30 de septiembre de 2017

MARÍA, MADRE ATRAVESADA POR EL DOLOR

Los 7 dolores de Santa Madre de Dios la Virgen María
Una de las dificultades que experimentamos tus hijos, Madre, es el miedo al dolor y al sacrificio. Cuando nos sentimos advocados a ellos salimos huyendo y no nos comprometemos. Algo así sucedió con los apóstoles en la hora de la Pasión. Nosotros nos hacemos el loco y salimos por la tangente. A la hora de responder a la llamada de tu Hijo, Madre, miramos y pesamos la medida que tendremos que soportar de dolor, sacrificio y renuncia, y tomamos las de Villadiego.

El dolor siempre está presente y condicionando nuestras respuestas a la llamada de tu Hijo, Madre, y eso nos disgusta. Porque nosotros queremos responder y nos gustaría hacerlo, pero experimentamos miedo al dolor. Por eso, Madre, admiramos tu valentía, tu decisión y tu coraje. No dudaste y dijiste "Sí" a la invitación de Dios a ser la Madre de su Hijo. No te importó el dolor y los sacrificios que te venían encima, ni tampoco el murmurar de la gente. ¡Madre, qué orgulloso estamos de ser tus hijos!

Gracias a tu disponibilidad y tu valentía Jesús, tu Hijo, se encarnó en Naturaleza humana y bajó de los Cielos, y se hizo Hombre, y nos ha redimido. ¡Qué grande eres, Madre! Enséñanos a vencer al dolor y sacrificio, y a ser capaces de renunciar a todo aquello que nos puede violentar y apartar de responder a la llamada de tu Hijo.

¡Madre, intercede por nosotros para que no nos asustemos y confiemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que nos fortalece y nos da valor y coraje para superar toda clase de dificultad y adversidad! ¡Madre, reúnenos en torno a ti y anímanos a ser perseverantes, confiados y firmes en la fe! Porque, tu Hijo, nuestro Señor, no nos abandona y nos da todo lo necesario para superar el combate que cada día libramos con nuestra propia carne.

¡Madre del dolor y testimonio de superación! ¡Madre, fortaleza de los que, asustados y temerosos por el dolor corren a refugiarse en ti!, acoge nuestras súplicas y elévalas, como hiciste en Caná, para que tu Hijo convierta nuestro miedo y dolor en valentía y fortaleza. Amén.