31 de agosto de 2010

Anecdotario de un amigo (4)


Nuestro amigo es muy agradecido y lo mismo acepta un sombrero, que una bicicleta o un pastel. Pero si queréis hacerle un regalo y no equivocaros, regaladle un buen libro.

En efecto, desde su juventud, Benedicto es un empedernido lector y cuentan que siempre viaja con varias maletas llenas de libros. Su sueño no era llegar a Papa, sino jubilarse como bibliotecario, según se ha desvelado recientemente.

Afortunadamente para nosotros, no va poder cumplir su sueño. Tampoco tiene tiempo para leer como quisiera, salvo los martes por la tarde, que es como su día libre y que emplea en cultivar sus dos mayores aficiones, la lectura y la música.

¿Qué lee Benedicto? De todo, teología, filosofía, literatura, divulgación científica, prensa. Naturalmente tiene a algunos autores preferidos, entre los que destaca siempre a San Agustín.

Para calibrar la importancia que cada uno de estos autores tiene sobre Benedicto, habría que hacer un estudio de las veces que los cita. Un estudio que escapa a las posibilidades de un bloguero. Pero lo que sí podemos hacer en este post es citar a algunos de los más significativos.

Y para ello vamos a emplear citas ha empleado el propio Papa en sus discursos y que demuestran su predilección por estos autores:



Bernanos (novelista)

“Nuestra Iglesia es la Iglesia de los santos, no una especie de gendarmería espiritual. La santidad es una aventura, más aún, la única aventura posible"



Fiodor Dostoievski (novelista)

"El hombre es un misterio. Un misterio que es necesario esclarecer; y, si pasas toda la vida tratando de esclarecerlo, no digas que has perdido el tiempo; yo estudio este misterio porque quiero ser hombre".



Paul Claudel (poeta)

“El Hijo de Dios no vino a destruir el sufrimiento, sino a sufrir con nosotros. No vino a destruir la cruz, sino a tenderse sobre ella. Nos ha enseñado el camino para salir del dolor y la posibilidad de su transformación”.



François Mauriac (novelista)

“Era preciso que Dios se sumergiera en la Humanidad y que en un momento preciso de la Historia, en un punto determinado del Globo, un ser humano, hecho de carne y sangre, hubiese pronunciado ciertas frases, ejecutado diversos ademanes, para que yo me hincara de rodillas. Si Cristo no hubiera dicho:... Porque solo creo en lo que toco, en lo que veo, en lo que se incorpora a mi sustancia y por eso tengo fe en Cristo”.



Josef Pieper (filósofo)

"En la época final de la historia, bajo el señorío de la sofística y de una pseudofilosofía corrupta, la verdadera filosofía se podrá unir en la unidad primordial con la teología" ."La raíz de todas las cosas y el sentido último de la existencia -que quiere decir: el objeto específico de la filosofía- será visto y considerado sólo por los que creen".



Romano Guardini (teólogo)

“Los relatos evangélicos subrayan a menudo y con fuerza que Cristo resucitado es distinto de como era antes de Pascua y distinto del resto de los hombres. En las narraciones su naturaleza tiene algo de extraño. Su cercanía conmueve profundamente, llena de estupor. Mientras que antes "iba" y "venía" ahora se dice que "aparece", "de repente", junto a los peregrinos, que "desaparece". Las barreras corporales no existen ya para Él. No está limitado a las fronteras del espacio y del tiempo. Se mueve con una libertad nueva, desconocida en la tierra... pero al mismo tiempo se afirma claramente que es Jesús de Nazaret, en carne y hueso, tal como vivió antes con los suyos, y no un fantasma...». Sí, «el Señor se ha transformado. Vive de forma distinta a como vivía antes. Su existencia presente nos resulta incomprensible. Y, sin embargo, es corporal, contiene a Jesús todo entero... e incluso, a través de sus llagas, contiene toda su vida vivida, la suerte que sufrió, su pasión y muerte». Por tanto, no se trata solamente de una supervivencia gloriosa de su yo. Nos encontramos en presencia de una realidad profunda y compleja, de una vida nueva, plenamente humana: «La penetración, la transformación de toda la vida, incluido el cuerpo, por la presencia del Espíritu... Se realiza en nosotros ese cambio que llamamos fe y que, en vez de concebir a Cristo en función del mundo, hace pensar en el mundo y en todas las cosas en función de Cristo... Sí, necesitamos la resurrección y la transfiguración para comprender realmente lo que es el cuerpo humano... En realidad, sólo el cristianismo se ha atrevido a situar el cuerpo en las profundidades más ocultas de Dios”.





«Existe una teología que viene de la arrogancia de la razón, que quiere dominarlo todo, hacer que Dios pase de sujeto a objeto que nosotros estudiamos, mientras que debería ser sujeto que nos habla y nos guía».




"Porque tú estabas más dentro de mí que lo más íntimo de mí, y más alto que lo supremo de mi ser". "Tú estabas, ciertamente, delante de mí, mas yo me había alejado también de mí, y no acertaba a hallarme, ¡cuánto menos a ti!" "Tarde te amé, hermosura tan antigua, y tan nueva, tarde te amé. Y he aquí que tú estabas dentro de mí, y yo fuera, y fuera te buscaba yo, y me arrojaba sobre esas hermosuras que tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Me mantenían lejos de ti aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. Llamaste y gritaste, y rompiste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y ahuyentaste mi ceguera; exhalaste tu fragancia, la respiré y suspiro por ti; te gusté y tengo hambre y sed de ti; me tocaste y me abrasé en tu paz".