10 de abril de 2019

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

Hoy nos habla el Papa del perdón. Sin perdón no podemos vivir y necesitamos perdonar para ser perdonados. Porque, toda nuestra vida se sostiene por el perdón recibido de Dios. Su Misericordia es Infinita y nuestra deuda impagable. Siempre estaremos en deuda con Dios, nos dice el Papa Francisco, pues todo lo que somos y tenemos lo hemos recibido de Él.

Así que, en la medida que seamos reflejo de Dios estaremos haciendo su Voluntad. Sin embargo, nos ha creado libres y podemos rechazar ser reflejo de ese Amor que Él nos da incondicionalmente, aunque, queramos o no, el amor brota siempre dentro de nosotros.



PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Plaza de San Pedro

Miércoles, 10 de abril de 2019



Queridos hermanos:

Consideramos hoy la petición del Padre nuestro, que dice: “Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. En toda oración del cristiano se contiene una petición de perdón a Dios, ya que por muy santa que sea nuestra vida siempre somos deudores ante Dios. Por eso la soberbia es la actitud más negativa en la vida cristiana. Se arraiga en el corazón sin que muchas veces nos demos cuenta, e incluso afecta a las personas que llevan una intensa vida religiosa. Nos hace creer que somos mejores que los demás, casi semejantes a Dios, amenazando así con romper la fraternidad.

En definitiva, somos deudores porque todo lo hemos recibido: la existencia, los padres, la amistad, la belleza de la creación… En nuestra vida personal se refleja también como un mysterium lunae, es decir: un misterio de la luna. Al igual que la luna no brilla con luz propia sino que refleja la luz del sol, también nosotros reflejamos una luz que no es nuestra, sino que la hemos recibido. De esta manera, si amamos es porque hemos sido amados; si perdonamos es porque antes hemos sido perdonados. Y en esta cadena de amor que nos precede reconocemos la presencia providente de Dios que nos ama. Ninguno ama a Dios tanto como Él nos ha amado a nosotros. Basta que miremos a Cristo en la cruz para descubrir la desproporción entre su amor y el nuestro.


Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española  provenientes de España y América Latina. Acercándonos cada vez más a las fiestas de Pascua, los animo a no dejar de mirar a Cristo en la cruz, para que su amor purifique todas nuestras vidas y nos libre del orgullo de pensar que somos autosuficientes. Que la gracia de la resurrección de Cristo transforme totalmente nuestra vida. Que Dios los bendiga.