31 de octubre de 2010

Objetivo B16 (1)


Vuelvo de mis vacaciones e inicio en este blog de amigos por Benedicto, una pequeña sección que no da excesivo trabajo y puede dar satisfacciones a quien la publica y a quienes la vean. Digo vean porque ahorraré al máximo las palabras para centrarme en las imágenes.

Porque cada pequeño movimiento de B16 es captado por decenas de cámaras profesionales o aficionadas. Si a esto añadimos los fotomontajes que amigos y enemigos hacen con la figura de Benedicto, tenemos cientos de miles fotos suyas.

Afortunadamente, la gran mayoría no están publicadas y descansan en los discos duros de periodistas y particulares. ¿Imagináis una película continua de fotos reproducida a cámara lenta? Nuestra inicial simpatía por el personaje de Benedicto, devendría en sorpresa ante algunas de las imágenes captadas y finalmente en hastío.

A pesar de ello, hay miles de fotos de B16 en la red, algunas destacan por ser muy conocidas, otras por ser casi inéditas; las hay sorprendentes, entrañables, graciosas, comprometedoras... Esto es lo que voy a publicar en las próximas semanas, fotos que me han llamado la atención. Por tanto el criterio es personal e invito a todos los blogueros a que se apropien del genero y lo perfeccione a su gusto.

Y así es como empezamos con una serie de fotos que hoy se llamará “Benedicto al aire”.




"El trato íntimo con el Señor es para todo cristiano y, particularmente para vosotras religiosas, como el aire que respiráis para manteneros vivas. Negarse al aire es morir. Olvidar la oración, dejarse arrastrar por la rutina que enfría el afecto de la cercanía de Dios, es también morir. Existe un íntimo ligamen entre la vida de oración y la profundización vivificante de los contenidos de la fe". Benedicto XVI

30 de octubre de 2010

El Papa hace un llamado a los obispos brasileños a denunciar públicamente el aborto cercano a las elecciones.

29/10/2010
Matthew Cullinan Hoffman

CIUDAD VATICANO, 28 de octubre de 2010 (Notifam) – El Papa Benedicto XVI les está diciendo a los obispos católicos brasileños que denuncien las ideologías que justifican el aborto, a sólo días antes de las elecciones presidenciales fuertemente en contienda, en que la candidata favorita para ganar ha sido acusada de apoyar la despenalización del aborto.
En un discurso pronunciado ante un grupo de los prelados brasileños presentes en Roma para su visita regularmente pautada, Benedicto dijo que “en la defensa de la vida, no debemos temer la oposición ni la impopularidad, pues tenemos que rehusar todo compromiso y ambigüedad que nos conforma a la mentalidad de este mundo.”

Llamando el aborto como “un acto intrínsecamente malo” que “es moralmente inaceptable e incompatible con la dignidad de las personas,” el papa añadió que “cuando los proyectos políticos contemplan, abiertamente o secretamente, la despenalización del aborto y la eutanasia, el ideal democrático – que es solamente lo que debe ser cuando reconoce y salvaguarda la dignidad de cada ser humano – es traicionado en su fundamento.”
“Cualquier defensa de los derechos humanos políticos, económicos, y sociales, que no incluye la enérgica defensa del derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, es totalmente falsa e ilusoria,” dijo también el papa.

Las palabras del papa serán entendidas probablemente como una afirmación dada a los obispos brasileños y otros líderes religiosos que han levantado su voz, durante las últimas semanas, en contra del Partido de los Trabajadores y de su candidata presidencial favorita para ganar, la señora Dilma Rousseff.

La señora Rousseff y el Partido de los Trabajadores han endosado públicamente la despenalización del aborto en Brasil, pero durante la contienda electoral, Rousseff ha dado marcha atrás a su previa posición al respecto. Ahora ella dice que “está personalmente en contra” del aborto y hasta lo caracteriza como un acto de “violencia” contra la mujer. Incluso ha firmado un documento público en que sostiene su oposición personal, pero ha rehusado decir si ella vetará legislación pro-aborto.
La oposición vocal y muy explícita de algunos de los obispos que son parte del episcopado brasileño, como el de Luiz Gonzaga Bergonzini de la diócesis de Guarulhos, ha sido denunciada por otros obispos católicos, uno de los cuales acusó a Gonzaga Bergonzini de violar las leyes sobre las campañas políticas. Su carta, en que anima a las personas a votar en contra del Partido de los Trabajadores, fue removida del sitio cibernético de la Conferencia Nacional de Obispos Brasileños durante la campaña electoral. Las palabras del papa probablemente sostendrán a estos prelados en sus pugnas con sus colegas más tímidos.

Para conocer sobre la obligación moral de los líderes políticos católicos de defender la vida humana, vaya a las siguientes páginas cibernéticas:

