4 de febrero de 2017

MARÍA, FUENTE DE PURIFICACIÓN

En la vida necesitamos tener referencias. Todos hablamos de quienes nos han influido en nuestros criterios, o en quienes nos inspiramos para construir nuestros proyectos. Sin embargo, sabemos que todas esas miradas se miran en modelos imperfectos y erróneos. Mientras los hombres no se miren en Cristo, su visión no será más completa y mejor, hasta el punto de, en Él, alcanzar la perfección.

Y no cabe duda que María es la fuente de inspiración a la que podemos agarrarnos para llegar a Cristo, su Hijo, más purificados, más limpios y revestidos de Dios. María es la fragua en la que nos despojamos de nuestras miserias pecadoras y adquirimos el fuego del amor de Dios. María, dichosa porque cumple la Palabra de Dios, también sabe que serán dichosos aquellos que se esfuerzan en cumplirla y vivirla en el recorrido de sus vidas.

María será siempre la acompañante perfecta que nos ilumina con su vida, porque, su vida, fue eso, un ejemplo de cumplir la Voluntad de Dios. María nos abre caminos de esperanza, de obediencia, de renuncias y sacrificios, y nos enseña los planes de Dios para con nosotros. Porque, aquella que ha cumplido la Voluntad de Dios nos sirve de modelo y testimonio para también nosotros, aprendiendo de ella, cumplirlos.

No vayamos solos al encuentro con el Señor. Nos ha dejado su Madre, y su Madre siempre estuvo unida a Él. Y lo sigue estando en los Cielos. María ha sido desde el principio luz para la Iglesia, que, entorno a ella ha encontrado el camino para seguir la estela del Espíritu Santo y obedecer los proyectos de Dios.

Sepamos, mirándonos en María, dar cumplimiento a todo lo que hemos recibido del Señor, porque también a nosotros nos ha bendecido muy abundantemente. Amén.