Rincón para orar


 (Jn 5,33-36). El mejor testimonio de Jesús no...

Bombillas con patas diría yo en otra reflexión (ver aquí), porque cuando realmente te encuentras con el SEÑOR, un signo de ese encuentro es la felicidad, felicidad que es el efecto de la paz y el gozo de vivir en su presencia y de tomar conciencia, a pesar de los abatares que la vida te depara, de estar salvado.

Porque lo que verdaderamente importa es la salvación... y está muy cerca de nosotros, hasta tal punto que pronto vamos a celebrar su venida. Lo hacemos todo los años, pero está con nosotros los 365 días que lo componen, día y noche, incluso hasta en los momentos de lo más profundo de nuestros sueños.

Y está tan cerca que la palpamos cada día en nuestra diaria vivencia con los que nos ha tocado vivir, sobre todo en nuestra familia, con nuestros seres más próximos, con nuestros compañeros de trabajo, amigos de los momentos de ocios...etc. 

Sólo se trata de alumbrar con nuestro testimonio, con nuestra conducta, con nuestra sencillez estando atento en las cosas pequeñas, simples, con alegría. A la larga se notará que la vida vale la pena vivirla en paz, en gozo, en alegría. Y eso es lo que todos buscamos, por eso se notará y terminaran preguntándote, ¡oye!, ¿qué haces para vivir así?

Sólo hay una respuesta: ¡Vivir la vida de la Gracia!

Que sepa, DIOS mío, ser antorcha en mi interior para
alumbrar, como Juan, la Luz que TÚ irradias
y testimonias según el PADRE te ha
enviado. Amén.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 16 de diciembre de 2011






(Lc 7,24-30)

¿Cómo es la realidad?, ¿acaso es hermosa, fácil, cómoda, siempre buena, misteriosa, dura, difícil, peligrosa, temerosa, enfermiza, sufrida, siempre mala, traicionera, dudosa...etc?

Creo que convergeremos en que hay de todo, y para todos. Nadie se salva de experimentar muchas de estas u otras cosas que, en algún momento de nuestras vidas se hacen presente. Bien sea a través de la alegría o del dolor. Todos nos alegramos pero también padecemos.

Necesitamos y deseamos ardientemente liberarnos de todo esto, y esperamos alcanzar el estado de estar siempre alegres, es decir, felices eternamente. Pero, ¿cómo lograrlo? Esa es la pregunta y la cuestión. No cabe duda que los efectos tienen sus causas, y la felicidad es el efecto que causa el haber encontrado la paz y la salvación.

Y eso no se encuentra en la vida fácil, en los palacios, en la comodidad que pueden dar las riquezas y el poder... Se encuentra en el desierto de nuestro propio yo, en lo más profundo de mi interior, en el pozo de lo más hondo de mi corazón. Allí está el secreto de elevar el agua a la superficie de mi vida e irradiar vida y alegría eterna.

No busquemos, pues, en las cosas la vida eterna. Miremos al desierto de nuestras penas y sacrificios, que están y tendrán que venir, porque, afortunadamente, en ellos se encuentra la vida y la felicidad eterna. Pero miremos sobre todo a JESÚS, es a ÉL a quien hay que buscar, buscarlo en la Cruz porque es ahí donde nos ha redimido y en donde encontraremos las fuerzas y el perdón.

No, SEÑOR, no te puedo encontrar en los palacios,
en las comodidades, en las riquezas ni en
la vida fácil. TÚ no naces ahí, porque
ahí no está la vida sino la 
muerte.

La semilla necesita pudrirse y morir en lo más 
profundo de la tierra, porque es ahí
donde dará los frutos que nos
dan la vida. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
A, 15 de diciembre de 2011






Lucas 7, 19-23

Esa es la cuestión que subyace dentro de cualquier ser humano, ¿a quién esperamos, y qué esperamos? Porque es indudable que el ser humano piensa y espera algo, algo que de alguna forma está estrechamente relacionado con su felicidad y eternidad.

Y su felicidad pasa por liberarse de toda esclavitud que le ata y le somete, como pasiones, sufrimientos, enfermedades, discapacidades...etc., pero sobre todo de la inevitable muerte. Una muerte que lo condene a la desaparición, a la nada. Su felicidad anhela vivir en la alegría del gozo de la juventud eterna.

Por eso, JESÚS, a la pregunta de si es el enviado o hay que esperar a otro, responde con el testimonio de la evidencia que ven sus ojos: «Id y contad a Juan lo que habéis visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva; ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!».

Porque el hombre y la mujer esperan precisamente eso, vencer la muerte no por un tiempo sino para siempre. Y eso pasa por resucitar una vez terminada esta vida. De ahí nace la enorme preocupación que el hombre tiene por descubrir el origen de la creación del mundo. Quiere dar respuesta a sus orígenes y saber qué le espera y a dónde va.
Por eso, se hace hora de preguntarnos donde tengo puestas mis alegrías, porque según sean mis esperanzas, serán mis alegrías. JESÚS nos lo ofrece, no sólo de palabra sino con hechos, para que veamos y depositemos en ÉL nuestra confianza. ÉL siempre va a estar y nunca fallará.

Sé, SEÑOR, que en mi camino hay lagunas, tierras
movedizas, pantanos y muchos peligros, pero
sé también que tu Palabra es eterna
y nunca falla.

Dame la Gracia de confiar siempre en TI, y nunca
perderme en la desconfianza y en la duda
de esperar en otros u otras cosas 
la salvación que TÚ me
ofreces. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 14 de diciembre de 2011






Mateo 21,28-32: Parábola de los dos hijos enviados a

Sí, porque de nada vale asentir y decir sí, si luego se niega o se hace lo que venga en ganas. Hoy contemplamos al padre que tiene dos hijos y dice al primero: «Hijo, vete hoy a trabajar en la viña» (Mt 21,28). Éste respondió: «‘No quiero’, pero después se arrepintió y fue» (Mt 21,29). Al segundo le dijo lo mismo. Él le respondió: «Voy, señor»; pero no fue... (cf. Mt 21,30). Lo importante no es decir “sí”, sino “obrar”. Hay un adagio que afirma que «obras son amores y no buenas razones».

En otro momento, Jesús dará la doctrina que enseña esta parábola: «No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial» (Mt 7,21). Como escribió san Agustín, «existen dos voluntades. Tu voluntad debe ser corregida para identificarse con la voluntad de Dios; y no la de Dios torcida para acomodarse a la tuya». En lengua catalana decimos que un niño “creu” (“cree”), cuando obedece: ¡cree!, es decir, identificamos la obediencia con la fe, con la confianza en lo que nos dicen ( Rev. D. Llucià POU i Sabater (Vic, Barcelona, España).

Estoy muy de acuerdo con esta reflexión del Rv. D. Lluciá, por muchas razones obvias, entre ellas porque sin la acción la palabra queda adulterada, falseada, y porque mi corazón me dice lo mismo, sino no vivo lo que digo, mejor callar. 

Para, primero identificarme con CRISTO, debo desidentificarme de todo aquello que me oprime, me esclaviza y me aparta de ÉL. Borrar toda huella que me contamine, que desate mi soberbia y desemboque en la ira, porque en ella estaré perdido y fuera de toda acción que me ayude a reconducirme y encontrarme con la verdad. Es lo que les sucedió a aquellos sumos sacerdotes y ancianos del pueblo, fueron incapaces de aceptar la verdad y llenos de ira se alejaron de ella.

Entiendo, SEÑOR, que tengo necesidad de ser
como niño. Niño que rápidamente olvida
y empieza de nuevo. Niño que
perdona y es capaz de
recomenzar vacío
de todo impulso
de ira. Amén.





Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 13 de diciembre de 2011






Mateo 21,23-27

Detrás de cada pregunta se esconde una búsqueda de la verdad o un disimulo de la misma, es decir, la mentira. Porque siempre hay una intención, y eso se descubre en la búsqueda. 

Cuando alguien trata de justificar su compromiso con una ruptura, posiblemente está buscando mentir y no ser fiel a ese compromiso. ¿Razones? Pueden ser muchas pero ninguna será valida ya que de lo que se trata es de escabullirse a la responsabilidad contraída. 

Porque cuando la decisión es en verdad, esa verdad sostiene la propia decisión y nunca dejará que el vínculo se rompa. Por eso, los sumos sacerdotes y ancianos del pueblo, buscaban la forma de justificar su mentira de no aceptar la Palabra y enseñanzas de JESÚS. Trataban de atraparlo y que no diese una respuesta firme y creíble.

Son las salidas por la tangente, las respuestas según mis intereses, las mentiras que se esconden en la demagogia de no rendirse a la evidencia que permanece en lo más profundo de nuestro corazón. Y se ven sorprendidos por la elegancia y astucia de Jesús que con una simple pregunta ha denunciado su hipocresía; les ha dado la verdad. Y la verdad siempre es incómoda, te hace tambalear.

Te pedimos, SEÑOR, que nos enciendas nuestras
mentes con la sabiduría de entender tu
Palabra, y la fortaleza de saber
transmitirla a todos los
que se abran a
ella. Amén.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 12 de diciembre de 2011






Jn 1,6-8.19-28)

Hermanos: "Estén siempre alegres", dice san Pablo en la segunda lectura (1º Tesalonicenses) del Evangelio, y no es para menos, porque el experimentar estar salvado eternamente es motivo para permanecer alegres siempre.

Una alegría que no nace de la superficialidad que provoca una situación cómica y desemboca en una carcajada espontánea y gozosa, sino la alegría que se cuece en lo más profundo de nuestro corazón y nos llena de paz serena, equilibrada y amorosa. Y que nos inunda de amor y de libertad al sabernos libres y salvados de todo peligro.

La alegría de sabernos amados, protegidos, liberados de toda pérdida (parábola de la oveja perdida) y perdonados de todas nuestras miserias, limitaciones y pecados por la Misericordia de ese Niño que se prepara para que nacer en nuestros corazones. Abrirles las puertas de nuestro corazón es preparar su venida.

Juan Bautista nos propone eso, se identifica con la voz que proclama en el desierto y que nos invita a allanar nuestros caminos, a abajarnos y nivelarnos para equipararnos a la dignidad a la que somos llamados: "Hijos de DIOS".

Él no es la LUZ sino, simplemente, testigo de la LUZ. Detrás de mí, nos dice, viene Otro, al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia. Yo les bautizo con agua, pero ÉL les bautizará con fuego y ESPÍRITU.

Ser testigo, como nos dice Juan, implica conocer a Aquel de quien damos testimonio, porque no somos nosotros la verdad, sino que damos testigo de la Verdad, y para darlo necesitamos conocer y estar convencido de la Verdad. Por eso, Juan, porque estaba convencido daba testigo de la verdadera Verdad. ¿Estamos nosotros confiados en ÉL para dar testimonio de ÉL? ¿Le conocemos para verdaderamente proclamarlo?

Te pido, SEÑOR, paz, sabiduría y fortaleza, 
para, permaneciendo en TI, llevarte
y proclamarte a los demás
siendo tu testigo, 
como hizo Juan. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, once de diciembre de 2011






(Mt 17,10-13): Bajando Jesús del monte con...

No hay vida sin cruz, pero hay cruces sin CRISTO, que son insoportables. Los hombres que se quedan con y en este mundo no reconocen a los hombres de DIOS, están muy cegados por las ambiciones y tesoros mundanos para pararse y reconocer a quienes preparan su camino.

¡Muchas luces que encandilan, que deslumbran, que reflejan felicidad y alegrías inmediatas! Sin esperas, directas a ser sentidas, percibidas y gozadas, pero con etiquetas de caducidad, que vencidas desembocan en la destrucción, en el vacío y son arrojadas a la basura. Felicidad de apariencias y apoyada en arenas movedizas, que se hunden y desaparecen.

Sólo hay ojos y oídos para ver lo inmediato, lo placentero, lo que triunfa y dar poder y gozo. Todo lo que no sea eso pasa indiferente. No gusta renunciar a nada apetecible, y menos sacrificarse. La exigencia están para ser aprovechadas en beneficio propio, para nuestra propia ambición y avaricia. Nada en favor de los demás.
El camino es camino para nosotros, para nuestros proyectos y ambiciones. Una oposición que puede convertirse, incluso, en lucha y rechazo de nuestro Padre del Cielo.

Necesitamos descubrir el intenso amor que guía los designios de Dios hacia nosotros y, si somos consecuentes con la fe y la moral que Jesús nos revela, no han de extrañarnos los malos tratos, las difamaciones y las persecuciones. Ya que estar en el buen camino no nos evita las dificultades de la vida y Él, a pesar del sufrimiento, nos enseña a continuar.

Sabemos que la Cruz nos crucifica, pero al mismo
tiempo descubrimos que escondido en esa
crucifixión se esconde el gozo
que buscamos.

Danos, SEÑOR, la fortaleza de dejarnos crucificar,
en la otra cara de la Cruz, para que junto
a TI encontremos el Camino que nos
conduce a la verdadera
felicidad. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 10 de diciembre de 2011





Se parece a los chiquillos que, sentados en las plazas, se gritan unos a ... (Mt 11,13-19)

Estamos ciegos y hasta sordos sometidos por nuestros egoísmos. Necesitamos enfrentarnos a nuestra avaricia y a nuestros autoengaños para darnos cuenta que en el desprendimiento de desidentificarnos de todo eso es donde podemos encontrar al SEÑOR.

Dios viene al encuentro del hombre, pero el hombre —particularmente el hombre contemporáneo— se esconde de Él. Algunos le tienen miedo, como Herodes. A otros, incluso, les molesta su simple presencia: «Fuera, fuera, crucifícalo» (Jn 19,15). Jesús «es el Dios-que-viene» (Benedicto XVI) y nosotros parecemos "el hombre-que-se-va": «Vino a los suyos y los suyos no le recibieron» (Jn 1,11).
 
Sólo cuando seamos capaces, sin miedos y en total confianza, de desapegarnos de todo lo que nos contamina e impide vaciarnos de apetencias y egoísmos, estaremos permitiendo que el Niño de Belén nazca en nuestro corazón.

Así de simple, pero así de difícil y duro. Porque se hace necesario un ejercicio de renuncias, de martirios, de luchas, de sacrificios, de entrega, de incomodidades, de todo aquello que nos apetece y nos instala en nuestras satisfacciones que fortalecen nuestra avaricia y nos pierden.

Posiblemente, por eso huimos, nos escondemos, lo rechazamos... No le dejamos nacer, y menos dentro de nosotros. ¡Qué nazca en otros, pero no en mí! Eso me conviene, para que sean otros los que me sirvan. Yo a lo mío, a vivir mi vida de acuerdo con mis apetencias.

Te pido, SEÑOR, desde lo más profundo
de mi corazón, que me des la
sabiduría y la fuerza de
desidentificarme de
todo aquello que
me impide
dejarte 
nacer en mí. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, nueve de diciembre de 2011






Lc 1,26-38

María fue elegida, pero una elección que pasaba primero por su libre consentimiento. Decir "SÍ", o negarse a ello comportaba una decisión de la que todos nosotros dependíamos. Pudo rechazarla, pero afortunadamente no fue así. Acepto la elección y se sometió a la Voluntad del PADRE DIOS.

Por eso fue adornada de Inmaculada Gracia, libre de todo pecado y llena de Gracia. No podía ser menos. Estaba, por su "SÍ" llamada a ser la Madre de Aquel que venía para salvarnos. Y a una madre se le adorna de todo lo mejor.

Nuestro PADRE DIOS viendo nuestra osadía y rechazo, por amor, tuvo que ingeniárselas para acercarse a nosotros, y pensó desde el principio tomar nuestra misma carne, hacerse Hombre y venir a redimirnos de nuestros rechazos. Eso significó que María fuese la elegida para ser su Madre en la tierra y, dada la respuesta afirmativa, la llenó de su Gracia y Gloria. Bendita, pues, la Inmaculada Concepción.

La pregunta, para nosotros, se concreta en: ¿Somos nosotros también elegidos cómo lo fue María? Indudablemente que sí, pues nuestro PADRE DIOS nos ha hecho sus hijos y nos llama a todos a la salvación. No sólo nos ha elegido sino que también nos bendice, habla bien de cada uno de nosotros, a pesar de ser malos hijos. 

Sólo nos pide, cómo a María, responderle como ella y aceptar ser sus hijos, con humildad y dispuestos a aceptar su Voluntad. Por eso, nuestra Madre María es ejemplo y referencia para nosotros.

Ahora, tiempo de Adviento, es tiempo de preparación y de, cómo María, llenarnos de la Palabra de DIOS guardándola en nuestro corazón.

María, Madre de DIOS, enseñamos el camino
para, junto a ti, recorrerlo de la 
misma forma que tú lo has 
hecho, cumpliendo
su Voluntad. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, ocho de diciembre de 2011






Mateo 11, 28-30

¿A quién no?, toda espera es esperada con ansiedad, con deseos de que llegue, y eso cansa, fatiga y desespera en muchos momentos, cuando no, frustra. Son los momentos difíciles de nuestra vida y cuando nos autotraicionamos, dejar de hacer lo que en conciencia creemos debemos hacer, justificamos esa autotraición con mecanismos de defensa que nos pueden llevar a la frustración y, como consecuencia, la ira.

Sólo JESÚS nos puede liberar: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

Hay que bajar a las profundidades de nuestro propio yo, porque en la superficie no nos encontraremos ni sabremos quienes somos ni a dónde vamos. Es, en el fondo de mi alma, donde puedo dar respuesta a mis primarios deseos y desindetificarme de ellos frenándolos y sometiéndolos al dominio de mi mismo.
Pero, nunca solos, sino acompañados e injertados en JESÚS, porque es ÉL la Mansedumbre y la humildad Infinita que nos puede contagiar y convertirnos en peregrinos esperanzados que apoyan su camino en su Fuerza, Misericordia y Amor.

La pobreza de mi ser, DIOS mío, necesita de
Ti. Lléname de la paciencia necesaria
para, descansados en TI, sea
fuerte, manso y humilde. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
A, siete de diciembre de 2011






Mateo 18,12-14.

Así le gustaba decirlo san José María Escriba, porque todos dependemos de todos. La salvación de muchos depende de pocos, porque son pocos los que se dejan encontrar. Por mucho que la Fuente se acerque y nos invite a beber, si no abrimos nuestra boca y tragamos el agua que salta a la vida eterna, nada se podrá hacer. Porque somos muy libres de beber o no beber.

No obstante, el Buen Pastor, JESÚS, estará siempre presto a buscarnos y a cargar con nosotros en sus hombros. No importa el por qué, ni las veces que hayamos abandonados el redil del Buen Pastor. ÉL siempre estará dispuesto, pues por eso ha entregado su vida.

Siempre, a pesar de que nos parece que el tiempo no nos da para más, hay momentos de ir en busca de nuestra oveja pérdida. Cuando dejamos de pensar en nosotros encontramos el espacio de dedicarnos unos momentos a otros. Y quizás ese momento es el que necesita para volver al redil del Buen Pastor. ¡Pensemos en ello!

¡SEÑOR!, igual que TÚ dejas todo y sales a
mi encuentro, dame las fuerzas y la 
entrega de yo también hacer,
injertado en TI, lo
mismo que TÚ
haces por
mí. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, seis de diciembre de 2011






Lucas 5,17-26

Y cuando digo la muerte es inevitable quiero significar que, aquí abajo, todo es caduco y tiene su fin. Nada prevalece sino la Palabra de DIOS. JESÚS viene a salvarnos, no de esta muerte aparente y transitoria que sólo es un pasaporte para la auténtica, sino de la muerte eterna que mata nuestros pecados.

Por eso, aprovechando la oportunidad que le brindan aquellos buenos amigos del paralitico enfermo, les adelanta la noticia de salvación eterna que ÉL trae: «Hombre, tus pecados te quedan perdonados». 

Pero sabiendo la respuesta que los presentes guardaban en sus corazones, se descubre como el verdadero y único HIJO de DIOS con poder para perdonar los pecados de todos los hombres: «Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados -dijo al paralítico- ‘A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa’».

 JESÚS quiere nuestra salvación total, pues de nada nos sirve que nos cure hoy para morir mañana. Todos aquellos que JESÚS curó y resucitó tuvieron que morir algún día, pues bien, de nada sirvió esa curación o resurrección si no han sido perdonados sus pecados. Y ese perdón sólo es dado por DIOS. 

Por eso nos llama a convertirnos, a reconocer nuestros pecados, nuestras humanidad tocada y pecadora. Ahora es tiempo de conversión, de esperanza, de salvación. Son momentos de volver nuestros corazones al SEÑOR y llenarnos de humildad.

Te pedimos JESÚS que nazcas no en 
un portal, sino en mi pobre
corazón, y me des
el calor y la 
Gracia 
de vivir tu Vida. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, cinco de diciembre de 2011






Mc 1, 1-8

No es un Bautismo para pertenecer a una cierta orden, asociación o comunidad. Se trata de un Bautismo de conversión. Y un Bautismo de conversión es un cambio de vida donde priman los valores que priorizan la salvación del hombre integral, tanto la que pertenece al cuerpo como al alma.

No se trata ahora de un Bautismo de agua como hacía Juan en el Jordán, ahora se habla de la llegada del Mesías, que bautizará con el ESPÍRITU SANTO, que nos guiará y fortalecerá en el camino de salvación. Porque para convertirnos necesitamos la asistencia y la fuerza del ESPÍRITU SANTO.

Por eso necesitamos prepararnos, allanando nuestros caminos, purificándolos y limpiándolos para que el ESPÍRITU pueda morar y dirigirnos. Necesitamos acercarnos a la reflexión de disponernos a dejar entrar al ESPÍRITU para ser convertidos.

Ven ESPÍRITU SANTO, llena el corazón 
de tu fieles; enciende en nosotros
la llama de tu Amor, para que
siendo dóciles a tu 
ESPÍRITU sigamos
el camino de
conversión. Amén.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, cuatro de diciembre de 2011






Mt 9,35—10,1.6-8
Debería ser fácil mover a las personas hacia la inquietud de buscar el Reino de DIOS. Entre otras cosas porque queramos o no estamos hechos para caminar hacia allí. Sin embargo, la realidad es que no resulta nada fácil, es más, resulta enormemente difícil y complicado.

Hoy, festividad de San Francisco Javier, el Evangelio nos exhorta a proclamar el reino de los cielos: «Dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis».