29 de octubre de 2010

AUDIENCIA GENERAL DEL PAPA

 Benedicto XVI: santa Brígida de Suecia, copatrona de Europa


Hoy en la Audiencia General

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 27 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación la catequesis que el Papa pronunció hoy durante la Audiencia General celebrada en la Plaza de San Pedro, con los peregrinos procedentes de todo el mundo.
* * * * *
Queridos hermanos y hermanas,
en la ferviente vigilia del Gran Jubileo del Año 2000, el Venerable Siervo de Dios Juan Pablo II proclamó a santa Brígida de Suecia copatrona de toda Europa. Esta mañana quisiera presentar su figura, su mensaje, y las razones por las que esta santa mujer tiene mucho que enseñar – aún hoy – a la Iglesia y al mundo.
Conocemos bien los acontecimientos de la vida de santa Brígida, porque sus padres espirituales redactaron su biografía para promover su proceso de canonización inmediatamente después de su muerte, que tuvo lugar en 1373. Brígida había nacido setenta años antes, en 1303, en Finster, en Suecia, una nación del Norte de Europa que desde hacía tres siglos había acogido la fe cristiana con el mismo entusiasmo con el que la Santa la había recibido de sus padres, personas muy piadosas, pertenecientes a familias nobles cercanas a la Casa reinante.
Podemos distinguir dos periodos en la vida de esta Santa.
El primero se caracterizó por su condición de mujer felizmente casada. Su marido se llamaba Ulf y era gobernador de un importante distrito del reino de Suecia. El matrimonio duró veintiocho años, hasta la muerte de Ulf. Nacieron ocho hijos, de los que la segunda, Karin (Catalina), es venerada como santa. Esto es un signo elocuente del compromiso educativo de Brígida respecto de sus propios hijos. Por lo demás, su sabiduría pedagógica era apreciada hasta tal punto que el rey de Suecia, Magnus, la llamó a la corte por un cierto tiempo, con el fin de introducir a su joven esposa, Blanca de Namur, en la cultura sueca.
Brígida, espiritualmente guiada por un docto religioso que la inició en el estudio de las Escrituras, ejerció una influencia muy positiva en su propia familia que, gracias a su presencia, se convirtió en una verdadera “iglesia doméstica”. Junto con su marido, adoptó la Regla de los Terciarios franciscanos. Practicaba con generosidad obras de caridad hacia los indigentes; fundó también un hospital. Junto a su esposa, Ulf aprendió a mejorar su carácter y a progresar en la vida cristiana. A la vuelta de una larga peregrinación a Santiago de Compostela, efectuado en 1341 junto a otros miembros de la familia, los esposos maduraron el proyecto de vivir en continencia; pero poco después, en la paz de un monasterio en el que se había retirado, Ulf concluyó su vida terrena.
Este primer periodo de la vida de Brígida nos ayuda a apreciar la que hoy podríamos definir una auténtica “espiritualidad conyugal”: juntos, los esposos cristianos pueden recorrer un camino de santidad, sostenidos por la gracia del Sacramento del Matrimonio. No pocas veces, precisamente como sucedió en la vida de santa Brígida y de Ulf, es la mujer la que con su sensibilidad religiosa, con la delicadeza y la dulzura consigue hacer recorrer al marido un camino de fe. Pienso con reconocimiento en tantas mujeres que, día a día, aún hoy iluminan a sus propias familias con su testimonio de vida cristiana. Que el Espíritu del Señor pueda suscitar también hoy la santidad de los esposos cristianos, para mostrar al mundo la belleza del matrimonio vivido según los valores del Evangelio: el amor, la ternura, la ayuda recíproca, la fecundidad en engendrar y educar hijos, la apertura y la solidaridad hacia el mundo, la participación en la vida de la Iglesia.
Cuando Brígida se quedó viuda, comenzó el segundo periodo de su vida. Renunció a otro matrimonio para profundizar en la unión con el Señor a través de la oración, la penitencia y las obras de caridad. También las viudas cristianas, por tanto, pueden encontrar en esta Santa un modelo a seguir. En efecto, Brígida, a la muerte de su marido, tras haber distribuido sus propios bienes a los pobres, aún sin acceder nunca a la consagración religiosa, se estableció en el monasterio cisterciense de Alvastra. Aquí tuvieron inicio las revelaciones divinas, que la acompañaron todo el resto de su vida. Éstas fueron dictadas por Brígida a sus secretarios-confesores, que las tradujeron del sueco al latín y las recogieron en una edición de ocho libros, titulados Revelationes (Revelaciones). A estos libros se añadió un suplemento, que lleva por título Revelationes extra vagantes (Revelaciones suplementarias).
Las Revelaciones de santa Brígida presentan un contenido y un estilo muy variados. A veces la revelación se presenta bajo forma de diálogos entre las Personas divinas, la Virgen, los santos y también los demonios; diálogos en los que también Brígida interviene. Otras veces, en cambio, se trata de la narración de una visión particular; y en otras se narra lo que la Virgen María le revela sobre la vida y los misterios del Hijo. El valor de las Revelaciones de santa Brígida, a veces objeto de alguna duda, fue precisado por el Venerable Juan Pablo II en la Carta Spes Aedificandi: “Reconociendo la santidad de Brígida – escribe mi amado Predecesor – la Iglesia, aún sin pronunciarse sobre cada una de las revelaciones, acogió la autenticidad conjunta de su experiencia interior” (n. 5).
De hecho, leyendo estas Revelaciones, se nos interpela sobre muchos temas importantes. Por ejemplo, vuelve frecuentemente la descripción, con detalles muy realistas, de la Pasión de Cristo, hacia la cual Brígida tuvo siempre una devoción privilegiada, contemplando en ella el amor infinito de Dios por los hombres. En la boca del Señor que le habla, ella pone con audacia estas conmovedoras palabras: “Oh, amigos míos, yo amo tan tiernamente a mis ovejas que, si fuese posible, quisiera morir muchas otras veces, por cada una de ellas, de la misma muerte que sufrí por la redención de todas” (Revelationes, Libro I, c. 59). También la dolorosa maternidad de María, que la hizo Mediadora y Madre de misericordia, es un argumento que se repite a menudo en las Revelaciones.
Recibiendo estos carismas, Brígida era consciente de ser destinataria de un don de gran predilección por parte del Señor: “Hija mía – leemos en el primer libro de las Revelaciones – Yo te he elegido para mí, ámame con todo tu corazón... más que todo lo que existe en el mundo” (c. 1). Por lo demás, Brígida sabía bien, y estaba firmemente convencida de ello, que todo carisma está destinado a edificar la Iglesia. Precisamente por ese motivo, no pocas de sus revelaciones estaban dirigidas, en forma de advertencias incluso severas, a los creyentes de su tiempo, incluyendo las Autoridades religiosas y políticas, para que viviesen coherentemente su vida cristiana; pero hacía esto con una actitud de respeto y de fidelidad plena al Magisterio de la Iglesia, en particular al Sucesor del Apóstol Pedro.
En 1349 Brígida dejó para siempre Suecia y se dirigió en peregrinación a Roma. No sólo quería tomar parte en el Jubileo de 1350, sino que deseaba también obtener del Papa la aprobación de la Regla de una orden religiosa que quería fundar, dedicada al Santo Salvador, y compuesta por monjes y monjas bajo la autoridad de la abadesa. Este es un elemento que no debe sorprendernos: en la Edad Media existían fundaciones monásticas con na rama masculina y una rama femenina, pero con la práctica de la misma regla monástica, que preveía la dirección de la Abadesa. De hecho, en la gran tradición cristiana, a la mujer se le reconoce una dignidad propia y – a ejemplo de María, Reina de los Apóstoles – un lugar propio en la Iglesia, que, sin coincidir con el sacerdocio ordenado, es también importante para el crecimiento espiritual de la Comunidad. Además, la colaboración de consagrados y consagradas, siempre en el respeto de su vocación específica, reviste una gran importancia en el mundo de hoy.
En Roma, en compañía de su hija Karin, Brígida se dedicó a una vida de intenso apostolado y de oración. Y desde Roma se fue en peregrinación a varios santuarios italianos, en particular a Asís, patria de san Francisco, hacia el cual Brígida sintió siempre gran devoción. Finalmente, en 1371, coronó su más grande deseo: el viaje a Tierra Santa, a donde se dirigió en compañía de sus hijos espirituales, un grupo al que Brígida llamaba “los amigos de Dios”.
Durante esos años, los pontífices se encontraban en Aviñón, lejos de Roma: Brígida se dirigió encarecidamente a ellos, para que volviesen a la sede de Pedro, en la Ciudad Eterna.
Murió en 1373, antes de que el Papa Gregorio XI volviese definitivamente a Roma. Fue sepultada provisionalmente en la iglesia romana de San Lorenzo en Panisperna, pero en 1374 sus hijos Birger y Karin la volvieron a llevar a su patria, al monasterio de Vadstena, sede de la Orden religiosa fundada por santa Brígida, que conoció en seguida una notable expansión. En 1391 el Papa Bonifacio IX la canonizó solemnemente.
La santidad de Brígida, caracterizada por la multiplicidad de los dones y de las experiencias que he querido recordar en este breve perfil biográfico-espiritual, la hace una figura eminente en la historia de Europa. Procedente de Escandinavia, santa Brígida atestigua cómo el cristianismo había permeado profundamente la vida de todos los pueblos de este Continente. Declarándola copatrona de Europa, el Papa Juan Pablo II auguró que santa Brígida – vivida en el siglo XIV, cuando la cristiandad occidental aún no había sido herida por la división – pueda interceder eficazmente ante Dios, para obtener la gracia tan esperada de la plena unidad de todos los cristianos. Por esta misma intención, que consideramos tan importante, y para que Europa sepa siempre alimentarse de sus propias raíces cristianas, queremos rezar, queridos hermanos y hermanas, invocando la poderosa intercesión de santa Brígida de Suecia, fiel discípula de Dios, copatrona de Europa.
[En español]
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a las Religiosas Carmelitas Misioneras Teresianas; a los miembros de la Cofradía de Nuestra Señora de la Cabeza, de Andújar; al grupo de la parroquia de Nuestra Señora del Rescate, de Ujarrás, en Costa Rica, así como a los demás grupos provenientes de España, México y otros países latinoamericanos. Invito a todos a llevar una intensa vida de oración, a ejemplo de Santa Brígida de Suecia, copatrona de Europa. Muchas gracias.
[Llamamiento]
En las últimas horas, un nuevo y terrible tsunami se ha abatido sobre las costas de Indonesia, afectada también por una erupción volcánica, provocando numerosos muertos y desaparecidos. A los familiares de las víctimas expreso la más viva condolencia por la pérdida de sus seres queridos y a toda la población indonesia aseguro mi cercanía y mi oración.
Estoy, además, cercano a la querida población de Benin, afectada por continuas inundaciones, que han dejado a muchas personas sin techo y en precarias situaciones higiénico-sanitarias. Sobre las víctimas y sobre toda la nación invoco la bendición y el consuelo del Señor.
A la comunidad internacional pido que se prodigue en proporcionar la necesaria ayuda y para aliviar las penas de cuantos sufren por estas devastaciones.

27 de octubre de 2010

ACCIÓN MISIONERA



El creyente en JESÚS de Nazaret se diferencia del no creyente en que todo lo que hace lo hace desde el amor. Al menos es como debe ser y a eso, los de buena intención, aspiramos. Un buen profesional termina su trabajo y, dejando sus cosas, se dirige a casa o a sus asuntos personales e intereses. Un profesional creyente, terminado también su trabajo, permanece atento a los problemas de los que le rodean y trata de compartirlo y ayudarles. Es la diferencia que marca el amor.

Y esa es la aspiración a la que todos, enamorados de JESÚS de Nazaret, sintiendo que lo que nos dice responde a nuestra propia realidad de felicidad, perseguimos, pues, cuando amamos y nos entregamos sentimos ese gozo interior que nos llena plenamente.

Somos también consientes de nuestra pobreza, nuestras limitaciones, nuestras frustraciones, nuestros pecados, pero sabemos que Nuestro PADRE, como JESÚS nos lo ha dicho, nos quiere, nos perdona y nos ama. Y, por su Infinita Misericordia, nos acepta y nos salva. Por eso, confiando como hijos en su PADRE, seguimos a JESÚS, Nuestro Hermano Mayor que nos enseña el Camino.

Pero ese deseo de amar nos compromete a transmitir. A transmitir lo que JESÚS nos ha dicho, y, sobre todo, a transmitirlo a ÉL. Si no somos capaces de hacerlo es porque no lo hemos encontrado, o creyendo seguirle, seguimos a otros u otras cosas. Porque sin transmitir a JESÚS nada nos vale, y nada tiene sentido. Ni la Iglesia tendría sentido. Mejor cerrarla y dedicarnos a otra cosa.

Ser Misionero lleva implícito 4 pasos:  1º-Estar presentes en el mundo; 2º-Dar nuestro testimonio de creyente, que sepan que soy creyente; 3º-Convivir, dialogar, conocer, compartir; 4º-Anunciar la Buena Noticia.

