1 de julio de 2024

ORACIÓN DEL DOMINGO

Nos hacemos conscientes de la presencia de Dios que nos habita y rodea. Abrimos el corazón a la luz de su palabra de vida. A veces la oración es un grito, nos va la vida en ello; buscamos a Jesús con pasión. No hay tiempo que perder. Confiamos en el poder de Jesús para que sane nuestras heridas. Dejamos que toquen sus manos los socavones que la muerte va abriendo en nosotros. Contigo, Jesús, siempre es tiempo de salvación, aunque estemos al borde de la muerte. Tú te ofreces como respuesta infinita a la sed infinita que llevamos dentro, tu vida nos da vida verdadera. Contigo, Jesús, pasamos a la orilla de la vida y nos quedamos contigo. El camino nos lo enseña el Espíritu divino.

Reza confiadamente: Jesús, siempre estás esperándonos. La decisión de ir hacia ti es de cada uno de nosotros. El jefe de la sinagoga nos sugiere unos pasos preciosos para estar contigo: Acercarnos a ti, mirarte, sentarnos junto a ti, rogarte con insistencia por la vida en peligro. Con la ayuda de tu Espíritu divino, abrimos nuestro corazón, te contamos lo que llevamos dentro y nos quedamos en silencio, contigo. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.