14 de diciembre de 2025

ORACIÓN DE ADVIENTO

¡Que este nacimiento tuyo, Niño Dios, me sirva para enderezar aquello que está torcido, a limpiar lo que debe ser barrido, a transformar aquello que debe ser transformado! ¡Vienes para nacer en el pesebre de mi corazón, Señor, y yo te pido que tomes las riendas de mi vida y me ayudes a caminar de tu lado, de la mano de Madre y con la fuerza de tu Santo Espíritu por la senda de la santidad!

¡Espíritu Santo, llévame a la tierra de paz donde more tu gracia y la serenidad que tanto deseo! ¡Para esta Navidad que se acerca, deja que mis ojos se vuelvan hacia Jesús deseando nada más que su presencia sanadora! ¡Ven, Espíritu Santo, arde en lo más profundo de mi corazón, abre mis ojos para que pueda captar tu plan perfecto en mi vida! Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

13 de diciembre de 2025

SOLO TIENES QUE CREERLO

"Señor, el pasado a tu Misericordia, el futuro a tu Providencia, el presente a tu Amor. Tú sabes, Señor, que lo único que tengo es el día de hoy para amarte, y por Ti a quienes me has dado."

(San Padre Pío de Pietrelcina). 

Mi pasado, Señor, te entrego… que tu Misericordia me alcance y me perdone. También me ayude a perdonar y a perdonarme. Señor, a tu Providencia te dejo mi futuro, mis incertidumbres, mis dudas, mis preocupaciones; sé que tus planes son perfectos y tus tiempos también, pero debo reconocer que muchas veces dudo y me vuelvo débil. Señor, te ofrezco mi presente a tu Amor, confiado siempre… siempre a tu Amor; que nunca olvide el gran amor que me tienes. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

12 de diciembre de 2025

MADRE DEL ADVIENTO

¡Madre, Señora del Adviento, Madre de la esperanza, ayúdame a vivir este tiempo con el corazón abierto, poniendo toda mi confianza, mis esfuerzos, mi oración y mi vida en el proyecto de Tu Hijo para llegar a vivir en plenitud!

¡Madre, cuando las dudas se ciernen sobre mí, cuando las dificultades se me presenten, ayúdame a ser valiente para decirle que “sí” a Dios! ¡Y como Tú, que te pusiste al servicio de Dios, dame la luz que necesito para encauzar mis quehaceres cotidianos y hazme siempre disponible para los demás! 

¡Y, sobre todo, Madre, en este tiempo de Adviento marcado por las dificultades propias del covid, abre mis ojos y mi corazón para que me sienta conmovida por las personas más desfavorecidas y ser generosa para quien necesite de mi ayuda y colaboración! ¡Y, sobre todo, Madre, ayúdame a hacer silencio y a rezar como hiciste Tú para tener un verdadero encuentro con Dios en lo más profundo de mi corazón! Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

11 de diciembre de 2025

EL BUEN PASTOR

Señor, que en todo momento sea capaz de reconocer tu voz, de escucharte, de aceptar ser moldeado por Ti. En mi compromiso contigo, Señor, que tu voz sea para mí un instrumento de discernimiento en la oración, de lo que quieres para mi vida, de poner de manifiesto la voluntad del Padre en mi corazón, rechazar aquello que altera mi relación con Dios, con los demás e, incluso, conmigo mismo. 

Señor, ven a buscarme en todo momento porque yo también soy oveja perdida; muchas veces estoy lejos de ti, me amenazan muchos lobos de este mundo. Te pido, Señor, que me busques, que me acojas, que me conduzcas siempre por los caminos de bondad. Señor, me causa una gran alegría que seas mi pastor; no me importa entregar mi vida y unirla a la cruz; por eso, Señor, te pido que no dejes de seguir buscándome y, cuando me encuentres, me tomes entre tus brazos y me conduzcas de nuevo a mi redil. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

10 de diciembre de 2025

TODO DE TI, SEÑOR

Señor, como Juan Bautista, también yo soy muy grande, porque he recibido muchos dones, y muy pequeño, porque mi vida y mi felicidad dependen de Ti, del cariño de muchas personas.

Gracias por todo lo que he podido aprender, por todo lo que sé; y dame humildad para que cada día busque tu sabiduría.

Gracias porque sé comprender al que se equivoca; y que tu perdón me ayude a perdonar al que me haga daño.

Gracias por la alegría de mi rostro y de mi corazón; y gracias por esa alegría que tú me das y que nada ni nadie me puede arrebatar.

Gracias porque me has dado un corazón que sabe amar. Haz que siempre esté abierto para recibir tu amor y, así, amar cada día más y mejor.

Gracias, Señor, por todo lo que sé, por todo lo que tengo, por todo lo que soy. No me dejes caer en las garras del orgullo y que siempre tenga alma de discípulo. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina