Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? se reparten mi ropa, echan a suerte mi túnica.
(Salmo 22,2 y 19)
Nadie se quedó, tampoco se quedó la ropa que cubría tu cuerpo, Dios hecho pobre por el bien de los pobres. Tu carne se preparó así para el último paso: perforada por los clavos, empapada de sangre, fue materia para el nuevo milagro del tercer día, victoria sobre la muerte, fuente de vida nueva y eterna para aquellos que en ti confían. ¡Ven a salvarnos, Señor muy humano, ¡Redentor del mundo! Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.
Related Posts:
AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO
La oración, nos dice el Papa Francisco, es necesaria, pero la roca donde apoyarnos es Jesucristo. Una piedad desencarnada pierde todo su sentido y su… Read More
AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO
Es verdad que lo primero que se nos viene a la cabeza, como nos dice el Papa Francisco, es la idea de robar algo a alguien. Y revisamos nuestra conci… Read More
AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO
Pensamos en la libertad y nos creemos libre, pero de eso a la realidad de nuestra vida va un abismo. Nuestra condición humana nos esclaviza y en la l… Read More
AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO
No codiciarás los bienes de tu prójimo, ni a la mujer de tu prójimo, nos dice el Papa recordándonos el décimo mandamiento. Y en esa posibilidad de no… Read More
AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO
Esta semana nos hemos olvidado en su momento de publicar la audiencia del Papa Francisco, pero nunca es tarde si la reflexión del Papa puede ayudar a… Read More