Sin estas actitudes, para las que debemos orar y dejarnos empapar por el ESPÍRITU, no estaremos evangelizando, y nuestra fe no sería fe. Al hilo de esta reflexión que me ha sugerido la que a continuación les dejo, me parece muy importante que nuestro trabajo bloguero y nuestra unidad debe mirarse en estas actitudes que, al mismo tiempo, nos fortalecerán. 

Misiones: si no sirven para evangelizar, no son misiones
Celebremos el DOMUND leyendo el «Motu Proprio» Ubicunque et Semper de Benedicto XVI
Autor: Lucrecia Rego de Planas | Fuente: Catholic.net
El próximo domingo celebraremos el Domingo Mundial de las misiones (DOMUND) y esto significa una gran fiesta para todos los católicos que nos sentimos misioneros.

Conozco a muchos misioneros (de los de verdad) que desgastan cada hora de su vida en la misión de extender el Reino de Cristo: laicos, sacerdotes y religiosas, que en su vida de todos los días hablan y dan testimonio de Jesucristo como nuestro Señor y Salvador y con su sola presencia transmiten el amor de Dios a todo el que se encuentran. Están llenos de Dios y de la abundancia de su corazón habla su boca.

Conozco también a muchos otros... que se dicen y se sienten misioneros sólo porque salen una semana al año a evangelizar a algún pueblo en la sierra, pero el resto del año viven como si Dios no existiera. Tal vez les podríamos llamar "misioneros al 1/52" y ésos, sin duda, se merecen 1/52 del festejo del DOMUND.

También conozco a otra clase de "misioneros" que dicen hacer misiones porque van un fin de semana al año a dar una consulta médica, a entregar medicinas y ropa o a ayudar en la construcción de una casa para una familia pobre (sin saber nada de construcción ni de medicina). La labor social de estas personas es encomiable, pero lo que hacen no se pueden llamar "misiones", al menos no en el sentido católico de la palabra "Misión", cuyo significado es y será siempre la obediencia al mandato misionero de Jesucristo: "Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura"

Construir casas, regalar medicinas y ropa sin un sentido evangelizador (dar a conocer a Cristo a los demás), no es hacer misiones. Se le puede llamar "acción social", "solidaridad", "altruismo", "filantropía", "obra de beneficencia" o simplemente "diversión en familia", pues así es como describen la actividad los que han ido a las "misiones" de construcción: "¡Fue muy divertido, es como armar un LEGO en familia!"... pero a esto... no se le puede llamar Misión.

Ya Mons. Levada nos lo dejó muy claro en el 2007, cuando publicó, como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe la Nota Doctrinal "Acerca de algunos aspectos en la evangelización".

Ahora el Papa nos lo vuelve a recordar en el «Motu Proprio» Ubicunque et Semper, que escribió hace unos días con motivo de la creación del nuevo Dicasterio para la Nueva Evangelización.

Creo que leerlo y reflexionarlo este domingo (se puede consultar aquí) será una muy buena manera de celebrar el DOMUND para todos los que nos sentimos misioneros y queremos serlo de verdad.

Que Dios les llene de bendiciones

25 de octubre de 2010

¿Será verdad ?. LA VOLUNTAD DEL PADRE VENCERÁ.

Hermanos: Her recibio este mail. Vaya por adelantado la prudencia porque me lo han mandado como mandan tantas cosas y si es errado valla por adelantado mis disculpas y pido al administrador del blog que retire inmediatamente esta entrada. Pero si es cierto lo que anuncia creo que es importante sacarlo a la luz porque toda acción de las tinieblas pierde su fuerza si se expone a la luz. El email dice así:"Aqui os mando un grupo de mails de organizaciones que estan preparando acciones para reventar la visita del Papa a Barcelona.
Una vez más vemos la intolerancia de los grupos que se dicen tolerantes(...con los que piensan como ellos ).
Os animo a enviar un mensaje exigiendo respeto por nuestras creencias. Un saludo y que Dios os bendiga"

Hermanos investiguemos ésto. Pongamonos en oración y manos a la obra.Sabemos que Dios se sirve del mal para sacar mucho bien y que donde abunda el pecado siempre, siempre sobreabunda la Gracia. Por lo tanto , confiando en la Divina Providencia y en la Voluntad del Padre oremos cofiadamente por los grandes frutos que la visita del Santo Padre tendrá para tantas y tantas almas.

secretario@laicismo.org;cacereslaica.administracion@gmail.com;cacereslaica@gmail.com;
cacereslaica.educacion@gmail.com;prensa@europalaica.com;europalaica@europalaica.com;
lista.de.apostatas@gmail.com;alavalaica@gmail.com;cetr@cetr.net;secretario@laicismo.org;
asturiaslaica@gmail.com;laicorivas@yahoo.es; info@ateus.org

24 de octubre de 2010

Anecdotario de un amigo (12)


Las fotos de Benedicto que veis arriba son una selección de las que más me gustan. Disfrutad de ellas porque hoy no os voy a dar la murga con mis anécdotas. En algunas películas, al final, se muestran dos o tres segundos cada uno de los actores participantes, y esto es esta entrada: el final de la serie de anécdotas de Benedicto, por lo que mí atañe, ilustrada como un collage de imágenes anecdóticas.

Quedan muchas por salir del baúl de la memoria, como la de Benedicto piloto de helicópteros, Benedicto bebedor de café, Benedicto diabético, Benedicto y su relación con los sandwiches, Benedicto el Papa fashion, Benedicto y sus zapatos, Benedicto y las gafas de sol, el portador de las llaves del cielo sin las llaves de su casa terrenal en Baviera, Benedicto el amante de los belenes, también el donante de órganos, Benedicto el terror de los guardaespaldas, Benedicto perseguido por las marcas para que lleve sus productos, Benedicto modelo de calendario, Benedicto y su Ipod, Benedicto el de la delicada salud de hierro, etc..., etc...

Lo cierto es que, al empezar la serie, no sabía mucho sobre la persona de Benedicto. Se conoce bastante la figura pública, lo que representa, lo que dice, pero el sustrato personal que sostiene todo me era casi desconocido.

Así, pues, he disfrutado mucho investigando sobre la persona de nuestro amigo Benedicto y escribiendo estas entradas; espero que parte de este gozo haya saltado las pantallas de vuestros ordenadores y llegado a vuestro corazón.

Pero ahora toda decir adiós. Como saben los que sigan mis blogs, soy un bricobloguero, es decir, de cortar y pegar. Cuando me quedo de Rodríguez, durante 5 o 6 semanas cada verano, programo todas las entradas del siguiente año. Este año, además de programar mis blogs, tarea ardua y monótona de selección y edición de textos, me he divertido investigando la vida de un amigo, describiéndolo con mi propia voz y publicándolo en este medio.

Pero se acaba la Rodriguez, empiezan mis vacaciones, empezará luego el curso, y toca disfrutar de mis hijos (tengo 5, entre los 16 años y 8 meses) e intentar que ellos disfruten de mí; que las malas pulgas paternas sean pulgas saltarinas para ellos, que me enfade y se rían, y en definitiva, que me quieran y se sientan queridos por lo que son y no por lo que hacen o dicen.

Por supuesto, seguiré leyéndoos y comentándoos. Escribiré más espaciadamente y, quizás más impersonalmente. No os sintáis defraudados por ello. No es menosprecio al blog y a vosotros, sino imposibilidad.

Por tanto, no es un adiós, sino un hasta pronto, si Dios quiere, en la JMJ de Madrid.

Un abrazo en Jesús y en María.

22 de octubre de 2010

El director de Zenit lanza una provocativa propuesta para que la Iglesia evangelice en Internet.

Intuyo desde hace tiempo que este es el camino. No sé exactamente cómo es el camino, pero si sé que el camino es este. Necesitamos comunicar vida e implicarnos en la misma porque de lo contrario todo se reduce a contar y hablar, pero no comunicar la vida que buscamos. 

Les dejo con esta intervención de Jesús Colina. Juzguen ustedes. Al parecer nuestro Papa también, según Codina, está en la onda.
Jesús Colina, fundador y director editorial de ZENIT, presidente de H2onews, corresponsal en Roma del semanario "Alfa y Omega", y consultor del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, intervino en el congreso mundial de la prensa católica, organizado por ese dicasterio vaticano del 4 al 7 de octubre en Roma.

Su conferencia tuvo tanto impacto en el auditorio que reproducimos, a continuación, sus ideas más importantes:

Internet ha cambiado radicalmente en los últimos seis años y quizá en la prensa católica no nos hemos enterado. La interactividad, o más bien, la producción de contenidos realizados directamente por los usuarios, ha generado los servicios de mayor éxito en los últimos años: Wikipedia, Youtube, Facebook, Twitter. Flicker, Google News... Incluso el Open Source es una forma de interactividad y de producción comunitaria. Y sin embargo, si vamos a ver las páginas web de la Iglesia católica, en general, podremos ver cómo la inmensa mayoría siguen igual que en 2004: ¡planas! Sin interactividad o con una interactividad marginal. Todo parece indicar que los comunicadores en la Iglesia hemos perdido el tren del web 2.0.