Creo firmemente en esto, no porque sea fácil de creerlo, sino porque es Palabra de JESÚS, EL HIJO de DIOS hecho Hombre. Y si no lo hacemos es porque verdaderamente no estamos convencidos, o porque los planes del SEÑOR en estos momentos no van por ahí. Su Reino ya está consolidado en su Iglesia, toca ahora a los hombres creer en ella para encontrarlo. Verdaderamente en la Iglesia hay mucho de esto y se curan enfermos, resucitan muertos, purifican leprosos, expulsan demonios.

Sólo hay que abrir los ojos para advertir que esto sucede en el ámbito de nuestra Madre la Iglesia. Pero, como ocurrió con San Francisco Javier, basta el pararnos unos momentos y reflexionar sobre la temporalidad de los bienes y tesoros que podemos encontrar aquí abajo, reflexión a la que le indujo su amigo Iñigo de Loyola, para bastarnos el despertar nuestra sed y hambre de buscar al SEÑOR.

Nada de lo que aquí podamos encontrar satisfará nuestro ambicioso apetito, porque nuestra mayor ambición es alcanzar la felicidad eterna, y esa no se encuentra entre los tesoros de la tierra, sino que mora en DIOS nuestro PADRE y SEÑOR. Lograr que te pares un tiempo breve y reflexiones seriamente sobre esto, descubrirá lo ciegos que vas por el mundo.

Es esa la dificultad, lograr pararnos unos
momentos en nuestra vida y
reflexionar sobre el
camino que
buscamos.

¿Cómo decir esto a los hombres? No
sabemos y por eso, SEÑOR,
te pedimos hoy que
nos ilumines y
nos llenes 
de sabiduría.

Lo hacemos por intercesión de San Francisco
Javier, para que, como él, tengamos
la valentía de hablar a los
 hombres de TI. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, tres de diciembre de 2011






Mateo 9,27-31. Cuando Jesús salía de Cafarnaúm ...
No basta con decir, sí, creemos, sino que realmente es el corazón quien no miente y dice la verdad. Se supone, con toda lógica, que aquellos dos ciegos fueron sinceros y realmente su fe era cierta y verdadera, porque JESÚS, al igual que más tarde con el buen ladrón, supo leer en lo más profundo de sus corazones y saber que decían verdad.

Eso nos deja atónito y confusos. Primero porque deja demostrado que cuando la fe es real y verdadera, todo es posible si el SEÑOR así lo decide. Y segundo porque descubre que nuestra fe no es firme y solida. Por eso, también nos cuesta trasmitirla y contagiarla, porque lo que no se tiene difícilmente se contagia.

SEÑOR, enciende nuestra fe y aumenta
nuestra confianza. Queremos creer
y vivir según tu estilo de vida,
amando y sirviendo por
amor. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, dos de diciembre de 2011






Mt 7,21.24-27

Discernir y clarificar los criterios es algo de verdadera importancia, diría fundamental. Porque partiendo del buen y bien significado del concepto, podemos llegar a la buena aplicación del mismo. Desde esta perspectiva, una cosa es rezar y otra, muy diferente, vivir lo rezado. Si una se aplica y la otra no, nada estamos haciendo. Sí, nos engañamos fariseaícamente.

Porque la consecuencia del alimento es el desarrollo y crecimiento. Crecimiento en estatura y conocimiento. La consecuencia de la amistad con DIOS será el crecer en Gracia, sabiduría y santidad. Es decir, ser mejor que ayer, y menos que mañana.

Por lo tanto, no basta con decir perdonar, si luego no perdonas. No basta con decir amar, si luego no estás disponibles y te entregas al servicio del otro. No se trata de practicar y formalizar unas normas o conductas, sino de vivir un estilo de vida cuyo centro de gravedad es el amor.

Apoyar estas practicas de piedad en la apariencia del cumplimiento de normas no es sino fundamentar tu fe sobre un cimiento frágil y arenoso, que a la menor tempestad se hunde y desaparece. Conjugar la vida y el alimento espiritual que fortalece esa vida es lo coherente y normal. Lo primero huele a fariseo, lo segundo se llama ser cristiano.

Necesario será potenciar la amistad (Piedad) con el SEÑOR para que nuestro templo físico y espiritual (Cuerpo) esté vigorizado y alimentado en el combate que cada día sostenemos en el mundo en que vivimos. Dependerá de nuestro ejercicio y preparación el poder rechazar las tentaciones, los apegos, las apetencias y deseos que nos provocan romper esa confianza que nos une al SEÑOR y a sus mandatos.

Porque confiar en ÉL es depositar en ÉL toda nuestra confianza en seguir sus indicaciones y consejos, que nos transmite a través del ESPÍRITU SANTO. Sabemos que muchas veces no los entendemos, pero si, y eso es confiar, sabemos que es lo mejor para nosotros. Y ahí entra en juego el permanecer fuertemente agarrado a ÉL y no separarnos. Por eso necesitamos las visitas, los rezos y oraciones, para que no se nos desfigure el camino de nuestra meta.

Te pedimos, SEÑOR, que sepamos siempre encontrar el
camino, para no perdernos, y mantener siempre
la confianza firme como roca en TI.

Recuérdanos la figura de tu Madre, modelo de obediencia, 
de humildad y perseverancia. Ella siempre fue
ejemplo de confianza para todos los
que la rodeaban, y roca que
les ayudó a no perder
la confianza
en TI. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, uno de diciembre de 2011





Mateo 4, 18-22. Una vez que Jesús caminaba por la ...

Porque esa es la pregunta, ¿me ha llamado el SEÑOR a mí también?. Porque dependiendo de que me cuestione esa pregunta, cuestionare también mi vida de una forma u otra. Pero, en este momento, la Palabra me lleva a la reflexión de un aspecto que considero fundamental en la respuesta a la pregunta antes citada.

¿Por qué responden, en este caso, los hermanos Simón y Andrés,  precisamente hoy su día (ver santoral), y más tarde también Santiago y Juan, y no se apartan del camino que JESÚS les señala? ¿Por qué nos parece que a ellos les fue fácil discernir y tomar la elección de seguirle sin condiciones? ¿Hay alguna razón que nos ayude a entender esto?

Estos fueron los interrogantes que han saltado dentro de mi, y que han provocado el buscar una respuesta a ellos. ¿Por qué no avanzo en mi camino? Porque allí donde mi propia historia quede estancada y no camine en conversión, hoy más que ayer y menos que mañana, el encuentro con JESÚS, todavía, está lejos y, posiblemente no se haya llegado a producir.

Creo que el secreto está en que Simón, Andrés, Santiago y Juan, y otros muchos, no se pararon, sino que le siguieron sin apartarse de ÉL. Continuaron, a trancas y barrancas, a su lado. En las duras y maduras, y se fiaron en la tribulación y en la fatiga. Indudablemente, cumplieron su promesa cuando nos dijo que sin ÉL nada podíamos.

Creo que nuestra entrega es obra de la Gracia de DIOS, pero antes tiene que haber una elección firme y decidida. Para eso nos ha creado libres, para que tomásemos un camino, tras de ÉL, o tras el mundo en el que vivimos, pero al que no pertenecemos.

JESÚS necesita nuestro sí, como el de su Madre, María. Y lo necesita hasta el extremo de tomar la naturaleza humana, sin dejar la Divina, y siendo hombre como nosotros, acercarse a darnos su Gloria, porque somos sus hijos, y un PADRE, más como ÉL, necesita del amor de sus hijos. Eso explica que se diera hasta el extremo de morir por cada uno de nosotros.

Nuestra respuesta es, pues, fundamental. Lo demás lo hará el SEÑOR. Y eso creo que ha sido lo que ocurrió en la vida de Simón, Andrés, Santiago y Juan. No se apartaron nunca de ÉL.

SEÑOR, necesito tu Palabra, tu Fortaleza, tu Gracia,
para no desfallecer ni confundirme. Dame
la sabiduría de no apartarme
nunca de TI.

Y como Simón, Roca de tu Iglesia, Andrés, Santiago y
Juan, apacientame y guiame a tu encuentro
para que nunca me falte la firmeza
de seguir caminando y
creciendo a tu
lado. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 30 de noviembre de 2011






Lucas 10,21-24. En aquel ...

Sólo aquel que es humilde es capaz de reconocerse agradecido, y, por supuesto, estar en la disponibilidad de sentirse en gratitud y de dar las gracias. Porque hay muchas maneras de dar las gracias, pero sólo una verdadera de sentirse agradecido.

Y esa es aquella donde se agradece el bien recibido. El arrogante y suficiente difícilmente darán gracias, al menos de forma auténtica, porque se cree con derecho de pertenencia y de recibir lo que tiene. Lo hace de forma aparente, pero nunca verdadera.

Hoy, la Palabra de DIOS, nos plantea esa actitud de sentirnos agradecidos. Lo hace JESÚS bendiciendo al PADRE: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a los pequeños». 

Bendecir es dar gracias, y sólo lo hacen los humildes y pequeños, porque los inteligentes y sabios pasan de dar gracias, pues ellos se erigen en sus propios dioses y en dueños de todo lo que poseen. El mundo les pertenece y se experimentan como administradores del mismo. No necesitan de nadie, y menos de sentirse agradecidos. Así se explica como les va.

Te doy gracias, SEÑOR, por todo lo recibido, pero
sobre todo por el don de experimentar
tu presencia, tu Palabra y
tu Vida.

Es Ella la única que me da esperanza, que me mueve
a crecer como persona, a sentirme en
permanente gratitud, y a
vivir el gozo de
seguirte. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 29 de noviembre de 2011






Mateo 8,5-11. Al entrar en Cafarnaún, ...

Con más frecuencia que la que creemos, las personas mantenemos una actitud equivocada ante los acontecimientos y hechos de nuestra vida, más por ignorancia y desconocimiento que por mala intención. Y digo esto porque observo que cuando confundimos el criterio de lo que significa el concepto en cuestión, nuestro pensar y obrar es erróneo.

Hoy, como cada día, la Palabra de DIOS nos ilumina y nos clarifica nuestro peregrinar por este mundo lleno de peligros y trampas. Nos aclara y descubre el concepto, en este caso, del amor, porque amar no es ser romántico, ni cariñoso, ni enamorado, que siendo componentes que viven en el amor no son las partes que lo definen, sino que amor es ponerse en el lugar del otro, como nos enseña el Centurión, y, preocupado por él, cuidarse de atenderle y de buscar su bien.

Y eso, por amor, le lleva al encuentro con JESÚS, a considerar, confiar y, por supuesto, creer que JESÚS puede hacerlo. Y no se queda quieto, se pone en marcha y manda el mensaje a JESÚS. Más su sorpresa enciende toda su confianza en, sorprendido por la pronta respuesta y disponibilidad de JESÚS en acercarse a su casa, considera que no es digno de que, siendo él un pagano, entre en su casa, sino que una sola orden suya bastará para sanarlo.

Mirarse en JESÚS nos descubre, también, nuestra pequeñez y limitaciones, y viéndonos grandes respecto a nuestro poder de dar ordenes y gobernar, entendemos nuestra identidad de criatura al experimentar el Poder del SEÑOR. SEÑOR de la Vida y la Muerte. Pero, para eso se necesita humildad, mucha humildad, porque sin ella nuestra mirada queda nublada, a oscura. Esa es otra cara que hoy nos descubre y nos señala la Palabra. Ser humilde es un don que debemos pedir, porque sin él no podemos descubrir a JESÚS.

Hoy, amigos de la blogosfera, percibimos y experimentamos que creer y confiar en el SEÑOR es consecuencia de amar primero. Eso fue lo que experimentaron los apóstoles, primero conocieron al SEÑOR, y luego le amaron en la convivencia diaria con ÉL. Y, tras amarles, creyeron fielmente en su Palabra, para, luego, experimentar, por la Gracia del ESPÍRITU SANTO, que verdaderamente era el HIJO de DIOS Vivo.

Despierta en nosotros, SEÑOR, el don de tu Gracia, para
que, avivados por Ella encienda nuestros corazones,
y nos enamore confiadamente de tu Persona
para que, fijados en TI, te busquemos
como el Tesoro más preciado
de nuestra vida. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 28 de noviembre de 2011






MARCOS: 13, 33-37. “Por tanto, permaneced despiertos ...

Sabemos por experiencia que cuando se consigue lo que se persigue se acaba un ciclo. Y, acabado este, empieza uno nuevo, pues ahí terminan nuestras esperanzas y necesitamos seguir manteniéndolas para vivir esperanzados.

La esperanza de alcanzar, lo que aquí nunca conseguiremos, nos invita a permanecer siempre en estado de alerta, despiertos e ilusionados en alcanzar un día lo que todos deseamos de forma ardiente y desesperada: "La vida eterna en plenitud". No buscamos otra cosa, y eso, sabido perfectamente por Quien nos creó, nos motiva y alienta a no desesperar, sino creer, sobre todo confiar, y permanecer en alerta vigilancia.

Más, ¿qué vigilancia? Vigilancia de vivirle y de, con nuestra vida, dar testimonio de su amor y corresponderle con su amor. Esa es la esencia de nuestra vida, para y por el amor hemos sido creado. De tal forma que, si no hacemos de nuestra vida un ideal de amar, sobre todo a quienes más nos cuesta, no estamos cumpliendo con nuestra actitud de permanecer en estado vigilante y de alerta.

Una vez más, la esencia de nuestra vida es el amor, y desde ahí no se entiende todo lo que sea desamor, y menos la muerte y destrucción humana de millones de niños vivos en el vientre de sus madres. Vigilantes es estar en permanente lucha para que el mundo sea cada día un poco más amor y menos desamor.

Necesitamos, SEÑOR, convertirnos cada día, hoy más
que ayer y menos que mañana, pero sólo no
sabremos hacerlo.

Necesitamos tu presencia viva en nosotros, no dormida
ni pasiva, sino activa, encendida, caliente y
ávida de quemar, de contagiar de
transmitir amor que busca
la vida y excluye
la muerte. Amén.


Un fuerte amor en XTO.JESÚS.


A, 27 de noviembre de 2011






Lucas 21,34-36

No cabe duda que cuando los objetivos están claros, nuestros pasos son también más seguros y más firmes. Porque cuando sabemos que tenemos que hacer, nadie nos quitará la intención de hacer lo que debemos. Así, nuestra meta es firme y sin titubeos a ella nos dirigimos,

Estamos en este mundo de paso. No pertenecemos a él, y nuestra vida, aquí abajo, tiene como finalidad alcanzar la vida verdadera y eterna en la presencia de DIOS. Esa es nuestra esperanza y nuestra meta. Y cuando esto está claro, nadie nos podrá separar de ello.

Es, pues necesario, tener los criterios claros y saber que nuestra mayor ambición, puestos a ser ambiciosos, es alcanzar la Casa del PADRE. Todo lo de aquí abajo se desvalora y sólo sirve como medios, no fin, para alcanzar lo verdadero y preciado. 

El mayor Tesoro de nuestra vida es la vida misma que nuestro PADRE DIOS nos ha dado. Y la esencia de la vida es el amor. Estemos, pues, atentos a que cuando nos llegue el momento de rendir cuentas no nos coja sin la cantidad de obras cargadas de amor que necesitamos para alcanzar la vida plena y eterna.

De nada nos sirve acaparar tesoros y riquezas
en esta vida, pues es una vida irreal,
que no existe. Lo único
verdadero y real
es la vida 
Eterna.

Pidamos al PADRE DIOS que nos de la sabiduría
de entender que lo importante es
vivir la Vida de la Gracia, 
y todo lo demás
son añadiduras. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 26 de noviembre de 2011






Lucas 21,29-33

Sabemos, por nuestra razón, que todo efecto tiene su causa, y cuando vemos, como nos dice el Evangelio de hoy, que la higuera y todos los árboles echan brotes, suponemos que el verano está cerca.

De la misma forma, JESÚS nos pone esta comparación: «Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya echan brotes, al verlos, sabéis que el verano está ya cerca. Así también vosotros, cuando veáis que sucede esto, sabed que el Reino de Dios está cerca. Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán».

Conocemos las señales que preceden a la segunda venida del SEÑOR y, ellas, nos indicarán que el Reino de DIOS anda cerca. Por eso, el creyente no desespera ante los temores que el mundo, envuelto en tragedias y terror, nos presenta. Toda esta destrucción convertida en guerras, ambiciones, corrupción, degeneración, caos y perdición, no es sino el adelanto de que, al igual que el verano, el final anda cerca.

Por eso, SEÑOR JESÚS, te pedimos que nuestros
corazones no desesperen, y que apoyados
en TI, sepamos perseverar y
permanecer fieles a
tu Palabra. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 25 de noviembre de 2011






(Lucas 21,20-28)

Cuando las cosas parecen tender a su fin; cuando los acontecimientos nos destrozan nuestras ilusiones, proyectos y esperanzas; cuando los temores y miedos se hacen presente ante la realidad de lo que sucede delante de nuestros propios ojos, para un creyente renace la esperanza del comienzo de la verdadera vida.

Y realmente todos los hombres esperamos eso. Nadie quiere terminar de esa forma. Todos anhelamos un mundo mejor, donde no hayan guerras, temores, terremotos, tragedias... sino paz y amor eterno. Pero solos aquellos que hayan puesto sus esperanzas en JESÚS tendrán la dicha de no desesperar, sino, al contrario, aguardar su segunda venida con la esperanza de empezar esa vida nueva y eterna en plenitud y en su presencia.

Este es el mensaje que hoy, la Palabra de DIOS, nos deja: «Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación» (Lc 21,28). ¿No es esto lo que todos deseamos? Pues eso sólo lo ofrece JESÚS.

Te pedimos, SEÑOR, que nuestras mentes estén
encendidas y vigilantes sólo en TI. Que
nunca miremos para otro lado,
ni nos dejémonos
distraer por
las cosas
de este mundo. Amén.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 24 de noviembre de 2011






Lucas 21: 12 - 19 12 "Pero, antes de todo esto, os echarán mano y os ...

Sin lugar a dudas, las cosas que contiene el mundo nos atrae, y en sí no son malas porque muchas las necesitamos, pero nunca encontraremos en ellas la felicidad que buscamos ni el anhelado afán de la eternidad.

El camino que nos presentan las cosas maravillosas del mundo, sus vicios y drogas, son una antesala de hermosura y felicidad, pero sólo aparentemente, pues su final es destrucción y perdición. Sólo el olvido de uno mismo y el darse a los demás, procurando el bien, encierra el oasis de felicidad y la vida eterna que todos buscamos.

La Eucaristía es un compromiso martirial, porque en ella quien se ofrece de víctima es el propio JESÚS, para redención de todos los hombres. Lo mismo nos ocurre a nosotros, los que en ÉL creemos, porque para convertirnos en amor tenemos que morir al egoísmo hasta el extremo  de ser odiados y entregados a la muerte.

No nos extrañe todo lo que está, en estos precisos momento, ocurriendo, está profetizado por el mismo JESÚS: «Os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio». Ocurre en muchas partes del mundo, y hasta el nuestros mundo de los blogs somos criticados y apestados por muchos que no creen.

Pero nos salvará nuestra perseverancia, perseverancia en mantenernos firmes, confiados, agarrados y sostenidos en ÉL. Porque con ÉL nada nos podrá ocurrir. Podrán matar nuestro cuerpo, pero en realidad eso no es lo verdadero y real. Todo lo que nos rodea de alguna manera no existe, pues la única verdad es ÉL y la vida que nos espera. Ésta, la que vivimos ahora es sólo por un tiempo, es caduca y está llamada a su fin. En realidad no existe porque es efímera y finita.

Gracias, DIOS mío, por tu promesa de ánimo que
nos alienta, nos fortalece. Gracias, DIOS
mío, por tu promesa de dejarnos
el ESPÍRITU SANTO para
seguir el camino
en este 
mundo de lobos. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 23 de noviembre de 2011






(Lc 21,5-11): En aquel tiempo, como dijeran...

El Evangelio de hoy es muy claro, todo será destruido hasta el punto que podemos decir que todo lo que existe no es la verdadera realidad. Porque su fin es caduco y la nada. La única realidad es DIOS.

 Estas palabras de Jesús se sitúan en las antípodas de una así denominada “cultura del progreso indefinido de la humanidad” o, si se prefiere, de unos cuantos cabecillas tecnocientíficos y políticomilitares de la especie humana en imparable evolución.

 ¿Desde dónde? ¿Hasta dónde? Esto nadie lo sabe ni lo puede saber, a excepción, en último término, de una supuesta materia eterna que niega a Dios usurpándole los atributos. ¡Una supuesta!... Sin poder demostrar nada, ni tampoco negar.

¡Cómo intentan hacernos comulgar con ruedas de molino los que rechazan comulgar con la finitud y precariedad que son propias de la condición humana!

Por eso esperamos expectante la segunda venida de nuestro SEÑOR que precederá a guerras y revoluciones y también a muchos que usurparan su nombre diciendo. "Yo soy y el tiempo está cerca". Ustedes perseverad y no les sigan, ni se asusten porque es necesario que primero ocurran estas cosas, pero el fin no es inmediato.

Se levantará, les dijo, nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo.

Queda, todavía, tiempo de salvación, pero me pregunto

Te doy gracias, DIOS mío, por sostener mi fe,
sobre todo mi confianza en TI. Dame
la fortaleza, la sabiduría y la
 paz de permanecer
siempre en TI. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 22 de noviembre de 2011






Lucas 21: 1-4

No se trata de dar, sino de darse tanto en lo material como espiritual. Hace unos días nos pedían nuestros talentos, pues bien, ahora se nos pide también nuestros bienes, porque todo lo hemos recibido gratuitamente. Somos unos simples administradores en pro del bien común de todos. Así lo hemos recibido por mandato del SEÑOR.

¿Podríamos imaginarnos lo bien que estaría el mundo si todos obrásemos de esa forma? ¿Supongo que a nadie se le ocurriría pensar en crisis? Sin embargo, nuestro egoísmo impide que eso pueda suceder. Una vez más nos percatamos que el mal de este mundo está engendrado dentro del corazón del hombre. Nos apropiamos de lo que no es nuestro y lo ponemos en función de nosotros mismos sin tener en cuenta a los demás.

Por eso, JESÚS, nuestro SEÑOR, premió el gesto de la pobre viuda antes que la arrogancia de aquellos adinerados que sólo echaban de lo que les sobraba. Porque no estamos llamados a compartir lo que nos sobra, sino todo aquello que queda fuera de lo que verdaderamente necesitamos. Y, experimentamos, que cuando amamos muy poco necesitamos para vivir.

