15 de diciembre de 2021

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

Hay momentos que nos exigen estar en silencio y, es, entonces, cuando te das cuenta de todo lo que llevas dentro sin advertir que son una carga más que una necesidad. La necesidad de buscar espacios de silencio en nuestra vida son imprescindibles y necesarios. El silencio descubre mucha basura con la que cargas sin necesidad ni servirte para nada. Y vaciarte de ella te ayudará a ver con claridad donde está realmente el Camino, la Verdad y la Vida.

Hoy, el Papa Francisco, nos habla del silencio de san José, que busca, en y con una actitud de escucha y atención, la Voz y la Palabra de Dios para actuar según su Voluntad. Una buena actitud para imitar en este tiempo de Adviento.


PAPA FRANCISCO


AUDIENCIA GENERAL

Aula Pablo VI
Miércoles, 15 de diciembre de 2021

[Multimedia]

______________________________

Queridos hermanos y hermanas:

Continuamos con nuestra reflexión sobre la figura de san José. Los Evangelios no refieren ninguna palabra suya, sino su actitud de silencio, de escucha y de acción, que nos pone de relieve su interioridad profunda. José de Nazaret nos invita a descubrir la dimensión contemplativa del silencio, no para aislarnos de los demás, sino para dar espacio a Jesús, la Palabra de Dios hecha carne, y escuchar su voz.

En contraste con este mundo ruidoso y caótico en que vivimos, el silencio nos da miedo y nos inquieta, eso es verdad. Pero no nos aflijamos. Sigamos, en cambio, el ejemplo de san José de ponernos a la escucha atenta del Espíritu Santo que vive en nosotros, para que la fuerza transformadora de su amor convierta nuestros corazones y de nuestra boca salgan sólo palabras buenas de bendición, de aliento y comprensión que edifiquen, sostengan y consuelen a todos nuestros hermanos y hermanas.


Saludos:

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos al Señor Jesús, por intercesión de san José, que nos libre de los pecados de la lengua, el odio, la calumnia, la difamación, y nos conceda la gracia de que nuestras obras coincidan con nuestro hablar, y que seamos ante los demás testigos alegres y creíbles del amor misericordioso de Dios por toda la humanidad. Que Dios los bendiga. Muchas gracias.