
Todo sigue igual como si el tiempo no hubiese pasado. Los mismos problemas del ayer son los de hoy. Dentro de la comunidad se reza y se consume las prácticas y hasta los sacramentos, pero no se perdona y hasta se ignora al que está al lado. Se confunde la vida con las prácticas y cumplimiento. Porque, el Señor nos enseña a vivir en actitud misericordiosa que exige necesariamente amor. Luego, si no hay amor no hay misericordia y sin misericordia,...