Enseñanos, SEÑOR, a experimentar que sólo hace
faltas TÚ para sostener nuestras vidas. Muy
poco necesitamos para encontrar
aquello que buscamos.

Pues, no está en las riquezas ni en el poder, sólo
se encuentra en el amor que TÚ nos das y
nos infunde, para que también
nosotros lo demos a
los demás. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 21 de noviembre de 2011






Mateo 25,31-46
No se entiende cómo es posible que los no creyentes no se conforme con eso, simplemente no creer y hacer según crean o les plazca, pero, ir contra los que creen hasta el punto de matarlos y querer desaparecerlos es algo que no se puede explicar.

Simplemente, lo único que le da sentido a esa persecución contradictoria es "quitarlos del medio porque estorban a sus planes y proyectos egoístas". Y eso es lo que la historia constata y explica en su propio devenir. El mundo anda muy mal porque muchos imponen su propia voluntad y apetencias sin miramientos de ninguna clase y autoproclamándose dueños y señores del mundo.

Porque un mundo según DIOS manda, es un mundo mejor. Es un mundo donde abundaría la justicia, el reparto equitativo, la dignidad de ser libre y buscar el bien. El derecho a la vida, a la educación y a la familia, célula de la sociedad, al trabajo, a la concordia y paz entre los pueblos.

Curiosamente, hoy día de elecciones al Gobierno, estamos llamados a buscar a esas personas que tengan como ideario en sus vidas el dar de beber al sediento, de vestir al desnudo, de cuidar al enfermo, de visitar al que está en la cárcel, acoger al forastero...etc. Sin lugar a dudas, un mundo gobernado por personas que se esfuercen el vivir esto sería lo más maravilloso para todos. Y es que seguir las enseñanzas de JESÚS es la única solución a los problemas del hombre.

Indudablemente, CRISTO Reina en el mundo. ÉL es el Único Rey que puede darle su verdadero sentido y al que todos los hombres aspiran: "La Eterna paz en plenitud".


Enciende nuestro corazón, SEÑOR, para que, iluminados
por tu Gracia, sepamos elegir a las personas que
 estén dispuestas a vivir tus enseñanzas.

Fortalece y mueve a las personas que estén capacitadas,
según los talentos recibidos, a llevar a cabo
tus enseñanzas, y a nosotros a 
descubrirlas. Amén.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 20 de noviembre de 2011






“DIOS, ES DIOS DE LOS VIVOS, NO DE LOS MUERTOS”
Lc 20, 27-40

A eso estamos llamados y para eso hemos sido creados. Hay quienes se empeñan en echar esta esperanza abajo poniendo toda clase de tapujos y dificultades. ¿No es mejor creerlo que no creerlo? ¿Tiene alguna contra indicación que pueda perjudicar? ¿Por qué entonces tanta ganas de echarla por tierra? No se explica sino la intervención de Satanás a través de muchas personas que están poseídas. El demonio anda suelto y no está quieto.

Porque no se trata de que inventamos eso de vivir para siempre por puro capricho, o como respuesta a la necesidad de justificar otros interrogantes, sino que, a parte de ser, y es lo más importante, promesa de JESÚS, es una necesidad que nace de lo más profundo de nuestro corazón. Anhelamos desde que nacemos ser eternamente felices.

¿Quién no quiere ser eterno? Pues si es lo que deseamos y JESÚS, DIOS y Hombre verdadero nos lo viene a prometer, porque sabe de nuestros deseos, ¿cómo no vamos a creerle? Creo que es más fácil y real creerle que pensar en otras cosas que nunca llegaremos a entender ni saber explicar por muchas razones que busquemos.

Y lo más importante, el tiene que morir, por la dureza de nuestros corazones, para que nos demos cuenta de su poder sobre la muerte Resucitando. JESÚS, el Hijo de DIOS hecho Hombre, Muere y Resucita para Gloria del PADRE y para que nosotros creamos en ÉL. Ese es el fundamento de nuestra fe.

Y allí todo será diferente a este mundo, pues somos todos hijos de DIOS y, por lo tanto, no habrá la misma relación de marido y mujer... Ocurre que, desde nuestra mentalidad ciega y limitada queremos dar respuesta a interrogantes que nos superan y caemos en nuestras propia redes, nos equivocamos.

SEÑOR, infunde en nuestros corazones la semilla
de la paciencia, la confianza y la fe
de ser dócil, como Maria,
a tu Palabra. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 19 de noviembre de 2011






Del santo Evangelio según Lucas 19,45-48. Jesús entró en el Templo...

Con JESÚS se inaugura una Nueva Alianza. Los sacrificios y ofrendas de animales dejan paso a la Única víctima propiciatoria, JESÚS, quien con su Muerte y Resurrección redime todos los pecados de los hombres y los rescata para el Perdón y la Misericordia del PADRE.

El culto nuevo tiene como centro la oración y la escucha de la Palabra de DIOS, pero, en realidad, el centro del centro de la institución cristiana es la misma Persona viva de Jesús, con su carne entregada y su sangre derramada en la cruz y dadas en la Eucaristía.

El fundamento de nuestra fe está apoyado en la Muerte y Resurrección de JESÚS. Es ese el pilar de nuestra fe y el centro de toda nuestra atención. Nada puede movernos de ahí, porque todo sería vano si JESÚS no ha Resucitado.
Muchos te rechazan, SEÑOR, porque no entienden ni
quieren entender de tu Resurrección. Sería
para ellos tener que admitir tu
Gloria y desterrar su
soberbia.

No permitas que nos confundan ni que nos aparten de
TI. Ilumina nuestra mente para que sigamos
tus pasos a pesar de nuestras dudas
y oscuridades. Sólo TÚ
tienes Palabra
de Vida Eterna. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
A, 18 de noviembre de 2011






Del Evangelio según Lucas 19,41-44. Al acercarse y ver la ciudad, ...

Hoy nos dice el Evangelio que JESÚS al acercarse a Jerusalén lloró por élla, sintió lastima porque sabía las consecuencias de su rechazo. Y así ha y está pasando. No entiendo como ante estas pruebas tan evidentes nos resistimos a creer en JESÚS.

Porque lo que ocurre antes nuestros ojos es exactamente eso: vivimos rodeados de egoísmos, de verdaderos muros levantados entre nosotros, que nos separan, que nos enfrentan, que llenan la humanidad de hambre, de muerte...etc. Incluso, el vientre de las futuras madres se ha convertido en el patíbulo más seguro para la muerte de esos niños nacidos en el seno de sus madres. JESÚS lloró porque conocía lo que iba a pasar si nos alejamos de ÉL.

Sin embargo, los que creemos en JESÚS y nos fiamos de ÉL, sabemos el resultado final y esa es nuestra esperanza. Sabemos de quien nos fiamos, como diría Pablo, y en ÉL esperamos un mundo mejor donde reine la paz y el amor. Por eso no debemos bajar la guardia y estar vigilantes y en lucha, porque al final la Verdad triunfará sobre la mentira.

Confiamos, DIOS mío, en tu Misericordia, y esa es 
nuestra esperanza. Sabemos de tu amor y
de tu paciencia, por eso, injertados
en TI, te pedimos que nos
fortalezcas y nos
ilumines
para la lucha. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
A, 17 de noviembre de 2011





lc 19 11 28

Todos tenemos algo que dar. Puede ser mucho, no tanto o poco, pero siempre algo que dar para servir. Son nuestros talentos. No hay nadie que no tenga algo que pueda serle útil a los demás. También es verdad que no todo lo que hay en nosotros es bueno. Estamos tocados por el pecado y hay cosas dentro de nosotros que pueden herir a los demás, pero podemos evitarlo y transformarlas en bondades, por amor, para el servicio de los demás.

Esos talentos que nos han sido dado, gratuitamente, están para el bien de los demás, y nuestra obligación, siempre voluntaria y desinteresada,  es ponerlos en disponibilidad de servicio a los demás. Guardarlos sería negativo y egoísta por nuestra parte. Sería enterrarlos y dejarlos inactivos sin producir bien y servicio a los demás. Y los demás los necesitan, pues lo de cada uno es necesario para el otro. Así el mundo sería mucho mejor, y todos estarían servidos y cubiertas sus necesidades. Sería el Reino de DIOS, lo que nuestro PADRE del Cielo quiere para todos sus hijos.

Por eso, tus talentos te serán reclamados para el bien y servicio de los demás. De nada servirá tener tantos y guardarlos para así o para tus propios caprichos. Están para el servicio de todos, y ese será tu juicio. Todo lo demás será inútil si no pones tus talentos a producir para el bien de todos.

Dentro de unos días tendremos oportunidad de hacerlo de forma general y concreta. Las elecciones generales de nuestro país son una oportunidad para desenterrar nuestros talentos y ponerlos al servicio de la comunidad. Los políticos administrando y dirigiendo desde el servicio al bien común, y el pueblo cumpliendo y poniendo todos sus talentos para el bien de unos y otros.

Pero, antes hay que elegir, y esa acción también encierra un trabajo que debemos cumplir y, cada cual con su esfuerzo y cualidades, elegir a las personas más preparadas y honradas que estén dispuesta a trabajar para el servicio de todos. Más tarde, y de forma individual, a cada uno le será pedida sus responsabilidades y productividad.

Pidamos la valentía y la capacidad de discernir, según
nuestros talentos, al mejor partido político que
pueda poner todos sus talentos al
servicio de nuestro país y
del mundo entero. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 16 de noviembre de 2011






 (Lucas 19,1-10 )
Cuando tu corazón busca, te das cuenta que exige muchas situaciones comprometidas y de cierto tinte extremas y hasta ridículas. Hay circunstancias que no se pueden explicar, y menos comprender. Y la que hoy nos presenta el Evangelio es una de ellas. Ver a un hombre, y más cuando se trata de un hombre público y notorio, subido a un árbol, es algo extraño y sin mucho sentido.

Decir que es por la curiosidad de ver a ese JESÚS del que tanto se habla, implica cierto riesgo político y ridículo social. La inquietud por acercarse a JESÚS no es cómoda, y entraña dificultades y peligros. Desde el primer momento que arde en nosotros el deseo de mirarle cara a cara, empezamos a sentir el compromiso martirial que entraña el seguirle. Seguir a JESÚS comporta un camino martirial, porque su camino no es camino de este mundo, sino contrario a él.

Por todo ello, imaginar, sabiendo el resultado, que pasó en ese hipotético diálogo entre JESÚS y Zaqueo, será hermoso suponerlo. Porque ante el amor de JESÚS no hay respuesta que no responda amándolo. Y eso fue lo que realmente ocurrió.

Pero, sólo comentar un detalle que me advierte como muy importante: "La actitud de estar dispuesto, inclinado a la escucha y a la docilidad de la Palabra de JESÚS". No entra lo que no se deja entrar. Sólo un corazón abierto y dispuesto a la verdad es capaz de encontrarla.

Dame, SEÑOR, la actitud de Zaqueo, y la valentía
de, a pesar de los riesgos, estar atento a
escucharte y vivirte, porque sólo
en la vivencia de la Verdad
encontraré el Camino
de encontrarte. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 15 de noviembre de 2011






Lc 18, 35 - 43
Ocurre que no echamos de menos la luz, o nos descubrimos presente en la luz. De una u otra forma y en esas circunstancias, la luz no nos hace falta. Es, entonces, cuando estamos ciegos. No vemos lo que trasciende más allá de nuestros ojos. Nos quedamos con las cosas de aquí abajo. Nos vemos finitos, caducos, y consumismo cosas finitas.

Pasa la luz delante de nosotros, pero no la vemos. Incluso mandamos a callar a quien la vez y grita alborozado, desesperado porque no se le escape la oportunidad de ver. Estamos tan ciegos que nos acostumbramos a no ver, a permanecer en la oscuridad, en la ceguera. Y ya tomamos el no ver como normal. Confundimos lo normal con lo corriente; la oscuridad con la luz.

Sin embargo, aquel que quiere ver intuye que el que pasa se la puede dar. Y no lo duda, ¡grita y grita!, a pesar de que le intimidan y le manda a callar. Pero él no hace caso. Está convencido de que puede ser iluminado y ver de nuevo. Y así lo pide. ¡Qué gran confianza!

Y la fe y la confianza dan su fruto. JESÚS responde a su súplicas, y le complace con lo que pide: "Recobra la vista, tu fe te ha curado".

¿Es mi fe así? ¿Creo que JESÚS puede curar mi ceguera? 

Esa es la pregunta que el Evangelio nos interpela hoy.
Y la respuesta depende de nosotros. Roguemos, 
pues, al ESPÍRITU que nos guía, que
nuestra mente se abra y,
como Bartimeo,
pidamos ver. Amén.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 14 de noviembre de 2011






Mateo 25, 14-30: Parábola de los talentos

Esa es una pregunta que todos, aunque muchos no nos la hagamos, llevamos impresa en nuestro corazón. Depende, ¡nos va en ello el salvar nuestra vida!, por la sencilla razón que sólo aquello que se conoce se puede entender y corregir, y, por supuesto, lo que decimos, salvar.

Porque a partir de nuestro propio conocimiento podemos dar todo lo que somos y evitar aquello que, al menos, no debemos ser. Se hace preciso, pues, reflexionar, ahondar en nosotros mismos para saber quien ha derramado tanto amor en nosotros e infundido talentos y cualidades que, tal como la hemos recibido, hemos de devolverla. Son las reglas del juego, y como tal, están impresas en nuestra propia esencia del ser.

Nuestra felicidad pasa por multiplicar y arriesgar. No hay nada sin riesgo, todo cuesta esfuerzo y trae incertidumbre, inseguridades... Todos, decimos, queremos más, estamos llamados a multiplicar, a obtener ganancias y beneficios. Y nosotros no podemos ser una excepción.

Amar implica darse, ¿y qué vamos a dar? Indudablemente lo que somos y tenemos, y que lo hemos recibido gratuitamente. Así, tal como nos lo han dado, igual lo hemos de dar nosotros. Y verás, ¡eso si te lo puedo asegurar!, lo bien que te sientes luego. Seguro que tú también lo has experimentado.

SEÑOR, dame la sabiduría, la fortaleza y la paz
de saber derretir todo lo que en bruto 
he recibido por tu Gracia, y
devolvertelo, en
los hermanos,  
acrisolado
como el oro. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 13 de noviembre de 2011





Viuda y juez (Lc 18, 1-8)

Y sin ella estaríamos perdidos, porque orar es contarle a nuestro PADRE nuestras carencias, nuestras dificultades, nuestros errores, nuestras incapacidades, nuestras tentaciones, nuestros fallos, nuestras debilidades, nuestras limitaciones...etc. 

Por nosotros no seríamos capaces de permanecer limpios. Necesitamos lavarnos con cierta frecuencia (Penitencia) para vaciar todas nuestras inmundicias, y eso sólo lo podemos hacer en ÉL y con un corazón contrito y en constante oración que nos fortalezca.

JESÚS, nos invita hoy a no desfallecer, y a permanecer constante en la oración. A pesar de, aparentemente, no ser contestados ni escuchados. Como la parábola que nos presenta del juez injusto. DIOS, nuestro PADRE, siempre nos escucha y nos atiende, aunque nosotros no le entendamos ni nos demos cuenta de su obrar.

Mantennos siempre SEÑOR, la mirada erguida
hacia TI. Que nunca desfallezca nuestra
plegaria ni nuestra confianza.

Danos la fuerza de ser perseverante y de nunca
desistir de pedirte todo aquello que
necesitamos. Sobre todo lo
que nos conduce
hacia TI. Amén.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 12 de noviembre de 2011






 Lucas 17, 26-37
Hay una frase que me ha impactado por lo que implica respecto a lo que importa. Se trata de la siguiente: "Allí donde la historia de los hombres continua como estaba, no ha llegado de verdad el Reino de DIOS" (Xabier Pikaza).

La primera pregunta que ella suscitó en mí fue: ¿Y dónde estoy yo? ¿Acaso he crecido, o me he instalado? Mi primera observación, ya siendo habitual, fue observarme como creyente que madura y crece en su camino espiritual, o, ¡muy peligroso!, sentirme instalado en la quietud de unas normas y prácticas desencarnadas. Quiero pensar, al menos esos son mis esfuerzos e intenciones en lo primero, pues de no ser así me estoy engañando tontamente.

Otra cosa que me ha impactado, desde hace algún tiempo, es, no sólo leer el Evangelio de cada día, sino de acompañarlo de la lectura del Antiguo Testamento y el Salmo. Porque los uno dan sentido al otro, y el Nuevo alumbra al Antiguo y Salmo.  Hoy, lo que dice el Antiguo da sentido a toda nuestra vida ahora, hoy mismo. Lean y mediten:

Eran naturalmente vanos todos los hombres que ignoraban a DIOS y fueron incapaces de conocer al que es, partiendo de las cosas buenas que están a la vista, y no reconocieron al Artífice, fijándose en sus obras, sino que tuvieron por dioses al fuego, al viento, al aire leve, a las órbitas astrales, al agua impetuosa, a las lumbreras celestes, regidoras del mundo.

Si, fascinados por su hermosura, los creyeron dioses, sepan cuánto los aventaja su Dueño, pues los creó el autor de la belleza; y si los asombró su poder y actividad, calculen cuánto más poderoso es quien los hizo; pues, por la magnitud y belleza de las criaturas, se descubre por analogía el que les dio el ser.

Con todo, a éstos poco se les puede echar en cara, pues tal vez andan extraviados, buscando a DIOS y queriéndolo encontrar; en efecto, dan vueltas a sus obras, las exploran, y su apariencia los subyuga, porque es bello lo que ven. Pero ni siquiera éstos son perdonables, porque, si lograron saber tanto que fueron capaces de averiguar el principio del cosmos, ¿cómo no encontraron antes a su Dueño?

Creo que hoy, en nuestro tiempo, está ocurriendo esto que hace siglos está dicho. Pero el hombre continua y continua perdido con las cosas de este mundo. Sus ojos parecen vendados y sólo ven las cosas caducas y que al final no nos sirven, pues sólo la vivencia del amor en DIOS nos salvará.

Despierta, SEÑOR, nuestra sed y nuestra hambre 
para que, ansiosos de TI, no nos apeguemos
a todo aquello, de aquí abajo, que
nos impida llegar a TI. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 11 de noviembre de 2011






 Lucas 17, 20-25

Sería absurdo saber el día final, pues no tendría secreto, ni haría falta tener fe ni estar preocupado, sino simplemente estar preparado. Restaría mérito, entre comillas, y también sería mucho más radical el juicio para todos, porque de saber cuando va a ser, pocas serán las excusas que podamos presentar. Sobraría la misericordia.

El Reino de DIOS vendrá sin avisar, será como un relámpago fulgurante. Sin embargo, ya ha venido está entre nosotros y en cada uno de nosotros. Estamos muy próximos a celebrar el Adviento, donde preparamos la venida, el nacimiento, de JESÚS de Nazaret. Pues, ese nacimiento se realiza cada día en nuestro corazón cuando acogemos su Palabra y tratamos de llevarla a nuestra vida. Nace entonces el Reino de DIOS en nosotros y entre nosotros.

También, tenemos una señal muy clara. Cierto es que tampoco sabemos la fecha, pero, mientras llega ese Final, hay un final para cada uno de nosotros que está más cerca. Puede ser hoy, o, tal vez, mañana. No lo sabemos, pero si sabemos que el momento de nuestra muerte supone el final del mundo para cada uno de nosotros. Después sólo nos queda presentarnos ante el PADRE, y con la única moneda válida: "El amor". Es esa la que nos abrirá el camino de la eternidad feliz.

Cuando me esfuerzo por poner amor entre los conflictos de mi vida familiar, laboral, de mi entorno y ambiente social, estoy esforzándome en hacer presente el Reino de DIOS. No cabe ninguna duda que esa es la utopía de nuestro mundo. Tratar de amarnos equivale a establecer el Reino de DIOS aquí y ahora.

Una utopía que trasciende y no aterriza en lo natural, sino que se hace realidad en lo sobrenatural, porque sólo en el poder del que está por encima de lo natural se puede alcanzar la utopía del amor.

Pidamos al PADRE la capacidad de poder ver
la utopía natural de nuestra vida con
ojos sobrenaturales, porque
sólo en el verdadero
Amor, podemos
hacerla realidad. Amén



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 10 de noviembre de 2011






BASÍLICA DE LETRÁN (Jn 2, 13-22)

La Iglesia nunca podrá ser destruida. Y no podrán destruirla porque tú y yo somos templo del ESPÍRITU SANTO, donde mora la Santísima Trinidad, DIOS, Uno y Trino. Para destruir a la Iglesia hará falta destruir a toda la humanidad viviente, porque donde haya un creyente y bautizado, allí estará viva y presente la Iglesia.

Por eso, JESÚS, viendo en que se había convertido el Templo, la Casa de oración, expulsó a todos los que la utilizaban como lugar de negocio y encuentro mercantil. Su Casa era Casa de oración, y no podía convertirse en una cueva de ladrones y tramposos.

Proclama, JESÚS, que ese Templo de oración será construido, caso de ser destruido, en tres días, haciendo referencia a su propia Resurrección. Y así lo entendieron los apóstoles después de su muerte.

Las primeras comunidades se reunían para orar y celebrar la fracción del pan. Lo hacían en casas particulares. Más tarde, supongo que por la necesidad de verse todos juntos y por espacios, construyeron templos apropiados para celebrar la fe. Así nació la Basílica de San Juan de Letrán, fiesta que celebramos hoy, símbolo de la unidad de todas las iglesias del mundo con la Iglesia de Roma. 

No permitas que nadie nos arrebate ese lugar
donde, TÚ, mi SEÑOR, ocupas el
centro de nuestras miradas.

Estás en nuestro corazón, y habitas en él, pero
necesitamos tenerte vivo, presente, bajo
las especies de pan y vino, según
TÚ quisiste quedarte, en un
lugar construido sólo y
expresamente para TI. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, nueve de noviembre de 2011






(Lc 17, 7-10)

No merecemos nada, entre otras cosas, porque todo lo que somos gratuitamente lo hemos recibido. Y cuando las cosas se reciben gratis, nada debemos esperar a cambio. Sin embargo, nuestro PADRE del Cielo, nos quiere tanto que nos ofrece un camino de salvación para darnos su misma Gloria y que participemos de ella.

Pero, no por ese amor tan grande que DIOS nos tiene, nosotros debemos exigirle, sino, al contrario, debemos agradecerle el que podamos cumplir con nuestras obligaciones de hijo, que no son otras que cumplir su Voluntad. 

