28 de enero de 2017

MARÍA, IMITADORA DE SU HIJO JESÚS

Nuestro corazón, al menos el mío, está necesitado de dulzura, de paciencia, de mansedumbre, de suavidad, de humildad…etc. Un corazón que mira para el Corazón de Jesús, nuestro Señor. Y nadie mejor que su Madre, nuestra Señora y Madre también, la que puede ayudarnos a parecernos a su Hijo. Porque ella es humilde y mansa y fiel reflejo de su Hijo Jesús.

Necesitamos parecernos al Señor, pero también tomar la mano de María, la Madre, para ir por camino seguro al intento y esfuerzo de reflejar en todos nuestros actos al Señor. María, por excelencia, amable, llena de dulzura, suave, paciente, sencilla, humilde, generosa, dada, servicial, escuchante, silenciosa, entregada, fiel, dócil, confiada. ¡Cuántas cosas podemos decir y atribuirle a María, que nos puedan servir para darle forma a nuestro corazón de piedra!, y transformarlo en un corazón de carne, humano, pero manso y humilde. En el esfuerzo de imitar a su Hijo tal y como Él nos ha dicho: “Tomad sobre ustedes mi yugo y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallarán descanso para sus corazones”, caminemos junto a María.

Necesitamos tener un corazón bondadoso, mucha dulzura de carácter y suavidad en nuestras relaciones y convivencia, porque sólo de ahí florece y nace el amor. El verdadero amor, que hace reverdecer nuestra vida llenándola de esperanza, de verdad y de paz. Al lado de María, nuestra Madre, se respira esa aroma que perfuma todo nuestro derredor en una fragancia de dulzura, de paz y de amor. Porque, ella, lo endulza, le pone armonía, lo llena de esa Gracia que ella ha recibido de Dios. Porque, configurada con su Hijo, El Señor, María nos muestra el camino hacia Él, pues como Madre es mediadora entre nosotros y su Hijo, y por Él vamos al Padre.

Por eso, rendidos a sus pies y amparados bajo su manto, le pedimos que nos acompañe en nuestro esfuerzo diario de imitar a su hijo. Imitarle tratando, como ella, en transformar nuestro corazón de piedra en un corazón de carne sensible al dolor de los que sufren y compasivo y misericordioso a servirle en al amor.