7 de diciembre de 2016

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

Una voz grita: "En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale (Isaías 40, 1-11). Juan el Bautista nos alerta y nos llama a esa preparación de conversión.

Vivimos en la esperanza de construir un mundo de verdad y justicia. Un mundo donde la vida sea fuente de paz y alegría y de gozo eterno. Un mundo que vislumbra un horizonte que nos llena e invade de felicidad. Y, para eso, nos dice el Papa Francisco, necesitamos hacernos pequeños y humildes, para dejar que la Mano de Dios actúe sobre nosotros y nos sacie de Felicidad Eterna.








PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 7 de diciembre de 2016


Queridos hermanos y hermanas:

Hoy comenzamos una nueva serie de catequesis sobre la esperanza cristiana. En esta primera reflexión, el profeta Isaías nos invita a llevar el consuelo de Dios a nuestros hermanos. Isaías le está hablando a un pueblo en el exilio y le presenta la posibilidad de regresar a su hogar, que en definitiva es volver a Dios. Para ello hay que eliminar los obstáculos que nos detienen, preparar un camino llano y ancho, un camino de liberación y esperanza que se extiende por el desierto.
San Juan Bautista, retomando las palabras de Isaías, nos llama a la conversión, para que abramos un camino de esperanza en nuestros corazones.

El cristiano necesita hacerse pequeño para este mundo, como lo fueron los personajes del Evangelio de la infancia: María y José, Zacarías e Isabel, o los pastores. Eran insignificantes para los grandes y poderosos de entonces, pero sus vidas estaban llenas de esperanza, abiertas a la consolación de Dios.

Saludos
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Pidamos al Señor la gracia de trasformar el desierto de nuestra vida, de nuestro sufrimiento y de nuestra soledad, en un camino llano que nos lleve al encuentro con el Señor y con los hermanos. Dios los bendiga.