
verdaderamente le decimos al Señor: Enséñame a hacer...
Cuida, SEÑOR, mi vida y no permitas que
se pierda. Sé, me consta, que eso TÚ lo
haces y, por eso, JESÚS, tu HIJO, ha venido
a este mundo para advertírmelo y señalarme
el camino a seguir.
Pero, ¿sabes SEÑOR?, me cuesta, se me hace duro
y empinado. Es más, se me hace oscuro y difícil encontrar
salidas, discernir que vía debo tomar y dónde debo
parar, abstenerme o actuar.
Es...