
Jesús se pone a la cabeza de nuestra oración e intercede por nosotros. Él nos lleva al Padre y, estando limpio de todo pecado, se pone a la cabeza entregando su Vida para ganar nuestra liberación y salvación. Tal y como nos dice el Santo Padre: hoy fijamos nuestra atención en Jesús, que quiso comenzar su misión
pública en el río Jordán, donde el pueblo reunido en espíritu de oración
recibía de Juan un bautismo de penitencia. Y aunque Jesús no...