
Pensamos en la libertad y nos creemos libre, pero de eso a la realidad de nuestra vida va un abismo. Nuestra condición humana nos esclaviza y en la lucha por liberarnos de nuestros apegos, nuestras apetencias y vicios se libra nuestra batalla de cada día. Porque, nuestras relaciones nunca serán libres si antes no nos liberamos de nuestros apegos y ambiciones carnales.
Y es que la lucha, como nos dice el Papa, es tremenda, porque pensamos que...