Despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultaban los rostros, despreciado y desestimado.
(Isaías 53,3)
Una mujer, un gesto de manos compasivas para limpiarte el rostro, empapado de sudor y sangre. Un pobre lienzo, manchado por la huella de tu sufrimiento por nosotros, reliquia preciosa de tu amor por los hombres, carta púrpura dirigida a todo nacido de mujer, para decirnos que tú, el Hijo, has venido entre nosotros para habitar y para consolar el dolor que nos oprime, para vencer a la muerte y para darnos la vida ¡Ayúdanos, Señor, ¡con tu misericordia! Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina
Related Posts:
IX ESTACIÓN. TERCERA CAÍDA Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca: como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abr… Read More
IV ESTACIÓN LA VERÓNICADespreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultaban los rostros, despreciado y des… Read More
X ESTACIÓN. LAS VESTIDURAS Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? se reparten mi ropa, echan a suerte mi túnica.(Salmo 22,2 y 19) Nadie se quedó, tampoco se … Read More
VII ESTACIÓN. SEGUNDA CAÍDADios mío, sálvame, que me llega el agua al cuello: me estoy hundiendo en un cieno profundo y no puedo hacer pie; he entrado en la hondura del agua, me… Read More
VIII ESTACIÓN. LAS MUJERESLo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se golpeaban el pecho y lanzaban lamentos por él. (Lucas 23,27) Las mujeres de Jerusa… Read More