1. Web 2.0 y relativismo
¿Qué ha pasado? Hay ante todo una explicación que permite comprender el motivo por el que la interactividad no ha penetrado en la comunicación de la Iglesia. El modelo de producción de contenidos, sean vídeos, fotos, o artículos, se basa en un concepto implícito: el relativismo. Dado que no hay una verdad, entonces lo que diga uno u otro es indiferente, y todo es válido, todo está al mismo nivel.

La aplicación de este modelo interactivo, pero relativista, se realiza según objetivos editoriales propios de cada realidad editorial. La mayoría de las empresas web 2.0 tienen un objetivo: un plan de negocios que realizar para devolver la confianza puesta por los inversionistas. Es un nuevo modelo de negocio en Internet: de un lado, los usuarios, y su trabajo con frecuencia voluntario, con contenidos que en ocasiones están en contradicción, y del otro lado, los editores, que han encontrado la máquina de ganar dinero.

Es fácil comprender que un modelo de comunicación así tiene muy poco que ver con la Iglesia católica y explica, en parte, su rechazo.

2. El pecado original
Ahora bien, no es ésta la única razón que explica la falta de interactividad en tantos servicios informativos católicos. Se han hecho varios estudios, tanto en los Estados Unidos como en Francia, sobre los motivos por los que con frecuencia las páginas web de denominaciones protestantes logran un mayor impacto. Los que he leído llegan a la misma conclusión: los católicos "hablan"; los protestantes "escuchan". El pecado original de muchos comunicadores católicos suele estar muy extendido: el obispo, el párroco, el periodista católico tiene una "idea", encuentra financiación (ya sea una subvención con el presupuesto de la estructura eclesial, ya sea un donativo) y lanza una publicación, canal de televisión, página web... ¿Es esto comunicar? Los católicos, ¿estamos atentos a lo que la gente realmente está buscando en Internet? Antes, durante, y después del lanzamiento de un proyecto en Internet no es sólo necesario "escuchar" a la audiencia, hay que hacer que la audiencia participe. De hecho, cuando se piensa a la interactividad, en las web católicas, suele venir siempre a la mente el espacio en el que la gente puede enviar consultas a un sacerdote. Que está muy bien. Pero hay que preguntarse, los católicos y los mismos navegantes, ¿sólo saben hacer preguntas a un sacerdote? ¿Es esa su vocación como cristianos en la era digital?

3. Una Iglesia-comunión
Si hemos visto que el modelo de Web 2.0 tiene un margen de riesgo por así decir "relativista", ¿cómo deberían entonces los comunicadores católicos adoptar el modelo de interactividad? Está en juego sencillamente la misma presencia de la Iglesia en Internet. Si no superamos el "pecado original", hablar mucho y escuchar poco, la evangelización misma quedará gravemente condicionada.

Creo que el modelo de interactividad que pueden seguir las páginas web debe estar marcado por el modelo de Iglesia-comunión, al que está dedicando su pontificado Benedicto XVI.

Una diócesis en la que sólo su obispo tiene una presencia en Internet, no es una Iglesia-comunión plena, pues el resto de sus ministerios y carismas quedarán ausentes. En la vida diaria de una diócesis hay, también, catequistas, hay párrocos, hay grupos juveniles, hay diáconos, ¿dónde están en Internet? Sería caer en el relativismo o en una Iglesia "plana", sin ministerios ni carismas, poner a todos en el mismo nivel, y hacer que todos hagan lo mismo y con el mismo lenguaje. Eso no es la Iglesia.

Internet debería ser un reflejo de la vida de la diócesis, y no simplemente un instrumento de comunicación institucional de la oficina de comunicación y relaciones públicas de la diócesis. La interactividad auténtica tiene lugar cuando la vida real queda fielmente reflejada en la realidad virtual.

Es curioso, pero la industria del Web 2.0 ha "robado" al lenguaje cristiano el modelo de comunicación que persigue: la comunidad. Y comunidad es comuniónmarketing en la Web 2.0 depende de la capacidad de crear "comunidades", que son luego reducidas a grupos de interés común a las que es posible venderles productos de anunciantes especializados, que son hoy quienes mejor pagan.

Si la Iglesia, al comunicar en Internet, lo hace como Iglesia-comunión, si su vida de "comunidad" se refleja en la web, entonces también será capaz de hacer "comunidad" en Internet. Para el navegante que visite sus servicios, se convertirá en algo casi evidente entrar en contacto con la realidad más cercana de la diócesis, que puede ser su misma parroquia, el servicio de Cáritas, o el coro diocesano...

Cuando una Iglesia comunica en Internet como comunión, en comunidad, la realidad deja de convertirse en virtual para hacerse algo muy real, pues pone en contacto al navegante con la vida real de la diócesis, parroquia o comunidad. Y entonces es cuando se logra la mayor interactividad, cuando de la realidad virtual se pasa al "encuentro", que es lo que al fin y al cabo cambia la vida de las personas.

21 de octubre de 2010

AUDIENCIA GENERAL DEL PAPA

 