El siervo tiene que cumplir su deber sin esperar nada a cuenta. También lo hacen los amigos, por eso, JESÚS, nos llama más tarde, no siervos, sino amigos. Los amigos no pasan cuentas. Si los siervos tienen que cumplir con su deber, mucho más los apóstoles de Jesús, sus amigos, debemos cumplir la misión encomendada por Dios, sabiendo que nuestro trabajo no merece recompensa alguna, porque lo hacemos gozosamente y porque todo cuanto tenemos y somos es un don de Dios.

SEÑOR, danos la sabiduría de poder decirte, como lo
hiciera santa Teresa:
"No me tienes que dar porque te quiera;
porque, aunque lo que espero
no esperara, lo mismo
que te quiero, te quisiera. Amén.


P.D. En este momento político que nos toca vivir, también la Palabra de DIOS nos suscita caminos y decisiones, porque el Reino no se construye entre unos cuantos, sino que es labor de todos. Es, ahora, cuando el ESPÍRITU nos anima a tomar partido en discernir nuestra participación con nuestro voto. Es una actitud de servicio, sin pedir nada a cambio. Lo recibido puesto al servicio de todos.

Y nuestro voto debe ser depositado en aquellos que se esfuerzan en hacer las cosas según DIOS manda (más información...), y luego todo lo demás queda en Manos del ESPÍRITU.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, ocho de noviembre de 2011






Lc 17 1- 6

Inevitablemente el mal se hace presente y nos contagia a todos. Es parte de nuestra condición humana, estamos tocados y heridos por el pecado, y eso nos inclina a cometer errores y fracasos. Pero, aun siendo eso parte de nuestras limitaciones y humanidad débil, lo grave se fundamenta en la provocación. Una cosa es que no podamos evitar la caída, y otra cosa es que la provoquemos.

Y hoy, la Palabra de DIOS, nos advierte que lo peligroso y condenable por el SEÑOR es la provocación, es decir, el escandalo. Porque una cosa son mis propios fallos y limitaciones, y otra muy distinta provocar e inducir a otros a que pequen también. Sobre todo a los niños e inocentes. La advertencia de que: "Quien haga esto más le vale atarse una piedra de molino y arrojarse al agua", deja bien claro la gravedad e importancia que JESÚS le da a este pecado de escandalo.

Sin embargo, a pesar de lo terrible y condenable de esta acción de pecado, JESÚS nos llama a estar dispuesto a perdonar, siempre que el pecador manifieste arrepentimiento y pida perdón. Y si vuelve y vuelve, siempre que solicite perdón, perdónale. 

La misericordia es una de las puertas que DIOS ha dejado abierta para que nos colemos a permanecer en su presencia. Porque en la medida que perdonemos seremos perdonados. Y ese mandato de perdonar, siempre que te lo pidan con  verdadero con verdadera actitud de arrepentimiento, nos facilita encontrar la puerta de entrada a la Gloria abierta. Se hace duro perdonar, pero se gana la Misericordia de DIOS haciéndolo.

Para eso, SEÑOR, aumenta mi fe y mi confianza,
para que persista en perdonar, porque
cuando perdono, amo.

Pero sobre todo para que entienda y sepa que
Contigo el esfuerzo de perdonar se
hace más suave y ligero, 
al igual que TÚ
 lo haces conmigo. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, siete de noviembre de 2011






«Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que...
El aceite de tu propia vida no lo puedes compartir con nadie, te va en ello tu salvación. Porque si te distraes o no procuras el suficiente se te puede apagar tu lámpara. Y necesitas mantenerla encendida hasta que llegue el esposo.

Al igual que ayer, el Evangelio de hoy domingo, 6 de noviembre de 2011, nos habla, apoyado en un mal ejemplo, el del administrador injusto, y hoy el de las doncellas que se niegan a compartir su aceite con las necias, a advertirnos de estar atentos y astutos en el primero, y a poner en juego todos nuestros talentos, en el segundo, para proveernos de lo necesario y suficiente ante la venida del Esposo.

La respuesta es personal e intransferible. No me puede ayudar el otro en ese momento. Mi propio aceite tiene que ser repuesto por mí. Nadie responderá en mi lugar. Dependerá de mí, pues, en ocuparme de que mi lámpara esté bien provista y dispuesta a mantener su luz firme y encendida. No me puedo dormir y luego pedir auxilio al que ha permanecido despierto y atento, con su lámpara bien cuidada y plena de aceite.

Que sepa, DIOS MÍO, saber compartir aquello que
se me ha dado para compartir, y, en ese
compartir, alcanzar la Gracia de
tener mi ardiente corazón
encendido para 
cuando TÚ vengas. Amén.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, seis de noviembre de 2011






 Lucas 16, 9-15

Todo nos viene de DIOS, hasta el punto que nuestro vivir y obrar está en las Manos del SEÑOR. Pero, siendo eso así, sabido es que el SEÑOR ha querido contar con nuestra colaboración, y, por eso, nos ha hecho libres, libres para aceptar la Voluntad del PADRE o para rechazarla. Y es ahí donde nuestra elección y decisión cobra protagonismo.

Ocurre, y lo experimentamos, que cuando nos engreímos y queremos hacer las cosas según nuestras intenciones y proyectos, percibimos que se nos hace difícil cumplirlas. Observamos que cuando dejamos a un lado la asistencia del ESPÍRITU, nuestros actos se llenan de torpezas y fracasos. Sentimos nuestra propia impotencia y limitaciones, y tomamos conciencia que sin el concurso del ESPÍRITU nada podemos lograr.

Necesitamos ser fiel en lo pequeño, en lo ordinario, en lo que tenemos delante de nosotros, en lo de cada día. Pues no vayamos a arreglar el mundo cuando nuestra casa anda desarreglada. Nos empeñamos en hacer obras de cierto alcance notorio, cuando en nuestro propio entorno y ambiente dejamos mucho que desear. ¿No es lo primero lo que tengo cada día presente en mi vida?

Si no respondemos en lo que tengo que responder cada día, las cosas que me ocurren desde mi despertar a volver a dormir, con aquellos con los que mi vida tiene relación, familia, trabajo, amigos... ¿Con quién voy a responder? Es en las cosas pequeñas, las de mi vida ordinaria, en las que tengo que responder, pues quien es fiel en las cosas pequeñas será capaz también de responder en otras mayores.

Despertar a mis responsabilidades comunes, de 
cada día, es la tarea que debo poner
en el primer lugar de mi vida.

Sintiéndome incapaz de hacerlo yo sólo, te
imploro, ESPÍRITU SANTO, me asistas
y me des las fuerzas de ser
fiel en lo pequeño. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, cinco de noviembre de 2011






Lucas 16,1-8

No quiere el SEÑOR llevarnos a la confusión y a la mentira. Sólo nos pone en advertencia que hay que moverse e, inquietos, discernir con verdadera preocupación donde está el verdadero tesoro de nuestra vida. Porque se trata de encontrar nuestro mayor anhelo y deseo.

Y no es otro que prolongar nuestra vida. Tanto quisiéramos hacerlo que soñamos con ser eternos y vivir para siempre rodeado de paz y verdadera felicidad. Por eso, nuestra mayor preocupación debe ser esa, salvarnos para siempre.

Sin embargo, no parece que esa sea nuestra principal preocupación. Andamos interesados en otras cosas, que pensamos nos van a dar la felicidad y el descanso. En cierta ocasión, ante la invitación a conocer mejor a JESÚS, alguien me respondió que no podía porque había conocido a una persona y ella no quería conocer al SEÑOR. Por lo tanto, rechazaba acercarse más a JESÚS en beneficio de estar con esa persona.

También me pasó algo parecido con un joven. Prefirió hacer un viaje que le habían ofrecido gratuito antes que pasar unos día en amistad y conocimiento de JESÚS. Son opciones en las que demostramos lo que ocupa nuestro corazón. Y luego confesamos que creemos en JESÚS y que ocupa un lugar importante en mi vida. Al parecer no es muy importante ese lugar, porque a la primera de cambio lo vendemos por poca cosa.

Debemos ser más astutos y discernir donde están realmente nuestros intereses verdaderos, porque lo que aquí abajo se nos presenta no dura mucho tiempo, ni tampoco llena de forma plena. Sólo que no experimentamos la presencia del SEÑOR, ni amamos como ÉL nos enseña, y de esa forma no tenemos vivencia de lo que significa caminar acompañado de JESÚS.

Esa fue la lección que nos da el administrador injusto, no la mentira ni el engaño, ¡no, eso no!, pero si la preocupación y la acción astuta de buscar soluciones para salvargualdar sus intereses. Le preocupaba quedarse sin trabajo, ¿de qué voy a vivir?, se preguntaba. Y pueso en juego todos sus talentos y astucias.

¿Hacemos nosotros lo mismo con respecto a salvar nuestra vida, el don más preciado que tenemos? Esa es la pregunta donde la Palabra de hoy nos quiere llevar. El preocuparnos por lo verdaderamente importante, y no por las cosas vanas y caducas que no nos solucionan nada.

Despierta nuestra vista y nuestro entendimiento, SEÑOR,
y haz que veamos con claridad donde está
nuestro verdadero tesoro. Porque
dependiendo de descubrilo
sabremos que camino
tomar. Amén.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, cuatro de noviembre de 2011






Lc 15, 1-10

Hay algo que no se puede perdonar, y es todo aquello que no se permite perdonar. Porque cuando alguien se cierra, nadie puede entrar. Y sin nadie que pueda entrar es imposible obtener alguna cura o solución a los problemas de tu interior.

Por eso hemos oido que los pecados que no se pueden perdonar son aquellos que se cierran a la asistencia y ayuda del ESPÍRITU SANTO, porque si le niegas su colaboración y asistencia no puedes ser curado y fortalecido para el perdón. El ESPÍRITU SANTO respeta nuestra libertad, y depende de cada uno de nosotros el que le dejemos actuar en nuestro corazón y ayudarnos a convertirnos.

Sólo aquellos que sientan la necesidad de perdón, de ser curados, serán los que se dejaran descubrir por el Buen Pastor y, puestos en sus Manos, ser curados y perdonados. Los saciados de sabiduría, de prepotencia y de sentirse no necesitados no encontrarán nunca al Buen Pastor, pues no se sentirán perdidos y, por lo tanto, no buscados.

El necesitado y pecador necesita ser buscado por
el Médico que pueda curarlo. Curarlo de sus
heridas físicas y espirituales. Curarlo
de su desorientación y de
su ignorancia.

Danos, SEÑOR, la humildad de dejarnos encontrar,
la sencillez de obedecerte y de estar
atento a la voz de tu llamada,
porque sólo en tu redil 
hallaremos la paz
que buscamos. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, tres de noviembre de 2011






Lucas 23:39-43

Todos morimos solos, incluso cuando morimos rodeados de las personas a quienes amamos. Nadie puede compartir nuestra muerte con nosotros, ni acompañarnos a donde vamos. Sólo el SEÑOR, que murió y Resucitó puede estar y acompañarnos.

La muerte es la hora más gloriosa de nuestra vida, porque es el momento que dejamos de padecer y de estar sometidos a las pasiones que nos esclavizan. Es la hora de la libertad absoluta y del gozo eterno. Es la hora del encuentro con el SEÑOR y de, por su Misericordia, permanecer en su presencia eternamente feliz.

Por eso, nuestra vida, lo más importante de este mundo, se convierte en el mayor tesoro cuando descubrimos que la podemos conservar para siempre si permanecemos en JESÚS.

Abre nuestros ojos, SEÑOR, y despierta en nosotros la 
inquietud de buscarte y descansar en TI.
Porque queremos vivir eternamente y, sólo en TI 
podemos alcanzar vida eterna. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, dos de noviembre de 2011







Mateo 5,1 12

Mucho se ha hablado y se habla sobre la felicidad. Porque la felicidad es el objetivo de toda persona humana. ¿Quién no quiere ser feliz? Pero la pregunta será donde hay que buscarla, porque dependiendo de eso podremos encontrarla.

La experiencia nos dice que en las cosas de aquí abajo no parece estar, pues todos los que se esfuerzan y afanan en buscarla en las cosas de este mundo no terminan por encontrarla. Es más, diría que se alejan cada vez más de ella. Sí, a veces nos procuran momentos de aparente felicidad, pero no termina por conseguirlo. Siempre, el desenlace, es el mismo: cierto vacío y frustración.

Llegamos, en el devenir de nuestra vida, a cansarnos, a fatigarnos, y a pensar que nos hemos equivocado de camino y que aquí no se encuentra. Los más resignados terminan por considerar que "aquí no se consigue la felicidad completa", y ahí terminan sus esperanzas. Aceptan una vida mediocre a caballo entre momentos felices y de desdicha. Tiran sus esperanzas por la borda. Pierden el sentido de la alegría y la esperanza de ser plenamente felices para siempre.

No bebemos donde debemos beber. Aun teniendo la propia Fuente sed de ti y siendo Ella la que te busca para darte de beber. Es un misterio que, el hombre, criatura de DIOS, tenga la libertad de poder negarlo. Porque negándolo se niega a sí mismo la verdadera dicha y felicidad.

SEÑOR mío y DIOS mío, ilumina mi mente para dejarme
conducir por tu propuesta de felicidad, que no es
otra que la de injertarme en TI y seguir el
estilo de vida que TÚ has seguido y
testimoniado con tu vida. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, uno de noviembre de 2011






Lucas (14, 12-14)

Si lo que haces busca una recompensa, no lo estás haciendo por amor. Ni tampoco se puede llamar a ese hacer amor, será otra cosa, será un trueque, un cambio de esto por lo otro. Poque amar es dar sin esperar ni aceptar nada a cambio.

Porque cuando aceptas, tu labor queda recompensada y saldada. Acabas de recibir tu premio. Premio que muchas veces se esconde en lo más profundo de nuestro corazón, que espera ser recompensado. El aplauso, la fama, el prestigio, el centro de halagos y admiración, los primeros puestos, el poder, la vanidad...etc., además de otros muchos, cuando no las riquezas, son recompensas que saldan nuestras deudas amorosas. 

Nuestro PADRE DIOS no nos ama así. Si así fuese estaríamos perdidos. Nunca lograríamos saldar esa deuda de amor. Nuestro PADRE nos ama sin limites y sin ninguna posiblidad de ser recompensado, porque aunque quisieramos, nunca podríamos.

Y si hemos sido creados a su imagen y semejanza, nuestro amor debe seguir el mismo camino: "Amar sin esperar nada a cambio". Por eso, sin ÉL nada podemos, porque sólo con su Gracia seremos capaces de amar de esa forma. Entendemos, entonces, que el amor no está apoyado en los sentimientos, sino que es un criterio que, por la Gracia de DIOS, puede ser capaz de dar sin recibir.

Fuera de TI, DIOS mío, no existe el amor.
Sólo contigo y en TI podemos
encontrarlo.

Por eso, simplemente por eso, te 
necesitamos, y te pedimos
que ocupes nuestros
corazones. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
A, 31 de octubre de 2011






Mateo 23:1-12
De nada vale predicar y defender una opción, unas actitudes, si luego no tratas de vivirlas y llevarlas al hacer diario de tu vida. Nada vale decir que somos hermanos, si luego no te esfuerzas en vivir como hermanos.

Y en nuestras vidas hay mucho de esas actitudes. Al menos en la mía. No vivimos de acuerdo con lo que pensamos y queremos vivir. Somos débiles y fallamos, cometemos errores y nos buscamos irremediablemente. Es nuestra natural tendencia, y nuestra lucha de cada día. El esfuerzo de renunciar a los primeros puestos, y tomar el último. O lo que es lo mismo, servir y no ser servido.


Proponemos que las leyes las cumplan otros, y para nosotros dejamos sólo el señalarlas y exigirlas que otros las cumplan. Y eso se transmite y se ve. Sólo con mi ejemplo y mi vivencia coherente de lo que digo y hago, seré capaz de convencer y de transmitir la Buena Noticia que JESÚS proclamó y vivió.

Porque ese intento de ajustar lo que vivo con lo que pienso se llama "amar". Ese esfuerzo, al tratar de ajustar mis actitudes de acuerdo con lo que proclamo y digo, es lo que se llama amar. Porque en el intento dejo de pensar en mí y me descubro pensando en el otro.

Ayúdame, DIOS mío, a esforzarme en ensamblar
lo que digo con lo que hago, pues sólo así
seré luz de lo que soy. 

Y hazme luz de tu LUZ, porque sólo lo que
viene de TI es la verdad y la vida.
Toma mi vida, SEÑOR. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
A, 30 de octubre de 2011






Porque todo el que se ensalce, será humillado ...( Lc 14, 1. 7-11)

Porque quien se olvida de sí busca el bien del otro. Por eso, cuando no estás pensando en ti no te preocupan los primeros puestos. Te preocupa que todo salga bien y que los demás se encuentren cómodos y a gusto.

Se puede actuar de dos formas, una, buscando tus intereses y sometiendo los intereses de los demás. Tú primero y los otros después. Primo yo, y lo demás ocupan un lugar secundario, condicionado a mis privilegios e intereses. O de otra forma, dejando tus intereses para el final. Primero el otro, su acomodación, sus privilegios, sus necesidades. Luego, si queda, las mías.

Experimentas que la puerta se estrecha, se hace incómoda, necesita soltar todo lo que llevas, y hasta adelgazar unos kilos. Entrar cuesta fatiga y mucho esfuerzo, pero adentrado en el camino, la carga se hace ligera y el yugo suave. No vamos solos.

Así actuó JESÚS. Observaba, no para sacar partido para sí, sino para lograr bienestar y beneficios para otros. Le preocupaba el peor parado, el más desamparado. Observaba para ayudar, para servir, para hacer el bien. Y  se olvidaba de sí mismo. No busca ser honrado, sino honrar. No piensa en su honor, sino en el honor del PADRE. No piensa en ÉL sino en los demás. Toda su vida se convierte en una manifestación del PADRE, de un PADRE que es Amor.


No busquemos los primeros puestos, ni ser servido.
Busquemos, mejor, los últimos lugares y
servir.

Pero hacer esto no esposible desde nosotros.
Necesitamos la Gracia de JESÚS
y la asistencia del
ESPÍRITU SANTO. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 29 de octubre de 2011






 Lc 6,12-19
Nuestra estructura carnal necesita un parón, un apartarse para mirarse, reflexionar y verse tal y como es y a donde se dirige. Porque injertado en este mundo es fácilmente engullido por las estructuras materiales propias de su carnalidad.

Por eso JESÚS apoya su vida en la oración continua y diaria con el PADRE sin olvidar la acción a realizar en el mundo al que ha bajado. Y su conducta nos señala que nuestro peregrinar debe afianzarse en esa doble vertiente: "La oración y la acción". Sentencia que conocemos muy bien por ser asumida en muchos monasterios de monjes: "Ora et labora".

Nuestro Ideal es llegar a la oración contemplativa, entendiendo por ello, no el estar todo el día en oración reflexiva y estática, sino vivir todos los momentos de cada día en la presencia de DIOS. Ya sea en la familia, en el trabajo, con los amigos...etc.

Diría, discernir todas mis decisiones y actos desde la óptica según JESÚS, desde la asistencia del ESPÍRITU SANTO, porque no estamos solos. Se nos ha enviado el ESPÍRITU para asistirnos y ayudarnos a encontrar luces que nos alumbre por donde debemos ir.

No perdamos la LUZ que alumbre nuestros
pasos en todo momento. Es la petición
que hoy elevamos al PADRE, en
JESÚS, para que nuestra
vida sea según ÉL. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
A, 28 de octubre de 2011






Lucas 13:31-35

Si perdemos el fin último al que estamos llamados, podemos perdernos y desviarnos de él. Y, por consiguiente, no alcanzarlo, porque en nuestro recorrido (vida) nos encontramos con muchas dificultades y tentaciones que nos inducen a desviarnos de nuestra vocación final.

Y es que estamos llamados a vivir eternamente. Una vida plena en gozo y eternidad en la presencia del PADRE. Hemos sido creados para eso, para alcanzar la santidad de los verdaderos hijos de DIOS. Esa es la perspectiva que nos debe acompañar en cada momento, porque teniéndolo claro y presente, nuestra camino será firme e indestructible. Así lo vivió JESÚS y nadie le pudo apartar de su subida a Jerusalén, porque allí tenía una cita con la Voluntad de su PADRE.

En todas las reuniones se huye de este planteamiento. Nadie quiere hablar de la muerte y se tiene como miedo hacerlo. Incluso, pedimos porque nos dejen aquí el mayor tiempo posible. Eso, hasta cierto punto es normal, pero también es normal, o debería de serlo, que nos enfrentemos a la muerte con la confianza de que es el último eslabón que nos separa de la Gloria, de la vida eterna junto al PADRE.

Confiar en JESÚS, pues ÉL ya lo pasó y nos acompaña a cada uno para que, junto a ÉL, no tengamos miedo de pasarlo también. El miedo a la muerte para un creyente debe de quedar en segundo plano. Así lo entendió santa Teresa y todos los santos. Nosotros, los creyentes, también estamos llamados a ser santos. ¿Por qué sentimos miedo?

Dame, JESÚS, la fortaleza y valentía de no rehuir
el momento de mi muerte. Que sepa, junto
a TI, asumir y confiar que la muerte
es la puerta que me abre
a la vida que espero
al final del camino. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
A, 27 de octubre de 2011






Lucas 13, 22-30

No, se trata de un estilo de vida según el estilo de JESÚS. ÉL nos lo ha marcado y nos lo ha dicho: "Si quieres entrar en el Reino de los Cielos, ama". Por eso, la esencia de la vida es el amor, porque conseguirás vivir eternamente si amas.

Pero para amar se necesita luchar a muerte por entrar por la puerta estrecha. La puerta de la renuncia de uno mismo, la puerta del sacrificio y la disponibilidad a comprender, a servir, a ser humilde, a la obediencia, al compartir. Es más atractiva la puerta ancha, donde uno se encuentra más cómodo, más a gusto, más preocupado por uno mismo, por sentirse bien y vivir placenteramente. 

Es la puerta de los derechos a la calidad de vida, al bienestar... sin tener en cuenta ni preocuparme por los demás. Sólo yo soy mi misma prioridad. Es la puerta de los primeros que guardan cola para entrar y aguardan a que el SEÑOR la abra. Pero ocurre que igual no se abre y nos sorprendamos por ello.

