6 de junio de 2014

Desde el Umbral de ‘Santo Subito’ a San Juan Pablo Magno


“¡Juan Pablo II, Te quiere todo el mundo!” era el grito que se escuchaba en las calles de la Cd.  de México, cuando  Juan Pablo II fue recibido por una multitud estimada en  12 millones de personas que abarrotaban las principales avenidas para ver al inolvidable Papa que se había ganado el corazón de todo el pueblo.  Era el año 2002, su quinta visita. La Iglesia había librado algunas batallas ese año, incluyendo una controversia sobre la existencia del indio Juan Diego que cuestionaba también la veracidad de Nuestra Señora de Guadalupe, pero la presencia de 12 millones confirmaba el testimonio de fidelidad del pueblo. Su visita culminó con la misa de canonización de San Juan Diego. Ya no era el Papa físicamente vigoroso que había visitado el país por primera vez en 1979; se veía físicamente frágil y su estado de salud había reducido su vitalidad. Sin embargo,  Juan Pablo II probó al mundo que él seguía teniendo presencia, seguía siendo amado y seguía siendo el líder espiritual, cuyo mensaje no había perdido actualidad después de 23 años. Ningún escándalo, controversia o conflicto político había reducido su presencia. Más bien, él mismo había logrado cambiar la historia del mundo.

Desde que inició su pontificado, Juan Pablo II se convirtió en el Papa de las sorpresas. El testimonio de millones de Mexicanos que lloraban en las calles, es algo que aún conmueve. Juan Pablo II nos mostraba qué sucedía cuando la gente veía al Papa. Muchos esperaban una sorpresa conmovedora, pero resultó mucho más que eso. Se sentía una profunda alegría por su bondad y un encuentro de corazones.  Mucha gente sentía una infusión de humildad, atraída por una gravedad invisible, mientras que otros sentían cierta elevación atraída por una ligereza desconocida. Su sonrisa era luz de esperanza. No era una terapia, sino una liberación.

El legado del Papa Juan Pablo II continúa sorprendiendo al mundo y su santidad fue el hilo conductor de su intenso pontificado. Para comprender esto, consideremos que  su santidad no inició con el pontificado, sino muchos años antes. Tampoco se puede desvincular su experiencia vivida en Polonia, desde su juventud y niñez.


Juan Pablo II está destinado a ser San Juan Pablo Magno por haber confrontado los más grandes desafíos históricos del siglo XX, con la única respuesta efectiva, que no es otra que la santidad:

1.       Fue figura clave en el colapso del Comunismo Europeo. Por lo tanto, fue el gran testigo Cristiano de la segunda mitad del siglo XX y el inicio del siglo XXI.  Este testimonio explica su rol tan significativo en estos acontecimientos y nos permite comprender la dinámica cultural de la historia.

2.       Brindó una interpretación efectiva a los textos clave del Concilio Vaticano II. En otros concilios se había recurrido a credos, cánones, anatemas y otras claves para interpretar sus textos. Después del Concilio Vaticano II hubo un lapso de 15 años en que se expresaron libremente muchas opiniones para tratar de explicar el significado de los textos.  San Juan Pablo Magno nos brindó a lo largo de 26 años de ministerio, documentos que pusieron fin a ese lapso de inseguridad, proporcionando a la Iglesia las claves autorizadas para comprender el evento Católico más importante desde la Contra-Reforma del siglo XVI.

3.       Además de ser el primer Papa no italiano en 455 años y el primer Papa de un país de Europa Oriental, vivió la mayor parte de su vida adulta bajo un régimen totalitario y logró una profunda comprensión de la dinámica moral de la libertad y su repercusión en la ética de las relaciones interpersonales, el surgimiento de la libertad política y las economías. Había sido testigo de los horrores ocasionados por los dos grandes leviatanes del siglo XX: El Nazismo y el Comunismo, en sus horas más crueles.  Fue pastor de su pueblo en las horas más oscuras, acompañándolos también en su lucha por la libertad.

4.       Para quienes piensan que una combinación de política y economía es lo que conduce la historia, San Juan Pablo Magno demostró que la cultura, elevada a la conciencia puede doblegar la historia y hacerla más humana. Fue poeta y dramaturgo. Una de sus obras, ‘The Jeweler’s Shop’, publicada bajo un seudónimo, fue llevada al cine, estelarizada por Burt Lancaster y obtuvo el Oscar. Fue promotor del teatro, actor y fomentó la cultura y las artes para fortalecer la identidad del pueblo.  Para él, sin la libertad interior no puede haber una auténtica libertad.

5.       Fue el foco de atención en los medios durante décadas, en una época en que aún las figuras públicas más notables desgastaban su presencia en los medios después de 5 o 10 años.  Con su pontificado y sus múltiples viajes y peregrinaciones, surgió el advenimiento de la TV por satélite, CNN y otros,  para poder brindar cobertura. Fue un desafío para los medios tanto por su carisma, como por la dinámica de su pontificado, que logró muchas conversiones entre los corresponsales de prensa que cubrían el Vaticano.