Benedicto XVI: Isabel de Hungría, la princesa entre los pobres


Hoy durante la Audiencia General

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 20 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación la catequesis que el Papa Benedicto XVI pronunció hoy durante la Audiencia General, ante los miles de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.
* * * * *
Queridos hermanos y hermanas
hoy quisiera hablaros de una de las mujeres de la Edad Media que suscitó mayor admiración; se trata de santa Isabel de Hungría, llamada también Isabel de Turingia. Nació en 1207 en Hungría. Los historiadores discuten dónde. Su padre era Andrés II, rico y poderoso rey de Hungría, el cual, para reforzar sus vínculos políticos, se había casado con la condesa alemana Gertrudis de Andechs-Merania, hermana de santa Eduvigis, la cual era esposa del duque de Silesia. Isabel vivió en la Corte húngara sólo los primeros cuatro años de su infancia, junto a una hermana y tres hermanos. Le gustaba el juego, la música y la danza; recitaba con fidelidad sus oraciones y mostraba atención particular hacia los pobres, a quienes ayudaba con una buena palabra o con un gesto afectuoso.
Su infancia feliz fue bruscamente interrumpida cuando, desde la lejana Turingia, llegaron unos caballeros para llevarla a su nueva sede en Alemania central. Según las costumbres de aquel tiempo, de hecho, su padre había establecido que Isabel se convirtiera en princesa de Turingia. El landgrave o conde de aquella región era uno de los soberanos más ricos e influyentes de Europa a principios del siglo XIII, y su castillo era centro de magnificencia y de cultura. Pero detrás de las fiestas y de la gloria aparente se escondían las ambiciones de los príncipes feudales, a menudo en guerra entre ellos y en conflicto con las autoridades reales e imperiales. En este contexto, el landgrave Hermann acogió de buen grado el noviazgo entre su hijo Ludovico y la princesa húngara. Isabel partió de su patria con una rica dote y un gran séquito, incluyendo sus doncellas personales, dos de las cuales permanecerán amigas fieles hasta el final. Son ellas las que han dejado preciosas informaciones sobre la infancia y sobre la vida de la Santa.
Tras un largo viaje llegaron a Eisenach, para subir después a la fortaleza de Wartburg, el macizo castillo sobre la ciudad. Aquí se celebró el compromiso entre Ludovico e Isabel. En los años sucesivos, mientras Ludovico aprendía el oficio de caballero, Isabel y sus compañeras estudiaban alemán, francés, latín, música, literatura y bordado. A pesar del hecho de que el compromiso se hubiese decidido por motivos políticos, entre ambos jóvenes nació un amor sincero, animado por la fe y por el deseo de hacer la voluntad de Dios. A la edad de 18 años, Ludovico, tras la muerte de su padre, comenzó a reinar sobre Turingia. Pero Isabel se convirtió en objeto de silenciosas críticas, porque su modo de comportarse no correspondía a la vida de la corte. Así también la celebración del matrimonio no fue fastuosa, y los gastos del banquete fueron devueltos en parte a los pobres. En su profunda sensibilidad Isabel veía las contradicciones entre la fe profesada y la práctica cristiana. No soportaba los compromisos. Una vez, entrando en la iglesia en la fiesta de la Asunción, se quitó la corona, la depositó ante la cruz y permaneció postrada en el suelo con el rostro cubierto. Cuando una monja la desaprobó por ese gesto, ella respondió: “¿Cómo puedo yo, criatura miserable, seguir llevando una corona de dignidad terrena, cuando veo a mi Rey Jesucristo coronado de espinas?”. Como se comportaba ante Dios, de la misma forma se comportaba con sus súbditos. Entre los Dichos de las cuatro doncellas encontramos este testimonio: “No consumía alimentos si antes no estaba segura de que procedieran de las propiedades y de los bienes legítimos de su marido. Mientras se abstenía de los bienes procurados ilícitamente, se preocupaba también por resarcir a aquellos que hubiesen sufrido violencia” (nn. 25 y 37). Un verdadero ejemplo para todos aquellos que desempeñan cargos: el ejercicio de la autoridad, a todo nivel, debe vivirse como servicio a la justicia y a la caridad, en la búsqueda constante del bien común.
Isabel practicaba asiduamente las obras de misericordia: daba de beber y de comer a quien llamaba a su puerta, procuraba vestidos, pagaba las deudas, cuidaba enfermos y sepultaba a los muertos. Bajando de su castillo, se dirigía a menudo con sus doncellas a las casas de los pobres, llevando pan, carne, harina y otros alimentos. Entregaba los alimentos personalmente y controlaba con atención los vestidos y los lechos de los pobres. Este comportamiento fue referido a su marido, el cual no sólo no se disgustó, sino que respondió a sus acusadores: “¡Mientras que no venda el castillo, estoy contento!”. En este contexto se coloca el milagro de pan transformado en rosas: mientras Isabel iba por la calle con su delantal lleno de pan para los pobres, se encontró con el marido, que le preguntó qué estaba llevando. Ella abrió el delantal y, en lugar del pan, aparecieron magníficas rosas. Este símbolo de caridad está presente muchas veces en las representaciones de santa Isabel.
El suyo fue un matrimonio profundamente feliz: Isabel ayudaba a su esposo a elevar sus cualidades humanas a nivel sobrenatural, y él, a cambio, protegía a su mujer en su generosidad hacia los pobres y en sus prácticas religiosas. Cada vez más admirado por la gran fe de su esposa, Ludovico, refiriéndose a su atención hacia los pobres, le dijo: “Querida Isabel, es a Cristo a quien has lavado, alimentado y cuidado”. Un claro testimonio de cómo la fe y el amor hacia Dios y hacia el prójimo refuerzan y hacen aún más profunda la unión matrimonial.
La joven pareja encontró apoyo espiritual en los Frailes Menores que, desde 1222, se difundieron en Turingia. Entre ellos Isabel eligió a fray Ruggero (Rüdiger) como director espiritual. Cuando él le narró las circunstancias de la conversión del joven y rico mercader Francisco de Asís, Isabel se entusiasmó aún más en su camino de vida cristiana. Desde aquel momento, se decidió aún más a seguir a Cristo pobre y crucificado, presente en los pobres. Incluso cuando nació su primer hijo, seguido de otros dos, nuestra Santa no descuidó nunca sus obras de caridad. Ayudó además a los Frailes Menores a construir en Halberstadt un convento, del que fray Ruggero se convirtió en superior. La dirección espiritual de Isabel pasó, así, a Conrado de Marburgo.
Una dura prueba fue el adiós al marido, a finales de junio de 1227, cuando Ludovico IV se asoció a la cruzada del emperador Federico II, recordando a su esposa que esa era una tradición para los soberanos de Turingia. Isabel respondió: “No te retendré. Me dí toda entera a Dios y ahora debo darte también a ti”. Sin embargo, la fiebre diezmó las tropas y Ludovico mismo cayó enfermo y murió en Otranto, antes de embarcar, en septiembre de 1227, a la edad de veintisiete años. Isabel, al saber la noticia, tuvo tal dolor que se retiró en soledad, pero después, fortificada por la oración y consolada por la esperanza de volver a verle en el Cielo, volvió a interesarse en los asuntos del reino. La esperaba, sin embargo, otra prueba: su cuñado usurpó el gobierno de Turingia, declarándose verdadero heredero de Ludovico y acusando a Isabel de ser una mujer piadosa incompetente para gobernar. La joven viuda, con sus tres hijos, fue expulsada del castillo de Wartburg y se puso a la búsqueda de un lugar donde refugiarse. Solo dos de sus doncellas permanecieron junto a ella, la acompañaron y confiaron a los tres niños a los cuidados de amigos de Ludovico. Peregrinando por los pueblos, Isabel trabajaba allí donde se la acogía, asistía a los enfermos, hilaba y cosía. Durante este calvario, soportado con gran fe, con paciencia y dedicación a Dios, algunos parientes, que le habían permanecido fieles y consideraban ilegítimo el gobierno de su cuñado, rehabilitaron su nombre. Así Isabel, a principios de 1228, pudo recibir una renta apropiada para retirarse al castillo familiar en Marburgo, donde vivía también su director espiritual fray Conrado. Fue él quien refirió al papa Gregorio IX el siguiente hecho: el viernes santo de 1228, puestas las manos sobre el altar en la capilla de su ciudad Eisenach, donde había acogido a los Frailes Menores, en presencia de algunos frailes y familiares, Isabel renunció a su propia voluntad y a todas las vanidades del mundo. Ella quería renunciar a todas sus posesiones, pero yo la disuadí por amor a los pobres. Poco después construyó un hospital, recogió a enfermos e inválidos y sirvió en su propia mesa a los más miserables y los más abandonados. Habiéndola yo reñido por estas cosas, Isabel respondió que de los pobres recibía una especial gracia y humildad” (Epistula magistri Conradi, 14-17).
Podemos ver en esta afirmación una cierta experiencia mística parecida a la vivida por san Francisco: el Pobrecillo de Asís declaró, de hecho, en su testamento que, sirviendo a los leprosos, lo que antes era amargo se le cambió en dulzura del alma y del cuerpo (Testamentum, 1-3). Isabel transcurrió sus últimos tres años en el hospital fundado por ella, sirviendo a los enfermos, velando con los moribundos. Intentaba siempre llevar a cabo los servicios más humildes y los trabajos repugnantes. Ella se convirtió en lo que podríamos llamar una mujer consagrada en medio del mundo (soror in saeculo) y formó, con otras amigas suyas, vestidas en hábito gris, una comunidad religiosa. No es casualidad que sea patrona de la Orden Terciaria Regular de san Francisco y de la Orden Franciscana Seglar.
En noviembre de 1231 fue afectada por fuertes fiebres. Cuando la noticia de su enfermedad se propagó, muchísima gente acudió a verla. Tras unos diez días, pidió que se cerraran las puertas, para quedarse a solas con Dios. En la noche del 17 de noviembre se durmió dulcemente en el Señor. Los testimonios sobre su santidad fueron tantos y tales que, sólo cuatro años más tarde, el papa Gregorio IX la proclamó Santa y, en el mismo año, se consagró la hermosa iglesia construida en su honor en Marburgo.
Queridos hermanos y hermanas, en la figura de santa Isabel vemos cómo la fe, la amistad con Cristo crean el sentido de la justicia, de la igualdad de todos, de los derechos de los demás y crean el amor, la caridad. Y de esta caridad nace la esperanza, la certeza de que somos amados por Cristo y de que el amor de Cristo nos espera y nos hace así capaces de imitar a Cristo y de ver a Cristo en los demás. Santa Isabel nos invita a redescubrir a Cristo, a amarlo, a tener fe y así a encontrar la verdadera justicia y el amor, como también la alegría de que un día estaremos inmersos en el amor divino, en el gozo de la eternidad con Dios. Gracias.
[En español dijo]
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los miembros de la Cofradía escolapia del Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima del mayor dolor, de Granada; a los fieles de Alcobendas, a los Oficiales del curso de Estado Mayor de la Academia Aérea de Ecuador, así como a los demás grupos provenientes de España, México y otros países latinoamericanos. Que la figura de Santa Isabel de Hungría, modelo de caridad, nos inspire también a nosotros a un amor intenso hacia Dios y hacia el prójimo.

19 de octubre de 2010

El éxito del viaje de Benedicto XVI


El éxito del viaje de Benedicto XVI al Reino Unido se debió principalmente a la gracia de Dios, que actuó en los corazones de multitudes y creó un ambiente de tal densidad humana que no pudo ser negado siquiera por los más recalcitrantes antipapistas.

Sin embargo, hoy me ha llegado un mensaje (*) en el que se incluía un enlace curioso Un legionario agradece al Opus Dei y que os invito a leer. Haciendo ahora abstracción del título y de las instituciones en él reflejadas, lo cierto es que el autor del post subraya algo muy relevante. Meses antes de la llegada del Papa a las tierras británicas, un grupo de laicos se organizó para hacerse presente en la opinión pública: catholic voices. No digo -lo repito porque también ésa era la intención del autor- que ellos deban apuntarse ningún tanto ni quitarle el mérito que a Dios y a su más directo representante hay que atribuir, pero también es justo subrayar que en la sociedad en que vivimos las voces católicas que más deben de sonar son precisamente las de los cristianos de a pie.



El autor del post concluye con estas palabras realmente animosas: ¿se tomarán iniciativas de este tipo para preparar las dos visitas de Benedicto XVI a España?
"El proyecto Catholic Voices pone de manifiesto el bien que el laicado puede realizar por la promoción y defensa de la fe. Al mismo tiempo, se convierte en un ejemplo que bien pueden imitar otros movimientos eclesiales. A nivel diocesano, piénsese en un “Catholic Voices” para ayudar al obispo local en su misión pastoral, sobre todo por cuanto respecta a salir al paso en la tratativa de temas sobradamente tendenciosos y recurrentes como las riquezas de la Iglesia, las cruzadas, el papel de la mujer en la Iglesia o el caso Galileo, entre tantos otros. A un nivel parroquial también se puede aplicar la iniciativa, si bien con un alcance más reducido y no por ello menos importante.
No se trata de “suplir” la misión específica del portavoz diocesano cuanto de salir al paso sobre controversias de comunicación y tópicos de interés más amplios. Y no está de sobra decir que el interés, la ilusión y la buena intención no suplen la necesidad de una adecuada formación, en este caso concretamente en el rubro de la comunicación tanto oral como escrita y, desde luego, en la fe que son sobre todo obras hechas vida cada día."