Es la puerta de lo políticamente correcto, de confundir lo normal con lo corriente, de que vale todo según tú lo veas, de pensar como piensa la mayoría, y de hacer lo que hace la mayoría, porque esa es la moda y lo que me permite mantener mis intereses y mi estatus. Es el derecho a satisfacer mi propio egoísmo y a defenderme frente al otro sin importarme lo que le pase.

Nos sorprendemos al oír que  nos diga el SEÑOR que no nos conoce, que no sabe de donde somos... ¿Cómo puede ser eso? Nos extraña esa respuesta. Nosotros que hemos celebrado la Eucaristía tantas y tantas veces; nosotros que hemos rezado muchos rosarios, que hemos seguido al pie de la letra todos los preceptos...etc.

Sí, nosotros que quizás confundimos las normas y preceptos con la esencia de lo fundamental, el amor. Porque todo lo que hagamos estará en función del amor, para el amor. Porque para amar se necesita luchar, estar en JESÚS, hablar con ÉL, seguirle a pesar de no tener donde reclinar la cabeza. Olvidarme de esa vida llena de confort y muy agradable, porque mientras otros sufren, tú y yo no podemos descansar.

Sólo cuando realmente empecemos a amar, será cuando empezaremos a sentir paz, bienestar del bueno, serenidad y tranquilidad plena. Porque sólo el amor nos puede dar eso. Y ese será el síntoma de que verdaderamente estamos amando.

Que sepamos distinguir la norma del fundamento,
porque lo que abre la puerta no son los
preceptos, sino, siendo necesarios,
la llave de la puerta estrecha,
esa que conduce a la
eternidad, es
el amor. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
A, 26 de octubre de 2011


 



Lucas 13, 18-21
Y nosotros desesperamos. La paciencia de DIOS es infinita y y su Misericordia nunca desespera ni se cansa. No ocurre igual en nosotros que queremos resultados inmediatos y desesperamos ante la lentitud del proceso de conversión. No alcanzamos a pensar que quizás nuestra época es la de sólo sembrar, y a otros les toca recoger.

Suelo experimentarlo mucho en mi labor de Cursillo de Cristiandad. Desespero ante la escasa respuesta, sed y hambre de DIOS que la gente muestra, y se hace difícil reunir un pequeño grupo para celebrar un Cursillo. El fantasma de suspenderlo ronda siempre muy cerca. Y desespero y me pregunto como TÚ, mi SEÑOR no espabilas esas mentes y les despierta el hambre y sed de TI. 

TÚ, SEÑOR, que tienes más interés que yo. TÚ, SEÑOR, que sales al encuentro de cada uno de nosotros y nos invitas a beber de tu Gracia. ¿Cómo es posible que te muestres tan pasivo, tan aparentemente indiferente ante la escasa respuesta de tus hijos a escucharte? Creo que nunca lo entenderé, pero me admira y me anima el experimentar esa infinita paciencia que nuestro PADRE DIOS tiene para con nosotros.

La Palabra de hoy me anima, me da aliento y me conforta para continuar la lucha sin desesperarme, sin angustias, sin esperar nada a cambio. El SEÑOR sabrá. ¡cuanto espera también por mí! Por mis malas respuestas, mis fallos, mis debilidades, mis incomprensiones, mis desesperos, mis rebeldías...etc. Y continuas sin pestañear a mi lado.

Ya, ¡seguro!, crecerá el árbol, fermentará la masa, y todos nos volveremos a TI, porque sólo TÚ, mi SEÑOR, tienes Palabra de Vida Eterna.

Alienta mi vida, SEÑOR, dale sostén y mantenla
paciente, vigorosa y fuerte en la lucha,
aunque no vea resultados, aunque
todo parezca retroceder.

Dame la capacidad de descubrir tu presencia,
y de experimentarla. Porque sintiéndote
a mi lado todo será mejor, y mi
confianza será plena. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
A, 25 de octubre de 2011






Lucas 13: 10-17
La razón, muy peligrosa, de que nos quedemos en la mediocridad y no crezcamos está en las mediaciones. Todo lo reducimos a medios: normas, prácticas y preceptos, que cumplidos nos justifican y satisfacen, dejando todo lo demás en un segundo plano. Incluso el amor.

Cumplida mis obligaciones, según manda la ley, estoy en paz, tranquilo y que cada uno se limite a lo suyo. Sin embargo, todos no hemos recibido lo mismo, tanto en la salud como en la enfermedad; tanto en la pobreza como en la riqueza. Y necesitamos relacionarnos y tenernos en cuenta unos a otros. De lo que tú careces, quizás a mi me sobre, y viceversa.

Reducimos nuestro DIOS a unas prácticas y normas que, fuera de ellas, mi vida me pertenece a mí y la vivo según mis apetencias y egoísmos. Las leyes mandan, y a ellas hay que remitirse. Todo queda sujeto y debajo de la ley, y, de alguna forma, ellas dirigen nuestra vida.

Cerramos nuestras puertas con la llave de nuestras mediaciones, y ya nada nos sorprende, ni siquiera que JESÚS nos hable y nos de signos de su Divinidad. Estamos ciegos y nuestro corazón no es capaz de abrirse a la acción del ESPÍRITU. Estamos esclavizados y encadenados a la ley del sábado, ahora, fin de semana...

Y es el día, no del cumplimiento, sino, ahora, del relax, del relajamiento, del ocio entendido como buscar tiempo para mí, para mi deleite, mis placeres, mis diversiones... y los demás que se busquen su vida. De las normas hemos pasados a mis propias normas, y tanto en una u otra situación hemos obstaculizado las arterias de nuestro corazón que nos comunican con DIOS.

Despierta, SEÑOR, en mí la inquietud de servirte en 
los hermanos. Precisamente en aquellos que
más lo necesiten. Dame la capacidad y
la fuerza de poner mi tiempo
y mis capacidades al
servicio de los
que lo necesiten. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
A, 24 de octubre de 2011






Mt 22,34-40

No hay más preceptos, porque todos, completamente todos, están contenidos en el amor. La esencia de la vida es el amor, y sin amor no hay vida plena que desvele todo el sentido gozoso que en ella se encierra. 

JESÚS nos pregunta: ¿Quieres ser feliz y eterno? Ama a mi PADRE sobre todas las cosas, y al prójimo como yo te voy a enseñar a amarlo. Y el Camino está señalado. Esta es la lección que en la noche de Pascua, la Santa Cena, JESÚS nos da y nos transmite. Sólo en el servicio desde la humildad seremos capaces de amar y amar.

Porque el amor no es un sentimiento, es un criterio que está por encima de nuestros apegos, nuestros intereses, nuestros egoísmos. Para amar no hay que esperar a sentir, sino entender que eso es lo justo, lo que debemos hacer, lo que nuestra conciencia nos descubre. 

Lo que decía Pablo: "Hago lo que no quiero hacer, pero no hago lo que entiendo que debo hacer". Ese entender hacer lo que debo es simplemente amar. Salir de ti mismo, para meterte en el otro, no por intereses o egoísmos, que a veces ocurre con más frecuencia que lo que pensamos, sino por amor.

Esta es la razón que descubre la necesidad de nuestras oraciones, nuestras Eucaristías, nuestros sacrificios, nuestras renuncias, nuestro permanecer e ir injertado en JESÚS. Sin ÉL no podremos llegar a convertirnos en amor, porque es ÉL el Amor supremo. Pero sólo amando le alcanzaremos.

De nada me vale tu amistad, SEÑOR, si no
soy capaz de darme y entregarme a
los demás, tal y como TÚ lo
has hecho conmigo. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
A, 23 de octubre de 2011






Lucas 13,1-9

Porque siento muchas cosas que no quiero hacer, y el luchar contra ellas me fatiga, se hace duro, se me hace cuesta arriba. Al mismo tiempo descubro lo que me gustaría hacer, pero, por la misma razón, no llego a concretarla. Viene entonces a mi memoria las palabras de Pablo de Tarso: "Hago lo que no quiero, y no hago lo que quiero".

No doy los frutos que debiera, y eso me preocupa. Sin embargo, el PADRE Bueno del Cielo espera pacientemente un año tras otro. Y cuida mi tierra, la abona y riega y le da calor sin ningún resultado. Pero espera pacientemente, sin exigirme ni presionarme. ¡Cuanto amor!

Cuanto amor imposible de entender. Y eso nos desespera a veces también. Por qué no tener confianza y, como el hijo prodigo, regresar a ÉL. Sabemos que no merecemos el trato y cuidados que nos da, ni tampoco damos los frutos que debemos dar, pero, ese amor, nos conforta y nos mueve a esforzarnos en dar frutos. A luchar contra nuestra hipocresía, contra nuestras apariencias, contra nuestras mentiras, contra nuestras autotraiciones.

Como Pablo, SEÑOR, tu apóstol de los gentiles,
queremos, con tu Gracia, hacer tu 
Voluntad, y no la nuestra.

Danos las fuerzas y la luz de, no sólo querer,
sino también de llevarlo a cabo. Te
lo pedimos junto a tu Madre
María, la obediente
y cumplidora. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
A, 22 de octubre de 2011






Lc 12,54-59
Cuando el viento es majorero (viene de Fuerteventura), dicen en mi pueblo, se barrunta lluvia, lluvia abundante. Los observadores y agricultores entienden muchas señales que el mismo tiempo les indica y les revela. Hoy, en estos tiempos de tantos avances técnicos y científicos, la ciencia predice no sólo el tiempo sino terremotos, huracanes y hasta los posibles cambios que el planeta, por el uso que el hombre le da, va tomando.

Sin embargo, el hombre tan avispado e inteligente no es capaz de pararse a mirar el tiempo que vive y su propio destino. Adelantan hoy las ciencias que son una barbaridad, parodiando a la verbena de la paloma, pero, lamentablemente, el hombre se queda con lo peor, porque de todo lo que el hombre puede descubrir, lo más importante es su propia vida, su eternidad.

No hay mayor deseo que el de vivir. ¡Vivir para siempre! Y, el hombre, en la medida que se hace viejo, anhela más el vivir. Teme perder su vida. Sin embargo, no ha reparado donde y cómo puede alcanzarla. Se queda con la peor parte y no descubre el verdadero Tesoro que es JESÚS, la vida eterna.

¡Sabe tanto!, pero no es capaz de discernir que es lo justo, se esconde ante su propia conciencia y se autoengaña, traicionándose ante la luz de su propia razón que le revela lo que es justo o no. Sabe para muchas cosas, pero es ciego para otras. ¡Hipócritas! Saben explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploran, pues este tiempo?

SEÑOR, a pesar de nuestros descubrimientos y avances
no encontramos la luz que nos haga feliz y
eternos. Nos quedamos con las
cosas, cosas caducas
y muertas.

Deseamos la vida, vivir, pero no una vida temporal,
sino una vida eterna. Y nuestro saber no 
llega a descubrirnos que sólo
en TI podemos 
hallarla.

Te pedimos, PADRE del Cielo, que nos alumbre
el camino para mirar, desde lo más hondo
de nuestro corazón, la estrella que
nos indique el verdadero
camino que nos 
salva. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
A, 21 de octubre de 2011






Lucas 12: 49-53

Cuando te planteas amar estás planteando una guerra interior que no va a dejarte descansar, porque cuando descansas dejas de amar. El amor te mantiene siempre activo, atento, presto y dispuesto al servicio, a darte, a sacrificarte, a desvivirte, a dejarte incluso la vida por el ser amado. Realmente, no hay descanso. Eso lo saben bien los padres respecto a sus hijos. Responder a su vocación de padre es una lucha constante.

Por eso, JESÚS nos plantea hoy la guerra. Nos dice que no ha venido a traer la paz sino la división entre las familias, entre los hermanos, entre tú y yo, porque el amor nos inclina hacia el bien, hacia no dejarnos conducir por nuestros sentimientos y pasiones y, por lo tanto, eso nos enfrenta con nosotros mismos, nuestra lucha personal. 

Estamos inmersos en una cultura de muerte, de egoísmos, de ambiciones, de bienestar, de explotaciones, de injusticias, de ideologías...etc. Son nuestros mundo - demonio y carne que nos tientan y nos disponen a una lucha sin cuartel. No hay otro camino sino el abrazar la cruz de nuestra vida con el amor que nos abraza, pero que nos enciende la llama de esperanza y gozo en el SEÑOR, siguiendo su propio camino. 

Porque, el otro, el buscar la paz y felicidad en las cosas, en la mentira, en la indiferencia, en la huida y en el bienestar, sabemos como termina y a donde nos lleva. Sólo en la lucha, desde el ESPÍRITU SANTO, injertados en XTO. y agarrados a su Cruz, nos lleva al gozo y felicidad de la vida eterna que buscamos.

Sí, DIOS mío, sé que seguir a JESÚS es
doloroso, es morir cada día a mí
mismo, pero también sé
que ese es el camino
que salva y que
conduce a
la vida eterna. Amén.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
A, 20 de octubre de 2011







Lucas 12,39-48.

Buena pregunta: ¿De dónde me viene todo lo que tengo? Es la pregunta que nos podemos hacer todos, sobre todo aquellos que han recibido tanto. Cada persona es su propio administrador, pues de él sólo dependerá rendir cuenta de los dones recibidos. Nadie puede suplantar a otro. Y hay muchas personas que han recibido la cualidad de una buena voz, la agilidad y destreza para realizar una cierta habilidad...etc.

Hay muchas personas que conocemos por su fama vinculada a esas habilidades. Cantantes, deportistas, científicos, médicos, escritores, inventores...etc. Todos destacan por esas cualidades que realizan, y al mismo tiempo les aportan grandes beneficios. Pero, ¿de dónde le vienen esas cualidades? ¿Por méritos propios?

Esa es la tarea que cada uno debe descubrir, y poner todo lo recibido al servicio de su amo. Porque si se constituye en su propio amo, cuando venga el Dueño de esos talentos concedidos puede encontrarlo usándolos mal. 

Debemos estar preparados para que no nos sorprenda la venida del Dueño de la Casa. Debemos ponernos en marcha ahora, aprovechar el tiempo, porque si somos sorprendidos usando mal esos talentos, mala va a ser nuestra suerte. El mundo depende de cada uno de nosotros, sí, de ti y de mí, y de lo que cada uno hagamos con los dones recibidos.

Quizás, SEÑOR, yo no haya recibido mucho, y mi faena
puede ser la de aceptarme como tal. No desear
las cualidades y riquezas de otros puede
ser la administración que TÚ me
encargas en mi vida.

Quizás, SEÑOR, sea una enfermedad o una vida donde
el sufrimiento tenga fuerte presencia, y me 
cueste mucho aceptarlo. ¿Puede se
esa mi tarea?

Dame, DIOS mío, la sabiduría, la fortaleza de discernir
lo que TÚ quieres de mí, y la luz de poder
cumplir con tu Voluntad, para que
cuando me visites, todo
esté como TÚ deseas. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
A, 19 de octubre de 2011






Lucas 10,1-9

Hay una dimensión especifica, por decirlo de alguna forma apostólica, consagrada al ministerio de la Palabra y de la predicación. Eso pienso que está claro, pero todos, por nuestro compromiso Bautismal quedamos configurados, por obra del ESPÍRITU SANTO, en sacerdotes, profetas y reyes.

Posiblemente no estemos llamados a una vida consagrada a la predicación, pero, donde quieras que estés, si eres de XTO.JESÚS, transmitirás a XTO.JESÚS. Si vives en ÉL, todos tus actos serán reflejos de ÉL, y, en consecuencia, todo tu ser transmitirá y  será el reflejo de su amor. No vaya a ser que habiendo predicados a otros, yo vaya a ser reprobado.

Desde ahí, ¡ay de mí si no evangelizo!, porque ser significa contagiar, transparentar, infectar de la vida de la Gracia, de la Vida de XTO. que vive en mí, como diría Pablo muchas veces. Por eso, fuera alforjas, bolsas, sandalias...etc., nada hace falta, sólo DIOS basta. Porque cuando nuestro corazón reboza de XTO., nuestra vida y nuestra boca lo transparenta y transmite.

Revísteme, SEÑOR, de tu Bondad, para
que todos los actos de este día
sean reflejos de los tuyos,
y no míos. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 18 de octubre de 2011






Lucas 12, 13-21

Esa es la pregunta del millón, ¿ a dónde me dirijo con tanta riqueza, con tanto poder, con tanta fama y placeres? Porque si todo eso desemboca en, dentro de x años, la muerte eterna, he perdido el tiempo de la forma más inútil. De nada vale atesorar riquezas, de todo tipo, en este mundo si con ello no conseguimos alcanzar lo que anhelo dentro de mi corazón.

Las riquezas y poderes de este mundo no garantizan la vida. Incluso, nos hacemos los mejores seguros para garantizar nuestras riquezas, pero nuestra vida no tiene ningún seguro. En el Evangelio de hoy, JESÚS, nos cuenta una parábola que nos deja muy claro nuestra propia situación. Las riquezas no son garantía de nada.

Sin embargo, hay un Seguro Total que nos garantiza la plena felicidad y la vida eterna. La Palabra de JESÚS, Palabra de Vida Eterna, nos lo promete de parte de su PADRE DIOS. JESÚS ha venido a decirnos que si hacemos la Voluntad del PADRE alcanzaremos la Vida Eterna.

Y es un Seguro gratuito, pero no por eso barato. Cuesta el entregarnos a la Voluntad del PADRE y, como María, nuestra Madre, cumplirla en humildad y sencillez. Pero no vamos solos, nos acompaña el ESPÍRITU SANTO, que nos ayudará a poder cumplirla. 

La oferta está hecha y garantizada por la Muerte y Resurrección de JESÚS. Ahora sólo falta que cada uno de nosotros la coja y la haga suya en ÉL.

PADRE, no permitas que, por nuestras flaquezas y miserias
nos alejemos de TI. Queremos seguirte y cumplir tu
Voluntad, pero nos cuesta y se nos hace difícil
cumplir tu Voluntad.

Danos la confianza de sabernos asistido por el ESPÍRITU
SANTO, y con ÉL sentir la seguridad de poder
llegar a TI. Unidos en TI podemos 
darnos el apoyo que
necesitamos para alcanzarte. Amén.







Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 17 de octubre de 2011





 Mt 22,15-21

Cada cosa tiene su lugar y su tiempo, y nuestros compromisos y deberes también. Al Cesar lo que es del Cesar, y a DIOS lo que es de DIOS. Es la respuesta que no esperaban y que les dejó sin replica. Porque DIOS está por encima de todo, y todo poder viene de arriba.

Todo lo material tiene su precio, pero el amor de un padre y una madre es impagable. Más, infinitamente más el Amor de DIOS, del cual hemos recibido todo lo que tenemos. Y por ese Amor estamos obligados a discernir y a establecer justicia y dar a cada uno lo suyo sin menosprecio ni injusticia.

Por eso, JESÚS, sin pretender presentarse como un agitador político, si pone las cosas en su lugar. Y la Iglesia sigue sus pasos. Pretender excluir a la Iglesia de proclamar y defender las injusticias y marginaciones sobre los más pobres, los más limitados, los nacidos en el vientre de sus madres, los sin voz...etc., es pretender acallar la voz de JESÚS que nos interpela y nos delata.

La Iglesia no puede permanecer al margen de denunciar y luchar por establecer el Reino de DIOS en este mundo. Un Reino de justicia, de amor y de paz, donde cada hijo de DIOS tenga la herencia de su PADRE.

Pidamos la fuerza y la luz necesaria para desprendernos
de nuestros egoísmos y poner al servicio de los 
demás todos los talentos y bienes 
recibidos. Amén.



Un fuerte abarzo en XTO.JESÚS.


A, 16 de octubre de 2011






Mateo 11, 25-30


Los niños son los que se dejan guiar. Tomados de la mano de sus padres van seguros y contentos. Por eso es fácil engañarlos y muchos son asidos en la mentira y maltratados. Necesitan un buen Pastor para ser conducidos por caminos de salvación.

Hoy somos invitados a permanecer como niños, no en un infantilismo ingenuo y precoz, sino en una docilidad de aquellos que siendo maduros y responsables saben dejarse llevar por Aquel que les guía por el verdadero Camino, Verdad y Vida.

Porque sólo los niños son los que están prestos a oír, escuchar y cumplir la Palabra del PADRE. Prestos a ser humildes y sencillo, pues siendo niños ya lo son, y, en consecuencia, abiertos a la Palabra del PADRE que los acoge, los enseña a ser manos y humildes y los guía.

Enseñanos, SEÑOR, a cargar con tu yugo y
a aprender de TI, porque sólo TÚ
eres manso y humilde de
corazón.

Guíanos por el camino de la humildad y
mansedumbre porque sólo así,
tu yugo, será suave, y,
tu carga, ligera. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 15 de octubre de 2011






Lucas 12,1-7
Cada día trae sus propias preocupaciones. Unas veces son alegres, pero otras son molestas y nos complican nuestro cotidiano vivir. Hasta el punto de preocuparnos y sacarnos de nosotros mismos. Son momentos difíciles de controlar y que pueden traer graves consecuencias.

Y sin embargo, la mayoría, son tonterías que tienen soluciones, pero que nos sacan de nuestra acostumbrada situación de sentirnos gratamente instalados, y eso nos fastidia. Todo, decimos, en la vida tiene solución, menos la muerte. Porque cuando la muerte llega, nada se puede hacer, y todo está decidido.

Por eso, la Palabra de DIOS nos dice hoy que debemos tener mucho cuidado con aquellos, no los que matan el cuerpo, sino el alma, porque lo importante no son las cosas materiales ni las de aquí abajo, esas siempre tienen alguna solución o esperanza, pero tras la muerte física, lo importante es estar limpio de todo aquello que me invita a rechazar a DIOS.

El pecado es la elección de la muerte para siempre, sin embargo, la vida es la esperanza de que mientras vivimos podemos reparar nuestra amistad con DIOS. Y el modo de hacerlo es tratar de vivir en la Luz, en la Verdad y en todo momento, ya sea en la oscuridad cuando nadie nos ve, o en pleno día cuando todos nos miran.

Pidamos al SEÑOR que nos de la alegría de compartir
siempre la verdad. Ya sea cuando estoy sólo
frente a mí, o cuando estoy delante de
mis hermanos. Esta será la señal
de que, a la hora de nuestra
muerte, nuestra alma
estará limpia y
preparada
para 
esperar en el SEÑOR.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 14 de octubre de 2011






Lucas 11,47-54

Cuando nos dicen algo en lo que fallamos, y fallamos en muchas cosas, nos ponemos incómodos y nos cuesta digerir la corrección. En muchos casos preferimos no oír tal verdad o quitarnos delante a quien nos lo dice.

