trato de amistad estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama? (V 8,5). No parece sino que santa Teresa ha sacado esta definición de la oración de la vida de trato de José con Jesús y María.

San José es el tipo e ideal del cristiano sencillo y humilde que se siente el último y el esclavo del Señor se lo inspiró san José con su comportamiento. Si el que se humilla será exaltado ¿quién fue más exaltado que san José después de la Virgen María, su esposa? Como María es la esclava del Señor, san José es el esclavo del Señor. Nada se atribuye a sí mismo. Para él todo es gracia de Dios y como María puede cantar que el Señor ha hecho cosas grandes en él porque ha mirado su humildad; se abaja a los trabajos más humildes y tantas humillaciones que tendría que sufrir en su oficio de carpintero y que Jesús vería. Cuántos, como dice santa Teresita, dejarían de pagarle sus trabajos, cuántos le discutirían el precio y cuantos se los afearían. Y Dios le exalta a ser esposo de María y por su matrimonio con ella a ser padre de Jesús. Cabe mayor exaltación. Y lo exalto con la abundancia de gracia y bendiciones y privilegios únicos que llevan consigo estas dos sublimes y únicas realidades,

Podemos decir que san José está presente en todas las enseñanzas del Evangelio de Jesús, y verle en ellas nos hará más fácil el vivirlas.





10 de febrero de 2015

18 breves reflexiones del Papa para aprovechar la comunicación (y los medios de comunicación) en la familia


Desde hace 49 años la Iglesia católica dedica una jornada al ámbito de las comunicaciones sociales. Para animar esa jornada el Papa escribe un mensaje que profundiza en algún aspecto de la comunicación. Para la edición 2015 el Santo Padre quiso profundizar en el binomio familia y comunicación titulando su mensaje Comunicar la familia: ambiente privilegiado del encuentro en la gratuidad del amor. A continuación un resumen de los 11 principales puntos:

1. [...] la familia es el primer lugar donde aprendemos a comunicar. Volver a este momento originario nos puede ayudar, tanto a comunicar de modo más auténtico y humano, como a observar la familia desde un nuevo punto de vista.

9 de febrero de 2015

¡AY DE MÍ SI NO ANUNCIO EL EVANGELIO!

En muchos momentos de nuestra vida sentimos cansancio, y supongo que eso no demuestra sino que estamos vivos y que somos seres humanos. El cansancio es una característica del género humano, y lo normal es que nos cansemos. Y sentimos cansancio de escribir y proclamar el Evangelio, más todavía cuando los frutos no parecen verse ni tampoco darse.

También ocurre que esperamos recompensa, y tampoco la vemos. Siempre los mismos comentarios, los mismos aplausos si es que los hay, y los mismos lectores. Pocos cambios y muy poco resultado. Es lógico cansarte, o mejor aburrirte. Puede ser que también nos ocurra eso con nuestros encuentros de blogueros. La misma historia siempre.

La pregunta que flota en el ambiente nos la responde hoy san Pablo en la 1ª carta a los Corintios 9, 16-19. 22-23. ¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio! 

Descubrir lo bien pagado que estamos cuando, a pesar nuestro seguimos adelante, proclamando día tras día la Palabra de Dios, y dándola de balde y esforzándonos en vivirla y hacerla vida en nuestra propia vida. En eso experimentamos el impulso y la fuerza del Espíritu Santo, y en Él reside también nuestro gozo y nuestra fuerza. Los frutos quedaran para Gloria de Dios, porque será Él quien los recoja.

He tenido la suerte, regalo de Dios, de experimentar algún agradecimiento por rezar o proclamar la Palabra a alguna persona, y he devuelto las gracias respondiendo que el agraciado he sido yo por tener esa oportunidad y posibilidad de hacerlo, incluso superando esfuerzo y desganas.

Queridos hermanos blogueros en la fe, levantemos nuestros corazones junto a Pablo, el apóstol de los gentiles, y demos gracias a Dios por seguir en el camino lanzando al aire de la blogosfera la Palabra de Dios regada con nuestras miserias y pobrezas, pero sustentadas por la Gracia del Espíritu Santo que nos conforta, nos ilumina y nos asiste.

Bendita palabras de Pablo que nos animan a seguir en la brecha y a sentirnos unidos en una misma fe y una misma voz en el Espíritu de Dios para hacer vida y palabra su Mensaje.

¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 9, 16-19. 22-23

Hermanos: 

El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio! 

Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga. Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio. Entonces, ¿cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el Evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación del Evangelio. 

Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles. Me he hecho débil con los débiles, para ganar a los débiles; me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a algunos. 

Y hago todo esto por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes.

Salvador Pérez Alayón

5 de febrero de 2015

¡Cantemos, la Misa va a empezar!



Sabemos que la fiesta de la misa empieza cuando comenzamos a cantar el canto de entrada. Entonces todos los que queremos participar en esta fiesta nos pondremos en pie y acompañamos el recorrido del sacerdote desde la sacristía hasta el altar cantando A menudo les recuerdo a mis hijos que desde ese instante del canto de entrada es importante ya no pensar más en lo que hay fuera del templo y disfrutar de cada momento y partes de la celebración
     En muchas parroquias ensayan los cantos antes  de empezar y esto nos ayuda a conocer no solo las letras, sino sus significados. Nuestros hijos estarán más atentos y evitaremos un  niño que se sienta, se pone de cuclillas y otro que baila sobre el reposapiés del banco.
     Como catequista de niños de primera comunión  y madre de dos de once y siete, me sorprende cada vez más ver con qué facilidad nuestros pequeños llegan a comprender cosas que a nosotros los mayores a menudo nos cuesta tanto.
El sacerdote besa el altar ¿porqué?. Porque en él se va a ofrecer  Jesús en sacrificio. Quizás les podríamos contar antes la historia de Noé y el primer altar que edificó para dar gloria a Dios. Y la historia de Abraham...
     Hoy intentaremos dar unas referencias para que nuestros pequeños no se pierdan la importancia del “saludo inicial” y comprendan el verdadero sentido de esa parte de la Eucaristía que a veces, incluso a los mayores se nos pasa un poco por alto si no estamos atentos.
     Para que los niños entiendan el sentido de este gesto me gusta formularles preguntas y poner ejemplos de relaciones cercanas que viven:
¿Qué haces cuando te encuentras con tu mejor amigo después de unos días sin verlo?
¿Le abrazas, le das la mano, le sonríes?
Hacer este tipo de preguntas en casa o en modo de preparatoria entre juegos por el camino, como nos explicaba Eva en post anteriores es un modo fácil para ayudar a los hijos a comprender cada gesto de los diferentes ritos o partes de la misa. De ese modo podrán seguirla, descubriendo sus diferentes significados.
Me ayuda también esta reflexión del libro " la misa de los niños" 
     "Ya sabes que la Misa tiene dos partes principales: primero, la litúrgia de la Palabra y, después , la liturgia eucarística. En la Misa hacemos lo mismo que cuando vamos de visita a una casa: lo primero es saludarnos y, si no nos conocen, nos presentamos"[1]
Por: Sacramento Rosales (Mento)



[1] “La misa de los niños”. Pedro Mº  Reyes y Francisco  Javier Navarro. Editorial Palabra.