Señor, venimos a ti cansados,
tullidos, estresados, doloridos,
ciegos, sordos, indiferentes,
distraídos y enfermos de muchas cosas.
Venimos a ti para que nos sanes,
para que pongas tu mano sobre nosotros
nos endereces, nos llenes de salud,
y nos liberes de autocompasiones.
Venimos a ti hambrientos:
de compartir todo lo que tenemos,
de enseñar lo que sabemos,
de regalar el amor recibido.
Venimos para que nos sacies el corazón,
nos liberes de ansiedades y deseos,
nos limpies de competitividades
y nos hagas vivir como comunidad.
Venimos para que nos hagas hermanos,
para que impulses en nosotros el compartir. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.
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