27 de diciembre de 2013

A MODO DE RESUMEN: ¡FELIZ AÑO NUEVO!

Hace escasos días que tenemos entre nosotros, de nuevo, al Hijo de Dios hecho Niño. Ha vuelto a nacer en nuestros corazones que lo han recibido anhelantes de su candor, de su amor, de su misericordia. Ha vuelto a nacer acogido entre los pastorcillos que corean Su Bendito Nombre.

Jesús que está presente todos los días en nuestras vidas en estas fechas tan entrañables se hace más presente, ofreciendo la propia imagen de la ternura, de la inocencia, de la debilidad de un niño recién nacido. Él que es el Unigénito, el Hijo de Dios hecho hombre, ha nacido como todos nosotros, su virginal Madre ha sufrido las molestias propias de un embarazo y los dolores de un parto. Es como nosotros en casi todo pues Jesús, Inocente de los Inocentes, no tiene mancha ni pecado original.

Muchas veces, en la soledad del santuario que es el Tabernáculo donde ese Niño nos espera a diario, me pregunto: ¿Cuánto nos tiene que amar Dios para entregar a Su Único Hijo al escarnio, al martirio, a la muerte por todos y cada uno de nosotros? 

La medida del Amor es un Amor sin medidas. En esta aseveración de San Agustín está la mejor explicación del grado con el que se tiene que amar a Dios y a todos los demás. 

¿Amo sin medida o pongo límites al mismo según mis intereses? ¿Qué es el amor para mi?

Muchas veces no queremos complicarnos mucho la vida con preguntas ciertamente existenciales. Ahora, en la Navidad, prima la “institucionalización del buenismo”, de la cordialidad, de los “mejores deseos” aunque estos tengan un horizonte muy corto y limitado como es la fecha del calendario. Después cuando pasa todo no nos acordamos de llevar una sonrisa en la cara ni entregarnos a los que tenemos a nuestro lado para que a sus vidas llegue la alegría. La única alegría que da verdadera felicidad se llama Jesús.

Que ese Niño que nos observa a todos desde el Portal donde ha nacido en nuestros corazones nos ayude a encaminar nuestro existir de otra manera donde el servicio a Dios por medio de los demás, la entrega y donación total de nuestro ser a la misión que tengamos encomendada, la evangelización a la que estamos comprometidos desde que recibimos el Bautizo, el saber que nuestra vida es de Dios y no de lo temporal que nos ofrece una vida llena de incertidumbres y materialismo, que nos haga plenos como es Él siendo tan solo un Niño.

Poco a poco van pasando las horas, los días y este viejo año 2013 quedará para nuestros particulares recuerdos. De este periodo de tiempo podremos sacar conclusiones muy positivas y otras también negativas según con el prisma que lo juzguemos.

Este 2013 ha sido histórico e importante, a mi humilde entender, dentro de nuestra Madre la Iglesia. Quiero destacar la postura, humildad, mansedumbre de mi querido y siempre admirado Papa Emérito Benedicto XVI, el mejor y mayor teólogo de la actualidad, un Papa intelectual que ha dejado un magisterio escrito que veremos y sabremos de su verdadero valor cuanto más tiempo pase y el que nos ha explicado con sencillas palabras los misterios insondables de la fe. 

Y ha sido el querido Papa Emérito el que puesto delante del Señor y sabiéndose que no podía continuar, por su salud y el desgaste de la edad, como quisiera el Ministerio Petrino fue capaz de renunciar al mismo para que el Cónclave eligiera a su sucesor en la Cátedra de Pedro y desde entonces vive retirado en la oración, en la meditación y estudio.

Desde Marzo la Iglesia Católica tiene un nuevo Papa que ha sido capaz de revolucionarlo todo y al mundo también con su ejemplaridad, su testimonio, su coherencia de vida. Es el Papa Francisco un Santo Padre con grandes dosis de empatía, de cercanía personal, es de mirar a los ojos y darte un abrazo. Lo mismo lo puedes ver celebrando la Eucaristía diaria en Santa Marta, que escribiendo un tuit, que visitando un hospital, que rezando el ángelus con miles de peregrinos. Dios ha querido que el Papa Francisco haya prendido en muchos corazones y también de aquellos que no creen o estaban alejados de la fe. Puedo decir, sin temor a equivocarme, que el Papa Francisco es un válido instrumento en las Manos de nuestro Padre Eterno y Misericordioso para hacer llegar el Reino de los Cielos a los confines de esta tierra rica en mucho y tan pobre en tanto.

Este año, en un ámbito más personal y particular, ha sido el de situar mi blog en el lugar donde Dios quiere que sea más efectivo en su tarea evangelizadora así como el de conocer más profundamente a los miembros que componen a la Asociación “Blogueros con el Papa” a los cuales me encuentro muy unido en todos los aspectos, espiritual y afectivamente hablando, a los que considero parte de mi familia porque siempre están en todos los momentos de mi vida sea cual sea el lugar donde resida cada uno.

A mis queridos hermanos en apostolado y Eucaristía les doy las gracias por hacer que cada día Dios esté presente en nuestras vidas por medio de internet y las redes sociales. 

Dentro de pocos días empezará un nuevo año al cual recibiremos con alegría y esperanza. Desde estas líneas quiero felicitaros muy sinceramente y desearos todo lo mejor para el Año Nuevo 2014 y que Dios os colme de felicidad, de salud, de alegría, de amor y también que nos aumente la Fe.

Recibid, mis queridos hermanos, un fuerte abrazo y que Dios os bendiga.

Jesús Rodríguez Arias