Gracias, Señor, porque me siento protegido por ti, porque vivo recogido por tu presencia en mi vida; eso me hace vivir en el optimismo y en la esperanza. Por eso, Señor, te doy toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y mi voluntad porque tú me lo has dado y a ti te lo devuelvo, quiero que hagas de tu amor y de tu gracia un camino para mi santificación.
Te pido, Señor, por aquellas personas que conozco que viven en la amargura permanente, en la decepción que les duele, por los que les cuesta cambiar, por los que piensan en negativo, por los que acumulan demasiadas decepciones y no pueden asumir la cruz, por los que tienen una visión negativa de tu existencia.
Señor, hazte muy presente en ellos para que germine en su corazón la esperanza y a alegría; hazme entonces un instrumento de tu amor para que pueda ser un pequeño instrumento que les llene de tu amor. Amén.