Así ha ocurrido con todos los profetas y apóstoles de la Verdad, que en nombre de DIOS han profetizado su plan de salvación para todos los hombres. Han sido perseguidos y muchos muertos en la proclamación de la Palabra. Porque una característica de la profecía es su incomodidad. El don resulta molesto para quien lo recibe, pues le escuece internamente y es incómodo para su entorno.

Hoy, gracias a Internet, podemos desde aquí lanzar y proclamar la Palabra del SEÑOR, y divulgarla a todo el mundo. Pero debe ser una Palabra, primero asumida y vivida, y después proclamada. Porque la Palabra es viva y actual. No siendo así, se convierte en una palabra muerta y vacía.

Y es una Palabra que llega a todos y para todos. Sin exclusiones ni privilegios. Es una Palabra que ilumina y forma, y se adentra en nuestros corazones para darnos la sabiduría de, asistidos en el ESPÍRITU SANTO, entender y vivir lo oído con nuestro compromiso y respuestas. Y en lucha fraternal contra todos aquellos que optan por callarla, por evitarla y esconderla para que no sea notada, escuchada, conocida y, por lo tanto, no vivida.

Pidamos al ESPÍRITU SANTO la fuerza, la luz y la
capacidad de estar dispuestos, disponibles,
prestos y atentos a acoger la Palabra
y, vaciada en nuestro corazón,
derramarla con nuestra
vida, testimonio y
palabra en
los demás. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 13 de octubre de 2011






 Basílica De la Virgen del Pilar (Lucas 11,27-28)
Sí, somos afortunados, dichosos y bienaventurados los que, como María, la Madre de DIOS, se esfuerzan en hacer vida en sus vidas la Palabra de DIOS. Nuestra Madre es ejemplo de eso, porque Ella no sólo sometió su vida a la Voluntad del PADRE sino que con humilde obediencia guardaba todas estas cosas que la podían turbar en su humilde y sencillo corazón.

María, nuestra Madre por la Gracia de DIOS, es ejemplo de callada paciencia y plena confianza en la Voluntad del PADRE. Desde su "Hágase" dejó llevar su vida por los caminos que el ESPÍRITU la guiaba y con plena confianza sometía su voluntad a la del SEÑOR.

Hoy, JESÚS nos dice que, como su Madre, dichosos aquellos que se extreman en cumplir los mandatos del SEÑOR. Dichosos aquellos que se esfuerzan en amar al estilo de JESÚS, porque la vida de María es vida compartida por amor fiel y obediente en su HIJO JESÚS.

Dichosos nosotros cuando el camino se nos ponga difícil, cuando nuestros apegos y egoísmos nos inclinen a una lucha sin cuartel que nos exija esfuerzo y renuncia. ¡Dichosos!, porque son esos momentos cuando más cerca de la eternidad estamos.

Madre Santísima, Madre de DIOS, tú que fuiste la primera
que dijiste "SÍ" a la Voluntad del PADRE, y por tu SÍ
toda la humanidad ha sido redimida, despierta
en todos tus hijos la fe dormida de
no darnos cuenta que seguir
a JESÚS es cumplir
su voluntad. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 12 de octubre de 2011






Lucas 11,37-41
Y es que otra cosa no tiene sentido. De nada vale llevar lo exterior impecable si lo que tiene que estarlo, lo de dentro, no va limpio. En otras palabras diríamos, de nada sirve aparentar si luego esa apariencia no se corresponde con la verdad.

Y esto es lo que nos dice la Palabra hoy en el Evangelio correspondiente. El cumplimiento y la norma obedecen más a un rito y costumbre que a una verdad, porque la verdad no necesita de normas ni de cumplimientos. Lo que es, siempre es y nunca cambia, mientras que la norma puede ser hoy y mañana no ser.

Por eso, nuestras leyes, que ahora son, pero mañana pueden ser otras, tienen que estar supeditadas a la Ley Natural, la Ley de las virtudes y los valores que dignifican al hombre y le hacen precisamente hombre. 

Porque la esencia de la vida y, por supuesto, del hombre es el amor. Ser persona significa estar llamado a la relación, y la relación no se entiende sin la comunicación. Comunicarse implica entenderse hasta la unión. Y sin el amor no hay unión. Y amar significa estar por encima de toda norma y cumplimiento. Significa estar abierto a la verdad del otro y, por amor, a su servicio. Lo demás, si no estorba, está bien, pero pasa a un segundo plano.

Te pido luz para discernir, DIOS mío, lo necesario e
imprescindible, de lo accesorio y normativo,
pues sólo una cosa es vital y
necesaria: "El amor". Amén.
Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
 A, once de octubre de 2011





Lucas 11, 29-32

Después de haber visto, de que suceda lo que todos queramos, no hace falta tener fe pues ya vemos y lo comprobamos por nosotros mismos. La fe implica tener confianza y fiarse de Aquel que nos habla y nos proclama la Buena Noticia.

Por eso, la Palabra de DIOS, hoy nos dice que esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra señal que la señal de Jonás. Porque, así como Jonás fue una señal para los ninivitas, así lo será el HIJO del Hombre para esta generación. 

Nos resistimos a creer si no lo vemos antes. Incluso, viéndolo, tendremos nuestra propia resistencias, pues razones para creer hay muchas. Son malvadas excusas para justificar nuestra sin razón y para mirar para otro lado. Ya nos lo advierte JESÚS en la parábola del rico Epulón: "Aunque viniese alguien que haya muerto, tampoco creerían".

¿Habría alguna voluntad de creer, por nuestra parte, caso de verlo delante de nuestros propios ojos? Parece que no, pues negamos la evidencia y tachamos, aún sin explicaciones que lo justifiquen, pruebas y testimonios reales de su SER. JESÚS ha Resucitado más estamos predispuestos a creer más a una palabra hueca y sin fundamento de los hombres, que al HIJO de DIOS.

Te pido, SEÑOR, la sabiduría de creer sin más,
de dejarme llevar por tu Palabra,
porque TÚ tienes Palabra
de Vida Eterna
y de ella
me fío. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
A, 10 de  octubre de 2011








 Mt 22, 1-14

No cesa el SEÑOR de recordarnos la invitación de su PADRE. Estamos invitados, y cada día, nos espera en la Eucaristía. A pesar de tanta insistencia no es correspondido, hay muchas negativas, indiferencias y rechazos. Unos ni esperan la invitación, otros acuden a sus propios intereses y finalmente los más osados persiguen y matan a sus invitados.

Sin embargo, no sólo se trata de ser invitados y de estar en el convite. Se necesita llevar el traje adecuado, el necesario para ser admitido con dignidad, porque la tarjeta de boda lleva el sello del amor y con el amor hay que llenarse para poder ser admitido en el banquete.

Por eso, quizás, nos cuesta mucho vestirnos con esa clase de traje, porque lo que da sentido a nuestra invitación a la vida del banquete eterno es precisamente el amor. El amor de perdernos en nuestro propio olvido y recordar el preocuparnos por los demás. Esa tarjeta de visita nos permitirá vestirnos con el traje adecuado para ser admitidos en el banquete.

Haz, SEÑOR, que sea capaz de vestirme con
el traje del amor, e investido de él
darme y entregarme en él al
servicio de la verdad
y la justicia. Amén.






Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, nueve de octubre de 2011






 Lc 11, 27-28

Porque no hay otra dicha mayor que creer en la Vida Eterna y la felicidad Infinita. Y eso sólo se tiene si se cree en TI. Porque somos señalados como Bienaventurados y dichosos todos aquellos que creyendo en TI, guardan y cumplen tu Palabra.

Porque guardando y cumpliendo tu Palabra nos sentimos dichosos y felices a pesar de las contrariedades y contratiempos que padecemos en el cumplimiento. JESÚS no se cansa, y lo hace muchas veces, de repetirnos bienaventurados y dichosos... porque ÉL lo que quiere es eso, que seamos felices, dichosos, afortunados...

Somos bienaventurados cuando vivimos en la pobreza, en la humildad, en el servicio, en la compasión y misericordia; en la sencillez y en el hambre y sed de justicia y creemos y le seguimos sin haberle visto. Y bienaventurados y dichosos ahora, ya, en estos momentos que escribo esta reflexión, porque son estos y no otros, riquezas ni poder, éxito fácil, prestigio, fama... lo que nos dará felicidad.

Sólo el amor pobre y humilde del que todo lo espera en ÉL, con ÉL y por ÉL es la Fuente que nos da de beber la felicidad que ansiamos y buscamos. Es la felicidad que nace de la propia esencia de la vida, "el amor", y que nos hace vivir ya, desde aquí, en la esperanza de ser eternos

Gracias, SEÑOR, por estas Palabras de aliento, de dicha
y de felicidad que dedicas a tu Madre María.
Gracias, SEÑOR, porque lo importante no 
es tanto el privilegio de conocerte
sino la gracia de cumplir y
guardar tu Palabra. Amen.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, ocho de octubre de 201






Lucas 11,15-26
Nadie, a sabiendas, va a tirar piedras sobre su mismo tejado. Nadie va a favorecer lo que realmente quiere evitar. Acusan a JESÚS de expulsar demonios en nombre de Beelzebul, cuando realmente JESÚS lo hace por el dedo de DIOS.

La soberbia y ceguera de no encontrar razones ni justificaciones por las que puedan acusarle enciende en ellos la ira de la venganza y de la sin razón. No soportan el poder que testimonia el HIJO de DIOS y todos se vuelven contra ÉL.

 Los que no están conmigo, están contra MÍ, y el que no recoge conmigo desparrama.Sucede con aquellos que sólo ven por sus intereses y sus ideología, y no aprecian la verdad de la bondad que tienen delante. Así las cosas se enfrentan en confrontaciones que generan insultos y agresividad hasta el punto de matar.

Es entonces cuando el fuerte acaba con el débil y cuando el poder acusa al que es frágil y no tiene defensa. En este clima es fácil justificar cualquier atentado contra las personas, incluso, los asesinatos, si el muerto no es de los nuestros. Muchas personas sufren hoy estas confrontaciones y enfrentamientos de intolerancia y rechazo mutuo que se respira en muchos ambientes políticos e instituciones públicas.

Entre todos hemos de crear unas condiciones y un clima de tolerancia, respeto mutuo y confrontación leal en el que sea posible ir encontrando caminos de diálogo. Y los cristianos, lejos de endurecer y sacralizar falsamente nuestras posiciones manipulando a Dios e identificándolo con nuestras propias posturas, hemos de seguir a este Jesús que —cuando sus discípulos pretendían que impidiera que otros expulsaran demonios en nombre de Él— los corrigió diciéndoles: «No se lo impidáis. Quien no está contra vosotros, está con vosotros» (Lc 9,50). Pues, «todo el coro innumerable de pastores se reduce al cuerpo de un solo Pastor» (San Agustín) (Del comentario de Josep Pausas ¡ Mas).

SEÑOR JESÚS, sólo TÚ tienes Palabra de 
Vida Eterna. Y esa Palabra quiero
hacerla vida en mí. Dame
la Luz que necesito para 
siempre estar dispuesto
a oírla y escucharla. amén. 



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, siete de octubre de 2011






Lucas 11, 5-13
La promesa está hecha y hoy, en su Palabra, nos la recuerda de nuevo. "Pidan y recibirán", porque sólo aquel que pide recibirá. Sin embargo, lo verdaderamente importante es saber que necesito y que debo pedir. porque caemos en el peligro de desear y, por lo tanto, pedir muchas cosas que aunque aparentemente deseamos, no son lo que verdaderamente necesitamos.

Vivimos cargados de muchas cosas que no son necesarias para vivir. Es más, nos complican la vida. Acaban, hace un momento, de interrumpirme para ofrecerme, movistar, una oferta sobre alquiler de películas. Se trata de consumir y de gastar el tiempo mal llamado libre en no pensar sino distraerme. ¿Cuando y cómo voy a pensar en mí, en darme cuenta que existo y en conocerme? ¿Acaso sé quién soy, de dónde vengo y a dónde voy?
Porque, sabido de dónde vengo y quién soy, podré conocer donde iré y que necesito para llegar. Por eso, es realmente necesario conocer que necesito y a Quien le puedo pedir eso que realmente necesito. Y, recordando a san Francisco de Borja, celebrado el pasado lunes, coincido con él que no vale la pena servir a señores o cosas que son caducas, que mueren y terminan. Sólo vale la pena servir a Quien nunca muere. Es a ESE a quien se le puede pedir precisamente esa vida eterna, nuestro mayor tesoro.

Enseñame, SEÑOR, a distinguir y saber qué cosas
son fundamentales en mi vida. Dame la 
 sabiduría de conocer lo que viene
de TI, y lo que es del mundo.

Porque lo del mundo es caduco y temporal,
pero lo que procede de TI, SEÑOR,
es eterno y nunca pasa. Es
lo que buscamos y 
deseamos. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, seis de octubre de 2011






Lucas 11,1-4

Cuestión de familiaridad, pues JESÚS nos enseña que orar es hablar con tu PADRE de las cosas que necesitas y te suceden; de las cosas que te preocupan y no sabes como enfrentarte a ellas; de las cosas que te intimidan y te avergüenzas... Es hablar y hablar en la confianza de ser escuchado.

Pero ocurre que cuando hemos terminado, en la mayoría de los casos, no esperamos a que hable el PADRE. Pedimos y pedimos, pero ya no estamos cuando el PADRE nos responde.

Orar es ponerme en situación de hijo frente al PADRE, y desde ahí pedirle su consejo, su dirección, su aliento, su fortaleza, su paciencia, su misericordia, su perdón... Observamos que debemos tener una actitud de niño, porque sólo así hablan los niños. Cuando sacamos nuestro corazón de hombre maduro, que lo sabe todo, que expone sus argumentos, sus conocimientos y experiencias y... todo se hecha a perder. La soberbia y el orgullo estropean el diálogo con el PADRE.

Ser como niños, como nos aconseja JESÚS, es la mejor forma de presentarme ante el PADRE y hablar con ÉL. Pero hablar desde lo más profundo de mi corazón, confiado que el PADRE está en el Cielo, que quiero y santifico su Nombre. Que abro mi corazón a su Reino esforzándome en hacer su Voluntad.

Que me conformo con lo que necesito para vivir, que mi corazón lo quiero para ÉL y no llenarlo de cosas caducas de este mundo. Que, igual que ÉL me perdona, yo quiero también, con su ayuda, esforzarme en perdonar a los que me ofenden. Que soy débil y frágil y necesito su protección para no caer en los peligros de este mundo. Por eso, PADRE, te pido que me libres del mal.

Sé, PADRE, que hablo y digo, pero hago lo que
no quiero hacer. Pablo ya lo decía.
Quiero, por todo ello, pedirte
perdón y abrir mi corazón
para, en tu presencia 
hacer tu Voluntad. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
A, cinco de octubre de 2011






Lucas 10,38-42
Anhelamos muchas cosas y luchamos denodadamente por ellas, sin tregua y sin desfallecer. Pasamos una gran parte de nuestra vida ocupados en esos menesteres, sin embargo, JESÚS nos dice hoy que sólo una cosa es necesaria: "Escuchar la Palabra de DIOS y hacerla vida de tu vida".

Nuestro corazón necesita despojarse de muchas cosas que lo ocupan y lo entretienen. Hay muchas cosas que nos desvían del verdadero camino, y afanados en ellas perdemos lo más importante: "Llenar nuestro corazón de DIOS". ÉL es lo Único necesario y sólo ÉL basta. Todo lo demás, nuestro PADRE del Cielo nos lo procurará según lo necesitemos.

Eso no significa que no tengamos que ganarnos el pan de cada día, pero sin olvidar ni dejar que nuestra principal ocupación es llenar nuestro corazón del Amor de DIOS. Del Amor de DIOS para, llenos de ÉL, darlo a los demás. Nos perdemos en un activismo laboral o consumista que nos absorbe y desvía en un hacer sin ser. Y lo importante es ser, estar en la presencia de DIOS y, en consecuencia, se hará, porque lo que se es termina en verse y testimoniarse.

SEÑOR, que mi corazón siendo el de Marta, no deje
de mirarte y escucharte como el de María.
Danos la paz, sabiduría y constancia
en perseverar sin dejar de
tener nuestro oído
a la escucha de tu Palabra. Amén.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, cuatro de octubre de 2011






Lucas 10,25-37.

Experimentamos el amor de los padres en los hijos. Muchas renuncias para que sus hijos puedan encontrarse feliz. Muchas renuncias a cambio de nada, muchas renuncias aún sabiendo que la respuesta puede ser vacía, de rechazo, de ofensa o indiferencia. Pero, a pesar de todo, el amor de unos padres siempre está ahí.

Sí, eso es así, nace de lo más profundo de nuestras entrañas. ¿Cómo puede ser el amor de DIOS? DIOS nos ha creado y nos ha donado la vida, y el que dona sólo lo hace por amor. Es ÉL quien nos ama primero y mucho más que nosotros. Es ÉL quien necesita de nosotros porque formamos parte de ÉL, somos causa de su gran Amor. Por eso espera nuestra respuesta libre y voluntaria, nos ha hecho libre para eso, y, pacientemente, aguarda nuestra correspondencia de amor.

JESÚS es el novio enviado por el PADRE que espera nuestra respuesta, y una respuesta de amor sólo puede ser pagada con amor. Pero para ello necesitamos que el fuego de nuestro amor este bien alimentado y la lámpara contenga el aceite necesario. No somos nosotros los que amamos sino los amados y, por eso, necesitamos responder, eso sí, a ese amor.

Y nuestra respuesta está contenida y clarificada en esa parábola del samaritano. Si yo soy causa del Amor Paciente que me espera y solicita a pesar de mis rechazos e indiferencias, lo lógico y normal que a ese amor responda porque, ese amor, habita dentro de mí y tiende a salir. Se nota cuando experimento que amo, nace en mí una fuente de paz y bienestar.

Que sepa entender, DIOS mío, que no tengo que amarte
sino corresponder al amor que TÚ me has tenido
siempre. Porque desde el principio has 
pensado en mí y me has regalado
la existencia.

Y esperas que ese regalo sea para siempre, porque así
me amas TÚ. ¡Oh, SEÑOR!, Dame la sabiduría
de empeñarme en amarte y de dejarme
conducir por tu ESPÍRITU para 
encontrarte en los hermanos. Amén.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, tres de octubre de 2011






 Mt 21, 33-43

Podría ser una película, y realmente lo es, pero la película de nuestra vida. Hemos recibido todo lo que tenemos, empezando por la vida, y rechazamos al Autor que nos ha dado todo lo que somos y tenemos.

No hay desgarro, dolor, sufrimiento más grande que ver cómo un amor incondicional, puro, desinteresado y sacrificado, no se ve correspondido; se da de bruces con el desengaño. Este es nuestro drama, el darma diario de muchas familias que se ven enfrentadas por la ambición de tener lo que le pertenece al otro. El egoísmo de no aceptar ni aceptarse ante el otro, y querer usurpar sus bienes y cualidades.

Es el drama de los hijos que rechazan a sus padres. Es el drama del hombre que rechaza y desconoce a su PADRE DIOS y se autoengaña creyéndose dueño de lo recibido de su PADRE.

PADRE nuestro, enciende nuestras mentes para
que iluminados por tu Palabra, seamos
capaces de darnos cuenta que
todo lo que tenemos
es por tu Gracia
y Misericordia. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, dos de octubre de 2011






(Lc 10,17-24): En aquel tiempo,
No es lo principal hacer muchas cosas, pues si el SEÑOR quisiera todo sería al momento y desde el principio. ÉL ha hecho las cosas así y ha querido depender de nosotros según utilicemos nuestra libertad, también regalo de ÉL, porque sí, y sólo ÉL lo sabe. Ni podemos entenderlo ni nuestro sentido común puede llegar ahí.
Debemos hacer y responder según tengamos y podamos, eso sí, sin excluirnos ni apartarnos buscando la comodidad y el bienestar ante la solidaridad y el amor. Pero no por esto, nos dice JESÚS, debemos estar contentos y felices, sino porque nuestros nombres están inscritos en el cielo. Todo es y será para Gloria de DIOS.

Muchas veces nos alegramos de nuestras respuestas y hechos, pero, al margen de que sea natural alegrarnos, no debemos perder de vista que todo, como Juan el Bautista, es para Gloria de DIOS PADRE. Es ÉL el que crece mientras nosotros menguamos, pues todo lo que tenemos y hacemos lo hemos recibido por su gran Misericordia y Amor.

Que tenga siempre en cuenta que detrás de
cualquier pequeño éxito personal, 
estás siempre TÚ, mi DIOS y
SEÑOR. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, uno de octubre de 2011








Lucas 10, 13-16

Parece paradójico, pero ocurre que a muchos se les ha concedido la gracia de ver y oír muchos gestos y palabras, pero no responden con sus vidas a lo oído. Ocurre que hay, entre las cuales me pregunto a mí mismo, muchas personas que estando dentro de la Iglesia o de familias religiosas, no responden a la llamada vocacional de conversión que de ellos se espera.

JESÚS nos dice hoy lo acontecido con en Corazín, Betsaida y Cafarnaúm, ciudades donde predicó mucho y donde realizó muchos milagros, pero no por eso se convirtieron. Sin embargo, en otras ciudades como Tiro y Sidón, con menos presencia de su Palabra y Persona, fue mejor acogida su Palabra.

Por eso, en el juicio habrá menos rigor para unos que para otros. Todo está en proporción a lo recibido. A quien mucho se le ha dado, mucho también se le exigirá. Y a quien poco, poco. 

Esta Palabra de hoy nos puede ayudar a reflexionar, al menos a mí, sobre la responsabilidad que tenemos aquellos que más cerca nos sentimos. No por eso somos mejores, sino por nuestro humilde empeño de vivir su Palabra y acompañarla de vivencias llenas de amor. Mirar para otro lado, o aparentar otras apariencias son sólo autoengaños que nos condenan.

Haz, SEÑOR, que mi vida sea un empeño
por reflejar tu Palabra, pero no sólo
de boca, sino también 
de vida. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 30 de septiembre de 2011







Muchos han creído a lo largo de toda la historia. Creyó Abrahan, Isaac, Jacob... María, José... Pedro, Santiago, Juan... el Centurión, el buen ladrón y muchos y muchos... Pero esa fe, regalo de DIOS, hay que buscarla y dejarse empapar de ella como si de niños que creen todo lo que sus padres les dicen.
Hablar de que Natanael creyó porque JESÚS le adivinó que poco antes estaba sentado debajo de la higuera, es hablar de muchas cosas que nos dicen y que no podemos rebatir y sentimos como verdaderas, pero no por eso creemos. Hablar de que la Ley Natural que habita en nuestro corazón coincide con la que JESÚS proclama con su Palabra, es como decirnos que sabe como somos, qué pensamos y qué queremos, pero no por eso creemos.

