Te damos gracias, Padre, por Juan Bautista y por todas las personas que preparan el camino que nos conduce a Ti, a la felicidad más grande.
Te damos gracias, Padre, porque cuentas con nosotros, para continuar la misión de Juan Bautista.
Que nuestra vida y nuestra voz griten que Tú estás cerca, en las aldeas y las ciudades, en el desierto del vacío interior de muchas personas.
Que con nuestro compromiso, Señor, Tú allanes los senderos, eleves los valles de depresión, la desilusión y la desconfianza, rebajes montes de orgullo y colinas de injusticia, y endereces deseos y sentimientos torcidos. Amén.