25 de mayo de 2016

San José, el padre más tierno.



         Dios creó el corazón de José en todo semejante al suyo, como Vicepadre de su Hijo Encarnado en la tierra. Su corazón está hecho conforme al de Dios Padre, cuyo corazón rebosa ternura: Acuérdate que tu misericordia y tu ternura son eternas (Salmo 23,6). Como siente el padre ternura por sus hijos, así siente ternura por sus fieles. (Salmo 103,). Es la ternura que sentía San José por su hijo Jesús. Desde que nació en Belén lo rodeo de afabilidad y ternura, a la que el niño y joven Jesús correspondía llamándolo Abba, Papá.

         En el Espíritu Santo encontró José la fuente del amor que regeneró y sublimó en su amor humano paternal, haciéndole el más grande y poniendo en él toda aquella solicitud y ternura que el corazón de un padre puede sentir y conocer. San José por obra de Dios Padre y del Espíritu Santo es el más tierno de los padres. En su corazón sembraron los sentimientos más ricos y nobles para con su hijo Jesús, el amor más tierno y la ternura más amorosa, la bondad más dulce, la solicitad más empeñada, la preocupación más constante, el cuidado y custodia más exquisitos.

          La primera vez que José sintió al niño Jesús llamarle Abba, Papá, su corazón estalló de ternura y sus labios se hicieron un beso interminable y al mismo tiempo no ha podido menos de decirle con la misma ternura a ese hijo que tiene en sus brazos, tan misterioso por nacido del Espíritu Santo, tenoki, hijo mío.

        La grandeza de San José es la de su amor inmenso y su ternura incalculable de padre. En la familia de Nazaret la imagen e idea que se tiene de San José es que es un verdadero Papá para Jesús, que lo que se puede decir de más verdadero, de más bueno y de más bello es que San José era tan bueno –qué bueno es San José, decía Santa Teresita- tan tierno e intensamente amable que para el niño y joven Jesús era la imagen de la ternura y bondad de su Abba, Papá del cielo. José era para Jesús el icono de su Abba, Papá celestial, el rostro visible de su tiernísimo Papá del cielo. La ternura con que José le trataba en todo fue el camino para Jesús para descubrir día a día la ternura en que le envolvía su Papá del cielo.

         Y en ésta ternura exquisita que experimentaba Jesús de su padre José a diario y la familiaridad y confianza con que le llamaba Abba, Papá está inspirada la oración cristiana del Padre nuestro.



  P. Román Llamas. OCD