6.       Vivió su enfermedad y su sufrimiento públicamente, de tal manera que se convirtió en un ícono del misterio central de la fe Cristiana para todo el mundo.  Su biógrafo, George Weigel escribió que tenía un alma carmelitana, ya que se identificaba plenamente con la tradición  del misticismo de San Juan de la Cruz, vivido día a día, en su camino, tal como lo expresara Santa Teresita de Lisieux: su sufrimiento podía ayudar a otros. Podía usar sus momentos de dolor y tristeza, ofrecérselos a Dios, uniéndolos a su gran amor con una fuerza infinitamente poderosa. Lo ofreció a Dios por los misioneros del mundo, de tal manera que su vida diaria fuera más dulce y sus esfuerzos más fructíferos. Dostoyevsky pensaba que el mundo estaba interconectado, en una red en la que todos estamos unidos en el sufrimiento y en el amor. Por lo tanto, cuando ofrecemos algo a Dios, ofrecemos lo que tenemos y lo conectamos al circuito del amor que lo transmite.

7.       Su asombrosa capacidad para expresar su paternidad en una variedad de circunstancias culturales, en un mundo que  parece haber sido despojado de  la paternidad en su esencia  de misericordia y fuerza.

8.       El sufrimiento como antídoto a la superficialidad. Nos conformamos con adorar cosas superficiales y efímeras como la belleza, la juventud, el vigor, la imagen y la moda.  San Juan Pablo Magno nos recuerda que es importante saber apreciar la belleza en la vejez, la salud quebrantada, los niños con Síndrome de Down, autistas, etc. También nos enseña a ver la verdad y el rostro de Cristo en los refugiados, los migrantes, los perseguidos, los prisioneros de conciencia y los que sufren. Nos enseña que ellos tienen un lugar legítimo en nuestras vidas. No sólo lo dijo, sino que lo vivió.

9.       El Gran Reformador del Sacerdocio CatólicoEste aspecto ha sido oscurecido por los medios de comunicación que prefieren enfocarse exclusivamente a los casos de abuso sexual cometidos por una minoría de sacerdotes. Cuando se le preguntó a su biógrafo, George Weigel sobre el sobregirado caso Maciel, comentó: “El sacerdocio Católico se encontraba en su peor condición desde el siglo XVI en 1978, cuando asumió el pontificado. Miles de sacerdotes habían dejado su ministerio activo y era evidente que una minoría había cometido crímenes horribles. La formación en los seminarios era débil y todo cambió después de 26 años. Por lo tanto, lo primero que podemos decir acerca de Juan Pablo II y la crisis de los abusos de menores es precisamente que fue el Gran Reformador del Sacerdocio”. 


San Juan Pablo Magno también fue tomado muy en serio por los enemigos de la Iglesia, como lo prueban los documentos desclasificados de la KGB, de la Stassi (la policía secreta de Alemania Oriental) y los propios archivos del régimen comunista polaco.  Los esfuerzos de estas agencias por sobornar, chantajear y destruir a la Iglesia Católica fueron incontenibles. Gastaron miles de horas-hombre laborales y millones de dólares para impedir su trabajo, intentando manchar su reputación en los países satélites de la Unión Soviética. El Papa se había convertido en su principal enemigo ideológico y el Vaticano no podía ejercer actividades de contra-inteligenciaPrueba de esto es el atentado que sufrió en 1981, en manos de Mehmet Ali Agca, terrorista musulmán turco que fue contratado por la policía secreta de Bulgaria, también país satélite de la Unión Soviética. El Papa lo perdonó y lo visitó en prisión. La imposición de la ley marcial en Polonia, en 1983, justo antes de la visita papal fue un evidente medio de presión política de los comunistas.

Para elevar su legitimidad proclamándolo San Juan Pablo Magno, podemos recurrir a otro papa magno, hay otra luz de santidad, nada menos que San Gregorio Magno, Doctor de la Iglesia, que vivió en la mitad del siglo VI. San Gregorio Magno restituyó la paz a toda Italia, redujo los cismáticos en Africa, destruyó las miserables reliquias del arrianismo en España y en toda Europa, superó las tribulaciones que tanto afligían a las Iglesias de Oriente que impedían la Evangelización, logró la conversión de los ingleses, llegando a ser conocido como el Apóstol de Inglaterra. No hubo nación en todo el mundo cristiano que no experimentase los efectos de la vigi­lancia, de la aplicación y de la caridad de este gran Pontífice.  Promovió las artes y el canto gregoriano es producto de la cultura cristiana que fomentó. Al igual que San Juan Pablo Magno, también padeció el dolor y quizás su milagro más grande haya sido, haberlo logrado casi  todo desde su cama.

San Juan Pablo Magno, Ruega por nosotros.

-Yvette Camou-

Referencias Bibliográficas:

·     Croisset, Jean, SJ. “San Gregorio Magno, Papa, Confesor y Doctor de la Iglesia”.  Págs. 3, 4.  Buena Prensa.  2008.

·      Noonan, Peggy. “John Paul the Great: Remembering a Spiritual Father”.  Págs.  92, 104. Penguin Books. 2006.

·     O’Connor, Patricia. “Thèrese of Lisieux, A Biography”.  Págs. 112-115,  124-126. Our Sunday Visitor Publishing Division. Huntington, Indiana. 1983.

·       Rodríguez F.J., “Bienvenido a México, Juan Pablo II”. Periódico  El Universal. 31 de Julio del 2002.

·      Weigel, George. “Witness to Hope, The Biography of Pope John Paul II”. Págs. 236-239, 437, 634-638, glosario. Harper-Collins/Cliff Street Books. 1999.

·       Weigel, George, “The End and the Beginning: The Victory of Freedom, the Last Years of the Legacy”. Págs. 37, 51, 58, 69. Publisher: Image. 2011/2014.

·     Weigel, George; Wooden, Cindy.  “Life and Petrine Ministry of John Paul II”. Vatican Press Office release.  April 25th, 2014.