
Cuando abrazas la verdad, experimentas que la corriente del mundo que te arrastra se te vuelve en dirección contraria. Ahora, va contra ti y, para avanzar, necesitas remar con todas tus fuerzas, pero especialmente con tu fe y tu esperanza puesta en el Espíritu Santo. Sin Él el mundo te vence, pero, apoyado en el Señor encuentras las fuerzas para continuar el camino y darle gusto al mundo que, como el Santo Padre nos dice en la audiencia de hoy,...