___________
(*) Escribo estas líneas en la tarde del sábado 16 de octubre, pero su publicación está programada para "hoy" día 19.

18 de octubre de 2010

Arraigados en Cristo


En la convocatoria de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, el Papa Benedicto invita a los jóvenes a intensificar su camino de fe, a tener unas raíces sólidas sobre las que construir su vida, especialmente hoy, en que parece que vivimos en un mundo donde hay un ‘eclipse de Dios’. Y así, el encuentro de Madrid tendrá por lema: «Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe» (cf. Col 2, 7).

¿Dónde están los jóvenes? Pensaba sobre ello esta tarde en Misa, contemplando al resto de los fieles que nos habíamos reunido para asistir al gran Misterio de la Eucaristía. Los más ‘jóvenes’ del lugar rondábamos los cuarenta y tantos. La mayor parte de los presentes superaba los setenta. No os extrañará si os digo que, en mi pueblo, las Misas de la tarde son Misas ‘concelebradas’ entre el sacerdote y varias buenas señoras ancianas que para mí que andan un poco sordas, por lo que, lo que rezan para sí, lo oímos todos. Después de la bendición, el cura nos pidió oraciones para los grupos de jóvenes que a continuación iban a tener una reunión para ir preparando la JMJ. A la salida, me encontré con varios chicos y chicas con guitarras, papeles con letras de canciones, listas de voluntariado, carteles y más material sobre el tema. No digo que todas estas cosas no sean importantes, pero me pregunto si no están dejando de lado lo principal: echar raíces y ‘arraigarse’ a Cristo.

Si algún joven lee esto, no quiero que piense que el entusiasmo sobra. Todo lo contrario. Pero si no queremos que el entusiasmo se quede en algo pasajero, en el ‘viva el Papa, oooeee, viva el Papa, oooeee’, tenemos que empezar a echar raíces desde ya. A prepararnos, los jóvenes y los que ya no lo somos tanto, para que nuestra alegría sea una alegría auténtica de conversión.

Pienso que la mejor preparación es encontrarnos con el Señor en la oración, en la confesión y en la Eucaristía. En este sacramento, no recibimos un regalo de parte del Señor, lo recibimos a Él mismo y pedimos para convertirnos en aquello que hemos recibido de manera que podemos decir con San Pablo: «Vivo, pero no yo; es Cristo quien vive en mí». Lo sé, yo tampoco pretendo comprender este don desde un punto de vista meramente humano; es un gran misterio. Sin embargo, hemos sido invitados a este banquete. El Señor nos dice: «Quien me come, vivirá por Mí». ¿Hay alguna otra fuerza que pueda lograr que vivamos arraigados y edificados en Cristo, y firmes en la fe?

17 de octubre de 2010

Anecdotario de un amigo (11)


A nuestro amigo Benedicto le gustan los peluches. No es una anécdota muy conocida, pues, desgraciadamente, los animales de peluche son unas de las tantas cosas que el lobby gay quieren apropiarse para su iconografía. Por eso las agencias de información catolica no le dan publicidad, para evitar que se asocie la figura de nuestro amado Papa con ningún tipo de amaneramiento.

Pero aquí estamos, entre amigos, y lo podemos decir claro... : le encantan los peluches.

Las personas bien informadas, que lo quieren agasajar, no pierden oportunidad para regalárselos. Evidentemente, Benedicto no los puede guardar y cuando visita los orfanatos de Roma, se los regala a los niños.

Sirvan algunos ejemplos para demostrarlo: En Sydney, un grupo de trabajadores del jardín zoológico le regaló un koala de peluche. Cuando el presidente mexicano Felipe Calderón, acompañado de su familia, visitó a Benedicto en Roma, la hija del presidente, María, de 9 años, le ofrendó un pequeño oso de peluche que llevaba entre los brazos. En agosto de 2009, en Roma, el Papa se reunió el sábado con los atletas del campeonato mundial de natación los cuales le regalaron la mascota del campeonato, de peluche, claro... En su 80 cumpleaños, un fiel le regaló un gigantesco oso de peluche que el Papa envió al hospital de niños de Roma Bambino Gesu (Niño Jesús).

Pero no es solo que le gusten los peluches, es que aún conserva los que le confeccionó su madre cuando era niño.

Su hermano Monseñor Georg Ratzinger describe así la infancia del Papa: "Yo le recuerdo siempre alegre. A partir de ese momento mostró una gran sensibilidad a los animales, las flores, y en general a toda la naturaleza. Tal vez por eso le regalaban mascotas de peluche como regalos de Navidad. Nuestros padres sabían que lo hacían feliz regalándoselos. Recuerdo que en varias Navidades le regalaron un oso, un perro, un gato y un pato. "

“Joseph no tenía todavía dos años cuando ocurrió la siguiente historia. Estábamos todavía en nuestra casa Marktl, y en la tienda de enfrente había un escaparate decorado con motivos navideños. Había un pequeño oso de peluche que a mi hermano le gustaba mucho; siempre se acercaba al escaparate para verlo. Un día, dos días antes de Navidad, el oso de peluche desapareció y mi hermano empezó a llorar amargamente. En Nochebuena, cuando compartimos los regalos apareció el oso en el salón y mi hermano volvió a ser feliz. "

Por otra parte, los muñecos de peluche, eran el no va más en juguetes, en la infancia de Benedicto, como si ahora dijéramos la Play Station o la Wii, pues habían sido inventados apenas 20 años antes, en 1902, por la alemana Margarethe Steiff.

Quizás algún lector no habitual de este blog se mofe de lo que estoy contando y de su protagonista, nuestro amigo. Para estos, para que sepan del inmenso poder de un oso de peluche ofrezco el estremecedor testimonio del ex boxeador Tim Guénard:

En su más que recomendable biografía, “Más fuerte que el odio” (Gedisa Editorial), Tim Guénard advierte al lector que lo que va a leer es de una vida magullada, tanto como su cara. «Sólo en la nariz, tengo 27 fracturas. De ellas, 23 provienen del boxeo y cuatro de mi padre», escribe. Cuenta además: «Soñaba que habían metido a mi papá en una lavadora y que llegaba todo nuevo. ¡Tenía tantas ganas de un beso!, o de una mirada, un gesto; pero tristemente nunca llegó... Un día ya no tuve ganas de eso, tuve ganas de vivir para matarlo; y el odio me dio fuerza».


El peor recuerdo de su infancia es haber estado tres años en la cama de un hospital por culpa de los golpes que le dió su padre. "Cuando bebía, no sabía lo que hacía y me pegaba sin darse cuenta. Lo que más me dolió es que durante ese tiempo de convalecencia, nunca tuve una visita." Un día en el hospital, vio que a su compañero de habitación se le cayó el envoltorio de uno de los regalos que recibió. Tim cogió ese papel y lo escondió. Cuenta en su libro que, a pesar de su situación, este simple papel le ayudó a salir adelante:

"El papel tenía el dibujo de un tren con vagones llenos de juguetes y un oso de peluche que movía su brazo. Lo escondí en los baños del final del pasillo y todos los días me arrastraba hasta allá (no podía andar) para ver mi papel a escondidas; me daba la impresión de que el osito me decía “¡Hola Tim!” y que me daba las buenas noches al final del día. Para mí era la única visita (esto demuestra que lo que desechan los demás puede ser importante para otros). Ese papel me dio un poco de calor y suscitó en mí el deseo de volver a caminar. Gracias a ese esfuerzo para ver mi papel de regalo, aprendí a andar nuevamente."


Pero, sin irnos más lejos, mi hijo, que va a cumplir 16 años próximamente y que ya se le van los ojos detrás de las chicas, todavía duerme con Juan y Mario, un perro y un oso de peluche que tiene desde su primer año de vida y que ya son parte de nuestra familia.


Quizas otros diran: “Sí, eso esta muy bien para los niños, pero ¿cómo un varón, alemán, mayor de 80 años, piadoso, místico, políglota, músico, doctor en varias disciplinas teológicas, que ha ejercido y ejerce altísimas responsabilidades de gobierno y paternidad espiritual sobre millones de personas, puede conservar todavía unos peluches? La respuesta es sencilla como el propio Ratzinger: porque son el vínculo con su infancia y con su madre; un vinculo con la infancia que muchos perdemos por prejuicios y que son muy necesarios para conservar la limpieza de la mirada y la higiene del alma que rebosa Benedicto. Porque como dijo Jesús, refiriéndose a unos niños, "Si no os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos" (Mt 18,3)”


16 de octubre de 2010

Benedicto XVI advierte que los nuevos dioses e ideologías caerán como en el Apocalipsis






Benedicto XVI comparó este lunes la escalofriante lucha
 de la "Mujer revestida del sol", contra 

el "enorme Dragón rojo como el fuego",
narrada por el Apocalipsis, a la batalla que hoy se libra
contra las ideologías y poderes, incluso contra
los "capitales anónimos que esclavizan al hombre".




