
María, necesito fijarme en ti, porque de tu forma de vivir y de creer aprendo mucho. María, Madre de la sencillez, enséñame a ser sencillo y a buscar a tu Hijo, el Señor, en lo sencillo y humilde. Porque, no se trata de quemar el tronco, sino prender la brizna que, por contagio y cercanía irá prendiendo lo cercano y próximo hasta llegar al tronco y avivar fuertemente la hoguera de cada corazón.
María, tú prendisteis la llama de tu corazón...