Sin embargo muchos si que han creídos. Y el apóstol Natanael, más tarde, San Bartolomé, creyó desde el primer momento cuando JESÚS le dijo que le conocía. También a nosotros, a cada uno de nosotros, JESÚS, nos conoces y nos llama y nos adivina que queremos y que buscamos. Sabemos, aunque miremos para otro lado, que lo que buscamos sólo ÉL nos lo puede dar.

SEÑOR, TÚ, sólo TÚ tienes Palabra de Vida
Eterna. ¿A quién iré? Sólo en TI podré
encontrar lo que busco y deseo.

Dame, SEÑOR, esa felicidad eterna que 
persigo y que sólo encontraré
cuando llegue a TI. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 29 de septiembre de 2011







Detrás de un seguimiento hay un cambio. Indudablemente, cuando caminas por la vida y, de repente, algo o Alguien te llama la atención, lo primero, te paras, e inmediatamente empiezas otro camino detrás de aquello o Aquel que ha llamado tu atención.

Luego, experimentas que ese seguimiento comporta sacrificios y dificultades, y se te hace difícil seguir sus pasos. Todavía más cuando descubres que no hay morada estable ni donde apoyar tu inquieta y cansada cabeza. La travesía se hace dura y fatigosa. 

Nuestro corazón, endurecido por el pecado, está oscuro, nublado y no ve el horizonte que realmente buscamos. La Ley natural y los Mandamientos impreso en nuestros corazones, están escondidos y ocultos por nuestras limitaciones, cegueras y caídas. Son las consecuencias del pecado. Se hace que muy difícil el camino de seguimiento. Lo percibimos y experimentamos.

Pero, el Amor del PADRE, que entrega a su HIJO a una Muerte de Cruz por Amor, nos redime y por sus méritos se hace la luz en nuestros corazones. Lo oscurecido por el pecado se torna ahora claro, iluminado y despejado. Volvemos a percibir en nuestro corazón la impronta de la Ley Natural y el Decálogo. Pero con un importante matiz, es JESÚS quien ha vuelto a escribirlo en nuestros corazones. La Plenitud de la Salvación.

Y ahora con una salvedad, podemos seguirle porque no vamos solos. Nos acompaña el ESPÍRITU SANTO, que nos asiste y nos fortalece para poder llevar a cabo ese seguimiento imposible en otras circunstancias. Es la Vida de la Gracia, ganada por JESÚS para nosotros por la Misericordia del PADRE, que nos hace posible que podamos seguirle.

El camino es angosto y duro, pero si TÚ, SEÑOR,
me llamas a recorrerlo, no debo tener
miedo. Sé que contigo puedo
hacerlo. 

Sí, siento dudas, miedo y flaquezas, pero te
tengo cerca. Te has quedado en la 
Eucaristía, y allí puedo
verte y hablarte.

Y te digo, JESÚS, que quiero seguirte
a pesar de mi debilidad. Que
se me empina el camino,
pero confío que con
tu asistencia
podré seguir tus pasos. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 28 de septiembre de 2011






Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción...
En muchas ocasiones, como la que hoy nos habla el Evangelio, sentimos enormes deseos de devolver con la misma moneda que nos pagan. Nos ha ocurrido muchas veces, y ocurre en muchas situaciones, sobre todo en grupos y comunidades donde somos inclinados a buscar nuestro propio ego.

Nos descubrimos buscándonos a nosotros mismos e inquietos en alcanzar mayores cotas. Puede ser en estos de los blogs, y me señalo a mí mismo. Quizás, y sin quizás, buscamos más seguidores, mayor poder de influencia... Buscamos se el centro de atención de otros. Ser visitado frecuentemente y numerosamente, y recibir halagos y ser admirados.

Sí, decimos que todo eso lo hacemos por llevar a JESÚS a otros, pero, sin darnos cuenta, nos autoengañamos, traicionamos nuestra conciencia y hacemos, como decía Pablo, lo que no queremos. Porque un acto de traición es dejar de hacer lo que pensamos que debemos hacer. Y, casi siempre, sentimos que debemos negarnos, pero buscamos engrandecernos. Nunca queremos ser de los últimos. Siempre buscamos ser de la partida de los primeros.

Y JESÚS nos dice que los primeros serán los últimos. Y lo creemos y lo intentamos, pero percibimos que difícilmente podremos lograrlo sin su concurso. Sólo en ÉL podemos liberarnos de todas esas ataduras que nos esclavizan y nos hacen egoístas. Por eso, hoy, JESÚS, nos llama a que nosotros sepamos también aprovechar las correcciones, las contrariedades, sufrimientos, fracasos, limitaciones, para comenzar y recomenzar.

SEÑOR, que asuma, al despertar de cada día
la tarea de volver a empezar. De
olvidar lo pasado del día
acabado, y comenzar
un nuevo día.

Comenzar en tu presencia, junto a TI, para
ver todo con ojos llenos de paz, de
ternura, de esperanza y de
amor, y sepa cuando 
todo se vuelva
negro, mirarte a TI. Amén.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 27 de septiembre de 2011






No es el esfuerzo, ni las ansías de ser reconocido, apreciado, considerado importante, ni tampoco el poder ni las riquezas lo que te hará llegar a los primeros puestos, pues detrás del aparente logro se esconde envidias, deseos de zancadillas y ansías de usurpar tu puesto.
La medida para ser de los primeros pasa por lo sencillo y lo humilde. Características que se encarnan en los más pequeños, los niños. JESÚS, conocedor de esto, hace el gesto, antes de hablar, de colocar a un niño delante de sus discípulos y llamarles a la atención de esforzarse en ser como niños. Porque son los niños transparentes, sin malicias nacidas del corazón, sencillos y humildes, porque se reconocen frágiles y débiles, necesitados de la seguridad y protección de un padre bueno.
Y observamos que, guardando la sencillez y la humildad, somos más aceptados, reconocidos, admirados y tenidos en cuenta, porque sólo buscando el bien de los demás buscamos nuestro propio bien. Es la paradoja de quien más da más recibe.

Sólo pido, SEÑOR, que me des un corazón
sencillo y humilde, porque sólo de
esa forma puedo alcanzar
la meta de estar
entre tus elegido. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 26 de septiembre de 2011








Y falta de reflexión. La primera dificultad, nuestra comodidad y pereza, y, a continuación, nuestros egoísmos y vanidades son los obstáculos que nos salen al paso ante la respuesta a nuestro servicio solicitado. Y, esos nuestros apegos, nos ciegan sea quien sea quien nos solicite nuestra colaboración. Incluso, como es este caso, nuestro propio padre.

Hay una falta grave, muy grave, en cuanto se refiere al incumplimiento de nuestra palabra. No medimos lo que decimos y, al parecer, nos tiene sin cuidado. Ya nuestra palabra carece de valor. No nos importa mentir.

Pero, siempre hay momentos y oportunidad de rectificar. Sobre todo cuando, hecha la reflexión, nuestra conciencia natural nos alumbra el deber de corresponder con la llamada de nuestro padre. Es de ley natural responder con un sí, pero un sí que se concrete en la realización de la responsabilidad contraída. Porque el amor, impronta de nuestro ser, nos reclama corresponder a la llamada de Aquel del que todo lo hemos recibido.

PADRE mío, que nunca, al menos de forma consciente
deje de escucharte y responder a tus deseos. Sé 
que mis debilidades me lo ponen difícil,
pero también sé y quiero confiar
que tu Gracia y tu Fortaleza
me ayudaran a cumplirla. Amén.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 25 de septiembre de 2011







Del poder que impone tus caprichos, tus apegos, tus intereses, tus ambiciones, tus egoísmos y por los que sometes a los que se interponen en tus pasos. Del poder que se engendra en la soberbia y excluye la humildad; del poder del propio ego que sólo piensa en sí mismo y excluye a los demás. Del poder del desamor.

JESÚS, que viene por amor, y por amor entrega, según la Voluntad del PADRE, su vida en rescate de la de todos los hombres, intuye su hora y la presentación de su verdadera credencial, "el amor", y, en base a ello, anuncia a unos discípulos perplejos y temerosos el momento de su entrega sin resistencia por amor.

Es el amor la bandera que superará, a pesar de su aparente derrota, toda batalla y toda guerra, y vencerá el mal de los hombres. Los cristianos, 20 siglos y 11 años después, seguimos en la misma dirección. Seguir a JESÚS comportará el sacrificio, la flagelación, el rechazo, las risas y bofetadas, y en algunos, muchos, la muerte. 

Pero esa es la moneda que salda todas nuestras deudas, sumada a la de XTO.JESÚS, la que da valor a todas las demás, y la que tenemos que llevar siempre en la cartera de nuestro corazón para entregarla en caso de ser requerida por el impuesto del poder y la soberbia. Nuestra moneda estará siempre, al menos eso queremos, dispuesta a ser valorada en humildad y entregada por amor. No admite otras divisas ni contrapartidas. Por eso en muchos casos, o casi siempre, será despreciada y desvalorada. En este mundo, ciego y ensoberbecido, no descubren su valor, buscan ciegamente otros, caducos y finitos.

Sí, SEÑOR, no entendemos nada. Nos es difícil entender
tu muerte, tu entrega dócil, callada, serena, en
paz. TÚ que con sólo mover un dedo 
acabarías con todos. TÚ que
has demostrado ser
SEÑOR de la 
vida y muerte.

Pero creemos en TI. Sabemos que sólo TÚ tienes palabra
de vida eterna y sólo TÚ das sentido a nuestras
vidas. Esperamos, aún perplejos y sin
entender nada en TI, poque TÚ
eres nuestra esperanza
y salvación. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 24 de septiembre de 2011







Es la pregunta más difícil y dura de responder, porque dependiendo de lo que respondas te estás comprometiendo a vivir de acuerdo con esa respuesta. Claro, dando por sentado que eres una persona sensata, seria y responsable con lo que respondes y, por lo tanto, crees.

Eso no te exime de tus flaquezas, de tus fallos, de tus limitaciones y errores, que te harán caer en la trampa más de una vez. Que te harán cometer faltas y fallos con los que otros te señalaran y trataran de derrumbarte. Que te impedirán seguir a JESÚS, pero de cualquier modo, al final, depende de tu querer y voluntad, y todo lo que falte y tú no puedas, no te preocupes, lo pondrá el ESPÍRITU SANTO, enviado para asistirnos y ayudarnos en el camino de seguimiento a JESÚS.

Pedro, asistido por el ESPÍRITU SANTO, responde a JESÚS manifestándole su Divinidad y su Dignidad de ser la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. El HIJO de DIOS Vivo. Y JESÚS conscientes de nuestra incredulidad y de nuestras limitaciones para entenderlo les prohibe que lo digan, pues no lo van a entender. 

Necesitamos tiempo, necesitamos la Resurrección, necesitamos que la Gloria del SEÑOR sea manifestada y consumida para que, por su Mérito, nuestro rescate de salvación tenga lugar. Es, entonces, cuando la Buena Noticia será extendida, lanzada a los cuatro vientos para ser oída y, con la asistencia del ESPÍRITU SANTO, podamos entenderla.

DIOS mío, danos la sabiduría de poder entender
que, con tu Muerte y Resurrección,
has pagado nuestro rescate
y nuestra salvación. Amén.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚ.


A, 23 de septiembre de 2011






Herodes Antipas estaba...

Posiblemente a cada uno de nosotros nos pase lo mismo, estamos perplejos, porque ante la figura de JESÚS no puede uno reaccionar de otra forma. Perplejo ante su manera de actuar ante las personas que salen a su encuentro; perplejo porque no entendemos como se puede amar a aquel que no te ama y, es más, te odia o actúa como tal. Realmente, JESÚS es diferente y su estilo de vida y de actos no concuerdan con los criterios de este mundo.

Yo también me quedo perplejo, porque no entiendo cómo es posible que ante su Figura, hoy, después de 20 siglos y casi once años, muchos no entendamos que es lo que pasa. Porque hay gente que vuelven a la vida (puede ser mi experiencia), otros que sanan milagrosamente (Medjugorje, Lourdes, Fátima...etc) y muchas cosas más que nos sorprenden... Sin embargo, unos dicen que es Alguien importante pero nada más, otros creen que está muerto y se erigen ellos como su sucesor, otros se dicen ser ellos los enviados... pero tú y yo, ¿qué decimos?

Porque eso es lo importante. Yo sigo, con todas mis fuerzas, SEÑOR, creyendo en TI. Y aunque no sea dueño de mis sentimientos, y tenga las ataduras de mi pobre humanidad, me empeño fuertemente en creer en TI y proclamarte como el Único y Verdadero HIJO de DIOS, que con tu Muerte y Resurrección nos redime y nos rescata para la Gloria Eterna en presencia del PADRE.

SEÑOR JESÚS, TÚ eres el HIJO de DIOS Vivo,
la Segunda Persona de la Santísima
Trinidad. En el que has puesto
toda tu complacencia, y al
que has enviado a
pagar por
nuestro rescate. Amén.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 22 de septiembre de 2011






Al marchar Jesús de allí, vio a un hombre...
La raíz del problema está en que no vemos la profundidad hasta donde está hundida. Posiblemente, los unos tenga parte de culpa, pero los otros también. O, puede ocurrir, que unos no teniendo ninguna culpa o, mejor, no siendo parte del problema, tengan que admitir tenerlo para contentar a otros.

No necesitan médicos los fueras de culpa, los limpios de pecado, sino los pecadores. Son ellos los que tienen necesidad de médicos, pero también, mucha necesidad, de dejarse curar. Porque si no hay esa actitud no podrá darse las circunstancias del diálogo reparador y purificador. Y entre unos y otros, asumiendo su fragilidad, pueden encontrar la respuesta al perdón y la concordia.

Y eso pasó por la cabeza de Mateo. Al menos nos da ese testimonio de querer salir y responder a la llamada de JESÚS. Se supone que no se encontraba feliz con lo que hacía y que ansiaba liberarse. Y en JESÚS encuentra al Médico que le cura y le sana. Se libera de todas sus ataduras y las comparte con otros pecadores que invita a que encuentren ellos también la liberación. No sabemos de otros, sólo que Mateo desde aquel momento siguió al SEÑOR JESÚS.

El médico necesita un enfermo que le responda, que confíe en él y que siga sus instrucciones. Mateo nos testimonia que así lo hizo. ¿Estamos también nosotros dispuesto a ello? Quedar sanado y limpio no sólo depende del SEÑOR, pues ÉL nos ama hasta el extremo de dar la vida por nosotros, pero deja en nuestras manos la elección de aceptar y tomar esa salvación.

Por intersección del Apóstol san Mateo, te pedimos, SEÑOR JESÚS
que nos limpie de todo pecado y que nos des las fuerzas
necesarias para, al ejemplo de san Mateo, seamos
fieles a tu llamada y capaces de desapegarnos
de todas aquellas cadenas que nos esclavizan. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


 A, 21 de septiembre de 2011





La madre y los hermanos de Jesús le buscaban...

No hacen falta más palabras, todo está dicho. Sólo se necesita unos oídos para oír y un corazón abierto a dejar que esas Palabras oídas echen raíces hasta fructificar en buenos frutos. Y los que hacen eso son la verdadera Madre y hermanos, porque oyen la Palabra y la cumplen.

¿Alguien ha cumplido la Palabra del SEÑOR mejor que María, la Madre de DIOS? A la invitación del Ángel san Gabriel, María responde, no sin estar sorprendida, con un "SÍ" firme y comprometido. Su vida desnuda su sana y auténtica respuesta en un compromiso que llega hasta la Cruz. No hacen falta palabras ni gestos ni testimonios. Su actitud y los hechos de su vida lo gritan hasta dejarla clavada al pie de la Cruz. Más no se puede llegar.

Fue la Primera que lo vio nacer y la última que lo vio morir. Allí, al pie de la Cruz, con el discípulo fiel y amado. Esa es la verdadera Madre de DIOS, no podía ser de otra forma, y los verdaderos hermanos representados en Juan. 

Por eso, JESÚS lo dice claramente: aquellos que quieran ser herman@s, Madre no hay más que una, que hagan lo que hizo mi verdadera Madre: "Escuchar y cumplir la Palabra de mi PADRE DIOS. Porque María, aparentemente lejos de ser ofendida o marginada, es exaltada como el ejemplo humano más evidente, firme, obediente, humilde y sumiso a la Palabra de DIOS: "Hágase en mí según tu Palabra". Más no se puede decir.

Por eso, Madre mía, tú que supiste estar a la altura
de ser la elegida por el PADRE para dar luz
a su HIJO JESÚS, siendo tú también
su Madre, intercede por todos
nosotros para que sepamos
también responder
como tú. Amen.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 20 de septiembre de 2011






En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Nadie enciende...
De nada sirve ni vale hablar y hablar si luego se camina de forma diferente a lo hablado. La Palabra necesita ir al mismo paso que los hechos. Si no van acompasadas se rompe la armonía, y el orden no se puede guardar. Tarde o temprano la fila se rompe.

La luz que no ilumina no es luz. Podrán llamarla luz pero no es luz, poque lo esencial de la luz es iluminar. Pero para que la luz ilumine tiene que ir acompañada, no sólo del haz luminoso que aclara la oscuridad, sino de la acción que testimonia lo que refleja la luz. Porque de no ser así todo quedará en simple espejismo, y, ya sabemos, que el espejismo es el reflejo de la mentira.

Por eso, DIOS mío, dame la sabiduría que nace de TI.
Aquella que no sólo predica con la palabra
sino que testimonia también con el
ejemplo. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 19 de septiembre de 2011








DIMAS EL BUEN LADRÓN
La imagen y conversión de Dimas, el buen ladrón, nos sirve de testimonio y ejemplo para darnos cuenta que con el SEÑOR no cuenta el tiempo ni los méritos de nuestro trabajo, sino la intención más profunda de nuestro corazón. En los últimos momentos de su vida, San Dimas, alcanzó la dicha de estar junto a JESÚS ese mismo día, después de su muerte. Esa fue la promesa de JESÚS: "en verdad te digo que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso".

 Reflexionando desde este pasaje evangélico observamos que los criterios de JESÚS non son los criterios de los hombres. El SEÑOR no mira nuestro trabajo ni el tiempo empleado, sino nuestra actitud y nuestra recta intención. Puede ser sólo un gesto lo que haga que, por la Misericordia y Bondad del SEÑOR, recibamos su Perdón y su Gracia.

Aquellas palabras del Centurión fueron suficiente para conmover a JESÚS hasta el punto de sorprenderlo y concederle la curación de su siervo. Lo mismo nos dice ahora, hoy en el Evangelio, sobre el pago a los obreros convocados a trabajar en la viña. Paga lo mismo a los últimos como a los primeros. Lo importante es responder a la convocatoria, no la hora o el tiempo del trabajo. Se trata de acudir a la llamada del SEÑOR y aceptar su Palabra y el trabajo convenido y señalado.

Por eso siempre hay tiempo, porque siempre estamos siendo llamados. Quizás ahora, tú que lees estas humildes palabras puedas sentirte llamado a empezar tu obra, tu trabajo, tu llamada a la viña del SEÑOR para empezar tu propia faena. Llegará el día de tu paga y serás recompensado como el primero. Sea el tiempo que sea, la hora que sea, el trabajo que sea. San Dimas, ejemplo de los últimos, nos aclara como paga el SEÑOR.

 Dame SEÑOR la sabiduría de acudir a tu llamada y
responder al trabajo que TÚ me encomiendes.
Que esté atento a tu convocatoria y no
me distraiga con los ruidos de este
mundo. Y que sepa entender y
conformarme con tu paga,
porque lo que TÚ me
 des, es lo que me merezco. Amén.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 18 de septiembre de 2011







Es el momento de la hora cuando la verdad sale a relucir. Porque cuando las cosas son importantes son en los momentos de la hora. Nadie va a cuestionarse nada en los momentos de alegría, de viento en popa a toda vela, de bienestar y comodidades. Las cosas empiezan a ir mal cuando falta el agua, cuando el sol abraza y la semilla amenaza muerte y destrucción. Mejor, cuando la semilla se hace débil.

Es la hora de la confianza, de la paciencia, de la fe y la perseverancia, pues el Sembrador no dejará que la semilla se pudra inútilmente, sino que hará que su muerte sea fértil y de muchos frutos. Ese es el momento culminante de nuestra fe, de la tierra buena.

Porque cuando la prueba, el dolor y la enfermedad, la tristeza y el sufrimiento, se hacen visibles en nuestras vidas, es cuando la tierra debe ser más atendida y cultivada con la Oración, con la Penitencia, con la Eucaristía, con la actitud de perseveran, de mantenerse fiel y obediente, como María, y hacerse esclavo de la Voluntad del SEÑOR. Es el momento de la prueba cuando muchos se retiran y justifican silencios y desatenciones. Es el momento de la prueba cuando el Diablo está al acecho.

SEÑOR, que me convierta en tierra buena, en tierra
que sepa aguantar las embestidas del tiempo,
las embestidas del frío, de la escasa
lluvia y del calor abrazante.

SEÑOR, que no desesperes en esos momentos de 
incertidumbre y de tempestades, que
sepa encontrar en TI la esperanza
de sentirme seguro y salvado. Amén.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 17 de septiembre de 2011







No basta con ser creyente católico, sino que también hay que intentar y esforzarse en parecerlo, porque al hacerlo estamos proclamándolo. Por eso, JESÚS no se limitó solamente a manifestar que era el HIJO de DIOS sino que iba por los pueblos proclamándolo y perdonando a todo aquel que se acercaba con arrepentimiento y fe.

Por eso, la familia bloguera no sólo trata de proclamar sino que se empeña en evangelizar también llevando

Porque por nuestro compromiso de Bautismo estamos llamados y comprometidos a proclamar que JESÚS es la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, y que ÉL es nuestra esperanza y salvación. Y lo hacemos, injertados en ÉL, cada vez que obramos el bien; cada vez que nos acercamos a alguien con la sana intención de ayudarle, de poner palabras de paz y de justicia.

