Señor, envíame tu Espíritu, para seguir tu ejemplo, para imitarte en tu entrega a los demás, para hacer el bien a los que me rodean, para vivir en la humildad, la bondad y la generosidad, para caminar hacia el Reino al que Tú siempre me invitas. Señor, quiero aprender de Ti, maestro bueno, ayúdame a descubrir la gratuidad de tu amor. Conviérteme en un delicado instrumento de tu amor hacia los demás.
Envíame tu Espíritu, Señor, para reconocer tu presencia y agradecer tu compañía! ¡Señor, escucha mis plegarias que surge de un corazón sencillo, prepárame para seguir tu camino, ilumina mi sonrisa para convertirme en alguien delicado para los demás. Todo lo espero de ti, Señor, confío plena y exclusivamente en ti, confío en la inmensidad de tu bondad, de tu poder y tu sabiduría. Gracias, Señor, por tu delicadeza conmigo. Amén.