El pontífice intervino en la primera sesión de trabajo 
del Sínodo de los Obispos de Oriente Medio ofreciendo 
una impresionante meditación sobre la historia, 
a la luz del capítulo 12 del último libro de la Biblia cristiana.

En la visión bíblica, "el Dragón se puso delante
de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo
en cuanto naciera", explica el versículo 4.
"La Mujer tuvo un hijo varón que debía regir
a todas las naciones con un cetro de hierro.
Pero el hijo fue elevado hasta Dios
y hasta su trono", dice la Escritura.

"Aquí el misterio mariano es el misterio de Belén 
extendido al misterio cósmico --explicó el Papa 
a los patriarcas, cardenales y obispos 
congregados de todos los países de Oriente Medio--. 
Cristo nace siempre de nuevo en todas las generaciones 
y así asume, reúne a la humanidad en sí mismo. 
Y este nacimiento cósmico se realiza en el grito de la Cruz, 
en el dolor de la Pasión. Y a este grito de la Cruz 
 pertenece la sangre de los mártires". La caída de los dioses

El pasaje bíblico continúa en el versículo 9 
con la famosa "caída de los dioses". Como dice la escritura, 
"el enorme Dragón, la antigua Serpiente, 
llamada Diablo o Satanás, y el seductor del mundo entero 
fue arrojado sobre la tierra".

"Este proceso que se realiza en el largo camino
de la fe de Israel, y que se resume aquí en una visión única,
es un verdadero proceso de la historia de las religiones:
la caída de los dioses", añadió, hablando en el Aula del Sínodo,
en la primera congregación de la asamblea especial
para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos.

"Y así la transformación del mundo,
el conocimiento del verdadero Dios,
la pérdida de poder de las fuerzas que dominan la tierra,
es un proceso de dolor", añadió.
"Esta caída no es sólo el conocimiento
de que éstas no son Dios; es el proceso de transformación
del mundo, que cuesta sangre, cuesta el sufrimiento
de los testigos de Cristo. Y, si miramos bien,
vemos que este proceso nunca ha terminado".

"Se realiza en los diversos periodos de la historia
de formas siempre nuevas; también hoy, en este momento,
en el que Cristo, el único Hijo de Dios, debe nacer
para el mundo con la caída de los dioses,
con el dolor, el martirio de los testigos".

El pontífice hizo referencia a " las grandes potencias
de la historia de hoy", y más en concreto,
a "los capitales anónimos que esclavizan al hombre,
que ya no son cosa del hombre, sino un poder anónimo
al que sirven los hombres, por el que los hombres
son atormentados e incluso asesinados.
Son un poder destructivo, que amenaza al mundo".
Luego mencionó " el poder de las ideologías terroristas.
Aparentemente en nombre de Dios
se hace violencia, pero no es Dios: son divinidades falsas
que deben ser desenmascaradas, que no son Dios.".
Entre los dioses caídos denunció también "la droga",
"este poder que como una bestia voraz extiende las manos
sobre todos los lugares de la tierra y destruye:
es una divinidad, pero una divinidad falsa, que debe caer".

Por último denunció también " la forma de vivir
propagada por la opinión pública: hoy se hace así,
el matrimonio ya no cuenta, la castidad ya no es una virtud, etc.".
"Estas ideologías que dominan, que se imponen con fuerza, 
son divinidades --aseguró el obispo de Roma--. 
Y en el dolor de los santos, en el dolor de los creyentes, 
de la Madre Iglesia de la cual somos parte, 
deben caer estas divinidades". La fe de los sencillos

En el versículo 15 de ese capítulo del Apocalipsis 
puede leerse que el dragón vomita detrás de la Mujer 
como un río de agua, para que la arrastrara. 
"Pero la tierra vino en ayuda de la Mujer: 
abrió su boca y se tragó el río que el Dragón había vomitado".

El Papa interpretó este río como
las "corrientes que dominan a todos
y que quieren hacer desaparecer la fe de la Iglesia,
la cual ya no parece tener sitio ante la fuerza de estas
corrientes que se imponen como la única racionalidad,
como la única forma de vivir".

"Y la tierra que absorbe estas corrientes
es la fe de los sencillos, que no se deja arrastrar
por estos ríos y salva a la Madre y al Hijo", añadió.
"Esta auténtica sabiduría de la fe sencilla,
que no se deja devorar por las aguas, es la fuerza de la Iglesia.
Y volvemos otra vez al misterio mariano.".

"Vacilan los fundamentos externos
porque vacilan los fundamentos interiores,
los fundamentos morales y religiosos,
la fe de la que sigue el modo recto de vivir.
Y sabemos que la fe es el fundamento,
y, en definitiva, los fundamentos de la tierra no pueden vacilar
si permanece firme la fe,
la verdadera sabiduría", dijo al concluir su meditación.