Que sepa, SEÑOR, proclamar, cada día, tu Palabra
con mi vida y ejemplo. Se de mi pobreza y
de mis limitaciones, pero confío en
tu Gracia para poder, en el
ESPÍRITU SANTO, 
transmitir tu Palabra. Amén.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 16 de septiembre de 2011






 Nuestra Señora de Los Volcanes. Patrona de Lanzarote.

El amor se descubre en la adversidad. Por eso, no hay más amor que el que da un padre y una madre, porque lo dan todo desde la gratuidad y hasta el extremo. Al menos así lo sienten. Y eso hizo María, guardarlo todo en su corazón obediente y entregado hasta aceptarlo y sufrirlo con paciencia y fidelidad a la Voluntad del PADRE.

La Cruz es el momento de la prueba, es el momento del testigo de una amor comprometido y confiado al compromiso de la fe. Es la hora de la entrega del hijo a su Madre, y de la Madre al hijo. Nadie es huérfano, nadie queda sin Madre, porque en la Cruz hemos recibo todo el amor de un PADRE que nos da a su misma Madre. María, Madre de DIOS, es también desde la Cruz, Madre de todos los hombres.

Señora, Madre de los Dolores y Madre mía, ayúdame desde
el dolor de la Cruz, que sólo tú pasaste y experimentas,
a aceptar y asumir yo también mis dolores y
mi propia cruz.

Madre mía, a tu amparo me acojo y me entrego,
para que, por tu intersección, sepa encontrar
mi camino de cruz, que sé que lo tengo, y
soportarlo en tu HIJO JESÚS. Amén.



 Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 15 de septiembre de 2011






En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: «Nadie ha subido al Cielo...
Porque sólo se puede dar de aquello que se tiene. Así, sólo Quien haya bajado del Cielo, puede subir a él, el HIJO del Hombre.Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna.

Sólo desde la Cruz podemos encontrar al SEÑOR, porque sólo en el dolor y el sufrimiento necesitamos de ÉL. Sería difícil que, aunque también está, lo podamos ver en la vida fácil, cómoda y a favor de corriente, porque en esos momentos nada nos hace falta. Y cuando no hay necesidades, tampoco hay búsquedas ni inquietudes. Todo está bien. Es lo que sucede cuando tu equipo gana. Se ven los errores, pero sin darle mucha importancia. Se ha ganado que es lo importante.

Por eso, JESÚS nos habla y nos redime desde el dolor, desde el sufrimiento, desde la Cruz. No son sólo Palabras, sino vida testimoniada al final en una muerte de Cruz. Es la autoridad de Aquel que nos salva y nos redime. DIOS PADRE se nos presenta cuando más lo necesitamos, en el dolor y la enfermedad; en los contratiempos y tempestades; cuando la vida se pone dura y difícil de soportar; en las cruces que salen en nuestro peregrinar, porque aunque nos las veamos, están ahí y sabemos que llegarán. Ahí está el SEÑOR, para darnos esperanza y salvación.

DIOS mío, sé que mi vida tiene cruces. Cruces que
desprende dolor y sufrimiento, pero TÚ me
has enseñado primero que eso no es
el final, sino el paso, por la
Cruz, para la Vida Eterna. Amén.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 14 de septiembre de 2011







Encontrarse con JESÚS es renacer a la vida eterna, pero, a pesar de eso, evidente y asombroso para muchos de sus contemporáneos, me pregunto, ¿cuántos de aquellas personas que presenciaron la resurrección del hijo de la viuda de Naín creyeron en el SEÑOR? Y cuando digo creyeron en el SEÑOR me estoy refiriendo a que sus vidas dieron un giro de 360 grados.

Porque hoy ocurre lo mismo. Muchos  de los que leemos esta Palabra del SEÑOR continuamos nuestra vida impasible y sin inmutarnos. Otros ni se preocupan de leerla, menos vivirla, y de oírla casualmente, en nada les influye. Para muchos, este mundo es un mundo cuyo destino es la muerte. Por eso viven la cultura de la muerte y hacen de ella un destino y una meta. Sin embargo, JESÚS es el SEÑOR de la Vida, que vence a la muerte y que proclama que el hombre está hecho para la vida. Por eso la defiende.

Sin embargo, si creo que a muchos de aquellos que allí se encontraban les afectó y cambió su vida. Porque encontrarse con JESÚS significa eso. ¿Quién no cambia cuando encuentra la respuesta a que la muerte no tiene poder sobre él? ¿Quién se queda igual cuando descubre que JESÚS de Nazaret es el SEÑOR de la vida y la muerte? Sería irracional quedarse impasible ante tal evidencia.

Supongo que para aquella viuda y su hijo, la vida cambió en ese sentido. Y supongo que para nosotros, que tratamos de vivir ese encuentro, la vida debe cambiar también. En JESÚS  la vida se hace eterna y gozosa, por eso, buscarlo y encontrarse con ÉL debe ser nuestra mayor aspiración.

¿Estás tú en esas coordenadas? ¿Buscas tú ser eternamente feliz? Es decir, ¿buscas la vida y la felicidad para siempre? ¿Existe? ¿Hay Alguien que lo puede hacer? ¿Dónde lo buscas? Son preguntas que todos nos hacemos, pero ¿tratamos de darles respuestas?

SEÑOR, te pido la luz y la fe para tener los ojos abiertos.
Los ojos del alma que me permitan ver tus
hechos, tu Misericordia, tu poder 
sobre la muerte y la vida. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 13 de septiembre de 2011







Experimento que, a pesar de que quiero sentir la fe, no puedo, y sólo estoy a merced de que entren en mí esos sentimientos de creer. Quiero significar que el hecho de tener fe no es algo que mi voluntad domine, ni tampoco la puedo comprar en algún lugar. La fe es un don de DIOS y la recibimos cuando, donde y como ÉL quiera.

Otra cosa bien distinta es que, yo quiera tenerla y me empeñe en pedirla y en poner toda mi voluntad, que si puedo dominar, al servicio del empeño de creer. Tengo que confiar que nuestro PADRE DIOS, Bondad y Misericordia Infinita, me la dará en la medida que yo la quiera aceptar y recibir. 

Creo que fue lo que pasó con el Centurión del Evangelio. El pensó que JESÚS podía sanar a su siervo, y no sólo lo pensó, sino que su fe en ello le hizo moverse y enviar, porque no se consideraba digno de pedir ese favor, era extranjero y pensaba no tener derecho a merecer nada, a una misiva a pedirle que sanara a su siervo. 

Incluso, su osada fe le llevó  a pedirle que sólo con unas palabras bastaría para sanarlo, porque se decía: Yo que soy un subalterno tengo siervos que les digo hagan esto, y lo hacen, cuanto más, podía hacer ese JESÚS del que había oído grandes prodigios. Verdaderamente, aquel Centurión había tomado conciencia de que se trataba de Alguien diferente, del SEÑOR de la Vida y la Muerte, del HIJO de DIOS.

Y eso, como ocurrió con Pedro, no es cosa de los hombres, sino de un don que DIOS da al hombre que limpiamente se pone en sus Manos. En estos momentos recuerdo y pienso en los niños. Esos niños tan puros y limpios que creen todo lo que sus padres les dicen, y lo creen tan confiados y seguros que lo hacen. Algo así creo que debe ocurrir con nuestro PADRE DIOS.

DIOS mío, aumenta mi fe y aparta de mí todo deseo
razonador y científico que me incita a sólo 
creer lo que veo.

Dame la sencillez de los niños y la confianza de 
dejarme guiar y llevar por tu Palabra, y,
como el Centurión, que no me 
pregunte el cómo, sino
que confíe en que
una Palabra tuya 
bastará para sanarme. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 12 de septiembre de 2011







El recorrido es largo y está lleno de cruces. Cruces que, queramos o no, llegarán, porque el dolor es algo tan natural que tarde o temprano aparecerá en nuestra vida. En nuestras vidas, el dolor, forma parte de ellas y, observemos, que es bueno que venga, porque en los dolores es donde encontramos a JESÚS, y en ÉL podemos encontrar el perdón de ser perdonados y de perdonar nosotros también.

Es difícil reparar en los demás cuando nosotros estamos en la abundancia, en el gozo e instalados en el bienestar. Es más, no nos hace falta nadie ni nada. Lo estamos pasando bien y en esos momentos de bienestar es difícil encontrarnos con JESÚS. Pero cuando llega el dolor y experimentamos necesidad de sanación, buscamos a quien nos pueda sanar. Y es entonces cuando recurrimos al médico, cuando imploramos la ayuda de los otros.

Sin embargo, hay enfermedades que no puede encontrar sanación sino en JESÚS, SEÑOR de la muerte y la vida, y sólo en ÉL seremos salvados. Es entonces cuando experimentamos que el dolor nos ayuda a encontrarnos y a encontrarlo, y en los dolores experimentamos la vivencia del perdón y de perdonar.

Por eso, en nuestro peregrinar, el camino va dirigido a encontrarnos con el perdón, por la Misericordia de DIOS, y a devolver ese perdón a los hermanos. Esa es la perfección que buscamos y que sólo encontraremos en la celebración constante de nuestra fe; en la vivencia de lo que creemos y celebramos y en la oración permanente con el SEÑOR. Porque sólo el SEÑOR nos habla desde el propio dolor: "La Cruz".


Y no es que queramos las cruces en nuestras vidas, sino que las necesitamos para, desde ellas, experimentar y crecer en el amor y el perdón. Sólo en nuestra propia cruz se produce el encuentro con JESÚS.

PADRE del Cielo, dame la Gracia de aceptar y
experimentar el perdón de tu Amor, y
la fuerza de vivirlo también en
el perdón a los demás como
lo recibo de TI. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 11 de septiembre de 2011







Sí, habría que reconducir nuestros propios sentimientos, y desde edades muy tempranas, porque de tener claros esos criterios la libertad será más libre y la voluntad será más dueña de dirigirla. Porque una cosa es sentir y otra muy diferente lo que se debe hacer. Todo está en función de nuestras responsabilidades, y para un creyente católico sus responsabilidades nacen de su compromiso de Bautismo.

Siento frío, pero no puedo evitar que no haya frío. Sí, otra cosa, puedo combatirlo y guardarme de sentirlo. Igual puedo sentir deseos de concupiscencias o apegos materiales de muchos ordenes, pero independiente de que sean recto o no, debo guardarme de ellos o, por el contrario, darle salida y realizarlos. Eso es, a mi humilde entender, lo que la Palabra de DIOS me dice hoy.

Un árbol bueno, dará frutos buenos, pero un árbol malo dará frutos malos. Ni el uno, ni el otro pueden cambiar sus frutos, pues antes hubo un tiempo de siembra y cultivo que desembocará en los respectivos frutos que cada uno dará. De la misma forma, tus frutos, los míos, dependerá de la siembre y cultivo de mi vida. Y si celebro, vivo y me relaciono con Aquél en quien creo, mi vida derramará frutos que vendrán de ÉL.

Quiero, SEÑOR, celebrar, vivir y estar unido a
TI cada instante de mi vida, para que
los frutos que de ella provengan
sean semillas de tu propia
vida injertada en mí.

Por eso, SEÑOR de mi vida, te pido que
no dejes que me aleje de TI, que 
tu Rostro lo tenga siempre a
mi lado y presente en
mi vida, y que sea
ÉL quien guíe
mi camino. Amén.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, 10 de septiembre de 2011







Conocido es por todos la lógica y sentido común que quien es ciego no puede guiarse, ni guiar a otros ciegos. Pero, a pesar de ello, hay muchos que siendo ciegos pretende guiar a otros también ciegos, y, lo peor del caso es que siendo ciegos pretende ver la brizna de otros sin recatarse de las vigas que habitan en ellos.

Porque la peor ceguera no es la de nuestros ojos, sino la de nuestra mente, que busca la felicidad lejos de DIOS y en las cosas caducas de este mundo. Por ello, no se ven a sí mismo, y si ve lo malo de los otros. Y eso desemboca el infierno del odio, la venganza, la envidia... el infierno del bienestar que desata la lucha de clases, de riquezas, de poder, de primero yo y después tú ... etc. Es la ceguera de la cultura donde impera los sentimientos y las apetencias antes que la libertad y la verdad. Sometidos a la oscuridad.

Cuando no miramos, primero para nuestro propio interior, nuestra mirada dirigida al otro no es limpia, porque nos consideramos limpios nosotros y son los demás quienes nos manchan. Ese no mirarnos implica una ceguera por nuestra parte que nos hace ver briznas en los demás, pero no las vigas en nosotros.

Y ese mirarnos significa ser sinceros y testigos con nuestras actos y ejemplos, porque el que ve, actúa limpiamente y sinceramente delante del que no ve, precisamente para que vea y haga lo mismo. Eso es evangelizar. Significa eso que limpiamos su brizna, una vez limpiada nuestra viga.

Te pido, ESPÍRITU SANTO, que guíes mis pasos por 
caminos de verdad y ejemplos. Que primero
ponga mi vida, mi actitud y con ellas, mi
ejemplo.

Porque sólo con la verdad y la acción puedo
limpiar mi viga, y luego proceder a
quitar la brizna de mi hermano. Amén.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


 A, nueve de septiembre de 2011







Porque el que mira al Cielo busca lo que es del Cielo, y en el Cielo está la Verdad. Pero el camino para llegar a él pasa por tener hambre y sed de sentirse pobre, humilde; hambre de justicia, amor y paz. Hambre de ser mejor y de compartir tus riquezas (de todo orden) con los que necesitan algo de ti. 

Porque todos tenemos algo que hace falta al otro. Si te miras, verás que tienes algo que otro necesita: compañía, habilidad, sabiduría, fortaleza, paciencia, conocimiento, inteligencia, verdad...etc. Los talentos han sido repartidos y no por cualquiera, sino por Aquél que es Infinitamente Justo. Y darlos a los demás, como ÉL nos la ha dado, todo de forma gratuita, es amar.

Bienaventurado, nos dice JESÚS hoy, cuando las dificultades del camino nos invitan a aceptarlas, pero en ÉL, con paciencia, con serenidad, con alegría interior, en paz, y con la confianza que estas dificultades nos harán crecer y madurar en la humildad. 

Porque cuando nos empeñamos, soberbia, enfrentarnos solos a nuestros propios problemas considerándonos fuertes y suficiente para ello, es cuando nos perdemos y nos destruímos, es cuando empezamos a construir Babel. Es cuando, el tesoro recibido de la vida eterna y gozosa, lo malgastamos y perdemos. Por eso, Bienaventurados cuando sentimos hambre de DIOS, porque en ÉL está contenido todo lo demás.

Ocurre que cuando en el camino encontramos piedras que nos insultan, nos provocan llantos y sufrimientos. Nos odian, nos injurian,, nos expulsan, nos procriben y nos expulsan por el nombre de JESÚS, que es la Verdad y la Verdad molesta, sintámosno Bienaventurados, porque ese día seremos recompensado en el Cielo. Es en esos momentos cuando realmente estamos en el verdadero camino, cuando experimentamos que atravesamos la puerta estrecha y que rechazamos la ancha.

SEÑOR, decía San Agustín que siempre estaremos
inquietos e insatisfechos. Y es verdad, nunca 
descansaremos hasta encontrarnos y 
descansar en TI, terminaba
diciendo él.

Pues, hoy te pido SEÑOR que avives esa
insatisfacción en mí y nunca permitas
que me aleje de tu Rostro y de
tu compañía. Que siempre
arde en deseo de
búsqueda de TI. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, siete de septiembre de 2011







Todos procuraban tocarle, porque con ello esperaban ser curados. Con otras palabras, todos buscamos ser sanados para continuar viviendo, es decir, buscamos ser eternos. Y cuando encontramos a Alguien que nos lo puede dar, lo buscamos desesperadamente porque es eso lo que queremos. Y eso es porque en lo más profundo de nuestro corazón tenemos la impronta de nuestro PADRE DIOS: "Ser eternos y felices.

Nuestro anuncio, que es un anuncio de Salvación, tiene que estar fundado en esa premisa: "Estamos salvados en XTO.JESÚS, porque con su Muerte y Resurrección, ha pagado nuestro rescate eterno". Y esto, cuando el hombre enfermo lo oye, corre apresuradamente a tocar, a encontrarse con JESÚS. Pero ocurre que, elegidos muchos, algunos se niegan, así y todo, a seguirle. Fue el caso de Judas, no confió en su Misericordia y se desesperó.

Por eso, en todo discurso del Papa se encuentra una llamada a buscar y vivir en el SEÑOR JESÚS, porque en ÉL y sólo en ÉL está la Vida eterna.

JESÚS nos sirve de referencia a la hora de tomar decisiones. Antes ora, y largo rato, para pedir asistencia y luz a su PADRE. Los doce fueron elegidos, no al azar, sino escogidos por la Voluntad del PADRE. También ocurre con nosotros. Hemos nacido no por un capricho sino, por mediación de nuestros padres, elegidos por nuestro PADRE DIOS para la vida y no para la muerte. Por eso nadie debe arrogarse el poder de poder quitarla. La vida es la elección que DIOS ha hecho para cada uno de nosotros.

No tengamos miedo de proclamar la Palabra de DIOS, porque todos, ciegos o videntes la buscamos necesariamente. Tenemos necesidad de ser curados y sólo ÉL cura nuestras dolencias eternamente.
Te busco, SEÑOR, porque sólo TÚ curas mi dolor.
Porque sólo TÚ sanas mi enfermedad. No
hay otra medicina sanadora sino la
tuya. Y sólo en TI puedo
encontrar la única
y verdadera curación. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, seis de septiembre de 2011







Es fácil leer a posteriori y decidir al respecto, pero sería otra cosa tener esa experiencia en vivo, en directo. ¿Le haría yo caso a JESÚS? ¿Me pondría donde JESÚS me dice y extendería mi brazo como ÉL me lo dijese? Son imaginarias palabras que no van a tener lugar en ese escenario, pero si ocurre en el nuestro propio.

¿Me estará diciendo JESÚS que extienda mi brazo y que le siga? Me estará diciendo JESÚS que hable a los hombres, con mi ejemplo, con mi vida y con mi testimonio de amor? ¿Querrá JESÚS que construya un mundo mejor con los hombres, y no sólo? ¿Me repetirá que haga todo el esfuerzo posible de mi parte para amar, y que lo demás corre de su cuenta? 

¿O simplemente no me dice nada porque yo me ofusco y no quiero oír sino aquello que, de antemano, quiero oír? Y, sin más razonamiento ni reflexión, buscamos la manera de quitarlo de nuestras vidas.

¡SEÑOR!, yo quiero extender mi brazo como, cuando y
donde TÚ me digas. Sea sábado u otro día.
Cuando TÚ lo digas, porque en
TI, por TI y Contigo quiero
hacer el bien y amar. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, cinco de septiembre de 2011







Porque si partimos desde ahí, podemos saber que tenemos muchas cosas que corregir, muchas cosas que mejorar y muchas cosas que aprender para perfeccionarlas. Y en esa actitud las correcciones fraternales que nos hagan, serán mejor acogidas y aceptadas.

Tenemos el deber de advertir al hermano y amigo de lo que, la comunidad, entiende que hace mal, y el derecho de que se nos escuche y atienda. Lo que en mí es un deber, se hace derecho en el otro, y viceversa. Tanto el equivocado como el conocedor de la equivocación están llamados a verse y a descubrirse en el error y la corrección.

Pues, depende de uno y del otro que la corrección fraternal sea bien entendida y aceptada. Así las cosas, todo quedará zanjado y la armonía reinará en la comunidad. De apoderarse la soberbia y el orgullo de la corrección, todo se verá oscuro y la luz quedará oculta y cerrada a la verdad. Entonces, reiterado el intento de hacer luz, habrá que dejar en la oscuridad a aquél que quiere, siendo advertido, permanecer en ella.

Pues somos libres y nuestra libertad no puede nunca ser violentada. A lo más, sugerida y propuesta a buscar la luz y la verdad.

Que mis labios y mi lengua, SEÑOR, sean valiente
y hábil para llamar a la verdad y descubrir
la mentira.

Que mis palabras sean instrumentos de sosiego,
de fraternidad y de llamada a la
corrección, asistido en
el ESPÍRITU SANTO. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, cuatro de septiembre de 2011







Todo lo que existe ha sido puesto en función de las necesidades del hombre. No está hecho o establecido el hombre para el descanso, sino el descando en función de las necesidades del hombre. De tal forma que, la necesidad de descansar es una necesidad, valga la redundancia, que el hombre necesita, pero que está supeditada al momento puntual de lo que el hombre necesite naturalmente en esos momentos.

Y digo de forma natural, porque hay muchas necesidades materiales propias y derivadas del consumo que el hombre mismo se ha creado y que no le son necesarias o fundamental. Tal es así que, el hombre se ha creado un descanso que no es propiamente descanso sino un tiempo, mal llamado de ocio, donde el hombre en lugar de descansar se cansa más. Y no sólo eso, sino que se ata y encadena más a ciertos hábitos que se relacionan con el verdadero descanso.

El descanso es, fundamentalmente, para darle gracias a DIOS por todo lo creado y todo lo que está a nuestro servicio. El descanso es para darnos cuenta quienes somos, criaturas de DIOS, que tenemos una vida gratuita y que debemos respetar y defender. El descanso es para buscar espacios de encuentro y fraternidad entre todos los hombres que posibiliten construir un mundo mejor, más justo y hermanado.

El descanso es para tratar de buscar, dentro de espacios de tiempo más sosegados, más relajados, soluciones que nos permitan, todos juntos, abordar los problemas que al hombre se le plantea. Tratar de hacerlos juntos es construir progamas políticos, pero hacerlo de forma individual es fomentar la avaricia y el egoísmo.

Porque mientras trabajamos nuestro tiempo está comprometido y mientras descasamos podemos dedicarlo a otros menesteres como es el de crecer en virtudes. Es entonces cuando nos damos cuenta que no está hecho el hombre para ajustarse a las normas del sábado sino el sábado para el servicio del hombre. Así nos lo hizo saber JESÚS y nos llamó a someter la norma a las necesidades del hombre.
Que siempre ponga mi persona por encima de normas
y preceptos, y sobre todo, para el servicio de
todos los hombres. Porque las cosas
han sido creadas para servir
al hombre y en función
de él.

Pero, siempre, buscando la verdad, el bien y la justicia
que establezca la fraternidad y la paz que haga
la convivencia entre los hombres un Reino
de justicia, amor y paz. Por eso, SEÑOR,
quiero caminar contigo, junto a TI y
según tu Palabra. Amén.



Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.


A, tres de septiembre de 2011