15 de octubre de 2010

AUDIENCIA GENERAL DEL PAPA

 Benedicto XVI: Beata Angela de Foligno, de la penitencia al amor


Hoy en la audiencia general

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 13 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación la catequesis que el Papa Benedicto XVI pronunció hoy durante la audiencia general, en la Plaza de San Pedro, ante miles de peregrinos procedentes de todo el mundo.
* * * * *
Queridos hermanos y hermanas,
hoy quisiera hablaros de la beata Angela de Foligno, una gran mística medieval que vivió en el siglo XIII. Normalmente, uno se fascina por los momentos álgidos de experiencia de unión con Dios que ella alcanzó, pero se tienen quizás demasiado poco en cuenta sus primeros pasos, su conversión, y el largo camino que la condujo desde el punto de partida, el “gran temor del infierno”, hasta su meta, la unión total con la Trinidad. La primera parte de la vida de Angela no es ciertamente la de una ferviente discípula del Señor. Nacida hacia 1248 en una familia pudiente, quedó huérfana de padre y fue educada por su madre de forma más bien superficial. Fue introducida muy pronto en los ambientes mundanos de la ciudad de Foligno, donde conoció a un hombre, con el que se casó a los veinte años y del que tuvo hijos. Su vida era despreocupada, hasta el punto de que se permitía burlarse de los llamados “penitentes” – muy difundidos en aquella época – es decir, de aquellos que para seguir a Cristo vendían sus bienes y vivían en la oración, en el ayuno, en el servicio a la Iglesia y en la caridad.
Algunos acontecimientos, como el violento terremoto de 1279, un huracán, la larga guerra contra Perusa y sus duras consecuencias incidieron en la vida de Angela, la cual progresivamente fue tomando conciencia de sus pecados, hasta un paso decisivo: invoca a san Francisco, que se le aparece en una visión, para pedirle consejo de cara a hacer una buena Confesión general: estamos en 1285, Angela se confiesa con un fraile en San Feliciano. Tres años después, el camino de la conversión conoce otro giro: la disolución de los vínculos afectivos, pues en pocos meses, a la muerte de su madre siguieron la de su marido y la de todos sus hijos. Entonces vendió sus bienes y en 1291 entró en la orden terciaria de san Francisco. Murió en Foligno el 4 de enero de 1309.
El Libro della beata Angela da Foligno, en el que está recogida la documentación sobre nuestra Beata, narra esta conversión; indica los medios que le fueron necesarios: la penitencia, la humildad y las tribulaciones; y narra sus pasos, la sucesión de las experiencias de Angela, comenzadas en 1285. Recordándolas, tras haberlas vivido, ella intentó contarlas a través de su fraile confesor, el cual las transcribió fielmente, intentando después organizarlas en etapas, que llamó “pasos o mutaciones”, pero sin conseguir ordenarlas plenamente (cfr Il Libro della beata Angela da Foligno, Cinisello Balsamo 1990, p. 51). Esto debido a que la experiencia de unión para la beata Angela supone una implicación total de los sentidos espirituales y corporales, y de lo que ella “comprende” durante sus éxtasis queda, por así decirlo, solo una “sombra” en su mente. “Escuché verdaderamente estas palabras – confiesa ella después de un rapto místico – pero lo que vi y comprendí, y que él [o sea, Dios] me mostró, de ninguna forma dé o puedo decirlo, aunque revelaría de buen grado lo que comprendí con las palabras que oí, pero hubo un abismo absolutamente inefable”. Angela de Foligno presenta su "vivencia" mística, sin elaborarla con la mente, porque son iluminaciones divinas que se comunican a su alma de forma imprevista e inesperada. Al mismo fraile confesor le cuesta recoger estos eventos, “también a causa de su gran y admirable reserva respecto a sus dones divinos” (Ibid., p. 194). A la dificultad para expresar su experiencia mística se añade también la dificultad para sus oyentes de comprenderla. Una situación que indica con claridad cómo el único y verdadero Maestro, Jesús, vive en el corazón de todo creyente y desea tomar totalmente posesión de él. Así en Angela, que escribía a un hijo espiritual suyo: "Hijo mío, si vieras mi corazón, estarías absolutamente obligado a hacer todo lo que Dios quiere, porque mi corazón es el de Dios y el corazón de Dios es el mío”. Resuenan aquí las palabras de san Pablo: “Ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo que vive en mi" (Gal 2,20).
Consideremos entonces sólo algún "paso" del rico camino espiritual de nuestra Beata. El primero, en realidad, es una premisa: "Fue el conocimiento del pecado, – como ella precisa – a continuación del cual el alma tuvo un gran temor de condenarse; en este pasaje lloró amargamente" (Il Libro della beata Angela da Foligno, p. 39). Este “temor” del infierno responde al tipo de fe que Angela tenía en el momento de su "conversión"; una fe aún pobre de caridad, es decir, del amor de Dios. Arrepentimiento, miedo del infierno y penitencia abren a Angela la perspectiva de la dolorosa "vía de la cruz" que, desde el octavo al decimoquinto paso, la llevará después a la “vía del amor”. Cuenta el fraile confesor: “La fiel entonces me dijo: He tenido esta revelación divina: 'Tras las cosas que habéis escrito, haz escribir que quien quiera conservar la gracia no debe quitar los ojos del alma de la Cruz, tanto en la alegría como en la tristeza que le concedo o permito'" (Ibid., p. 143). Pero en esta fase Angela aún "no siente amor"; ella afirma: "El alma siente vergüenza y amargura y no experimenta aún el amor, sino el dolor” (Ibid., p. 39), y está insatisfecha.
Angela siente el deber de tener que darle algo a Dios para reparar sus pecados, pero lentamente comprende que no tiene nada que darle, al contrario, de “ser nada” ante Él; comprende que no será su voluntad la que le dé el amor de Dios, porque ésta sólo puede darle su “nada”, el “no amor”. Como ella dirá: solo "el amor verdadero y puro, que viene de Dios, está en el alma y hace que ésta reconozca sus propios defectos y la bondad divina […] Este amor lleva el alma a Cristo y ella comprende con seguridad que no se puede verificar ni haber engaño alguno. Junto a este amor no se puede mezclar algo de lo del mundo" (Ibid., p. 124-125). Abrirse sola y totalmente al amor de Dios, que tiene la máxima expresión en Cristo: "Oh Dios mío – reza – hazme digna de conocer el altísimo misterio, que tu ardentísimo e inefable amor realizó, junto al amor de la Trinidad, es decir, el altísimo misterio de tu santísima encarnación por nosotros. […]. ¡Oh amor incomprensible! Más allá de este amor, que hizo que mi Dios se hiciese hombre para hacerme Dios, no hay amor más grande" (Ibid., p. 295). Con todo, el corazón de Angela lleva siempre las heridas del pecado; incluso después de una confesión bien hecha, ella se encontraba perdonada y aún con el corazón roto por el pecado, libre y condicionada por el pasado, absuelta pero necesitada de penitencia. Y también la acompaña el pensamiento del infierno, porque cuanto más progresa el alma en la vía de la perfección cristiana, tanto más se convencerá no sólo de ser “indigna”, sino de merecer el infierno.
Y he aquí que, en su camino místico, Angela comprende de modo profundo la realidad central: lo que la salvará de su “indignidad” y de “merecer el infierno” no será su “unión con Dios” y su poseer la “verdad”, sino Jesús crucificado, “su crucifixión por mí”, su amor. En el octavo paso, ella dice: "Sin embargo, aún no comprendía si era más grande mi liberación de los pecados y del infierno y la conversión y la penitencia, o más bien su crucifixión por mí" (Ibid., p. 41). Es el inestable equilibrio entre amor y dolor, advertido en todo su difícil camino hacia la perfección. Precisamente contempla con preferencia a Cristo crucificado, porque en esta visión ve realizado el equilibrio perfecto: en la cruz está el hombre-Dios, en un supremo acto de sufrimiento que es un acto supremo de amor. En la tercera Instrucción, la Beata insiste en esta contemplación y afirma: "Cuanto más perfecta y puramente vemos, tanto más perfecta y puramente amamos. […] Por ello, cuanto más vemos al Dios y hombre Jesucristo, tanto más somos transformados en él a través del amor. […] Lo que he dicho del amor […] lo digo también del dolor: el alma cuanto más contempla el inefable dolor del Dios y hombre Jesucristo, tanto más se duele y es transformada en dolor” (Ibid., p. 190-191). Ensimismarse, transformarse en el amor y en los sufrimientos del Cristo crucificado, identificarse con Él. La conversión de Angela, iniciada con esa confesión de 1285, llegará a la madurez sólo cuando el perdón de Dios aparezca a su alma como el don gratuito de amor del Padre, fuente de amor: "No hay nadie que puede dar excusas – afirma ella – porque cualquiera puede amar a Dios, y el no pide otra cosa al alma sino que le ame, porque él la ama y de su amor" (Ibid., p. 76).
En el itinerario espiritual de Angela el paso de la conversión a la experiencia mística, de lo que se puede expresar a lo inexpresable, tiene lugar a través del Crucificado. Es el "Dios-hombre de la pasión", que se convierte en su "maestro de perfección". Toda su experiencia mística es, por tanto, tender a una perfecta “semejanza” con Él, mediante purificaciones y transformaciones cada vez más profundas y radicales. En esta estupenda empresa Angela se implica totalmente, alma y cuerpo, sin ahorrarse penitencias y tribulaciones desde el principio al final, deseando morir con todos los dolores sufridos por el Dios-hombre crucificado para ser transformada totalmente en Él: "Oh hijos de Dios – recomendaba ella –, transformaos totalmente en el Dios-hombre de la pasión, que tanto os amó hasta dignarse morir por vosotros de muerte ignominiosísima y del todo inefablemente dolorosa y de un modo penosísimo y amarguísimo. ¡Esto solo por amor tuyo, oh hombre!" (Ibid., p. 247). Esta identificación significa también vivir lo que Jesús vivió: pobreza, desprecio, dolor, porque – como ella afirma – "a través de la pobreza temporal el alma encontrará riquezas eternas; a través del desprecio y la vergüenza obtendrá honor y grandísima gloria; a través de una poca penitencia, hecha con pena y dolor, poseerá con infinita dulzura y consolación el Bien Sumo, Dios eterno" (Ibid., p. 293).
De la conversión a la unión mística con el Cristo crucificado, a lo inexpresable. Un camino altísimo, cuyo secreto es la oración constante: "Cuanto más reces – afirma ella – tanto más serás iluminado; cuanto más seas iluminado, tanto más profunda e intensamente verás al Sumo Bien, al Ser sumamente bueno; cuanto más profunda e intensamente lo veas, tanto más lo amarás; cuanto más lo ames, tanto más te deleitará; y cuanto más te deleite, tanto más lo comprenderás y serás capaz de comprenderlo. Sucesivamente llegarás a la plenitud de la luz, porque comprenderás que no puedes comprender" (Ibid., p. 184).
Queridos hermanos y hermanas, la vida de la Beata Angela comienza con una existencia mundana, bastante alejada de Dios. Pero después se encontró con la figura de san Francisco y, finalmente, el encuentro con el Cristo Crucificado despierta el alma a la presencia de Dios, por el hecho de que sólo con Dios la vida llega a ser verdadera vida, porque llega a ser, en el dolor por el pecado, amor y alegría. Y así nos habla a nosotros hoy la Beata Angela. Hoy estamos todos en peligro de vivir como si Dios no existiera: parece muy alejado de la vida actual. Pero Dios tiene mil maneras, para cada uno la suya, de hacerse presente en el alma, de mostrar que existe y que me conoce y ama. Y la Beata Angela quiere hacernos atentos a estos signos con los cuales el Señor nos toca el alma, atentos a la presencia de Dios, para aprender así el camino con Dios y hacia Dios, en la comunión con Cristo Crucificado. Oremos al Señor para que nos haga atentos a los signos de su presencia, que nos enseñe a vivir realmente. Gracias.
[En español dijo]
Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a las Hermanas de la Compañía de la Cruz; a los miembros de la Hermandad de Nuestra Señora de la Estrella, de Sevilla; a los representantes de la Cofradía de Investigadores de Toledo, acompañados por el Señor Cardenal Antonio Cañizares Llovera; a los fieles de la Arquidiócesis de Santiago de los Caballeros, con su Arzobispo, Monseñor Ramón Benito de la Rosa Carpio, así como a los demás grupos procedentes de España, México, Honduras, Argentina y otros países latinoamericanos. Que la Beata Ángela de Foligno nos ayude a comprender que la verdadera felicidad consiste en la amistad con Cristo, crucificado por amor nuestro. A su divina bondad sigo encomendando con esperanza a los mineros de la región de Atacama, en Chile.